¡Hola, soñadores!
Antes de empezar, os recordamos a los nuevos lectores que si queréis participar en la iniciativa, podéis hacerlo, ya que en cualquier momento se pueden apuntar participantes nuevos. ¡Animaos!
Antes de empezar, os recordamos a los nuevos lectores que si queréis participar en la iniciativa, podéis hacerlo, ya que en cualquier momento se pueden apuntar participantes nuevos. ¡Animaos!
Regresamos con un nuevo personaje para la iniciativa que tenemos en marcha, y una historia que lo acompaña. Ambas administradoras hemos leído las historias creadas en "Cuéntame tu historia I" y nos han gustado mucho, por lo que queremos felicitar a las soñadoras participantes y animarlas a que continúen así.
Como es la segunda historia, de nuevo vamos a hacer algo sencillo y con un estilo muy similar al anterior. De hecho, me he inspirado en vuestras historias para hacer la que viene a continuación (porque es un tipo de historia que nunca he practicado y quiero probarme a mí misma), así que espero que os resulte agradable de leer.
Ficha del personaje:
Nombre: Marianne
Físico: alta, delgada, pelo corto negro
Edad: 19 años
Marianne miraba por la polvorienta ventana de clase, a pesar de estar sentada en su pupitre habitual junto a la pared opuesta. Sus ojos la traicionaban y se desviaban de la pizarra digital del aula de la universidad hacia el cielo gris y nuboso, no podía evitar sentirse aburrida en la clase de teoría de Tecnología. No es que no le gustase esa asignatura, de hecho, se le daba de maravilla desmontar y montar cualquier artilugio que cayese en sus manos, aunque nunca lo hubiese visto, y de verdad amaba encontrar la lógica del objeto que veía frente a ella. Analizaba la forma, los colores y olores, intentaba descifrar las diversas funciones que le podía dar al objeto..., más tarde pasaba a despiezar el mecanismo, memorizando el orden y la lógica del encaje, cambiándolo para ver qué sucedía, observando si había algún daño o desperfecto, alguna pieza que diese señales de estar defectuosa, y volvía a montarlo todo, dejándolo incluso mejor de lo que estuviese antes.
Su mundo giraba en torno a los mecanismos, y si en la habitación de una chica normalmente esperas encontrar una docena de peluches, en el caso de Marianne podías hallar todo tipo de máquinas e ingenios, desde las clásicas reproducciones de los inventos de Da Vinci hasta una batidora normal y corriente que había recogido de la basura cuando su madre creyó que ya no funcionaba bien.
Pero tener que estar sentada escuchando lo que decía el profesor, sin poder poner en práctica sus habilidades, era algo que, simplemente, no podía disfrutar... Y en esos momentos se ponía a divagar un poco sobre lo que estaba haciendo con su vida...
Al igual que era un genio conociendo los objetos mecánicos, Marianne se sentía una verdadero desastre cuando de comprender a las personas se trataba. Más de una vez sus amigas, las pocas que tenía, le habían intentado aclarar la importancia de tener una pareja. Era algo divertido, y esencial para no acabar siendo una vieja loca rodeada de gatos, según decían ellas. Lo único que Marianne no entendía era qué problema había con los gatos.
De hecho, Marianne conocía a una vecina soltera, la señorita Llamas, de unos cuarenta años, que tenía cinco gatos en su casa y vivía sola y muy contenta. Marianne se pasaba de vez en cuando por la casa de esta mujer, sobre todo cuando se sentía atribulada por no llegar a comprender lo que le proponían sus amigas o lo que parecía que le exigía el mundo. Cada vez que se sentía perdida, la señorita Llamas la obligaba a sentarse delante de una mesita de té y le preparaba un buen chocolate caliente con galletas que ella misma hacía. En esas ocasiones escuchaba atentamente las divagaciones de Marianne y le daba su opinión, siempre acertada. Nuestra joven protagonista estaba en uno de estos días complicados para sus emociones cuando recibió un consejo que nunca hubiese esperado oír...
