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sábado, 21 de septiembre de 2024

"El señor de las sombras", Cassandra Clare

Título : El señor de las sombras (#2)

Título original: Lord of Shadows

Autores: Cassandra Clare

Idioma original: inglés

Saga: Cazadores de sombras: Renacimiento

Editorial: Destino

Año de publicación: 2017

Páginas: 677

Sinopsis: Emma Carstairs ha descubierto que el amor que siente por su parabaratai, Julian Blackthorn, no solo está prohibido, sino que incluso puede destruirlos a ambos. Debe alejarse de él, pero ¿cómo hacerlo justo en el momento en que Julian la necesita más que nunca? Su única esperanza es el Libro Negro de los Muertos, un compendio de hechizos con un terrible poder. Todos lo quieren, pero solo los Blackthorn pueden encontrarlo. Pero para ello deberán retar y vencer la voluntad del imponente Señor de las Sombras…


CONTIENE SPOILERS DE LADY MIDNIGHT

Malcolm Fade, el Gran Brujo de Los Ángeles y amigo y compañero de Emma Carstairs y los Blackthorne, ha resultado ser, en realidad, su enemigo. Fue él quien mató a los padres de Emma y no Sebastian Morgenstern como ella creía, pues los necesitaba para una serie de experimentos de magia negra. El verdadero objetivo de Malcolm era resucitar a Annabel Blackthorne, quien fue el amor de su vida hace siglos y fue sometida a terribles torturas por parte de la Clave por atreverse a enamorarse de un subterráneo. Desde entonces, Malcolm busca venganza y halló en el Libro Negro, un libro prohibido de magia que se encontraba oculto en un Instituto, el hechizo que devolvería a la vida a su amada. Para ello necesitaba, entre otras cosas, sangre Blackthorne, de ahí que fingiera durante años ser aliado de estos, para ganarse su confianza y poder atacarlos cuando menos se lo esperaran. A pesar del dolor de la traición, los hermanos Blackthorne, Emma y Cristina, habitantes del Institulo de Los Ángeles, consiguieron frustrar sus planes y matarlo enviando su cuerpo al mar antes de que pudiera lograr su objetivo. Capeada la tormenta, ahora tienen que averiguar cómo seguir adelante. Lo que no se imaginan es que la tormenta solo acaba de empezar.


Si los Blackthorne y Emma creían que habiendo resuelto el asesinato de los padres de esta, habiendo derrotado a Malcolm y habiendo recuperado por fin a Mark iban a tener un minuto de descanso, estaban muy equivocados. Por un lado, Malcolm era quien proporcionaba la medicina a Arthur, el tío de Julian y director del Instituto, quien sufre de locura permanente a causa de las torturas que sufrió durante el periodo que estuvo secuestrado en el reino de las hadas. Este remedio le permitía tener momentos de lucidez y aparecer en público cuando era estrictamente necesario, mientras que Julian era quien manejaba el Instituto en las sombras y ocultaba su estado real para evitar que le quitaran el puesto a su tío y la Clave separara a los hermanos y los enviara a diferentes Institutos. Ahora que Malcom está muerto, Julian sabe que será mucho más complicado mentir acerca del estado mental de su tío y que la situación de su familia pende de un hilo. Por otro lado, Emma y Julian han descubierto que la amistad tan intensa y profunda que sentían el uno por el otro era, en realidad, amor. Siendo parabatais está estrictamente prohibido enamorarse y no es una norma arbitraria y absurda como otras de la Clave, sino que tiene una importante razón de ser que Jem, ex Hermano Silencioso y familiar de Emma, le dejará bien claro a esta. Por ese motivo, Emma se esforzará en fingir que lo que ocurrió con Julian fue un momento puntual de pasión y que en realidad no lo ama. Para reforzar estos sentimientos impostados le pedirá ayuda a Mark, quien finalmente decidió regresar a su vida de cazador de sombras, que aceptará fingir que está saliendo con Emma si con ello ayuda a su hermano Julian (aunque él no sabe que se debe al amor prohibido entre ambos parabatais).

