"El bosque de las cosas perdidas", Shea Ernshaw

Título: El bosque de las cosas perdidas

Título original: Winterwood

Autora: Shea Ernshaw

Idioma original: inglés

Editorial: Urano

Año de publicación: 2020

Páginas: 320

Sinopsis: Cuidado con los bosques oscuros y sombríos…
En especial, con el bosque que rodea el pueblo de Fir Haven. Algunos dicen que el bosque es mágico. Embrujado, incluso.

Aunque todos dicen que es una bruja, solo Nora Walker sabe la verdad sobre su identidad. Ella y las Walker que la precedieron siempre han tenido una conexión especial con el bosque. Y es esa conexión especial la que lleva hasta Oliver Huntsman, el chico que desapareció algunas semanas atrás, durante la ventisca más violenta de los últimos años. Oliver tendría que estar muerto, pero sigue vivo, abandonado en el bosque sin recuerdo alguno del tiempo en el que estuvo desaparecido.

Pero Nora, gracias a su conexión, percibe un cambio en el bosque; una intranquilidad ante la presencia de Oliver. Y de pronto, se da cuenta de que su única alternativa es descubrir la verdad de cómo fue que el chico por el que ha llegado a sentir un profundo cariño sobrevivió en el bosque durante la ventisca y, lo que es aún más importante, qué lo había llevado allí. Sin embargo, lo que Nora no sabe es que Oliver también tiene secretos, y hará lo que sea por mantenerlos ocultos, porque resulta ser que él no fue el único que desapareció esa noche fatídica.

Nora Walker pertenece a una larga estirpe de brujas. Todas sus antepasadas tenían poderes especiales relacionados con la naturaleza. Su madre lleva toda su vida renegando de su verdadera naturaleza, pero Nora quiere ser como su abuela y continuar con el legado familiar. Sin embargo, Nora es en apariencia una chica normal. No tiene ninguna cualidad especial ni nada que la haga digna de la saga Walker. Lo único que la designa como Walker es la conexión que tiene con el bosque Wicker, un bosque oscuro, sombrío, terrorífico y vivo. Solamente puede entrar en las noches de luna llena, pues, de lo contrario, el bosque puede enfurecerse y no dejarla salir. Entre sus ramas, encuentra objetos perdidos que se lleva a su casa como recuerdo de sus incursiones. Hasta que una noche, el objeto perdido que halla es un adolescente. Su nombre es Oliver y pertenece a un campamento cercano donde los padres envían a los niños para que intenten reformarlos. Ese campamento es su última oportunidad. Oliver debería haber muerto, pues están en pleno invierno, con todo lleno de nieve y el lago cubierto por una fina capa de hielo. Pero Oliver, contra todo pronóstico, tan solo presenta una leve hipotermia. Así que Nora, junto a su perro-lobo Finn, lleva a Oliver hasta su casa.

Sin embargo, algo pasó en ese bosque y en ese lago. Unas noches atrás hubo tormenta y un chico del campamento desapareció y otro murió. Ella ha recuperado al chico desaparecido, pero, ¿quién murió? ¿Qué ocurrió realmente aquella noche? Ella es Nora Walker, una bruja Walker y una elegida del bosque. Y tiene que averiguar la verdad.

He de confesar que aunque empecé este libro con muchas ganas, me costó cerca de un mes terminarlo, tanto por falta de tiempo como por falta de interés. La ambientación y la historia de las brujas modernas y el misterio que hay detrás me parecían llamativos, pero tal y como estaba llevada la historia se me hizo muy pesado. Apenas hay acción y la protagonista no despertó ningún interés en mí, por lo que avanzar me resultó difícil. Mi principal problema con este libro es que es muy repetitivo.

Conocemos a Nora Walker, una adolescente por cuyas venas corre sangre de brujas. Ella no puede hacer nada demasiado especial, a parte de pasear por el temido bosque Wicker en las noches de luna llena y salir intacta. La relación que tiene con su madre no es muy buena porque ella ha renunciado a su lado mágico, mientras que Nora quiere ser más como su recién fallecida abuela y abrazar ese aspecto brujeril. Su apacible y aburrida vida en ese pueblo al lado del lago (que solo se llena de vida durante el verano) se ve interrumpida cuando encuentre a Oliver una noche en el bosque. A partir de ahí, se verá envuelta en el misterio de qué ocurrió la noche de tormenta en que Oliver desapareció y otro chico murió. La historia está contada tanto desde el punto de vista de Nora como de Oliver, aunque Nora es claramente la protagonista. La narración de Nora es interesante por el lado mágico y por las cosas que nos cuenta de su familia. Sin embargo, su parte se me hacía repetitiva porque siempre insistía en las mismas cosas y le daba vueltas a la misma idea una y otra vez, por lo que terminaba aburriéndome. Por su parte, los capítulos de Oliver eran demasiado cortos e insustanciales debido a las incertidumbres que existen en torno a su desaparición. Sinceramente, creo que la autora podría haberse ahorrado su punto de vista porque no es que aporte nada esencial a la trama. Existe una tercera narración y se trata de capítulos sueltos del libro de hechizos mediante los cuales vamos conociendo a otras mujeres de la familia Walker, sus características y los hechizos que inventaron. Para mí, esta ha sido la parte más interesante debido a las vidas tan fuera de lo común que tuvieron.

Aunque hay otros personajes que son fundamentales para la trama como Sucy, Rhett, Jasper y Lin, apenas sabemos nada de ellos. Al estar contado desde el punto de vista de Nora, Nora no los conoce, solo de vista, por lo que la información que obtenemos de ellos es escasa. Aun así, tampoco importa mucho que estos personajes sean meros complementos en la historia (a pesar de que sus acciones sí son relevantes) porque la autora tampoco consigue que el lector pueda verse mínimamente interesado por ellos. Del que sí me habría gustado saber más es del bosque Wicker que al ser retratado como un ser vivo es como un personaje más dentro de la narración. El bosque y su complejidad me resultaron realmente fascinantes y hubiera esperado que la autora indagara más en él, dado que es donde sucedió el accidente durante la noche de tormenta y un elemento fundamental en la trama.

Por otro lado, el famoso misterio que está desde las primeras páginas ha sido un tanto decepcionante. Alrededor de la página cien empiezas a sospechar de qué se trata y qué ocurrió en realidad, por lo que el desenlace no es tan sorprendente como cabría esperar. Enseguida comprendes, o al menos intuyes, qué pasó con Oliver y con el otro chico, así como las verdaderas cualidades de bruja de Nora, por lo que, en ese sentido, resultó bastante decepcionante, sobre todo teniendo en cuenta que ese misterio era lo que me animaba a continuar leyendo.

Por último, el romance que surge entre los protagonistas no me ha parecido creíble. Se podría decir que es un instalove y no se cuece a fuego lento, como a mi me gusta, sino que nace un poco de la nada y se va afianzando debido a las circunstancias, por lo que, en mi opinión, está puesto tan solo para darle el lado romántico a la trama.

Lo más destacable de esta novela es, quizá, la pluma de la autora que es casi tan mágica como los cuentos de hechicería que encierra su obra. Tiene un estilo bonito y cuidado por lo que compensa un poco las otras carencias.

¿Debería leerlo?

Aunque no he disfrutado tanto de la lectura como cabría esperar por la sinopsis y por el tema de la brujería y de los hechizos, El bosque de las cosas perdidas es un libro que se lee rápido y entretenido, algo perfecto para la cuarentena que estamos viviendo. Si no buscáis una historia demasiado compleja y os gusta el misterio y la magia, creo que es una opción bastante recomendable.