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miércoles, 26 de febrero de 2025

"Los enclaves dorados", Naomi Novik

Título: Los enclaves dorados (#3)

Título original: The last graduate

Autoras: Naomi Novik

Idioma original: inglés

Saga: Escolomancia

Editorial: Umbriel

Año de publicación: 2022

Páginas: 384

Sinopsis: Salvar el mundo es una prueba para la que ninguna escuela de magia te puede preparar. Casi sin ayuda de nadie (aunque respaldada por un grupo de amigos cada vez mayor), El ha cambiado la naturaleza de la Escolomancia para siempre. Pero ahora que ha vuelto al mundo real, ¿cómo se aplicarán las lecciones que ha aprendido en la escuela? ¿Se cumplirán las profecías de su abuela? ¿Y realmente va a conjurar la ruina de los enclaves para siempre? Mientras la misión para salvar a su amor verdadero se intensifica, El está a punto de aprender la lección más importante de todas: la verdad sobre la que los enclaves y la estabilidad del mundo mágico al completo han sido fundados. Y, siendo ella, es poco probable que vaya a dejarlo pasar...


CONTIENE SPOILERS DE EL ÚLTIMO GRADUADO

El ha pasado con éxito la graduación de la Escolomancia. Ha logrado cumplir su objetivo de atraer a todos los maléfices posibles para luego lanzar esta al vacío, reduciendo drásticamente el mundo mágico de monstruos, permitiendo que los futuros magos puedan crecer relativamente seguros y salvando a todos los alumnos, no solo a los de cuarto. O, más bien, salvando a casi todos los alumnos dado que Orión decidió acometer una última heroicidad y empujar a El fuera de la escuela, justo cuando ambos iban a enfrentarse a Paciencia, el terrorífico milfauces que lleva años poniendo en jaque a los estudiantes de la Escolomancia y uno de los mal más peligrosos que existen. En cuanto El pone un pie en el mundo exterior, intenta por todos los medios acceder de nuevo al colegio para salvar a Orión y sacarle de allí, pero sabe que es demasiado tarde y que no va a sobrevivir a Paciencia, por muy habilidoso que sea y por mucho maná que posea. Su única opción es regresar para matar al milfauces porque estas criaturas no matan a sus presas de inmediato, sino que, al ingerirlas, estas se quedan atrapadas para siempre dentro de la criatura, ni vivos ni muertos, sometidos a un sufrimiento eterno. Para llevar acabo su acto de piedad, El necesita muchísimo maná y averiguar cómo entrar a un espacio que ya no está anclado a la realidad y que flota en el vacío, por lo que su plan es acudir al enclave de Nueva York, donde viven los padres de Orión, y pedirles acceso ilimitado a su depósito de maná. Sin embargo, no será una tarea sencilla: los enclaves están siendo atacados por milfauces violentos que están sobrepasando de algún modo las protecciones, causando destrozos allá donde van. El es la única maga viva que ha conseguido matar a una de estas criaturas y salir indemne, por lo que sus antiguos compañeros de clase acudirán a ella para que les ayude a salvar su hogar. A El no le quedará más remedio que aceptar si quiere evitar que los enclaves sean arrasados y, con ellos, su última esperanza para rescatar a Orión.


Galadriel ha sido capaz de llevar a cabo su plan de rescatar a todos los alumnos de la Escolomancia y mandar la escuela al vacío después de llenarla de monstruos, librando así a los magos de su amenaza durante una larga temporada. Pero el precio que ha tenido que pagar ha sido la pérdida de Orión, que en un último acto de heroicidad decidió enfrentarse a Paciencia él solo para evitar que se comiera a los rezagados antes de que pudieran escapar. A pesar de ser una de las magas más poderosas, El no puede hacer nada por él, más allá de darle una muerte digna matando al milfauces para que no lo degluta por toda la eternidad, pero para eso necesita entrar al colegio que ella misma ha lanzado al vacío, una tarea para la cual necesita unas ingentes cantidades de maná que, al no haber conseguido plaza en ningún enclave, no tiene. Salir de la escuela y regresar a la comuna en la que vivía con su madre ha pasado de ser un sueño, a convertirse en una pesadilla. El se deja llevar por el dolor mientras se devana los sesos para encontrar una solución que le permita salvar el alma de Orión. Pero mientras ella se encuentra sumida en su pena, los milfauces que quedan pululando por la tierra están atacando los enclaves donde viven el resto de magos y ni siquiera sus poderosas protecciones son capaces de pararlos. Es por esto que algunos antiguos compañeros acuden a pedirle ayuda, pues saben que ella es la única capaz de matarlos con éxito. Al principio El rechazará su solicitud porque no quiere saber nada de los enclaves debido a su resentimiento porque ninguno de ellos haya movido ni un dedo por rescatar a uno de los magos más prometedores de su promoción, pero al final claudicará y viajará a diferentes partes del mundo no solo para enfrentarse a estos monstruos come-magia, sino también para averiguar por qué están atacando de repente, como si fuera algo orquestado, y para, de paso, conseguir ayuda para cumplir su propio objetivo.

Además de todo ello, Galadriel sigue fantaseando con la idea de construir un nuevo enclave para que todas aquellas personas que, como ella, no han podido conseguir plaza en ninguno, estén protegidas. Durante su estancia en el colegio, este le proporcionó un sutra para construir los llamados enclaves dorados, que son más costosos de crear y que no se pueden ampliar eternamente, al contrario que los enclaves modernos, de ahí que los magos los descartaran una vez aprendieron una nueva técnica para construirlos.