Mark por su parte también tiene sus propios fantasmas. 
Gywn, líder de la Cacería Salvaje, acude al Instituto a pedirle que salve a Kieran, su ex novio, príncipe de la corte no seelie y miembro de la Cacería. Tras lo ocurrido en el libro anterior, el rey no seelie le ha condenado a muerte y Gywn apela a los sentimientos de Mark para que lo rescate. Este al principio se negará por todo el daño que le causó tanto a él como a su familia, pero es incapaz de olvidar que Kieran le ayudó cuando Mark estaba solo y perdido en el reino de las hadas, por lo que huirá a escondidas del Instituto para regresar a Feera. Por supuesto, Julian, Emma y Cristina, cazadora de sombras mexicana que está en Los Ángeles de intercambio, descubrirán sus intenciones y en contra de su voluntad acudirán con él al rescate. Gracias a su incursión ilegal en Feera (recordemos que todavía sigue vigente la ley de la Paz Fría por parte de la Clave), descubrirán que el rey no seelie está empleando magia negra en sus propias tierras que impide que las armas y las runas de los cazadores de sombras funcionen. Esto supone un peligro para los nefilim, sobre todo si las hadas deciden vengarse y embarcarse en una nueva guerra.
A todo esto se suma que en las últimas semanas ha habido una proliferación inusual de demonios acuáticos saliendo del mar y atacando a los mundanos, por lo que los integrantes del Instituto de Los Ángeles tienen que combatirlos y además encontrar cuál es el origen. Para ello, la Clave enviará a un equipo de Centuriones, que son cazadores de sombras de élite que estudian en el Escolamántico. Los Centuriones han averiguado en sus investigaciones que este aluvión de demonios se debe a que al matar Emma al brujo Malcolm Fade y tirar su cuerpo al mar, esto activó una serie de hechizos, por lo que es imperativo hallar su cadáver para romper la magia.

Todo lo que ocurrió en la primera parte de la trilogía Renacimiento era solo la punta del iceberg de lo que estaba por venir y en El señor de las sombras ha quedado claro que Cassandra Clare solo nos estaba abriendo el apetito. Es cierto que, en esta ocasión, esta estrategia ha jugado un poco en su contra porque tenía la sensación de que las primeras trescientas páginas eran básicamente reabrir tramas y subtramas que supuestamente ya estaban cerradas. Es decir, gran parte de los plot twist han consistido que conflictos que dábamos por solucionados, en realidad no lo estaban y, por lo tanto, vuelven a surgir, con más fuerza si cabe, en esta novela. Esto hizo que me costara mucho introducirme en la historia y el libro se me hiciera pesado porque sentía que estaba leyendo una y otra vez lo mismo, pero aderezado con ligeras sorpresas. No es hasta bien entrada la mitad de la obra que por fin enlazamos con la trama específica de esta segunda parte, que obviamente está intrínsecamente ligada a todo lo que sucedió con anterioridad y, de hecho, es consecuencia directa de las decisiones tomadas por los diferentes cazadores de sombras.