- Si de verdad te cuesta establecer relaciones con la gente e implicarte, ¿por qué no pruebas a empezar una relación distinta?
Marianne levantó la mirada de su chocolate, sorprendida, pues estaba muy concentrada intentando coger con su galleta las migajas de otras galletas que había es su taza.
- ¿Distinta?
- Sí, distinta... Podrías probar a conocer a alguna persona de manera más íntima, no como una amistad, pero tampoco con la obligación de que se convierta en tu pareja... Simplemente probando a tener citas y pasar algo de tiempo conociendo la vida más personal de otros...
Marianne no entendía del todo a lo que se refería su vecina, y el desconcierto debió de reflejarse en su cara porque lo que le dijo a continuación fue un golpe directo:
- Marianne, creo que deberías apuntarte a una página de contactos, para buscar pareja. Creo que de esa manera podrás abrir los ojos y entender mejor la complejidad de las relaciones humanas.
Y ahora en clase, Marianne no podía dejar de pensar en las palabras de la señorita Llamas. Como siempre, acabó haciendo lo que la mujer decía y se apuntó en una conocida página para buscar pareja, no sabiendo muy bien qué es lo que hacía ahí. Al principio pensó que era una pérdida de tiempo y que nadie hablaría con ella, pues no estaba buscando nada serio, pero tampoco le interesaba un rollo ni nada así. Se sorprendió a ver que había bastante gente que únicamente buscaba una amistad... y lo que pudiera surgir.
Había hablado con varias personas, chicos y chicas, pues en principio Marianne no tenía ningún inconveniente en tener una pareja de su mismo sexo. Pero solamente con una persona la cosa empezó a ir más allá de conversaciones diarias, y se dio cuenta de que empezaba a sonreír cada vez que veía un mensaje en su chat, esperando a que ella llegase a casa y encendiese el ordenador. Y cada día que pasaba, Marianne se sentía más y más unida a la persona que había al otro lado de la pantalla, porque parecía entenderla por completo.
Cualquier duda que albergara tenía un réplica totalmente lógica que explicaba su sentido, ante un momento triste, siempre aparecían palabras dulces para recordarle que era única y maravillosa por ser ella misma, y si no había nada interesante que contar, desgranar cada pequeños suceso del día comportaba en descubrimiento de pequeños momentos perfectos de paz absoluta, de los cuales uno no suele ser consciente.
No obstante, había varias circunstancias que le resultaban inconvenientes a nuestra protagonista desde su perspectiva: lo primero, la edad. Él, Alexis, era 7 años mayor que ella y tenía un empleo, una hipoteca... En fin, toda un vida hecha y derecha, mientras que ella aún era una estudiante de primero de carrera y no estaba independizada. Además, por muy poco evidente que fuese, la edad de Alexis le confería cierta madurez que Marianne aún no había alcanzado, por lo que sentía que los ideales y metas de ambos podían estar descompensado y acarrear problemas más adelante si su relación continuaba avanzando. Lo segundo, Alexis tenía una inmensa familia, con muchos hermanos, primos, abuelos y demás parientes, y eso le suponía a Marianne un verdadero agobio ya que a ella le agobiaban sobre manera las multitudes, y el mero hecho de tener que mantener una conversación y una relación con unas personas desconocidas y tan diferentes de ella, le daba verdadero pavor, sobre todo teniendo en mente que la familia de Alexis la vería como poco digna de estar con él y más una carga que una igual.
A pesar de todo, Marianne se dejó convencer por Alexis de salir al día siguiente a dar un paseo y merendar en una famosa cafetería de su ciudad. Algo informal para la primera ocasión en que se verían; de esta manera, no se sentirían tan nerviosos ni presionados y podrían actuar con total libertad y naturalidad.
