Título: La pirámide roja (Las crónicas de Kane #1)
Título original: The Red Pyramid
Autor: Rick Riordan
Idioma original: inglés
Saga: Las crónicas de Kane
Editorial: Montena
Año de publicación: 2011
Páginas: 475
Sinopsis: Nos quedan solo unas horas, así que escucha con atención. Si estás oyendo esta historia, ya corres peligro. Mi hermana Sadie y yo podríamos ser tu única esperanza. Todo empezó en Londres, la noche en que nuestro padre hizo explotar el Museo Británico con un extraño conjuro. Fue entonces cuando nos enteramos de que, además de un reconocido arqueólogo, era una especie de mago del Antiguo Egipto. Rodeado de valiosas antigüedades, empezó a entonar extrañas palabras. Algo debió de salir mal porque la sala quedó reducida a escombros; Set, el dios del caos, apareció de la nada envuelto en llamas y a nuestro padre se lo tragó la tierra. No puedo decirte nada más; el resto deberás descubrirlo tú.
Prácticamente cualquier persona que maneje un poco el mundo juvenil dentro de la literatura conoce a Rick Riordan ya que saltó a la fama con la trilogía de Percy Jackson. No os voy a engañar, no me la he leído. Como ya creo que expliqué, cuando algo se pone de moda es como si me repeliera y me niego a tener cualquier tipo de contacto con esos fandoms eufóricos más allá de las noticias que surjan en la red. El maravilloso fandom, esa aglomeración de personas amantes de algo concreto que pueden enseñarte cosas increíbles sobre lo que admiran o que contribuyen a que le cojas un asco impresionante y un odio acérrimo. El caso es que nunca había leído nada de Riordan y aunque sus libros estaban en mi lista de pendientes, tenía otras prioridades.
No conocía Las crónicas de Kane y mi único contacto con su autor había sido por su rama de mitología clásica gracias a mi trabajo en una librería. Apuntarme con mi compañera a la iniciativa La senda de los dioses fue un impulso para lanzarme y leer algo de él, y el hecho de que desde siempre me haya sentido atraída por la historia egipcia (aunque no sé prácticamente nada de ésta, que conste) fue una motivación más que suficiente para iniciarme en las artes mágicas de Sadie y Carter,
No conocía Las crónicas de Kane y mi único contacto con su autor había sido por su rama de mitología clásica gracias a mi trabajo en una librería. Apuntarme con mi compañera a la iniciativa La senda de los dioses fue un impulso para lanzarme y leer algo de él, y el hecho de que desde siempre me haya sentido atraída por la historia egipcia (aunque no sé prácticamente nada de ésta, que conste) fue una motivación más que suficiente para iniciarme en las artes mágicas de Sadie y Carter,
“Me llamo Carter Kane. Tengo 14 años y mi casa es una maleta” Carter.
La historia comienza in media res, esto es, a la mitad de los acontecimientos, sin que el autor nos sitúe en el momento en el que nos encontramos ni en lo que ha ocurrido previamente. Carter (uno de los protagonistas) nos habla a grandes rasgos de sí mismo, de su familia y de los antecedentes. Su padre es un prestigioso arqueólogo con el que ha viajado prácticamente a todo el mundo debido a su trabajo. Por tanto, no va a la escuela, no tiene amigos ni un sitio al que pueda llamar hogar. Dos veces al año van a Londres a pasar el día con su hermana Sadie, de la que fue separado al poco de morir su madre en un enigmático accidente. Y ésta es la escasa información que obtenemos al principio. Poco después de producirse este encuentro familiar "feliz" con su hermana, van al Museo Británico donde ciertos eventos extraños tienen lugar y su padre, Julius Kane, hace estallar la Piedra Rosetta, consiguiendo con ello que varios dioses escapen de su prisión en busca de un anfitrión donde alojarse para pasearse entre los mortales. Incluido Set, el dios del caos, cuya aspiración es destruir el mundo y hacerse con el control de este (un tipo majo, como veis).
