"El Nombre del Viento", Patrick Rothfuss

Título: El Nombre del Viento

Título original: The Name Of The Wind

Autor: Patrick Rothfuss

Saga: Crónica del Asesino de Reyes (The Kingkiller Chronicle)

Idioma original: inglés

Editorial: Debolsillo

Año de publicación: 2007

Páginas: 880

Sinopsis: En una posada en tierra de nadie, un hombre se dispone a relatar, por primera vez, la auténtica historia de su vida. Una historia que únicamente él conoce y que ha quedado diluida tras los rumores, las conjeturas y los cuentos de taberna que le han convertido en un personaje legendario a quien todos daban ya por muerto: Kvothe... músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, héroe y asesino.

Ahora va a revelar la verdad sobre sí mismo. Y para ello debe empezar por el principio: su infancia en una troupe de artistas itinerantes, los años malviviendo como un ladronzuelo en las calles de una gran ciudad y su llegada a una universidad donde esperaba encontrar todas las respuestas que había estado buscando.

«Viajé, amé, perdí, confié y me traicionaron.»

«He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos.

»Me llamo Kvothe. Quizá hayas oído hablar de mí.»

Con este libro siempre he tenido la sensación de que puedes escribir o muy poco o muchísimo, dependiendo de cómo de precisa quieres que sea tu reseña. Me explico: la historia es tan, tan, TAN extensa que a la mínima que quieres ponerte a explicar las cosas para que queden claras (o en el caso de una reseña como esta, para apreciarlas) te metes en tal jaleo que sólo para establecer cuáles son las bases y de dónde salen ya tienes que exponer otras tantas cosas y no se acaba. ¿Por qué? Sinceramente, en el libro en sí no pasan tantas cosas. Lo complicado está en lo que te dejan caer. Como os podéis imaginar, las teorías que han ido saliendo son realmente maravillosas. Pero empecemos por el principio.

¿Cuál es el argumento? Como pone ahí arriba, esta es la historia de Kvothe, un joven que ha vivido muchas, muchas cosas. Tantas, que de hecho se ha convertido en una figura de leyenda. Imaginaos al rey Arturo y de cómo la gente cuenta cosas sobre su vida, pero nadie se espera realmente que aparezca por ahí. Pues básicamente eso. En sí, la trilogía (o por lo menos los dos libros que ya han salido) está organizada de la siguiente forma: En un pueblito cualquiera hay una posada donde vive Kote, un tabernero cualquiera. Un buen día, un hombre conocido como Cronista es atacado por una especie de monstruos con pinta de araña. El tabernero aparece y los derrota, salvando a Cronista. Cronista descubre que en realidad el tabernero Kote es el famoso arcanista Kvothe y éste decide contarle su historia a lo largo de tres días, que Cronista recopila para la posteridad. Ese es el presente y ocupa como un cinco por ciento del libro, tan sólo algunos capítulos esparcidos por ahí que nos dan una idea de la situación en la que se encuentra el mundo en ese momento. El otro noventaicinco por ciento es el relato de Kvothe, y por lo tanto su vida y el pasado. ¿Y cuál es dicha vida? A grandes rasgos: Kvothe es parte de un grupo de artistas itinerantes conocidos como Edena Ruh, con los cuales aprende a actuar, cantar, tocar el laúd y a ser un listillo en general. Un día, aparece un arcanista que reconoce en Kvothe buenos dotes para la simpatía (la magia), por lo que le empieza a enseñar poco a poco las bases de ésta. Estas lecciones despiertan en Kvothe un deseo de ir a la Universidad para convertirse en un arcanista, por lo que tras la muerte de su troupe trata de llegar hasta ella.

