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domingo, 11 de marzo de 2018

"Libera a la bestia", Mónica Tinoco

Título: Libera a la bestia

Autor: Mónica Tinoco

Editorial: Chiado editorial

Año de publicación: 2017

Páginas: 185

Sinopsis: Cuenta la leyenda que la gran bestia al final fue capturada, para así encerrarla de por vida.

Jamás nadie consiguió ver a aquel ser, a excepción de la bruja Eirena, la más poderosa del lugar, quien con su magia encerró a la bestia.

Tras décadas, imaginaron el aspecto que podría tener la gran bestia, pues sólo escuchaban los angustiosos aullidos de aquel ser. Pocos son los que sacaban valor para alimentarla tras el muro del oscuro bosque.

Cuando todo el pueblo de Khasim creía que la normalidad seguiría en pie, aparece una joven bruja llamada Leah, descendiente de Eirena, quien se enfrentará a la bestia y descubrirá la verdad que jamás fue contada.

¡Gracias a la editorial por el ejemplar!

Como viene siento habitual en mí, no puedo iniciar esta reseña sin comentar lo bonita que es la portada. Aunque como dato curioso que me chocó bastante, el color del pelaje de la bestia real no coincide con el de la portada, pero bueno, es muy bonita igual.

Leah es una joven bruja reclamada por el pueblo de Kashim para enfrentarse a la bestia atrapada en el bosque tras una recia puerta. Es descendiente de Eirena, la bruja que lo encerró. Sin embargo, los hechos relacionados con aquel acontecimiento no están claros y lo que ocurrió en torno a su encierro está un poco difuso, por lo que Leah deberá también lidiar con el pasado y descubrir qué se esconde realmente detrás de este suceso. A pesar de que la trama me resultaba interesante y creía que tendría un gran potencial, me he encontrado con varios problemas que me han impedido disfrutar de esta obra como merecía.

Para empezar, la historia en sí tiene dos bifurcaciones. Por un lado tenemos la parte de la bestia encerrada y cómo Leah se esfuerza en salvarlo y liberarlo de su maldición. Por otro, surge una trama paralela relacionada con la bestia y lo que es que comienza a desarrollarse desde que la bruja inicia la investigación y, más o menos sobre la mitad del libro, se transforma en la historia principal puesto que el primer problema, la liberación, se resuelve rápidamente. Esto me extrañó por el hecho de que yo me esperaba que toda la novela girara en torno a cómo y por qué fue encerrado el lobo y esperaba que la liberación fuera de cara al desenlace. Pero no, sucede por la mitad y después la trama cambia por completo, dirigiéndose hacia otro asunto aunque el mismo estuviera relacionado de alguna manera con el argumento principal. Fue una sensación extraña porque es la primera vez que me topo con un libro de estas características. No digo que sea un fallo o un defecto, sino que es algo raro y que me descolocó mientras leía. Lo que sí me ha escamado y mucho es terminar el libro con la sensación de que no se ha resuelto nada. Después de ahondar en los experimentos que se estaban realizando en el pueblo y buscar responsables, la conclusión a la que se llega está incompleta y te deja frío cuando lo lees. Es como que después de insistir tanto en el tema te esperas otra cosa más elaborada y una explicación que te satisfaga como lector. Pero eso no ocurre. Asimismo, también surge una tercera subtrama relacionada directamente con Leah y sus poderes que está tan pobremente desarrollada que no te das cuenta de lo que está sucediendo hasta que la autora lo dice con claridad. En mi opinión todos estos hilos conductores están creados para intentar añadir algo de complejidad y misterio a la historia pero no se consigue.

La pluma de la autora también me ha dificultado la lectura. Al margen de las múltiples faltas de ortografía, incoherencias, frases mal organizadas e incongruencias, no he congeniado en absoluto con su estilo. Especialmente con el abuso de gerundios tanto para las descripciones como para los diálogos. Es un libro que, reconozcámoslo, está mal escrito. Da la impresión de que no ha habido un trabajo detrás y de que la autora no se ha parado a repasar su manuscrito y a subsanar la enorme cantidad de errores que hay en cada página. A veces faltan palabras, acentos o incluso artículos, un desastre. Está mal estructurada y la narración impide que puedas meterte de lleno en la obra, en el pueblo, en la historia. Las descripciones que hay son parcas y no te cuentan lo verdaderamente importante, sino detalles superfluos para que puedas hacerte una idea superficial. Por ejemplo, apenas sabemos algo del misterio que rodea a la bestia, de su naturaleza o de Kashim en sí mismo. Según leía me faltaban datos que me permitieran formarme una idea precisa de qué estaba sucediendo. En ocasiones los eventos ocurren porque sí, no se aportan explicaciones fuertes o lógicas que argumenten por qué se desarrollan determinadas escenas. No se crea ningún tipo de tensión, no sorprenden los hallazgos de Leah ni el avance de sus investigaciones porque no se crea un halo de misterio o de tensión.

Respecto a los personajes, la protagonista es Leah, un personaje plano. Muy plano. En ningún momento se describe su forma de ser, de hecho no se describe nada de ella, vamos descubriendo su personalidad según avanzan las páginas y por cómo se va comportando en cada escena. Tampoco se especifica nunca qué tipo de poderes posee por ser bruja. Las capacidades mágicas de Leah van apareciendo página tras página así que nunca sabemos qué puede hacer y cuáles son sus límites. Bueno, sus no límites en realidad porque puede hacerlo todo. No hay problema que la asalte que no pueda resolver con sus dones. Como no sabemos el alcance de su poder, resulta que, al final, puede hacer cualquier cosa que se proponga con su magia. Según iba leyendo me recordaba mucho a Lágrima de ángel, a esa nula emoción ante las situaciones difíciles ya que sabíamos que con un pase de manos se iba a solucionar. Es cierto que se plantean conflictos que a Leah le cuesta más solventar, pero siempre sabes que lo va a conseguir, no ya tanto porque sea la protagonista, sino porque al no estar sus capacidades mágicas definidas, no nos parece imposible que de repente aparezca un determinado poder de su interior que la ayude. Asimismo, Leah es fría, apática, parece carente de sentimientos en ocasiones. De hecho, no hay transición en las emociones en ningún personaje. De repente están calmados, de repente sucede algo que les hace enfadar. Da la impresión de que son robots programados para sentir algo en depende qué circunstancia.

El coprotagonista es Iank, la bestia. Es el otro único personaje del que sabemos un poco más porque los secundarios están ahí solo para dar el pego y ya. Pero de Iank tampoco se conoce mucho, solo lo que Leah nos va contando y averiguando. Al final se reduce todo a ella y el resto de habitantes del pueblo se dedican a girar en torno a la protagonista. Por ejemplo, a los integrantes del clan con el que se queda Leah y que la ayudan los conocemos a cuentagotas pues van apareciendo en la narración solo cuando son necesarios para la protagonista y solo nos cuentan de ellos su nombre. Y ya.

La historia de amor que nace entre las páginas no es creíble en absoluto y mucho menos el intento de triángulo amoroso. Toda la narración es superficial, desorganizada y no transmite ningún tipo de sentimiento.

¿Debería leerlo?

Es un libro que, en definitiva, no resulta interesante. La intriga y las problemáticas que se plantean son tan pobres y están tan mal estructuradas y desarrolladas que realmente no genera ningún interés en el lector saber qué está pasando y cómo va a ser el desenlace. Se sucede las escenas una detrás de otra sin ningún tipo de estructura y su hilo conductor es tan débil y desastroso que carece de interés.

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