Por primera vez en su vida, Marianne se sentía realmente emocionada por algo que no fuesen sus mecanismos, y se preocupaba por su aspecto, por si su pelo cortado á la garçon sería lo suficientemente femenino y llamativo para Alexis, por si se sentiría abrumado por su metro ochenta y seis de altura... Pero Alexis parecía estar siempre tan alejado de los convencionalismos sociales... Quizás fuese eso lo que llamó la atención de Marianne en primer lugar.
Espero que os haya gustado la historia y que vosotros también os animéis a participar, hayáis escrito antes o no en nuestra primera entrada de esta iniciativa, sobre todo porque nos encantaría leer vuestras historias y conseguir que dejéis en nuestro mundo una parte de vosotros mismos, una parte que seguro será fantástica.
Recordad que cuando escribáis vuestra historia en vuestro blog deberéis dejar aquí el link, a modo de comentario, y de ahí rescataremos los links y los añadiremos a la entrada después de la historia que he hecho. Si tenéis cualquier otra duda dejadnos un comentario y os atenderemos con la mayor brevedad posible.
¡Muchas gracias por vuestra participación!
PRÓXIMO PERSONAJE: viernes 31 de octubre (especial Halloween)
Kurenai: seguro que pensáis que hasta ahora os han tocado personajes muuuy fáciles y que podéis encasillar en cualquier historia que se os pase por la cabeza. Bien, solo os diré que yo me encargo del especial de Halloween y que esto se complica ;)
Como es la segunda historia, de nuevo vamos a hacer algo sencillo y con un estilo muy similar al anterior. De hecho, me he inspirado en vuestras historias para hacer la que viene a continuación (porque es un tipo de historia que nunca he practicado y quiero probarme a mí misma), así que espero que os resulte agradable de leer.
Ficha del personaje:
Nombre: Marianne
Físico: alta, delgada, pelo corto negro
Edad: 19 años
El encaje perfecto
Marianne miraba por la polvorienta ventana de clase, a pesar de estar sentada en su pupitre habitual junto a la pared opuesta. Sus ojos la traicionaban y se desviaban de la pizarra digital del aula de la universidad hacia el cielo gris y nuboso, no podía evitar sentirse aburrida en la clase de teoría de Tecnología. No es que no le gustase esa asignatura, de hecho, se le daba de maravilla desmontar y montar cualquier artilugio que cayese en sus manos, aunque nunca lo hubiese visto, y de verdad amaba encontrar la lógica del objeto que veía frente a ella. Analizaba la forma, los colores y olores, intentaba descifrar las diversas funciones que le podía dar al objeto..., más tarde pasaba a despiezar el mecanismo, memorizando el orden y la lógica del encaje, cambiándolo para ver qué sucedía, observando si había algún daño o desperfecto, alguna pieza que diese señales de estar defectuosa, y volvía a montarlo todo, dejándolo incluso mejor de lo que estuviese antes.
Su mundo giraba en torno a los mecanismos, y si en la habitación de una chica normalmente esperas encontrar una docena de peluches, en el caso de Marianne podías hallar todo tipo de máquinas e ingenios, desde las clásicas reproducciones de los inventos de Da Vinci hasta una batidora normal y corriente que había recogido de la basura cuando su madre creyó que ya no funcionaba bien.
Pero tener que estar sentada escuchando lo que decía el profesor, sin poder poner en práctica sus habilidades, era algo que, simplemente, no podía disfrutar... Y en esos momentos se ponía a divagar un poco sobre lo que estaba haciendo con su vida...
Al igual que era un genio conociendo los objetos mecánicos, Marianne se sentía una verdadero desastre cuando de comprender a las personas se trataba. Más de una vez sus amigas, las pocas que tenía, le habían intentado aclarar la importancia de tener una pareja. Era algo divertido, y esencial para no acabar siendo una vieja loca rodeada de gatos, según decían ellas. Lo único que Marianne no entendía era qué problema había con los gatos.