En mi opinión, lo más interesante del argumento son tres cosas: la vida en la Universidad, la caracterización de Kvothe como estudiante y los detalles que se van dejando caer de la historia del mundo. La vida en la Universidad me recordó un poco a Hogwarts, pero sin todo el drama que la presencia de Voldemort le supone. Me explico: mientras que en Harry Potter siempre hay algún misterio del año que resolver, los estudios de Kvothe son más mundanos: pasa el tiempo con sus amigos, busca trabajo y tiene sus dramas con el típico alumno chulito de turno. La narración no se centra tanto en los misterios, sino en cómo son el entorno y situación inmediatos de Kvothe. Por lo tanto, aunque de vez en cuando sí que se dan pasos adelante en la investigación de Kvothe la mayoría del tiempo la historia se centra más bien en qué es lo último que ha hecho Ambrose y cómo logrará pagar Kvothe la siguiente matrícula. Este último punto está muy ligado con el segundo aspecto que mencioné antes: Kvothe no tiene ni mucho menos la vida resuelta y siempre le supone un drama lograr conseguir dinero para pagarse los estudios. Cuando digo que gran parte de lo que pasa en la mayoría del libro tiene que ver con la inexistente cuenta bancaria de Kvothe, no exagero. Muchos de sus dramas provienen de su capacidad (o falta de ella) para encontrar trabajo, cómo va ganando dinero y en qué se lo va gastando. Tengo una amiga que me confesó que mientras se leía el libro lo iba pasando mal pensando en cómo se pagaría Kvothe el siguiente bimestre en la Universidad. La matrícula tiene que ver con la nota que saques en las evaluaciones, por lo que estudiar también es importante... en definitiva, me sorprendió para bien ver este tipo de escenas en un escenario que en el fondo tiene temática de escuela, ya que por lo general otras historias no suelen centrarse para nada en esos detalles con los que un montón de estudiantes se tienen que enfrentar a diario. Lo último que e gustaría recalcar es cómo Rothfuss va dejando caer pistas de los acontecimientos del pasado, pero este apartado es tan extenso que le voy a dedicar un apartado entero.

Lo de meter pinceladas del Worldbuilding en los libros es algo que todos los autores con obras complejas tienen que hacer, pero lo realmente original dentro de El Nombre del Viento es el método que se utiliza. Mientras otras personas prefieren trozos de exposición metidos en diálogos o escritos, Rothfuss utiliza las historias. La gran mayoría de revelaciones están contadas de forma oral y por lo general disfrazadas como simples historias o leyendas. Lo más interesante del asunto es que Rothfuss trata estas historias como si fuesen reales, cambiándolas dependiendo de quién las cuenta y dejando claro que la versión que nos llega puede estar manipulada por un millar de detalles como el tiempo, la cultura de quien la cuenta, la religión... Esto acaba llevando a que si no estás prestando mucha atención no te des cuenta de que el cuento que acaba de contar este venerable ancianito tiene la misma base que la religión principal de ese otro reino, pero cambiando completamente los nombres de los personajes y enseñando sus acciones desde un punto de vista completamente diferente. Cuando al releerlo te das cuenta de esas similitudes que se te han escapado con anterioridad no puedes evitar preguntarte qué más historias estarán conectadas entre sí, o incluso cómo podemos estar seguros de que las cosas que damos por ciertas no han sido también anteriormente manipuladas por una lente u otra. Debo de reconocer que este método de expandir el Worldbuilding me parece impresionante (y ya os podéis imaginar el caldo de cultivo que es para las teorías). Otro tema que me encanta relacionado con el trato a las historias en este libro es cómo son apreciadas por la narración misma. A todos los personajes les encanta escucharlas y contarlas, por lo que a menudo hay discusiones sobre las historias mismas en las páginas, algo que tampoco se ve muy a menudo en otros libros.

Ahora vayamos a los personajes. Sinceramente, hay bastantes, por lo que me voy a centrar en un par de individuos y luego grupos. El primero, obviamente, es Kvothe. Kvothe es muy similar al típico bardo de una partida de Dragones y Mazmorras: Sabe cantar, toca un instrumento (un laúd, nada menos) de lujo, rebosa carisma por todos lados y el tema de convencer a alguien de algo se le da de lujo. También como el típico bardo, aunque en un primer momento te sientas atrapado por su maravilloso encanto en algún punto de la trama te das cuenta de que apenas tiene neuronas dentro de la cabeza y pasas a exasperarte con Kvothe por todas las malas decisiones que toma, muchas de ellas guiadas o por una falta de reflexión previa, o simplemente por pura cabezonería y orgullo. En definitiva: a Kvothe le quieres, pero también hace que quieras arrancarte los pelos de pura frustración. Lo último que se me ocurre para terminar de describir su personalidad es que es muy listo, lo sabe, y pasa lo que siempre pasa cuando alguien es listo y lo sabe. El siguiente personaje individual que quiero separar es Denna, el interés romántico de Kvothe. Es la típica chica que te esperarías que fuese su interés romántico: es muy guapa, inteligente y también increíblemente misteriosa. De hecho, durante las primeras veces que aparece se nos explica que ha adoptado un nuevo nombre. No se conocen realmente sus orígenes, no se sabe lo que quiere y siempre está apareciendo y desapareciendo de la ciudad, cada vez del brazo de una persona distinta. Por supuesto, Kvothe cae rendido a sus pies. A día de hoy Denna sigue siendo un misterio, por lo que no sé exactamente qué poner de ella sin arriesgarme a equivocarme de lado a lado. Personalmente, es un personaje que no me interesa mucho, aunque sí que suele avanzar la trama.