En cuanto a los personajes, una mejora evidente es que aquí todos tienen la presencia que se merecen. Emma y Julian siguen destacando por ser los protagonistas, pero los capítulos desde su punto de vista y los narrados por el resto de integrantes del Instituto están muy equilibrados y se agradece no estar siempre en la cabeza de estos dos, sobre todo porque sus conflictos internos (que se gustan, pero no pueden estar juntos por ser parabatais) llegan a ser repetitivos y cargantes. Hemos podido conocer mucho mejor a Mark y cómo este sigue viviendo la dualidad de ser hada y cazador de sombras, cómo ha decidido que su futuro está junto a su familia en el Instituto de Los Ángeles, pero a su vez es consciente de que nunca se podrá desprender de todo de Féera, sobre todo a raíz de la constante presencia de Kieran. Este también terminará teniendo su hueco en la novela y aunque no es narrador per se, apreciamos su evolución a través del resto de personajes como Mark y Cristina. Kieran se encuentra en una tesitura bastante complicada, dado que sin quererlo se ha visto envuelto en una serie de complots políticos que pueden causar una guerra en sus tierras. Cristina ha dejado de ser simplemente la mejor amiga de Emma para tener voz propia. Ya no es un personaje plano que está ahí para hacer un poco de bulto y para que Emma se desahogue, sino que por fin atisbamos un poco más de su pasado y de las razones que la han llevado a ofrecerse como estudiante de intercambio, dejando atrás su México natal. Su comprensión y amor por las hadas la convertirán en alguien muy cercano a Mark y también a Kieran. Cristina es un personaje que me gusta mucho por su empatía, por estar ahí cuando los demás la necesitan, por su amabilidad, entereza y valentía. De hecho, diría que es mi personaje femenino favorito de esta nueva saga dentro del universo de cazadores de sombras. Además, la conexión que surge entre ella y las dos hadas es interesantísima y espero que la autora la desarrolle tal y como imagino en mi cabeza porque me encantaría ver ese tipo de vínculos.

Otros que también comienzan a brillar con luz propia son los hermanos pequeños de Julian, sobre todo los mellizos Ty y Livvy. Como se adelantaba en el libro anterior, Ty es autista (algo que la autora confirma y pone en palabras, pese a que ese concepto no existe dentro del mundo de los nefilim) y vemos cómo su condición afecta y limita en ciertos aspectos su vida de guerrero. Pese a su personalidad retraída y su dificultad para crear nuevas relaciones, hace muy buenas migas con Kit. Kit es hijo de Jonnhy Rock, un informante que trabajaba en el Mercado de las Sombras y que resultó colaborar a escondidas con los planes de Malcom, lo que le llevó a sufrir una trágica muerte. A raíz de este incidente, se descubrió de que Kit, su hijo adoptivo, era en realidad un cazador de sombras perteneciente al linaje de los Herondale. Por eso, de inmediato pasará a vivir con los Blackthorne en el Instituto, aunque esto será en contra de su voluntad dado que debido a la vida que ha llevado hasta el momento, desprecia a los nefilim. Sin embargo, no tiene más familiares ni otra alternativa que aceptar a regañadientes la oferta de acogida, aunque confía en que será temporal mientras planea cuál debe ser su siguiente paso. Como digo, durante su estadía en el Instituto, Ty se fijará en él y despertará la curiosidad de Kit, quien pronto pasará a formar parte del dúo Ty-Livvy. Kit es un personaje interesante porque, al igual que Mark, tiene que luchar con esa dualidad, elegir entre el modo de vida que ha llevado hasta el momento dentro del Mercado de las Sombras, o asumir que con la muerte de su padre y su recién descubierto linaje, ya no tiene cabida y en ese mundo y lo mejor es que se acostumbre cuanto antes a ser un Herondale. Livvy, por su parte, es cierto que sigue estando en un discreto segundo plano, como acompañante constante de Ty porque son como uña y carne. Pero podemos ver más de su personalidad fiera y divertida. Esto se debe en parte a que en esta segunda novela, los Blackthorne ya no son una piña indisoluble. Como tienen diferentes frentes abiertos, deben dividirse para realizar investigaciones que les permitan resolver lo que tienen entre manos, lo que facilita que el lector pueda conocer a los hermanos individualmente. Ya no es el tándem Julian + sus hermanos pequeños, sino que aquí todos tienen sus capítulos correspondientes y podemos seguirlos en sus misiones y ver cómo se defienden ellos solos sin depender de su protector.

Regresando a los parabatais, se nota (y se aprecia) la madurez de Emma. Sigue siendo temperamental, impulsiva y en ocasiones agradecería que pensara más de dos segundos antes de lanzarse de cabeza a combates temerarios que no solo la ponen en peligro a ella, sino también a aquellos que más quiere, pero sí que se nota su crecimiento. Es más reflexiva que antes y está decidida a proteger a Julian de su propio amor debido a la prohibición de que los parabatais se enreden en una relación romántica. Su antepasado Jem le reveló que esta norma no es arbitraria, sino que se debe a una buena razón, por lo que Emma decide fingir que está saliendo con Mark y que lo que tuvo con Julian fue un desliz. Prefiere que su corazón sangre todos los días si con eso consigue que Julian se lo crea y pase página. Asimismo, Emma está destinada a ser la mejor cazadora de sombras de su generación, un poco como Jace en la saga anterior, y sus habilidades y destreza serán puestas a prueba. Por su parte, siento que Julian ha pasado un poco más desapercibido. Sigue siendo el más sufrido con su obsesión de mantener a su familia a salvo cueste lo que cueste y aunque sí que es cierto que va más de por libre junto a Emma y no está todo el libro en modo sobreprotector, sus hermanos y sus sentimientos destructivos por su compañera es lo único que ocupa su cabeza. Es por eso que ha sido el personaje que me ha resultado más cargante, porque estar en su mente atiborrada de pensamientos obsesivos ha sigo bastante cargante.

Con respecto a la trama, es evidente que El señor de las sombras es un libro puente. Toda la historia y sus eventos están colocados para guiarnos hacia el final de la trilogía. Como he comentado más arriba, durante la primera parte descubrimos que todo aquello que se había resuelto era mucho más complicado de lo que parecía y esos conflictos están lejos de haberse cerrado. Durante la segunda parte, nos adentramos en la vida de Malcolm y en su profundo amor por Annabel (que al fin y al cabo ha sido el detonante de todo lo que acontece) y cómo su trágico romance ha degenerado hasta el punto actual, causando casi una crisis diplomática dentro de los propios nefilims, y entre estos y las hadas. Para añadirle más leña al fuego, dentro de los cazadores de sombras está cobrando fuerza la Cohorte, un grupo bastante radical que añora la edad de oro de los suyos y, en consecuencia, quieren regresar a esos tiempos gloriosos en los que los subterráneos eran considerados inferiores, no colegueaban con los nefilim y mucho menos se involucraban con ellos románticamente. Están decididos a que la Clave cambie su postura y sea más laxa con los Acuerdos, introduciendo medidas como un registro de subterráneos y leyes más rígidas para tenerlos controlados. Es inevitable comparar las propuestas de la Cohorte con la derecha en la vida real y la autora aprovecha su mentalidad arcaica y retrógrada hacia los subterráneos (que sería un equivalente al racismo) para criticarlo duramente y hacer ver lo absurdo de sus opiniones.
Por último, el final ha sido, en una palabra, impactante. A estas alturas estoy más que acostumbrada a que Cassandra Clare nos apuñale el corazón de vez en cuando en sus libros, pero no me vi venir en absoluto la magnitud del dramatismo de los últimos capítulos. Es como que todo el dolor que pretendía causarle a sus lectores ha decidido concentrarlo en unas pocas páginas, provocando un defecto devastador que me hizo cerrar el libro pensando: por qué. Sin duda, es un desenlace que como fan de la saga no te deja en absoluto indiferente y deja ciertas cuestiones en el aire que te invitan a comprarte corriendo La reina de la oscuridad para saber si tus suposiciones son acertadas y para, a su vez, desear que no lo sean.


Pese al lento inicio de El señor de las sombras y que hasta más o menos la mitad la trama no termina de arrancar, es una novela que te mantiene en vilo mientras vas siguiendo las pesquisas de los cazadores de sombras. Con cada nuevo descubrimiento del presente, que está indisolublemente ligado al pasado, vamos completando piezas del puzle hasta llegar a un final impactante que te deja con muchas respuestas, pero también muchas dudas y el corazón roto.

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