De hecho, Marianne conocía a una vecina soltera, la señorita Llamas, de unos cuarenta años, que tenía cinco gatos en su casa y vivía sola y muy contenta. Marianne se pasaba de vez en cuando por la casa de esta mujer, sobre todo cuando se sentía atribulada por no llegar a comprender lo que le proponían sus amigas o lo que parecía que le exigía el mundo. Cada vez que se sentía perdida, la señorita Llamas la obligaba a sentarse delante de una mesita de té y le preparaba un buen chocolate caliente con galletas que ella misma hacía. En esas ocasiones escuchaba atentamente las divagaciones de Marianne y le daba su opinión, siempre acertada. Nuestra joven protagonista estaba en uno de estos días complicados para sus emociones cuando recibió un consejo que nunca hubiese esperado oír...
- Si de verdad te cuesta establecer relaciones con la gente e implicarte, ¿por qué no pruebas a empezar una relación distinta?
Marianne levantó la mirada de su chocolate, sorprendida, pues estaba muy concentrada intentando coger con su galleta las migajas de otras galletas que había es su taza.
- ¿Distinta?
- Sí, distinta... Podrías probar a conocer a alguna persona de manera más íntima, no como una amistad, pero tampoco con la obligación de que se convierta en tu pareja... Simplemente probando a tener citas y pasar algo de tiempo conociendo la vida más personal de otros...
Marianne no entendía del todo a lo que se refería su vecina, y el desconcierto debió de reflejarse en su cara porque lo que le dijo a continuación fue un golpe directo:
- Marianne, creo que deberías apuntarte a una página de contactos, para buscar pareja. Creo que de esa manera podrás abrir los ojos y entender mejor la complejidad de las relaciones humanas.
Y ahora en clase, Marianne no podía dejar de pensar en las palabras de la señorita Llamas. Como siempre, acabó haciendo lo que la mujer decía y se apuntó en una conocida página para buscar pareja, no sabiendo muy bien qué es lo que hacía ahí. Al principio pensó que era una pérdida de tiempo y que nadie hablaría con ella, pues no estaba buscando nada serio, pero tampoco le interesaba un rollo ni nada así. Se sorprendió a ver que había bastante gente que únicamente buscaba una amistad... y lo que pudiera surgir.
Había hablado con varias personas, chicos y chicas, pues en principio Marianne no tenía ningún inconveniente en tener una pareja de su mismo sexo. Pero solamente con una persona la cosa empezó a ir más allá de conversaciones diarias, y se dio cuenta de que empezaba a sonreír cada vez que veía un mensaje en su chat, esperando a que ella llegase a casa y encendiese el ordenador. Y cada día que pasaba, Marianne se sentía más y más unida a la persona que había al otro lado de la pantalla, porque parecía entenderla por completo.
Cualquier duda que albergara tenía un réplica totalmente lógica que explicaba su sentido, ante un momento triste, siempre aparecían palabras dulces para recordarle que era única y maravillosa por ser ella misma, y si no había nada interesante que contar, desgranar cada pequeños suceso del día comportaba en descubrimiento de pequeños momentos perfectos de paz absoluta, de los cuales uno no suele ser consciente.
No obstante, había varias circunstancias que le resultaban inconvenientes a nuestra protagonista desde su perspectiva: lo primero, la edad. Él, Alexis, era 7 años mayor que ella y tenía un empleo, una hipoteca... En fin, toda un vida hecha y derecha, mientras que ella aún era una estudiante de primero de carrera y no estaba independizada. Además, por muy poco evidente que fuese, la edad de Alexis le confería cierta madurez que Marianne aún no había alcanzado, por lo que sentía que los ideales y metas de ambos podían estar descompensado y acarrear problemas más adelante si su relación continuaba avanzando. Lo segundo, Alexis tenía una inmensa familia, con muchos hermanos, primos, abuelos y demás parientes, y eso le suponía a Marianne un verdadero agobio ya que a ella le agobiaban sobre manera las multitudes, y el mero hecho de tener que mantener una conversación y una relación con unas personas desconocidas y tan diferentes de ella, le daba verdadero pavor, sobre todo teniendo en mente que la familia de Alexis la vería como poco digna de estar con él y más una carga que una igual.
