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domingo, 18 de septiembre de 2016

"Nosotros después de las doce", Laia Soler

Puedo afirmar sin temor a equivocarme, que esta es la portada más bonita que tengo en mis estanterías. Laia Soler para mí es garantía de buena lectura, y más con semejante cubierta y esa sinopsis tan hipnotizante. Así que, ¡vamos con la reseña!

Título: Nosotros después de las doce

Autor: Laia Soler

Idioma original: español

Editorial: Puck

Año de publicación: 2016

Páginas: 320

Sinopsis: Una chica con nombre de princesa. Un chico que escucha a Sinatra.
Un pueblo perdido en las montañas. Un carrusel.
Tres secretos. Dos reencuentros inesperados. 
Un amor. Una traición. 
Y una noche de verano, la más mágica del año…

Así es la vida, una suma de momentos felices e instantes difíciles, de reuniones y despedidas, de amores y desengaños. No, la vida no es un cuento de hadas, pero… ¿Qué pasaría si conocieras un hechizo para que las carrozas nunca se transformen en calabazas? ¿Recurrirías a él? ¿O querrías saber lo que pasa después de la medianoche?

La nueva novela de la joven autora Laia Soler es un relato potente y actual, salpicado de magia, sobre una chica que navega por las turbulentas aguas de la memoria, el dolor y el amor para descubrir todo aquello que nos une, nos separa y nos hace crecer como personas.

Como he dicho en la introducción, esta autora es garantía de calidad y de disfrute de sus lecturas. Sin embargo, ha habido algo en Nosotros después de las doce con lo que no he logrado conectar. Quizá eran las altas expectativas con las que abordé la lectura, que no se cumplieron.

Aurora es una chica normal con nombre de princesa que no cree en los finales felices. Vive en un encantador y pintoresco pueblecito llamado Valira. Trabaja en la pastelería de sus padres y desde pequeña, ayuda a su abuelo en el funcionamiento del carrusel, el emblema de aquel lugar. Este tiovivo es especial, pues el corcel dorado tiene cualidades de mágicas. Según la leyenda, está construido con la madera del bosque donde una vez habitaron las hadas. Por eso, su abuelo se asegura de subir a él a aquellas personas que lo necesitan.

La paz en la cotidianidad de Aurora se ve interrumpida cuando su antigua amiga Erin junto a su hermano, regresen de la ciudad y se muden allí para disfrutar de su último verano antes de ingresar en la universidad. A pesar de que con Erin se lleva genial y no tarda mucho en recuperar su gran amistad, la relación con Teo es tirante y prácticamente nula, aunque no recuerda qué sucedió para que llegaran a ese punto. Según pasan los días y el tiempo juntos, unos sentimientos extraños florecen entre ellos, lo que hace que a Aurora le carcoman las dudas.

La magia en esta novela la encontramos casi flotando en el aire. La magnífica prosa de la autora consigue que Valira se convierta en un personaje más, que estemos deseosos de saber si el corcel realmente hechiza a las personas y que creamos en las hadas. Las descripciones del pueblo son estupendas y es fácil imaginarse recorriendo las mismas calles y parajes que Aurora. Me daban ganas de tomarme unas vacaciones en ese lugar idílico.

Entonces, ¿qué es lo que me ha fallado? Que yo esperaba algo más. Al final, la historia se ha reducido a la relación de Aurora y Teo y no he logrado congeniar con ellos. Las decisiones que toma Aurora a veces me han descuadrado y me da la impresión de que no he conocido como debería a Teo. Es cierto que mis referencias eran Los días que nos separan, una historia de amor que me conmovió y cautivó a partes iguales. En esta ocasión, no ha tenido el mismo efecto y ese ha sido mi gran pero. No sé explicar por qué su historia no me ha convencido, pero ha sido una sensación generalizada mientras leía.

El caballo dorado tiene un papel crucial de cara al desenlace, el cual me dejó pasmada e hizo que me replanteara ciertas ideas de los personajes. Es una montaña enorme de drama que aparece de repente y que me descolocó un poco. No puedo negar que fue un gran giro de los acontecimientos, eso sí. Del todo inesperado.

Lo mejor sin duda han sido las reflexiones que plantea. El dolor por un ser querido es bueno, porque significa que esa persona te importa; a veces tienes que dejarlos libres en vez de retenerlos a tu lado porque debes anteponer su felicidad a la tuya si los quieres; si tu vida no funciona, siéntate, reflexiona, no es malo empezar de cero; en ocasiones hay que tomar decisiones difíciles, pero eso te hace aprender; olvidar nunca es la solución, los errores están para avanzar. Son consejos que no solo tienen por qué aplicarse a un adolescente y que merecen ser tenidos en cuenta.


¿Debería leerlo?

Laia Soler es una de esas autoras que siempre deben leerse. Sus historias son preciosas, siempre con ese toque de magia, tienen grandes lecciones y son entretenidas y ágiles. El único punto negativo en esta ocasión es la relación de Teo y Aurora y quizá el drama repentino, pero por lo demás el libro es casi perfecto.


2 comentarios:

  1. Yo lo empecé ayer y también voy con mucho miedo. Es el primer libro que leo de la autora y el hecho de las críticas tan positivas que ha tenido me da miedo ser el bicho raro. Vamos a ver como se me da :)

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    1. ¡Hola!

      Es el problema cuando todo el mundo habla maravillas de un libro, que en ocasiones te da miedo sentirte defraudado por unas expectativas que no se cubren. Espero que a ti te vaya genial con la lectura y lo disfrutes, un beso <3

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