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lunes, 8 de julio de 2024

"Brujerías", Terry Pratchett

Título: Brujerías (#2)

Título original: Wyrd Sisters

Autor: Terry Pratchett

Idioma original: inglés

Saga: Mundodisco (#6), Las Brujas (#2)

Editorial: DeBolsillo

Año de publicación: 2003

Páginas: 272

Sinopsis: Tres hermanas brujas se oponen radicalmente a los reyes del país de Lancre. Tienen sus motivos para ello, y también un maquiavélico plan para alzarse con la victoria. Naturalmente, los habitantes de Lancre se verán involucrados y todo derivará hacia una convulsión caótica. Una nueva entrega de la saga del Mundodisco.

CONTIENE SPOILERS DE RITOS IGUALES

Magrat Ajostiernos tiene muy presente la imagen clásica que pervive en el imaginario colectivo de cómo tiene que ser una bruja y una parte fundamental del mismo son los aquelarres. Aunque sus compañeras Yaya Ceravieja y Tata Ogg no están muy por la labor de dejarse guiar por los clichés pueblerinos, terminan cediendo. Mientras estas tres brujas viven en su bosque alejadas de la sociedad y haciendo cosas típicas de su condición (lo cuál pone a Magrat muy contenta), se produce un cambio político en el reino de Lancre que las afectará por mucho que ellas no quieran involucrarse. El rey ha sufrido un repentino accidente y ha perdido la vida, por lo que será su primo, el Duque Felmet, quien le sustituya. Este nuevo monarca resulta ser un gobernante avaricioso y sediento de poder, por lo que aumenta desmesuradamente los tributos e impone leyes basadas en conseguir beneficio económico rápido a costa del bienestar de sus súbditos. Esto a las brujas ni les va ni les viene, dado que viven ajenas a lo que sucede en el pueblo y la ley no se les aplica, hasta que un mensajero les comunica que, por orden del nuevo rey, ellas también tendrán que pagar impuestos. Y eso es algo que no pueden permitir. El rey puede deforestar los bosques, puede destrozar los cultivos, puede empobrecer a la población... ¿pero obligar a las brujas a participar en los tributos? Eso es intolerable.

Así que el aquelarre se pondrá manos a la obra para solventar este problema y, de paso, ayudar a sus vecinos a deshacerse del Duque. Debido a las sospechas de que el accidente del antiguo rey no fue tal y más bien se trató de un asesinato para que su primo ocupara el trono, las brujas rescataron al hijo del primero y legítimo heredero e hicieron que una familia de artistas itinerantes lo adoptaran y se lo llevaran lejos del pueblo. Ahora no les quedará más remedio que ir a buscarle y ayudarle a reclamar el sitio que le pertenece, confiando en que será mucho mejor gobernante que el actual.


En Brujerías nos encontramos con una clara parodia de la obra MacBeth de Shakespeare, la cual Pratchett utiliza para continuar con las aventuras de Yaya Ceravieja, a quien ya conocimos en el libro anterior. Si bien esta novela es una continuación de Ritos iguales, no es una segunda parte como tal, ya que cambiamos el foco y nos olvidamos de Eskarina y su aprendizaje como maga para centrarnos en Yaya y su aquelarre. Esto al principio me confundió porque no me lo esperaba y también me molestó porque yo quería saber si finalmente Esk es aceptada o no como maga y cómo es su evolución en un mundo solo accesible a los hombres. Pero la trama de esta novela es tan absurda e irreverente, que no tardé en sumergirme en lo que Pratchett nos quería contar.

El drama inicia con el asesinato del rey de Lancre perpetrado supuestamente por su primo, que anhela el poder que le otorga el trono. En cuanto pisa el castillo, sus primeras medidas irán destinadas a explotar las tierras llevándolas al límite y a empobrecer a sus ciudadanos para enriquecer sus propios bolsillos. Las brujas, que andan bien contentas con su vida sencilla dedicada a cuidar animales y usar su magia para curar o para lanzar maldiciones según les venga en gana, no quieren involucrarse en problemas políticos; además, es bien sabido que toda familia real tiene como tradición matar a sus miembros para ocupar su puesto. Sin embargo, el bosque donde viven está empezando a enfurecerse con las talas masivas del rey y con el trato irrespetuoso que este le está dando a la naturaleza y, para colmo, el monarca ahora les exige pagar impuestos, ¡a ellas!. Así que a Yaya, Tata y Magrat no les queda más remedio que intervenir en el curso natural de los acontecimientos si quieren volver a vivir tranquilitas y en paz.

Yaya es una mujer de carácter agrio, que lleva la ironía por bandera, le gusta que las cosas se queden como están y, sobre todo, que la dejen en paz. Tata es una combinación entre madre y abuela, lo cual no es para menos teniendo en cuenta que su familia va más allá del concepto "numerosa". Magrat, por su parte, es la soñadora e inocente, la más pura de las tres que solo quiere ser una bruja tradicional y que cuando se enamora, saca su lado más tímido. A pesar de tener personalidades tan dispares, hacen un tándem maravilloso y son un trío icónico cuyas interacciones te sacan más de una sonrisa. Les cuesta ponerse de acuerdo y tienen una visión muy diferente de cómo tienen que ser las cosas, pero si en algo coinciden es que el reino de Lancre necesita ser salvado y para ello deben buscar al grupo de teatro itinerante a quienes le confiaron a Tomjom, el hijo del rey asesinado. Solo él podrá reclamar el trono cuando consigan echar al Duque del castillo.


Esta novela es una sucesión de hitos hilarantes, desde las asombradas brujas considerando que una obra de teatro es magia de verdad, hasta las escenas de Magrat preocupada por el nido de pájaros que tiene por cabello. Todo ello siguiendo la estela del homenaje a Shakespeare que hace el autor, con el fantasma del rey persiguiendo a las brujas, un regicida, un bufón, traiciones, puñaladas por la espalda, la importancia del teatro y sus constantes referencias al mismo... Una trama central rodeada de tensión (¿conseguirá el aquelarre su objetivo?) y salpicada por el particular humor de Pratchett. Al igual que en el libro anterior, el autor nos deleita con críticas sutiles, pero ácidas y acertadas, hacia la política, la monarquía, las ansias de poder, la corrupción... Temas que no dejan de estar a la orden del día, y todo ello recubierto con una pátina de fantasía e sarcasmo.


Lo mejor del libro ha sido reencontrarme con Yaya y conocer a sus compañeras de brujerías, las cuales espero y deseo que sean personajes recurrentes en Mundodisco porque son de lo mejorcito como protagonistas. Brujerías es una novela divertida, fácil y ligera de leer, con la que es imposible no reírte teniendo en cuenta las situaciones tan ridículas a las que se tienen que enfrentar los distintos personajes. Y aunque es predecible a más no poder, como lo son, al fin y al cabo, las obras de teatro que referencia, lo importante de esta obra son las lecciones que aprendemos a través del humor y lo mucho que nos hace disfrutar Pratchett con su prosa y su sarcasmo.

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