A pesar de todo, Marianne se dejó convencer por Alexis de salir al día siguiente a dar un paseo y merendar en una famosa cafetería de su ciudad. Algo informal para la primera ocasión en que se verían; de esta manera, no se sentirían tan nerviosos ni presionados y podrían actuar con total libertad y naturalidad.
Por primera vez en su vida, Marianne se sentía realmente emocionada por algo que no fuesen sus mecanismos, y se preocupaba por su aspecto, por si su pelo cortado á la garçon sería lo suficientemente femenino y llamativo para Alexis, por si se sentiría abrumado por su metro ochenta y seis de altura... Pero Alexis parecía estar siempre tan alejado de los convencionalismos sociales... Quizás fuese eso lo que llamó la atención de Marianne en primer lugar.
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Espero que os haya gustado la historia y que vosotros también os animéis a participar, hayáis escrito antes o no en nuestra primera entrada de esta iniciativa, sobre todo porque nos encantaría leer vuestras historias y conseguir que dejéis en nuestro mundo una parte de vosotros mismos, una parte que seguro será fantástica.
Recordad que cuando escribáis vuestra historia en vuestro blog deberéis dejar aquí el link, a modo de comentario, y de ahí rescataremos los links y los añadiremos a la entrada después de la historia que he hecho. Si tenéis cualquier otra duda dejadnos un comentario y os atenderemos con la mayor brevedad posible.
¡Muchas gracias por vuestra participación!
PRÓXIMO PERSONAJE: viernes 31 de octubre (especial Halloween)
Kurenai: seguro que pensáis que hasta ahora os han tocado personajes muuuy fáciles y que podéis encasillar en cualquier historia que se os pase por la cabeza. Bien, solo os diré que yo me encargo del especial de Halloween y que esto se complica ;)
Trocitos de nuestra historia
Gema: Lienzo de piel
Sheila: http://epdln.blogspot.com.es/2014/11/cuentame-tu-historia-2.html
Las vigilantes de sueños: A través del cristal empañado
M.A. Álvarez R.: Cambiante Marianne
Gisela Bleiÿ Brito: Volar
Bookdreamer: Marianne
Sheila: http://epdln.blogspot.com.es/2014/11/cuentame-tu-historia-2.html
Las vigilantes de sueños: A través del cristal empañado
M.A. Álvarez R.: Cambiante Marianne
Gisela Bleiÿ Brito: Volar
Bookdreamer: Marianne
Me dejas con ganas de más, como si hubiera más historia que no nos hayas querido contar, como si diera mucho más de sí.. voy a ver qué se me ocurre con Marianne, aunque por lo menos esta vez es feliz, no como Marco, ejem ejem (algún día os lo perdonaré, pero hoy no)
ResponderEliminar¡Un besín!
PD. perdón por haberme equivocado con el nombre >-<
¡Hola, hermana plutoniana! ;)
EliminarLa verdad es que sí hay más historia, de hecho, lo que en un principio tenía planteado contar aquí era el final de la historia, pero me parecía que quedaba fuera de contexto y que perdía esencia, así que decidí centrarme en un personaje en vez de en los hechos y ver hasta dónde podía llegar, por eso yo conozco cuál es la continuación de la historia y a vosotros simplemente os he dejado un retazo evocador, a modo de inspiración.
El pobre Marco me caía bien, pero parece ser que todo el mundo le odia por ser un chico (?), aun así nos ha dado buenas historias, como la que escribiste tú ^^
¡Esperamos que sigas participando (y no te preocupes por equivocarte, todos tenemos errores)!
Bss! <3
Jajaja hermana plutoniana, ya tienes a Marianne por mi blog. Coña de Marlenne incluída.
