Título original: Iron Flame
Autora: Rebecca Yarros
Idioma original: inglés
Saga: Empíreo
Editorial: Planeta
Año de publicación: 2024
Páginas: 888
Sinopsis: Ahora comienza el verdadero entrenamiento, y Violet ya se pregunta cómo logrará superarlo. Además, hay un nuevo vicecomandante, cuya misión personal es enseñarle a Violet lo débil que es, a menos que traicione al hombre al que ama. Aunque el cuerpo de Violet pueda ser más frágil que el de los demás, todavía tiene su ingenio y una voluntad de hierro. Y los líderes están olvidando la lección más importante que Basgiath les enseñó: los jinetes de dragón crean sus propias reglas. Pero la determinación de sobrevivir no será suficiente este año, porque Violet conoce el verdadero secreto, y nada, ni siquiera el fuego del dragón, será suficiente para salvarlos.
CONTIENE SPOILERS DE ALAS DE SANGRE
Durante los Juegos de Guerra, la última prueba que tienen que realizar los jinetes de dragón para pasar al segundo año en la academia, Violet descubre un terrorífico secreto. Los venin y los guivernos, criaturas legendarias que se alimentan de la magia, no son solo una fábula que le relataba su padre cuando era niña, sino que existen de verdad. Xaden, el chico de quien creía estar enamorándose, lo sabía desde el principio, pero ha estado ocultándoselo deliberadamente. Él y los marcados, los hijos de los jinetes que provocaron una revolución contra el gobierno navarrense años atrás, han estado trabajando a escondidas para llevar armas de contrabando fuera de las fronteras de Navarre para que los pueblos que están la linde de las protecciones que mantienen a salvo el reino, puedan defenderse contra estas criaturas. Los que dirigen la Academia de dragones saben perfectamente que estos monstruos existen, que están causando estragos más allá de sus tierras y que los ataques constantes de los pilotos de grifos de Poromiel se deben a que estos buscan una forma de acceder a los recursos defensivos de Navarre para proteger a su gente de los venin. Sin embargo, las protecciones que rodean a los navarrenses no pueden extenderse más allá, y es este el motivo por el cuál el gobierno se niega a rebelar la existencia de estos monstruos, para evitar que el pánico cunda entre la población y porque prefieren salvarse ellos antes que arriesgarse por el resto de pueblos indefensos.
Tanto Xaden como sus compañeros llevan un tiempo trabajando en las sombras para proporcionar armas a los poromielenses que les ayuden a combatir a las criaturas y han instalado su base de operaciones en Athebyne, una ciudad que supuestamente fue calcinada años atrás en una batalla contra los grifos, lo cuál lo convierte en un enclave ideal para mantenerse fuera de la vigilancia de Basgiath. Este descubrimiento trastoca por completo a Violet y rompe la confianza que tenía en Xaden debido a la cantidad de secretos que este oculta con tal de proteger su rebelión. Pero el haberse quitado la venda de los ojos y saber cuál es la realidad detrás de la red de mentiras que la academia de jinetes ha construido hábilmente durante tantos años, le ha traído algo positivo: uno de los integrantes de esta nueva revolución es Brennan, su hermano mayor, a quien creía muerto. Ahora Violet tiene que regresar a Basgiath para completar su entrenamiento como jinete, sabiendo que en su interior guarda secretos cruciales que, de salir a la luz, pueden acabar con la revolución aplastada por parte del gobierno navarrense y con Xaden y ella muertos.