Su padre fue confinado en un ataúd y absorbido por el suelo, quedando atrapado. Ahora recaerá en Sadie y Carter arreglar el desastre. Pero no tienen ni idea de cómo porque, para empezar, no saben ni qué está ocurriendo. Por eso Riordan tarda apenas unos capítulos en zambullirnos en el mundo de la magia egipcia sin darnos antecedentes, porque el lector tiene que encontrarse tan perdido como los hermanos Kane. Así, nosotros avanzamos junto a ellos, aprendemos lo que ellos aprenden y vamos de la mano en su evolución y su adquisición de conocimientos. Esto puede ser confuso al principio pero nos sirve para introducirnos mejor en la problemática ante la que se encuentran e identificarnos con ellos.
Me llamó la atención que el libro se presenta como la transcripción de una grabación realizada por los hermanos que nos llega a nosotros, contándonos su historia y encomendándonos a continuar con su labor, labor que vamos conociendo a través de sus palabras. He de admitir que me resulta una manera curiosa y poco usual de narrar un libro pero que no me acaba de convencer por el hecho de que obviamente es del todo irreal. Con irreal me refiero a que Sadie y Carter van reproduciendo al pie de la letra tanto acontecimientos como diálogos. No sabemos cuánto tiempo ha transcurrido desde que se produjeron los hechos hasta que realizaron las grabaciones, pero, independientemente de esto, es lógico que nadie puede contar todos esos sucesos con tanto detalle. Esto le quita verosimilitud al relato. El hecho de que sea una grabación hace que el autor incluya comentarios entre corchetes (por ejemplo, Sadie está hablando con nosotros a la par que le contesta algo a su hermano) lo que nos da una sensación de cercanía. No obstante, esto es solo un comentario, ya que esto no afecta para nada al libro y teniendo en cuenta que es de fantasía y ficción, os aseguro que no es lo más extraño que os vais a encontrar.
Al ser el primer libro que compone la trilogía de Las crónicas de Kane, actúa como introductorio. Nos llega la información necesaria del antiguo Egipto, sus deidades, su forma de vida, sus creencias, por lo que no nos sentimos abrumados. Como ya dije, aprendemos a la par que lo hacen sus jóvenes protagonistas, por lo que solo sabemos lo que requerido para comprender los sucesos en los que nos vemos involucrados. Sadie y Carter tienen que derrotar a Set para salvar no solo a su padre, sino que el mundo entero depende de ellos. Deberán poner en marcha sus conocimientos egipcios, abrir su mente a los hechos inexplicables, apelar a sus poderes mágicos, desconocidos hasta ahora, y a los únicos aliados que les quedan después de que sus enemigos les persigan para acabar con ellos. Así, junto a su tío Amos, su babuino Keops, Bast, la diosa de los gatos, y Zia, maga de la Casa de la Vida, tienen que afrontar un rápido entrenamiento basado en la práctica (no hay tiempo para clases teóricas), instruyéndose a medida que se van imbuyendo en una problemática que se remonta a miles de años atrás, pero que sus padres han hecho que, actualmente, sea de Sadie y Carter.
En cuanto a los mitos egipcios, adoro cómo los ha introducido Riordan y ha creado una historia que engancha y atrae en todos los sentidos. No sé la veracidad de todo lo que cuenta sobre esta magnífica civilización, pero desde luego se aprende mucho con La pirámide roja y la fascinación que ejerce sobre el lector acerca de Egipto es indiscutible. Es un libro dedicado a niños de 12 años pero cualquier joven puede disfrutarlo como un enano. Se lee muy rápido y que apenas puedes dejar. Es como si una vocecita (espero que no de un dios) en tu cabeza te instara a seguir, página tras página, sin soltar el libro. Una verdadera maravilla.