Eliminarhttp://beyondawritersmind.blogspot.com.es/2014/10/cuentame-historia-lienzo-piel-relato.html
A ver si subes la continuación de la historia, aunque no sea automáticamente a continuación.
¡Un besín!
Ya he leído tu historia y me ha gustado muchísimo. Y en cuanto a lo de la continuación de esta historia... ¡ya veremos! Puede que en algún moemento aparezca por aquí o en alguna otra entrada, dependiendo de cómo vaya evolucionando esta iniciativa, así como nuestro blog.
Eliminar¡Muchas gracias por leernos!
Bss!
Hola
ResponderEliminarMe ha parecido una historia muy bonita y realista. ¡Un principio de historia de amor sinceramente preciosa! A ver que se me ocurre con este segundo personaje.
Besos ;)
¡Hola!
Eliminar¡Muchas gracias por leer nuestro blog y participar en esta iniciativa! Y me alegra que te haya gustado la historia^^
¡Esperaremos con impaciencia tu historia!
Bss!
Hola :D
EliminarYa he escrito la historia de Marianne. Siento haberme demorado tanto, pero con los exámenes y practicas en la empresa no he parado por casa.
Besos
¡Hola de nuevo!
EliminarMuchas gracias por escribir, aunque sea con retraso. No te preocupes ni tengas prisa, si hacemos esta iniciativa es porque queremos, ¡y no se trata de ningún concurso! Cada uno va a su ritmo; lo que importa es compartir nuestras historias y disfrutar de ellas, no sólo leyendo las de otros, sino creando nuestro propio cuento.
Esperamos impacientes nuevas historias y, para ayudarte a organizarte, ya te aviso de que este viernes tenemos nueva historia ;)
Bss!
Un relato muy emotivo, se ve que el personaje está muy desarrollado, aparecen muchos detalles del mismo. Estoy de acuerdo con respecto a que la historia da pié a continuar escribiendo capítulos. Te quedas con ganas de conocer más acerca de la relación!
ResponderEliminarEstoy disfrutando mucho con esta iniciativa! Aquí os dejo mi relato:
http://auxilili.blogspot.com.es/2014/11/cambiante-marianne.html
Saludos :)
¡Hola!
Eliminar¡Gracias! Me alegra que te haya gustado la historia. Y muchas también gracias por aportar tu granito de arena a esta iniciativa. Ya te hemos añadido tu historia a la lista de esta entrada.
Y, como ya he comentado anteriormente, puede que rescate la relación de este relato... más adelante ;)
Bss!
Sentí un corte tan inesperado que me sentí desorientada °A° ja Está muy buena la historia, y realmente quede con ganas de saber cómo continúa °w°~ je
ResponderEliminarCuando tenga la historia de la muchacha publicada, me pasaré para dejar el enlace :D
Saludos~
¡Gracias, Gisela!
EliminarUna especie de continuación, pero en otro momento temporal y desde el punto de vista de Alexis, lo puedes encontrar en "Cuéntame tu historia VI".
¡Y muchas gracias por leernos y participar!
Bss!
Oh, me pasaré a leer *w* jeje
EliminarDe nada :D todo un placer participar de su iniciativa >w<~
Me paso a dejar mi relato por aquí :)
http://writerydreamer.blogspot.com/2015/01/cuentame-tu-historia-2.html
Un abrazo~!
¡Ya está añadido tu relato, Gisela! ¡Y gracias de nuevo!^^
EliminarBss!
http://librossinpaginas.blogspot.com.es/2015/02/cuentame-tu-historia-ii-marianne.html
ResponderEliminarEspero que te guste el mío, el tuyo me ha encantado.
¡Hola!
EliminarYa está puesto y leído tu relato, ¡muchas gracias! La verdad es que me ha sorprendido mucho y me ha dejado intrigada.^^
Y me alegra que te haya gustado el mío. Tengo algunas historias más sobre Marianne en otras entradas de nuestra iniciativa.^^
Bss!