El deseo de Violet desde niña era convertirse en escriba, tal y como lo fue su padre, pero su madre, la general Sorrengail, truncó sus sueños al inscribirla en la Academia de Guerra de Basgiath para entrenar a jinetes de dragón. A pesar de todas las dificultades por las que Violet ha tenido que pasar (una enfermedad que debilita sus articulaciones y su nula preparación para el combate cuerpo a cuerpo), ha solventado el primer año de formación con éxito. No solo se ha vinculado a dos dragones, algo nunca visto, siendo uno de ellos Tairn, uno de los dragones más poderosos y un espécimen raro debido al color negro de sus escamas, sino que ha manifestado un sello mortífero que le permite controlar los rayos y se ha terminado convirtiendo en una de las jinetes más peligrosas y valiosas de la academia. Violet ha pasado de ser una chica delicada y blanco fácil de los intentos de asesinato por ser considerada una carga para su escuadrón, a convertirse en un activo a quien tener en cuenta y disfrutar de su vida como jinete. Además, su relación con Xaden ha experimentado una gran evolución: de ser enemigos mortales (fue la madre de Violet quien ejecutó a su padre por ser líder de la rebelión contra Navarre) han pasado a ser inseparables el uno del otro y la joven ha descubierto que detrás de esa apariencia fría, inhumana y oscura, se esconde un chico que quemaría el mundo por ella. Sin embargo, toda la confianza que han ido asentando durante ese tiempo, se rompe en mil pedazos cuando al ser atacados por venin durante una de las pruebas que realiza la academia para probar la valía de sus cadetes, Violet descubra no solo que los han mantenido engañados durante toda su vida con respecto a la existencia de estas criaturas, sino que el propio Xaden, conociendo este dato, se ha mantenido en silencio al respecto, trabajando junto con el resto de marcados para combatirlas en las sombras. Todo esto supone un varapalo para ella porque se da cuenta de que no conoce en absoluto a la persona de la que está enamorada.
Violet es uno de los personajes que más ha evolucionado en esta segunda parte. Ya no es la chica debilucha que ingresó en contra de su voluntad al Cuadrante de Jinetes, sino una mujer fuerte, resiliente, que ha encontrado su hueco en un escenario que antaño le resultaba hostil, que ha luchado por mejorar y así ser capaz de proteger a sus amigos y que se ha enfrentado con valentía a todas las pruebas de vida o muerte que se le han puesto por delante. Ha asumido de buen grado que su destino es vivir y morir como jinete, un cambio de actitud que ya se perfilaba en la primera novela. Es una protagonista que me sigue gustando mucho porque no se convierte en la mejor de la noche a la mañana, sino que podemos ver en primer plano su trabajo duro y su sacrificio. Además, en este libro sí que la vemos tomar decisiones inteligentes y percatarse de detalles que para otros han pasado desapercibidos; por fin la autora no se limita a remarcar lo astuta que es a través de los ojos de otros personajes, sino que nos demuestra que, en efecto, lo es. Otro aspecto a destacar es que Violet nunca se ha desprendido del todo de ese anhelo de ser escriba y eso se refuerza aquí, pues los Archivos son un escenario fundamental para la trama que se está gestando. Combina a la perfección esa letalidad asociada a los jinetes con sus ansias de conocimiento, dos cualidades que la convertirán en un referente para sus compañeros de ala y que hará que estos confíen en sus decisiones ciegamente, apoyándola cuando más lo necesita.
Xaden, coprotagonista e interés romántico de Violet, se vuelve mucho más interesante en esta novela. Durante el primer libro se limitaba a ser el chico malote con un pasado oscuro del que todas estaban prendadas por su atractivo y por ser uno de los mejores jinetes. Es cierto que tenía cierta complejidad y me gustó cómo la autora manejó su trauma (su padre muerto a causa de la rebelión contra el gobierno de Navarre) y cómo este marcó su personalidad y su destino, pero ahora hemos podido ahondar mucho más en su vida, en su filosofía, en sus creencias y valores. Aun no estando en su cabeza y viendo todo a través de los ojos de Violet, gracias al estrechamiento de su relación, Xaden se ha convertido en un personaje profundo, con sus grises y sus sombras, con el que es muy fácil empatizar y ver más allá de esa fachada de tipo duro y sádico que le encanta aparentar. Hace lo que sea por la gente que le importa, especialmente por Violet, y está dispuesto a sacrificar lo que haga falta con tal de que ella esté bien y los suyos a salvo. Aun siendo solo teniente, no le importa saltarse unas cuantas normas si las considera injustas o si está seguro de que, haciéndolo a su manera, va a proteger a sus amigos. Quizá lo único que no me ha terminado de gustar es que se vuelve mucho más posesivo con Violet en este libro. Es cierto que no es tan sobreprotector con ella y le permite tomar sus propias decisiones por peligrosas que estás sean, pero sus constantes discursos de "eres mía" y "nadie te toca" me han resultado un tanto desagradables, por mucho que sean parte de su personalidad. Su forma de comportarse con ella no es tóxica, pero esa posesividad de macho alfa que exhibe en ocasiones me molesta.