Galadriel es un personaje que ha ido gustándome menos conforme ha avanzado la trilogía, hasta el punto en que en este tercer libro se me ha hecho insoportable la mayor parte del tiempo. Se dedica a ir de víctima y de la más sufridora a raíz de lo que le pasa a Orión y a expresar sin pudor que ella es la única que tiene derecho a sentir tanto dolor por su pérdida. Desprecia la tristeza de los amigos de Orión e incluso la tristeza de su familia porque considera que ninguno de ellos le conocía de verdad y que no hicieron esfuerzos por estar a su lado y por quererle como ella le quiso. Y sí, coincido en que muchos de los que se hacían llamar "amigos" estaban a su lado por su capacidad para matar maleficiaria y que, cuando conocemos a sus padres, estos no fueron los mejores progenitores del mundo y tomaron decisiones cuestionables. Pero esa gente también apreciaba a Orión y para ellos su pérdida también ha supuesto un gran varapalo. Sin embargo, El actúa durante toda la novela como si sus sentimientos fueran los únicos que son válidos y como si sus palabras fueran la verdad absoluta. Ella es la única que puede acabar con el sufrimiento de Orión y, por ende, todo el mundo debe hacerla caso sin rechistar y darle los medios para llevar a cabo su plan sin hacer preguntas. Su actitud presuntuosa, egoísta y superioridad moral me ponía de los nervios, a pesar de que en muchas ocasiones estaba de acuerdo con su forma de pensar, como en todo el embrollo de los enclaves. Además, esta tercera parte ha reforzado mi idea de que no entiendo cómo es posible que tenga amigos, cuando los usa más bien como marionetas y como perritos falderos que la siguen a todas partes. Por su parte, Orión sigue siendo el muchacho más bien sosainas, aunque es cierto que gracias a la visita de El a Nueva York, conocemos un poco más acerca de su infancia y, además, descubrimos un secreto que su familia tenía bien guardado y que hará que El se replanteé muchas cosas. También conocemos un poco mejor a la madre de Galadriel, la sanadora de la comuna donde viven, a quien solo habíamos visto a través de los ojos de su hija en flashbacks. Conocer a esta mujer que solo supura amabilidad y empatía es curioso, teniendo en cuenta cómo ha salido su vástaga. Aunque el hecho de que la abuela de El dictara una profecía cuando ella era pequeña en la que auguraba que su poder estaba destinado a hacer el mal y acabar con el mundo influye en la personalidad de cualquiera.

Lo mejor de esta novela y lo que para mí ha hecho que sea el mejor libro de la trilogía (aunque soy consciente de que no todo el mundo opina igual) ha sido la trama. Por fin salimos del colegio de magia y nos adentramos al mundo real, dividido entre los humanos sin magia (que viven ignorantes de lo que se cuece entre los pliegues de su mundo) y los magos, que aprovechan lo que ellos denominan el vacío para levantar sus enclaves y vivir protegidos de los monstruos. O bueno, para ser exactos, solo los magos que tienen la fortuna de nacer dentro de uno de ellos o de obtener una plaza al salir de la escuela de la Escolomancia. Explorar cómo funciona la magia dentro de un entorno más o menos controlado como el colegio y cómo se emplea en el día a día fuera de la educación ha sido muy interesante, así como la ampliación de mundo que hace Novik. Además, en las diferentes incursiones que realiza Galadriel a los enclaves que están siendo atacados tendrá la oportunidad de descubrir trapos sucios terribles en relación con estos, que no harán más que reforzar su deseo de crear enclaves de piedra dorada usando los sutras que le regaló el colegio. Es consciente de que cambiar la mentalidad de los magos que se han aferrado a ciertas costumbres durante siglos, por reprochables que estas sean, va a ser muy difícil, pero si algo caracteriza a esta protagonista es que es leal a sus principios y tiene una visión del bien y del mal bastante cristalina, por lo que aprovechará su misión de rescate de enclaves para demostrarle a sus líderes que las cosas se pueden hacer de otra forma que, si bien no tiene tantas ventajas, es muchísimo más ética. Otro elemento que ha vuelto la historia mucho más atractiva es lo que sucede con Orión (de lo que no os voy a hablar por ser, obviamente, un spoiler), dado que no me esperaba en absoluto que la autora tomara ese camino y me pareció un punto de inflexión interesantísimo no solo para la trama en sí, sino también para el propio personaje, lo que hizo que lo mirara con otros ojos y ya no me pareciera tan aburrido como hasta el momento.

Eso sí, los capítulos siguen siendo excesivamente largos por lo que a pesar de que la autora escribe con relativa ligereza, me daba la sensación constante de que no estaba avanzando en absoluto. Además, las explicaciones mágicas siguen siendo tan complejas y llenas de matices, que me seguía resultando complicado seguirle el hilo a los razonamientos de Galadriel al respecto y muchas veces tenía que leer un párrafo varias veces para entender qué me estaba contando y por qué. El final es predecible pero no en un sentido negativo porque sucede justo lo que el lector lleva deseando desde que empieza el libro, por lo que es un desenlace redondo y perfecto como cierre de trilogía.


La Escolomancia ha sido una trilogía que ha tenido altibajos. El primer libro fue una introducción al sistema de magia creado por Novik, diferente y a la vez muy basado en los sistemas clásicos de la fantasía. El segundo me resultó una copia del anterior con una ligera evolución de los personajes que tampoco fue nada de otro mundo. Siento que salir del colegio y explorar el mundo exterior en este tercero ha sido todo un acierto y aunque quizá no era lo que los fans esperaban, para mí ha sido una bocanada de aire fresco para una trilogía que se me estaba comenzando a hacer bastante repetitiva y aburrida.

1 comentario:

  1. Hola me alegra que disfrutaras de la lectura, la veradad no me he leido los libros anteriores pero no es una historia que llame mucho mi atencion asi que lo dejo pasar. Gracias por la reseña, saludos

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