Lo que más me ha gustado del libro ha sido sin duda sus personajes. Aparecen varios pero tan bien estructurados y tan definidos que es imposible perderse o confundirlos. Además, evolucionan y eso es algo que siempre agradezco a los autores. Detesto los personajes planos sin ningún tipo de desarrollo y eso aquí no se da. Mis favoritas son las chicas. Son súper peleonas y con mucho carácter y, qué queréis que os diga, amo eso. Con Sadie Kane me he reído muchísimo. Es una bocazas, carismática, impulsiva, valiente, tenaz, rebelde y descarada. Bast es la diosa de los gatos y eso le hace ganar muchos puntos para mi. Es una fiera, luchadora nata, divertida, intenta actuar como una madre para los hermanos y bueno... no le sale muy bien. Es muy valiente y una caja de sorpresas. Y por último, Zia. Se puede decir que es todo lo contrario a estas dos. El carácter guerrero lo mantiene pero es más comedida, siempre tiene la cabeza fría, es inteligente, leal y siempre sabe qué hacer en cada momento. No voy a hablar del resto de personajes porque a mi, personalmente, describir y leer cómo son los personajes me aburre.
Bast no es la única deidad que hace acto de presencia. No os puedo desvelar mucho sobre esta cuestión porque es mejor que lo veáis por vosotros mismos, pero Horus, Isis, Tot y Anubis entre otros, también merodearan entre las páginas. Se producen diálogos muy divertidos a lo largo de la novela y gracias a Riordan he descubierto que Horus tiene un sentido del humor muy peculiar.
En el libro predomina la acción. Los acontecimientos ocurren muy rápido y apenas tenemos tiempo de asimilar uno cuando ya se está librando otra batalla por otro frente distinto. Es muy ágil, muy fluido y muy dinámico y, al igual que Sadie y Carter, no tenemos descanso. Además, Riordan lleva la acción tan bien que en ningún momento se nos hace pesado o repetitivo. Es una trama bien narrada y organizada que aunque a veces puede resultar agobiante o acumulativa, esa sensación se disipa en seguida gracias a la agilidad de su pluma.
En cuanto a los enigmas que se plantean, me gusta mucho cómo los ha resuelto el autor. A veces un libro nos ofrece tantas incógnitas que nos explota la cabeza tratando de hallarles una respuesta. También puede ocurrir (sobre todo en novelas que no son autoconclusivas) que al llegar al final, descubramos con pesadumbre que estas no solo no se han solventado (o lo han hecho pero no son aclaratorias o incluso resultan más confusas si cabe), sino que se han añadido más a la cola que solo contribuyen a agrandar la bola de nieve. Y creedme, si nunca os ha pasado, esto es horroroso. No obstante, Riordan ha sabido lidiar muy bien con esta cuestión. Las incógnitas con las que nos encontrábamos al inicio de la novela se han ido descifrando junto al desarrollo de esta, dispersando nuestras dudas a la par que las de los protagonistas. Asimismo, según nos vamos acercando al desenlace se proyectan otras para mantener nuestra atención y animarnos a continuar con la trilogía. Insisto en que esta exposición de la trama me ha encantado, sobre todo por cómo está trazado.
¿Debería leerlo?
Si te gusta Rick Riordan, sí. Si no te gusta, también. Es un libro educativo a la par que divertido, fácil de leer, rápido, que disfrutas intensamente y con el que aprendes mucho (al menos yo). Si aún no has leído nada de este autor, La pirámide roja es un muy buen libro para empezar, sobre todo si te gusta la mitología egipcia (como es mi caso). Considero que he hecho una gran elección al conocer a Riordar a través de los Kane y en cuánto terminé este, sin darme tiempo casi a escribir la reseña, comencé el segundo porque necesitaba saber cómo continuaba. Os animo a que unáis vuestra magia a la de Sadie y Carter y destruyáis a Set.
Al ser el primer libro que compone la trilogía de Las crónicas de Kane, actúa como introductorio. Nos llega la información necesaria del antiguo Egipto, sus deidades, su forma de vida, sus creencias, por lo que no nos sentimos abrumados. Como ya dije, aprendemos a la par que lo hacen sus jóvenes protagonistas, por lo que solo sabemos lo que requerido para comprender los sucesos en los que nos vemos involucrados. Sadie y Carter tienen que derrotar a Set para salvar no solo a su padre, sino que el mundo entero depende de ellos. Deberán poner en marcha sus conocimientos egipcios, abrir su mente a los hechos inexplicables, apelar a sus poderes mágicos, desconocidos hasta ahora, y a los únicos aliados que les quedan después de que sus enemigos les persigan para acabar con ellos. Así, junto a su tío Amos, su babuino Keops, Bast, la diosa de los gatos, y Zia, maga de la Casa de la Vida, tienen que afrontar un rápido entrenamiento basado en la práctica (no hay tiempo para clases teóricas), instruyéndose a medida que se van imbuyendo en una problemática que se remonta a miles de años atrás, pero que sus padres han hecho que, actualmente, sea de Sadie y Carter.
En cuanto a los mitos egipcios, adoro cómo los ha introducido Riordan y ha creado una historia que engancha y atrae en todos los sentidos. No sé la veracidad de todo lo que cuenta sobre esta magnífica civilización, pero desde luego se aprende mucho con La pirámide roja y la fascinación que ejerce sobre el lector acerca de Egipto es indiscutible. Es un libro dedicado a niños de 12 años pero cualquier joven puede disfrutarlo como un enano. Se lee muy rápido y que apenas puedes dejar. Es como si una vocecita (espero que no de un dios) en tu cabeza te instara a seguir, página tras página, sin soltar el libro. Una verdadera maravilla.
¿Cómo no llamar así a tu hermano si se sabe todos los mitos egipcios? |
“En persona, si es posible, Anubis era todavía más para morirse.[Oh. . . ja, ja. No entendí el juego de palabras, pero gracias, Carter. Dios de muertos, para morirse. Sí, muy gracioso. Ahora, ¿puedo continuar?] ” Sadie.
Bast no es la única deidad que hace acto de presencia. No os puedo desvelar mucho sobre esta cuestión porque es mejor que lo veáis por vosotros mismos, pero Horus, Isis, Tot y Anubis entre otros, también merodearan entre las páginas. Se producen diálogos muy divertidos a lo largo de la novela y gracias a Riordan he descubierto que Horus tiene un sentido del humor muy peculiar.
En el libro predomina la acción. Los acontecimientos ocurren muy rápido y apenas tenemos tiempo de asimilar uno cuando ya se está librando otra batalla por otro frente distinto. Es muy ágil, muy fluido y muy dinámico y, al igual que Sadie y Carter, no tenemos descanso. Además, Riordan lleva la acción tan bien que en ningún momento se nos hace pesado o repetitivo. Es una trama bien narrada y organizada que aunque a veces puede resultar agobiante o acumulativa, esa sensación se disipa en seguida gracias a la agilidad de su pluma.
Carter tiene razón. No os recomiendo enfadar a Sadie. |
“Oh, no”, le dije, con el pánico creciente en el pecho. “No, no, no. Que alguien traiga un abrelatas. Tengo un dios atascado en mi cabeza“. Carter.
¿Debería leerlo?
Si te gusta Rick Riordan, sí. Si no te gusta, también. Es un libro educativo a la par que divertido, fácil de leer, rápido, que disfrutas intensamente y con el que aprendes mucho (al menos yo). Si aún no has leído nada de este autor, La pirámide roja es un muy buen libro para empezar, sobre todo si te gusta la mitología egipcia (como es mi caso). Considero que he hecho una gran elección al conocer a Riordar a través de los Kane y en cuánto terminé este, sin darme tiempo casi a escribir la reseña, comencé el segundo porque necesitaba saber cómo continuaba. Os animo a que unáis vuestra magia a la de Sadie y Carter y destruyáis a Set.
Me ha encantado este libro porque aprendes mucho y tiene mucha fantasía y aventuras.
ResponderEliminarTienes razón, aprendes muchísima mitología de forma amena y divertida. Gracias por comentar :)
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