En este sentido, y al margen de lo señalado, me encanta cómo Yarros ha manejado el romance entre ambos, aunque me consta que no todos los lectores estarán de acuerdo conmigo. Tal y como he comentado al inicio, Xaden sabía que los venin y los guivernos existían y que el único motivo por el cuál Navarre escondía este hecho, era para proteger su propio reino mientras abocaba a sus vecinos a la muerte. Fue este, de hecho, el motivo por el cuál se gestó la Rebelión en primer lugar, la razón por la que el padre de Xaden la lideró y murió. Así pues, su hijo ha seguido su legado, instruyendo a los marcados (los hijos del resto de rebeldes) para enviar armas de contrabando a los pueblos que están siendo atacados por estas criaturas a escondidas de la Academia. Enterarse de este secreto destroza a Violet, quien creía que por fin el chico del que se estaba enamorando confiaba plenamente en ella, y esto causará un cisma en su relación. Lo que más me ha gustado de cómo lo plantea la autora, es que puedes entender perfectamente a ambos personajes y, por tanto, el conflicto que se desarrolla entre ellos. Entiendes que Xaden no le haya dicho nada porque eso solo la pondría en peligro; además, Violet es una jinete muy poderosa gracias a su sello y ya solo por eso está en el punto de mira de los altos cargos, por lo que si encima tuviera conocimiento de semejante traición contra el gobierno, la verían como un verdadero peligro. La decisión de Xaden es perfectamente comprensible y respetable, por lo que es imposible enfadarse con él por ese motivo. Por otro lado, también se puede empatizar con el dolor de Violet. Es devastador descubrir que la persona a la que amas guarda un secreto tan importante como ese, un secreto que, además, está intrínsecamente relacionado con tu propia familia. Porque Xaden no solo le ocultó la resistencia que estaba formando por su cuenta, sino que su hermano mayor, Brennan, en realidad estaba vivo, pero fingió su muerte cuando supo todo lo que la general Sorrengail, madre de ambos, les estaba escondiendo. Es mucha información que asimilar por parte de Violet, quien tiene que lidiar con la deshonestidad de Xaden, las mentiras del gobierno, el reencuentro con Brennan y, además, la presión de saber que ahora que conoce el peligro real que hay más allá de sus fronteras, no puede advertir a sus amigos sin hacerles cómplices y, por ende, ponerles también en el punto de mira. Obviamente todos esos elementos influyen en la relación entre Xaden y Violet, y si bien las discusiones que mantienen al respecto a lo largo de la novela se hacen a veces un poco insoportables porque, al fin y al cabo, hablan todo el rato de lo mismo, creo que la autora ha representado muy bien los sentimientos de ambos personajes y es muy sencillo empatizar con las decisiones de ambos. Asimismo, esta problemática también aporta una capa más de complejidad a su noviazgo: ya no es una relación de dos adolescentes hormonados cuya máxima preocupación es sobrevivir al día siguiente y cuándo van a estar en la cama del otro, no. Ahora su relación, lo que implica que estén juntos, es mucho más grande que ellos y deben tener mucho cuidado en cómo la manejan y en cómo permiten que factores externos y que no pueden controlar afecten a sus propios sentimientos. Puede que su evolución como novios y la situación tan complicada en la que se encuentran haga que su romance no sea tan idílico y pasional como en la primera entrega y que eso decepcione a algunos lectores, pero para mí, la autora ha tomado una decisión muy interesante que nos permite explorar otras facetas de la pareja, así como comprobar cómo de afianzados son sus vínculos y si su amor es lo suficientemente fuerte como para superar las barreras que los rodean y que merman su relación.
A pesar de todo ello, es inevitable mencionar que las discusiones entre los dos eran repetitivas y, en ocasiones, muy cargantes, pues volvían al mismo tema una y otra vez, casi calcando la misma conversación que habían tenido durante su última pelea. Pero lo que sin duda menos me ha gustado, ha sido la alta carga de erótica que la autora ha decidido añadir. Las escenas de sexo eran todas iguales, con unos diálogos anticlimáticos y aparecían casi cada vez que estaban juntos. Si no estaban luchando o con sus quehaceres de jinete, lo único que hacían eran discutir o acostarse, una dinámica un tanto tóxica que, a mi parecer, empañaba todo lo bueno que he comentado más arriba sobre su relación.
Otro aspecto que ha mejorado considerablemente es que los personajes secundarios ya no se limitan a ser NPCs que están ahí solo para demostrarnos que Violet tiene amigos, sino que por fin obtienen personalidades y motivaciones propias. La presencia de Dain, ex mejor amigo de Violet teniendo en cuenta el final de la primera parte, se diluye un poco debido a sus roces con la protagonista. Pese a todo, sigue siendo un personaje que me gusta mucho. Sí, ha metido la pata hasta el fondo y entiendo por qué Violet lo odia y por qué Xaden quiere matarle; pero Dain en todo momento ha hecho lo que él creía que era correcto, siendo fiel a sus principios y buscando lo mejor para Violet. Sus decisiones no han sido acertadas y ha hecho daño por el camino, traicionando la confianza de su mejor amiga, pero no es un villano, solo un joven que ha intentado hacer lo correcto sin saber que el sistema en el que creía estaba corrupto desde sus cimientos. Me gusta la evolución que tiene en este libro sobre todo de cara al final y me alegra cómo se está resolviendo todo con respecto a este personaje. Me encantaría que se profundizara mucho más en él en la tercera novela porque siento que tiene un gran potencial que todavía no ha sido explorado como se merece.
Siguiendo con el escuadrón de Violet, gracias a dios Rhiannon ha dejado de ser la mejor amiga bisexual para tener más peso. Es una chica extrovertida, leal hasta la muerte, protectora de los suyos, buena líder y mejor amiga. Es consciente de que desde que Violet regresó de los Juegos de Guerra, algo se ha roto irremediablemente dentro de ella y no solo a raíz de la muerte de Liam, uno de sus mejores amigos y con quien Violet hizo muy buenas migas muy rápido. Intuye que le está ocultando algo, pero aun así decide no presionarla y esperar a que esté lista para compartir sus preocupaciones con el resto. Esto hace que, sin quererlo, ambas se distancien porque Rhiannon, que ha sido ascendida a líder de ala, tiene que cumplir ciertas responsabilidades, al tiempo que Violet la aparta de su lado porque no soporta mentirla. Es un personaje que me ha gustado mucho porque hemos podido conocerla mejor y espero que la autora siga por este camino. Por su parte, Ridoc y Sawyer siguen estando ahí un poco en segundo plano, pero al menos aparecen en más escenas y tienen más diálogos. Son dos personajes que no impresionan mucho, pero te caen bien y les terminas cogiendo cariño. Ridoc sigue siendo el gracioso del grupo, con su humor sarcástico y ácido que consigue sacar una sonrisa en el peor de los casos, mientras que Sawyer disfruta siendo un apoyo silencioso. Otros personajes que dejan de estar ahí para mover la trama y de los que sabemos un poco más son Bodhi (primo de Xaden que se encarga de vigilar y proteger a Violet cuando este no está y que ocupa su puesto como líder en el Cuadrante de Jinetes. Tiene una participación activa en la revolución que está impulsando Xaden, siendo su mano derecha), Imogen (marcada de la rebelión que se vuelve más amiga de Violet y en un buen apoyo para esta; es la única que sigue en la Academia de Basgiath que sabe por lo que está pasando Violet y la única con la que, por tanto, puede desahogarse y compartir sus preocupaciones) y Garrick (mejor amigo de Xaden y que se encarga de vigilar que Violet esté a salvo y no se meta en líos demasiado peligrosos cuando él no está a su lado).
