Desarrollador: The Behemoth
Año
de publicación: 2008
Genero: Hack
and Slash
Plataformas: PC (Steam), Xbox 360
(Bazaar), PS3 (Store)
Precio a la fecha de reseña: 15$ (12€)
¿Disponible en español?: Sí
Nota:
la reseña está basada en la versión de PC disponible en Steam
Inauguramos la sección de
videojuegos de este blog con Castle
Crashers (reseña elaborada por un colaborador, "Patofan"), uno de los máximos exponentes del género Hack and Slash creado
por The Behemoth (también conocido
por juegos como Alien Hominid o Battleblock Theater).
Este juego nos pone en el
papel de un caballero que debe ir al rescate de las cuatro princesas raptadas
por un malvado mago, una trama que sirve como excusa para introducirnos los
niveles y jefes a los que nos enfrentaremos a lo largo del juego.
DISEÑO
Y GRÁFICOS
Castle Crashers es un juego
que te agrada visualmente, no por tener texturas con resoluciones inimaginables
o por necesitar un ordenador de precio desorbitado para poder moverlo, si no
por su agradable diseño de personajes y escenarios.
Todos los personajes están
dibujados y animados a mano, y aunque el diseño pueda resultar clónico en
algunos de los personajes (especialmente los caballeros cuya única diferencia
es el color de la armadura), tienen diferencias en sus animaciones que permiten
diferenciarlos mejor. Este diseño de los personajes, unido a un diseño de
escenarios similar, con animaciones que nos transmite la sensación de que no es
un nivel estático, si no que realmente están pasando cosas (una batalla en el
fondo, caballeros usando catapultas… pequeños detalles).
Otra cosa que destaca en el
diseño de este juego es el humor. No hay ningún chiste propiamente dicho, pero
todo el juego esta diseñado de forma humorística, y esto lo diferencia de otros
juegos del género. La única pega que se le puede encontrar a este humor es que
recurre demasiado al gran clásico: chistes escatológicos. Al principio resulta
gracioso, pero cuando otro animal del decorado se caga del susto (literalmente)
por cuarta vez consecutiva empieza a volverse repetitivo.
Los bárbaros apoyando a su
jefe, unido a las animaciones y el
diseño de los personajes crean un apartado visual muy llamativo.
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Además,
siento la necesidad de mencionar al caballero rosa. Pese a ser contenido
descargable, es posiblemente el mejor personaje no solo de este juego, sino de
todos los videojuegos de la historia. Es rosa, está lleno de corazoncitos,
dispara arcoíris y hámsteres, es la personificación de la virilidad y usa una piruleta de
espada (además de que el precio íntegro del DLC va a una fundación contra el
cáncer de mama).
En serio, miradlo, desprende amor por los cuatro costados, hasta los barbaros sienten la necesidad de difundir su amor. La gente no debería enviar diplomáticos a las guerras, debería enviar caballeros rosas. Pero sigamos con la reseña, que me desvío.
MÚSICA
Y SONIDO
En mi opinión, el juego
sorprende en este apartado. Tiene una gran banda sonora, toda creada por
miembros del portal Newgrounds (portal en el que se originó The Behemoth y del
que han surgido muchos otros creadores indie famosos), que puede descargarse de
forma gratuita aquí.
La música se pega como un guante al juego, adaptándose a
todas las situaciones planteadas. Pero además, como describe la propia banda
sonora, “¡es como jugar al juego sin
jugarlo!”. Son unas canciones que puedes ponerte en tu reproductor de
música y disfrutarlas perfectamente, pues son grandes temas en sí mismos.
Respecto al sonido, hay poco que se pueda comentar. Los
sonidos cumplen de forma efectiva su cometido, con gratificantes ruidos
metálicos cuando golpeas a alguien, risas de los jefes mientras te masacran o
ruidos de defecaciones cuando un animal del decorado se caga del susto… otra
vez.
JUGABILIDAD
Y por fin entramos en el
asunto en cuestión, lo que a todos nos interesa: el juego en sí.
El juego tiene una premisa
bastante simple: vas avanzando por el nivel derrotando a todos los enemigos que
te encuentras, tras lo cual te enfrentas a un jefe (generalmente enorme) para
rescatar a una princesa, recuperar un objeto o simplemente avanzar.
Buena suerte saliendo de esa. |
La curva de dificultad es muy poco uniforme, y esa es una de las mayores pegas del juego. El juego se vuelve muy difícil hacia la mitad, pero luego no mantiene esa dificultad hasta el final, por lo que los últimos niveles pueden resultarnos mucho más fáciles que los de la mitad… hasta que desbloqueas el modo Loco al pasarte el juego.
El modo Loco es la personificación del mal en forma de
videojuego. Todos los enemigos tienen diez veces más vida y hacen diez veces
más daño. Tal cual. Tu única esperanza es jugar en cooperativo con otras tres
personas, haber subido mucho de nivel e ir bien cargado de pociones.
Dos aspectos que aún no he
mencionado (mentira, acabo de hacerlo) es el sistema de niveles y el
cooperativo. El juego tiene un sistema de niveles simple: cada vez que golpeas
a algo ganas experiencia, y con la experiencia subes de nivel. Con los niveles
desbloqueas combos nuevos y ganas puntos que puedes asignar a tu personaje para
hacerlo más fuerte, más resistente, más rápido o mejorar su magia. Generalmente
le subirás todo a fuerza o a magia porque todo el mundo sabe que cuanto más fuerte pegas mejor, pero para gustos colores.
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