Autor: Scott Westerfeld
Ilustrador: Keith Thompson
Idioma original: inglés
Saga: Trilogía Leviathan
Año de publicación: 2009
Páginas: 448
Sinopsis: Nos encontramos en la Primera Guerra Mundial, en un pasado alternativo en el que se divide el mundo entre los "clánkers", aquellos que han llevado a su pleno desarrollo los mecanismos y la maquinaria de vapor, y los "darwinistas" quienes crean animales artificiales a partir de las cadenas de ADN y los mezclan con mecanismos.
Alek, el principal protagonista de este libro, pertenece a los primeros. Siendo un aristócrata austro-húngaro, deberá participar en la guerra de una forma insospechada. Deryn, quien pertenece a la segunda facción, también hará la guerra a su manera, procurando ocultar en la medida de lo posible su secreto a todo el mundo, un secreto que le podría costar su gran sueño. ¿Se cruzarán los caminos de ambos? ¿Conseguirán sus objetivos?
Crítica personal:
Nos encontramos con un libro juvenil que merece la pena leer por lo bien escrito que está. Leviathan es el primero de los libros de una trilogía de estilo steampunk. Para aquellos que no conozcan este género, se puede definir como una mezcla entre el pasado y el futuro, con un súper desarrollo de los mecanicismos y las máquinas de vapor, y con las tradiciones y estilos propios de finales del siglo XIX y comienzos del XX.
En el libro se nos presenta la dicotomía entre dos visiones muy distintas del mundo, con sus pros y sus contras, pero que en realidad no tendrían por qué estar reñidas. La política complica los sucesos y desemboca en una guerra que se va extendiendo entre diversos países, como un incendio. Y, por supuesto, no pueden faltar las conspiraciones.
Según explica el propio autor, parte de los hechos y personajes son inventados, pero una parte importante es real, y algunos sucesos que no esperas ocurrieron realmente, lo cual nos permite recordar las enseñanzas que hemos visto en el instituto e ir incluso más allá, aprendiendo detalles que no vienen en un libro de texto. Éste es uno de sus puntos positivos. Además, Westerfeld escribe de forma relajada, breve y clara, encadenando cada paso que dan los personajes con acciones de otros personajes, conectándolo todo como si de un ecosistema natural se tratase, lo cual es muy realista.La historia es bastante fácil de seguir y de leer, excepto quizás por la jerga que se usa, pero que se explica continuamente, por lo que uno acaba aprendiendo los nombres de las máquinas y de los animales. En definitiva, tiene una buena calidad literaria y unas ilustraciones en blanco y negro increíblemente detalladas y precisas. Parece un buen regalo para aquellos jóvenes lectores que están dejando la literatura infantil, así como para los iniciados en el género steampunk.
Personalmente, nunca había leído nada perteneciente al género steampunk, si acaso la saga Cazadores de Sombras: Los Orígenes, que puede tener una ligera influencia de este estilo, pero me ha gustado mucho esa mezcla entre un pasado totalmente ficticio con unas características futuristas que no deberían resultar demasiado alejadas de los conocimientos que actualmente tenemos.
Realmente os recomiendo que os embarquéis junto con Deryn (o Dylan, como a veces se hará llamar en la obra) y Alek en esta intrigante aventura, porque Deryn es un personaje muy fuerte y con una gran inteligencia, y Alek irá evolucionando hacia un carácter más maduro y táctico, propio de su rango.
Continuaremos hablando de esta trilogía en la crítica del siguiente libro: Behemoth. ¿Qué nos deparará el viaje al Imperio Otomano?
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