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martes, 3 de septiembre de 2024

"No pediré disculpas", Felicidad Martínez

Título: No pediré disculpas

Autora: Felicidad Martínez

Idioma original: español

Editorial: FM

Año de publicación: 2024

Páginas: 232

Sinopsis: En el periodo comprendido entre 2010 y 2020 las nuevas tecnologías de edición y comunicación revolucionaron el mundo editorial del fantástico español, ayudaron a fomentar su difusión y permitieron una organización más eficiente de fans y escritores, pero también avivaron el linchamiento gratuito y el caos. La situación actual no es más que la germinación de los hechos que acontecieron en ese periodo. No pediré disculpas habla de eso y de mucho más. En un tono personal y directo, Felicidad Martínez, autora de ciencia ficción, relata su experiencia durante esos años, desgranando los sucesos y las situaciones más relevantes que vivió, sin dejar de lado el espíritu crítico y objetivo. ¿Te atreves a leerlo?



No soy el tipo de lectora que compra libros a ciegas, sin haber leído reseñas previas y sin saber a ciencia cierta si mi inversión va a merecer la pena (aunque obviamente esto último puede cumplirse o no). Pero Felicidad Martínez presentó tan bien su última publicación, que no pude resistirme a darle una oportunidad. La conocí en el Celsius, el festival literario de fantasía y terror que se celebra en Avilés, cuando acudí a lo que supuestamente era una charla sobre el fandom y la fantasía y que resultó ser una presentación encubierta de No pediré disculpas. Aunque al principio me sentí "estafada", cuando más hablaba la autora más me convencía yo de que necesitaba leer lo que había escrito.

Esta obra es un ensayo donde Felicidad Martínez, autora hispana de ciencia ficción, se abre al público para contarnos sin tapujos sus alegrías y vicisitudes dentro del mundo literario desde que empezó a publicar. Si eres lector y tienes una presencia más o menos activa en redes sociales, sabrás que no es oro todo lo que reluce en cuanto a editoriales se refiere. Es bien sabido que muchas de ellas tienen prácticas cuestionables como no pagar a sus trabajadores lo que merecen, lanzar al mercado traducciones automáticas, prácticas de márketing poco éticas, uso de IA para las portadas... Pero eso solo es la punta del iceberg de todo lo poco ético que se cuece detrás de grandes (y no tan grandes) nombres editoriales, actitudes controvertidas que rozan lo ilegal y de la que apenas somos conscientes por estar al otro lado. Así que imaginaos lo que se tiene que vivir desde dentro. Además, como autor tienes que sentirte agradecido de que una editorial haya tenido el detalle de publicarte, por lo que no puedes andarte con exigencias (a menos que vendas como churros) y mucho menos airear los trapos sucios de la mano que te da de comer. Si te atreves a decir lo más mínimo en contra de aquellos que hayan apostado por ti, olvídate de tener una larga y prolífica carrera literaria porque nadie va a querer publicar a un autor combativo que critica la supuesta mala praxis de las editoriales con las que trabaja.

Por este motivo, Felicidad Martínez ha tenido que mantener un silencio obstinado durante años, viviendo en sus propias carnes experiencias poco agradables o viendo cómo las sufrían otros compañeros del sector, pero sin poder pronunciarse públicamente al respecto por miedo a truncar su carrera como escritora. Sin embargo, gracias a las nuevas tecnologías, hoy en día no necesitas obligatoriamente una editorial tradicional para estar en el mercado; plataformas como Amazon te permiten autopublicar tu obra con una calidad decente y sin tener que pasar por el engorroso proceso de suplicar a las editoriales para que publiquen a un autor nacional. Es por esto que la autora, después de muchos años de trayectoria, se decantó por esta opción para sacar a la luz su ensayo, porque además, cuando no necesitas el respaldo editorial, tienes libertad para abrir la caja de Pandora y desahogarte.