Dentro de los grupos de personajes quiero centrarme en dos: Los que se encuentran en la Universidad y los Chandrian. Sobre los Chandrian no voy a decir mucho porque serían spoilers (tampoco se sabe mucho de ellos, sinceramente), pero son precisamente ellos lo que está investigando Kvothe, y por lo tanto el corazón del misterio de la serie. Muchas de las historias que he mencionado antes dan pistas sobre su identidad, cómo se formaron y lo que hacen, aunque pocas cosas de lo que se ha descubierto hasta el momento están claras. Son seres de leyenda considerados como sobrenaturales y básicamente los grandes villanos de la serie. En cambio, los personajes de la universidad tienen un aire mucho más mundano: en su mayoría son los amigos o los profesores de Kvothe. Sus amigos le dan consejo y apoyan en sus aventuras estudiantiles y los profesores se limitan simplemente a darle clase o a ayudarle o ponerle trabas, dependiendo de cómo les caiga Kvothe. De todo este grupo de la Universidad me gustaría destacar a dos: Ambrose y Elodin. Ambrose es el chulito rico que odia a Kvothe del que hablaba antes. Básicamente el Draco Malfoy de la historia. Kvothe y él sienten un profundo odio visceral el uno por el otro, por lo que no dudan en enfrentarse de vez en cuando. Por lo general la línea de acontecimientos es la siguiente: Ambrose usa su dinero o influencia para intentar dañar a Kvothe o que le expulsen de la Universidad. Kvothe se venga. Los profesores se enteran de la movida y gran parte del castigo cae sobre Kvothe. Vuelta a empezar. Aunque Ambrose es un personaje generalmente inofensivo, la verdad es que disfruto leyendo sus peleas con Kvothe, sobretodo porque por lo general acaban desencadenando consecuencias más serias de lo que podría parecer en un primer momento. El segundo personaje es Elodin, del que tengo que hablar porque es sencillamente mi personaje favorito. Elodin es el maestro de nominación de la Universidad, lo que significa que enseña a sus alumnos a encontrar el verdadero nombre de las cosas, lo que les da poder sobre ellas. Esto interesa sobremanera a Kvothe, por lo que está constantemente tratando de convencer a Elodin para que le enseñe o le deje entrar a su clase. El problema es que Elodin pasó una buena temporada en un manicomio y todo el mundo le considera un loco, algo que él no hace nada para evitar. Las escenas con Elodin son algunas de las más divertidas de toda la saga, además de explicarte cosas sobre la naturaleza de los nombres y dejarte claro que Elodin es una persona que esconde muchos, muchos secretos.

Por último y para terminar la reseña, me gustaría hablar del estilo de escritura de Rothfuss. Es una delicia leerle. Tiene una forma de escribir que casi roza lo poético, llena de metáforas y descripciones que te dejan ver por qué este libro suele enganchar a todo el mundo que lo empieza. Personalmente, está dentro de la lista de escritores de cuyo estilo me gustaría aprender, porque me encanta. Como la mejor forma de que veáis como es es leyendo, os dejo aquí unas frases.

• "Todo hombre sabio teme tres cosas: la tormenta en el mar, la noche sin luna y la ira de un hombre amable."
• "Entonces, mientras esperaba allí sentado, oí cómo el público volcaba su silencio. La gente estaba quieta, tensa, como si la canción les quemara más que una llama. Cada uno se tapaba su herida, se aferraba a su dolor como si fuera algo muy valioso. Entonces se oyó un murmuro de sollozos liberados y de sollozos que no se podían contener. Un suspiro de lágrimas. Un suspiro de cuerpos que, lentamente, volvían a cobrar vida. Y entonces llegó el aplauso. Un rugido de llamas, de truenos después de un relámpago".

• "Era el mayor de los tres silencios, y envolvía a los otros dos. Era profundo y ancho como el final del otoño. Era grande y pesado como una gran roca alisada por la erosión de las aguas de un río. Era un sonido paciente e impasible como el de las flores cortadas; el silencio de un hombre que espera la muerte."

En definitiva: si queréis leer una saga fantástica con una forma de exponer el worldbuilding increíblemente original y con detalles sorprendentemente cotidianos, leed este libro. El único problema es que el segundo tomo se publicó el mismo año que Danza de Dragones, por lo que muchos lectores creen que Patrick Rothfuss y George R R Martin están compitiendo para ver quién tarda más en sacar el siguiente libro.

Mi calificación: