Título: El juego de Ripper
Autora: Isabel Allende
Idioma original: español
Editorial: Plaza & Janés
Año de publicación: 2014
Páginas: 480
Sinopsis: la astróloga más reputada de San Francisco predice que van a ocurrir una serie de crímenes en la ciudad y acierta. El encargado de la investigación es Bob Martín, que recibirá la inesperada ayuda de unos internautas, expertos en juegos de rol que participan en Ripper. La rolmaster, su hija, se verá envuelta en el caso y será una útil aliada junto a sus amigos de internet y su abuelo, que irá poniendo a Amanda al día de los acontecimientos del Departamento de Homicidio para que así, ayude en un segundo plano a la investigación. ¿Conseguirán unos adolescentes aficionados al rol descubrir al asesino?
He de confesar que nunca había leído a esta autora. Por supuesto, la conocía, pero ni ella ni el género en que se inserta me habían llamado nunca la atención por lo que no he prestado especial interés. Vi anunciado su último trabajo, El juego de Ripper, y el título me causó curiosidad por lo que me lancé a leer su contraportada. La trama me enganchó muchísimo porque hasta ahora no había visto ni tenido conocimiento de nada remotamente parecido, por lo que en seguida adquirí mi ejemplar y me puse a leer con fervor.
Allende no se centra en un solo personaje y si tuviéramos que definir quién es el protagonista, yo diría que todos, incluído el gato de Amanda, Salve el atún (nombre original donde los halla). Se podría decir que se trata de un protagonismo coral repartido entre todos los personajes que aparecen en el libros. En un principio podríamos considerar a Amanda como la heroína de la novela, pero el constante cambio entre unos y otros, sus puntos de vista y sus narraciones, nos hace rendirnos en esa tarea. Allende orquesta esta novela como una obra de teatro donde todos tienen su papel. No son relegados al mero segundo plano, todos tienen una función que cumplir.
A pesar de que el libro me ha encantado y he disfrutado cada frase, las abundantes descripciones se me han hecho en ocasiones pesadas. Esto es algo personal, por que no se puede decir que sean tal. Son abundantes, prácticamente en cada párrafo, pero son necesarias para la correcta interpretación de la novela y para su funcionamiento. Son fluídas y fáciles de leer pero a mi se me hicieron engorrosas y más de una vez suspiré deseando pasarlas. Pero insisto en que esto es a tenor personal y que al resto de lectores os tiene por qué dar la misma sensación.
- ¿Me quieres, abuelo?
- No.
- Yo tampoco –dijo ella y le echó los brazos al cuello.
- No.
- Yo tampoco –dijo ella y le echó los brazos al cuello.
Los olores y las sensaciones tienen un gran peso. La madre de Amanda, Indiana, trabaja en una clínica holística, es decir, en la curación mediante elementos naturales. Por ello, la aromaterapia en su labor tiene una función fundamental. Encontramos esta clase de descripciones por doquier, casi podemos percibirlas nosotros mismos ante la detallada explicación que se nos da.
Me ha llamado poderosamente la atención que apenas hay escenas escabrosas. Lo que sueles esperar de novelas de este género es, precisamente, sangre y situaciones violentas. Pero exceptuando el final, cuando descubre quién está detrás de los crímenes, no nos encontramos en esta tesitura. Se nota que la autora aboga más por las relaciones que existen entre los diferentes personajes, especialmente en el cariño que se tienen abuelo y nieta y en las relaciones amorosas de Indiana. Esto último también se me hizo en ocasiones interminable. ¿De verdad era necesario tanto detalle en este punto? Yo creo que no.
“Y puedes estar tranquilo respecto a mí, porque si estoy enamorada, la fidelidad se me hace fácil” Indiana.
¿Debería leerlo?
Es una pregunta difícil. A mi me gustó, le cogí el punto, pero sí que me decepcionó en ciertos aspectos. Al leer la contraportada, me esperaba una aparición mayor de los integrantes de Ripper y fue en eso en lo que la autora se centró menos. Las personas que la integran se pueden clasificar de estrafalarios pero son muy inteligentes. Ahí había un gran filón que quizá Allende no supo explotar del todo. Tampoco hay que juzgarla con mucha dureza, pues hay que tener en cuenta que es su primera incursión en este género por lo que no es una experta en novela negra. Y aun así, ha sabido sacar la esencia de la obra policíaca y plasmarla bien en El juego de Ripper. Las descripciones también se me hicieron excesivas así que en esta ocasión, os animo a probar con este libro y a juzgar vosotros mismos.
Es imposible cambiar los hechos, pero puedes cambiar tu forma de juzgarlos.
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