Así pues, en No pediré disculpas (un título que no deja lugar a dudas) Felicidad se desnuda y escupe todo lo que se ha callado desde que publicó sus primeros relatos de ciencia ficción allá por el 2006. Y además se queda bien a gusto, porque no se limita a hacer insinuaciones, sino que pone nombre y apellidos y habla de eventos literarios, editoriales, autores, grandes premios, jurados, editores... sin pelos en la lengua. Total, ya no tiene nada que perder. Aunque la autora hace referencia a eventos concretos, lo que cuenta se puede extrapolar perfectamente a cualquier parte del sector: editoriales que nacen con el objetivo de cambiar el panorama literario, pero se quedan en nada y terminan desapareciendo; señoros que solo publican a otros señoros porque quién va a querer leer a una mujer escribiendo cifi; concursos literarios amañados; eventos literarios que surgen con la ilusión de crear un lugar común de reunión y que se acaban abandonando; autores que tienen que tragar situaciones injustas si quieren que alguien les publique...

Asimismo, tal y como he adelantado, aprovecha para mostrar el machismo que todavía impera en el mundo literario, especialmente dentro de géneros considerados más de nicho como la ciencia ficción. Si ya de por sí publicar siendo mujer es complicado (a menos que sea "juvenil"), abrirte paso en un género tradicionalmente copado por hombres es todavía más difícil. Y pese a ser una autora de una dilatada trayectoria como Felicidad, ni aun así se libraba de no ser tomada en serio por el simple hecho de ser mujer.

A pesar de esto, no es un libro de salseo. No es un ensayo del chisme por el chisme, sino una especie de diario donde la autora nos habla de tú a tú y se desahoga, donde cuenta una verdad que está ahí pero que somos incapaces de ver desde el otro lado; una oportunidad para hacernos ver que ser publicados puede salir muy bien o puede salir muy mal y no es todo oro lo que reluce. Es un ensayo entretenido, con un lenguaje natural y cercano, que interpela al lector constantemente buscando su complicidad. Precisamente, este último punto ha sido uno de los que más me ha chirriado porque en ocasiones es tan coloquial, que da la sensación de que el texto no ha sido corregido. La autora abusa de ciertas muletillas ("bueno, prosigo"), de palabras que son más propias de redes sociales o conversaciones entre amigos (como WTF) y además en ocasiones va saltando de una anécdota a otra sin orden ni concierto. Recuerda a la típica amiga que te va contando las cosas según se va acordando de ellas porque las relaciona unas con otras, con saltos en el tiempo incluidos (te adelanta un evento relacionado con lo que te está contando, pero lo corta a mitad porque ya hablará de él en capítulos posteriores, cuando toque). Esta forma de narrar refuerza la idea de que más que un ensayo, estás hablando con una colega de profesión mientras te tomas un café. Y es perfecto si lo que buscas no es leer un análisis sesudo del mercado editorial pero, al mismo tiempo, eso hace que sea fácil olvidar que estas leyendo un libro y no una conversación de Whatsapp.

Esta obra da pie a abrir un interesante debate mientras vas leyendo, dado que puedes estar de acuerdo o no con lo que Felicidad nos cuenta. Obviamente no puedes cuestionar lo que ella vivió, el cómo lo vivió o cómo lidió con ello, pero como opina acerca de muchos temas diferentes basándose en su propia experiencia y en cómo ella ve las cosas, en mi caso hubo varios momentos en los que no estuve de acuerdo con sus argumentos (como cuando habla de GoodReads; es cierto que algunas de sus opiniones al respecto son muy acertadas, pero por otro lado parece que olvida que es una red social pensada para lectores, por lo que no se puede juzgar desde los ojos de un escritor).


No pediré disculpas es un ensayo que refleja con fidelidad el panorama editorial que tenemos en España desde el punto de vista de una autora que lo ha vivido en su propia piel durante años. Es una crítica sarcástica y acerada al sistema, a las editoriales y también a los lectores, pues lo que se publica o se deja de publicar depende en gran medida de lo que la gente esté dispuesto a leer.

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