Libros físicos VS. Ebook. Fight!

Lo que me ha motivado a escribir esta entrada es una noticia que he leído hoy en el 20 minutos. El titular de la noticia se me presentó muy suculento.

"Llega eBiblio: un servicio de biblioteca pública que ofrece 1.500 ebooks de forma gratuita"

Hasta que sigues leyendo: "Cada una de las 200.000 licencias de los 1.500 títulos permite una media de 28 usos o lecturas." Es decir, una vez que uses 28 veces el ebook en cuestión dejas de poder acceder a él. Esto no es tan importante ya que no creo que nadie en su sano juicio se lea el mismo libro 28 veces. Pero aun así, ya vemos que no es tan bonito como pueda parecer ya que el hecho de ser gratis plantea ciertas restricciones.

"Su coste, que en esta primera fase ha asumido el Ministerio en su totalidad, ha sido de 1,6 millones de euros. En Cataluña, Baleares, Melilla y Cantabria tendrán listo eBiblio antes de finales de este año; País Vasco cuenta con su propio servicio. El proyecto se basa en la cooperación con las Comunidades Autónomas, que complementarán el catálogo en función de sus intereses, como puede ser la lengua del contenido de dichos libros electrónicos, ya que para esta primera fase solo se han adquirido licencias para títulos en castellano." Es decir, los primeros ejemplares gratuitos corren a cargo del Gobierno. No obstante, el resto será pagado por la comunidad autónoma que tenga habilitado el servicio en cuestión. Por tanto, la disponibilidad de libros gratis dependerá exclusivamente de lo que la comunidad quiera gastarse en ello, teniendo en cuenta que financiarán los libros que a ellos les convenga puesto que son ellos los que van a pagarlos. Digamos que la iniciativa en sí es bonita y a cualquier lector se nos hace la boca agua con esto. Dependiendo, eso sí, de que no seamos muy exquisitos en cuanto al catálogo. Esta plataforma aún no está en marcha por lo que no sé qué títulos van a estar disponibles y cuáles van a ser las limitaciones a las que van a estar sujetos. Pero siendo un servicio gratuito y dependiente de las comunidades autónomas, permitidme que no me muestre muy entusiasta a este respecto y que no termine de fiarme del todo de esta iniciativa.

Independientemente de este plan lanzando por el Gobierno, sí es cierto que en nuestros días hemos visto como los libros digitales le van comiendo terreno poco a poco a los físicos, lo que me hace plantearme muchas cosas. Yo me considero una absoluta viciada a comprar libros (siempre y cuando esté en mis posibilidades). Mi parte favorita de la semana/del mes es cuando entro en un enorme Fnac y me paseo por las estanterías, escogiendo cuál será mi próxima lectura. Pero incluso este hábito ha cambiado. Antes, cogía varios libros y los pagaba en caja. Ahora, apunto los títulos de los libros para descargarlos o comprarlos por internet. ¿Por qué? Muy sencillo. Llegó un punto en el que me dolía ver los precios tan desorbitados que tienen los libros. Me cansé de gastarme unos 80 euros por tres libros que apenas alcanzaban las cuatrocientas páginas. El precio de los libros (y de la cultura en general) ha llegado a un límite desorbitado. Soy una amante y defensora de comprar los libros en físico, pero simplemente no puedo más. De vez en cuando me permito el caro capricho de adquirir alguno, pero teniendo mi maravilloso ebook se me hace cada vez más difícil. ¿Por qué pagar una millonada por algo que puedo obtener por menos precio en formato digital o, incluso, gratis? Para no sentirme tan mal conmigo misma, de vez en cuando me tomo el lujo de comprarme un libro en físico si sé que me va a encantar o si lo he leído previamente en ebook y me ha enamorado.

Con esto, no estoy justificando la piratería, ni mucho menos. Es una crítica al mercado literario. Antes con 20 euros podías comprarte por lo menos dos libros. Ahora si tienes suerte, te llega para uno. Y llega un momento en el que te rindes ante lo evidente y te pasas al ebook y a webs como Amazon. ¿Por qué gastarte 20 euros en Cazadores de Sombras pudiendo tenerlo por la mitad de precio solo por ser digital?

Sin duda, el sector que más está sufriendo esto son las pequeñas librerías (¿y los autores?). El año pasado estuve trabajando en una librería y surgió el tema del libro electrónico. A mi me avergonzaba admitir delante de mi jefa que prefería el formato digital por el enorme ahorro que me supone frente al físico, ya que ella se gana la vida con eso. Pero me sorprendió gratamente saber su opinión. Es una mujer que lleva toda su vida ganándose el pan con su negocio librero y que, actualmente, apenas le da para sobrevivir. Hace unos años, septiembre suponía el mejor mes para su sector, ya que con la vuelta al cole los padres se gastaban una fortuna en libros. Pero ahora apenas hacen pedidos. Y aunque eso repercuta en su economía, ella lo entiende. Me dijo que era normal que los padres no compraran libros de texto de primera mano y me puso un ejemplo muy sencillo. Su último pedido había sido de 250 euros y eran libros para una niña de 5 años. ¿Cómo te puedes gastar ese dineral en libros que solo sirven para que aprendan a escribir, leer, dibujar y poco más? Ella misma estaba indignada e incluso se había ofrecido a hacerles una rebaja por el precio escandaloso de... ¿cuánto? ¿cuatro libros?

Mi jefa me dijo que ella se ponía de parte del consumidor y que ella como consumidora no podía permitirse todo el gasto que suponen los libros, ya sean escolares o no. Y con respecto a los ebook, que es el tema que nos toca, su postura fue muy clara: ¿por qué gastarte 20 o 30 euros en un libro si puedes comprarlo en digital y te sale más barato? Tal cual. Ahí yo me sorprendí. ¿Cómo podía decir eso una mujer que se ganaba la vida precisamente vendiendo libros? Y se lo pregunté. Y me dijo que ella misma estaba espantada con los precios de los libros y que entendía (y compartía) perfectamente el por qué la gente cada vez consumía menos libros. Eso me lo dijo una mujer que se está planteando cerrar su librería por la falta de ingresos. Por supuesto, no le echa la culpa al consumidor, ni mucho menos. Se la echa al mercado editorial y los precios abusivos con los que nos bombardean. Considera intolerable que para culturizarte tengas que ser rico.

No pretendo defender el formato digital frente al físico ni mostrarme a favor de la piratería. Solo quiero dejaros patente una realidad evidente, una lucha entre la tecnología y la tradición que si sigue así, se va a decantar por un claro vencedor. Como lectora desearía tener una biblioteca enorme y llena de mis títulos favoritos. Como lectora, soy consciente de que tanto mi poder adquisitivo como los precios de mercado (cada vez más elevados) me impiden realizar ese deseo. ¿Acaso tengo que dejar de leer porque no puedo permitirme comprarme libros en el Fnac? No. Me busco la vida y otras opciones alternativas que, en mi caso y en el de muchos, me aporta internet y plataformas como Amazon.

Y vosotros, ¿qué opináis tanto de la iniciativa del Gobierno como del libro electrónico?