Por su parte, Mira y Brennan tienen más protagonismo, algo que yo eché en falta en el primer libro y que agradezco que la autora explore en este. Violet y Mira realizan algunas misiones juntas, por lo que podemos verlas comportarse como una familia y aprender más sobre la hermana mayor. Mira es una joven con mucho carácter, autoritaria y sobreprotectora, además de ser una de mas mejores jinetes de su promoción. Ayudará a Violet en todo lo que pueda, incluso aunque eso signifique renunciar a todo lo que ha conocido hasta el momento. Es fiera a inteligente y, hasta cierto punto, un fiel reflejo de su madre. Brennan es mucho más analítico, estratégico y se deja guiar más por la razón que por los sentimientos. Aunque Violet le ha perdonado que fingiera su muerte, no tendrá tanta suerte ni comprensión por parte de Mira, por lo que ambos hermanos chocarán en más de una ocasión por este motivo, además de por la diferencia de temperamentos.
También reaparecen otros dos personajes de los cuáles me había olvidado por completo. Por un lado tenemos a Aaric, príncipe de Navarre y amigo de Violet. Se supone que le conocemos durante el primer libro, pero es tan irrelevante que no creo que ningún lector se acordara de él al leer su nombre. Huye del palacio para apuntarse en el Cuadrante de Jinetes en contra de la voluntad de su familia y sin avisar a esta, por lo que tiene que usar un nombre falso para que no descubran la verdad. A pesar de haber vivido entre algodones, se desenvuelve sorprendentemente bien en un colegio tan mortífero. Al final del libro tiene un papel bastante importante y espero que en el tercero se ahonde más en él, más que nada para no volver a borrarlo de mi memoria. En cambio a Jesinia sí que la recordaba, pero levemente porque su participación tampoco fue meteórica en la primera parte. De hecho, más que acordarme de su existencia por lo su papel en la historia, me acordé de ella por ser sorda, dado que es muy poco habitual que en las novelas aparezcan personajes con algún tipo de discapacidad. Jesinia trabaja en los Archivos y es muy buena amiga de Violet. Su presencia será fundamental para poder conseguirle a la jinete documentos y libros que son necesarios para la investigación que Violet está llevando a cabo y para descubrir ciertas incongruencias históricas o información que la ayude a perseguir su objetivo. Una cosa que me gusta respecto a Jesinia es que saber lenguaje de signos es, al parecer, algo bastante habitual, por lo que su discapacidad lejos de ser un impedimento se trata con naturalidad. Jesinia es un personaje muy interesante y se nota que le apasiona la historia y la cultura, de ahí que sea perfecta como escriba. Además, tiene ansia de conocimiento y a raíz de las pesquisas de Violet, se implicará mucho en su misión por destapar la verdad, aunque eso la ponga en peligro. En este segundo libro aparecen dos personajes nuevos que son Sloane y Cat. Sloane es la hermana pequeña de Liam. Violet le prometió a este antes de morir que cuidaría de ella cuando entrara en el Cuadrante de Jinetes, pero Sloane odia a Violet porque la culpa de la muerte de su hermano y no quiere verla ni en pintura, por lo que la relación entre ambas será bastante tirante. Tampoco es un personaje que tenga demasiado peso en el libro, más allá de aparecer de vez en cuando para recordarnos el compromiso de Violet. Por su parte, Cat es mucho más interesante. Es piloto de grifo y pertenece a la realeza de Poromiel, por lo que Violet y sus compañeros tendrán que hacer tratos con ella si quieren seguir adelante con su misión. Ambas se llevarán a matar desde el principio porque Cat tiene cierto pasado que disparará los celos de la jinete. Es un personaje bastante odioso, pero es divertido ver cómo ambas interactúan.
Sin duda los mejores personajes han sido, una vez más, Tairn y Andarna, los dos dragones con los que se vincula Violet. Tairn sigue siendo un viejo cascarrabias a que le gusta lucirse, demostrarle a humanos y dragones por igual quién es el que manda, y hacerle a su jinete comentarios insidiosos. En este segundo libro tendrá que lidiar con Andarna, que está en plena adolescencia con la rebeldía que ello conlleva. Después de recuperarse durante el Sueño sin Sueño (un estado habitual en los dragones que dejan de ser crías para madurar) por haber agotado sus fuerzas para parar el tiempo en la batalla contra los venin y salvar a Violet, se ha despertado con ganas de llevarle la contraria a todo el mundo y de demostrar que ella puede acompañar a su jinete en las misiones y desafíos que esta tiene que enfrentar. Los intercambios de parecer entre ambos dragones son de lo más divertido de este libro porque Tairn tiene que actuar como un padre que intenta meter a su hija en vereda sin éxito.
En lo que respecta a la trama, sorprendentemente me ha gustado más que en el primer libro, a pesar de las constantes críticas recibidas a causa de su lentitud. Esta segunda parte es, claramente, una novela puente donde la autora se dedica a expandir las fronteras más allá de Navarre, a explorar otros territorios y otras culturas y a desarrollar las consecuencias de que Violet y sus compañeros hayan vivido en la ignorancia durante toda su vida. La misión que se traen entre manos es delicada y deben hacerla al margen de la ley, preparándose para ello con minuciosidad y tesón. Aunque comparto la idea de que la trama es lenta, sobre todo si se compara con Alas de sangre que iba mucho más al grano y al salseo, a mí no se me ha hecho tediosa en ningún momento y no quitaría ni una sola página. A pesar de su longitud, lo he leído sin cansarme, con relativa rapidez y avidez, pues en cada capítulo estaban pasando cosas que, si bien no eran excesivamente sorprendentes, si eran, bajo mi punto de vista, lo suficientes como para mantener mi atención y no permitir que me aburriera. La magia es, asimismo, un punto fuerte en este segundo libro; la autora ahonda más en cómo funcionan los sellos, la magia menor y las runas, algo muy útil para comprender mejor ciertos sucesos. También me ha gustado el añadido de que los pilotos de grifo y los jinetes hayan pasado de ser enemigos mortales a colaborar contra un villano común. Es cierto que la integración de los primeros dentro de un sistema tan cerrado como la Academia es un tema delicado, y más teniendo en cuenta que a los jinetes les han inculcado desde siempre que ellos son superiores por combatir con dragones y que, además, les han entrenado precisamente para matarlos. Pero en tiempos de necesidad deben forzar una alianza les guste o no y me ha gustado cómo la autora lo ha plasmado.
El estilo de escritura de la autora, por otro lado, sigue siendo tan horrible como la primera vez. Es un hecho indiscutible que Rebeca Yarros escribe fatal: su pluma es deficiente, repite las mismas expresiones, fórmulas y vocabulario, sus descripciones son espantosas y es imposible hacerte una idea clara de los escenarios en los que están los personajes, es habitual que estos se teletransporten o aparezcan y desaparezcan de la nada, momentos importantes del libro explicados de una forma terrible y de imposible comprensión... y podría seguir hasta el infinito. Pero, a pesar de sus innumerables defectos, tiene un "algo" que me impide dejar de leer. Para mí, un libro mal escrito es motivo suficiente para abandonarlo o, por lo menos, darle baja nota, pero está claro que esta saga va a ser mi excepción. Lo bueno, es que una vez que te acostumbras a la nula corrección de estilo que tiene la obra, es fácil olvidarse (más o menos) de su pésima ejecución. En cuanto al final, Yarros sabe dejarnos con la miel en los labios y deseosos de saber qué sucederá a continuación; tanto es así, que fue cerrar Alas de hierro y abrir Alas de ónix.
Alas de hierro es una segunda parte que está a la altura del inicio de saga. Se aleja por completo del desarrollo ligero y la acción rápida que cabría esperar, para ahondar mucho más en cómo está construido el mundo, en cómo funciona la magia y aportar un poco más de complejidad a sus personajes. Aunque sigue careciendo de los mismos defectos, una vez asumes esos escollos, es imposible no disfrutar de la obra.
¡Hola!
ResponderEliminarNo he querido leer mucho porque es una saga que aún tengo pendiente y, como tiene spoilers del primer libro, mejor andarme con cuidado. Me alegro que el segundo haya mantenido buen nivel. ¡A ver qué te parece el tercero!
Nos vemos entre páginas
La vida de mi silencio