Cuéntame tu historia VIII - Anaïs y Delia

¡Hola soñadores!

Aquí está la primera entrada del 2015 de nuestra iniciativa Cuéntame tu historia. Espero que os guste el relato que he escrito y que os animéis a participar.

Esta vez os traemos también un tema, de corte un tanto abstracto: la Amistad. Es un tema muy recurrente en animes, series, libros, en nuestra vida diaria incluso, así que he pensado que es interesante comenzar el año con algo que suena tan bonito. Podéis escribir la historia como más os guste, hablando tanto de el inicio de una amistad, como de un final, o incluso de qué significa la amistad para vosotros (como en una redacción escolar). Lo importante es que este tema sea palpable en vuestro relato.

Anaïs y Delia

Anaïs se levantó de la mesa, enfurecida con todos, pero sobre todo con la “amiga” que estaba exponiendo su punto de vista:

¿Nunca has tenido junto a ti a una persona a la que has querido de todo corazón, como si fuese tu alma gemela? Como una hermana, con la que querías compartir tu vida a cada momento. Con la que compartes cada alegría y cada tristeza, porque sientes que te comprende sin necesidad de palabras, que respeta y entiende cómo te sientes y por qué haces las cosas que haces, y que está junto a ti siempre que lo necesitas. Y este sentimiento es recíproco, porque tú también deseas conocer a esa persona en profundidad, y curar sus heridas, y secar sus lágrimas, y apoyarla a muerte, y poder decirle abiertamente que está equivocada cuando lo está pero, que aun así, la sigues queriendo y que vas a luchar e ir al fin del mundo con ella.

Una persona con la que eres totalmente inseparable porque lo habéis decidido de mutuo acuerdo día a día, casi sin daros cuenta, con la que tomas las decisiones conjuntamente y con la que discutes, sí, pero también sois realmente felices juntas. Es una persona sin la que puedes vivir perfectamente, y lo sabes, porque ha habido momentos en que no has hablado con ella para nada, pero sabes que es mejor vivir junto a ella porque es mucho más divertido y porque ambas os sentís bien. Y da igual cómo sea esa persona, sus aficiones, su género, su orientación sexual, su edad, el color de su piel, sus rasgos, sus creencias… Has conectado con esa persona, quizás porque hay cosas en común, seguramente sí, pero también porque hubo algo que os unió, y estableces con ella todos los puentes que puedes porque quieres estar cerca en todo momento.

Y, a pesar de lo que digan los demás, no es como tener una pareja, una persona con la que quieres compartir tu presente y tu futuro, y con la que quieres establecer un proyecto de vida en común y a la que te sientes atraído de diversas maneras (sí, también hablamos de sexo), sino que tu mejor amig@ es alguien con quien quieres compartir el presente y con quien deseas compartir tu futuro, pero también deseas su independencia, que forme su familia y haga o que deje de hacer con su vida lo que desee porque, al fin y al cabo, es una amistad, pero es tan grande que es como una hermandad, como si hubieseis crecido bajo el mismo techo.

Y me da igual lo que se diga de nosotras – sentenció Anaïs severamente y, mirando a los llorosos ojos de Delia, continuó con su discurso –. Podrán decir que somos lesbianas y lo que quieran, sinceramente, no me importa lo que digan o piensen los demás, porque ellos no son capaces de ver como nosotras, y no son lo suficientemente buenos amigos como para respetar nuestra relación. Si quieren pensar que somos lesbianas, ¡que lo piensen! Pero nunca jamás voy a dejar a mi mejor amiga por nadie del mundo, porque ella es una parte muy importante de mi vida, con la que deseo compartir todo el tiempo que pueda mientras seamos amigas, y si algún día dejamos de estar juntas, que sea porque lo hemos decidido nosotras, porque consideramos que es lo mejor, y no porque nos obligue ni presione nadie a hacerlo. Prefiero estar sola con ella, porque sé que es casi todo lo que necesito en este mundo (no lo es todo, pero es muy importante para mí), y sé que puedo seguir adelante si se queda junto a mí.

Delia, secándose las lágrimas y regalándole la más alegre sonrisa que pudo, entrelazó sus dedos con los de Anaïs y, juntas, dieron media vuelta, dejando boquiabiertos a todos los presentes. No importaba nada más que el que ellas dos estuvieran juntas y fueran felices porque iban a seguir juntas mientras se quisiesen de la forma en que se querían, y no era algo que estuviese mal, por mucho que los demás comentasen o dudasen.

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¡Fin del relato!

Esperamos vuestras historias :)

PRÓXIMO PERSONAJE: 23 de enero

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Trocitos de historia

Anna Hailer: Enemigos
M.A. Álvarez: A nuestras mascotas
Gema: Inusualmente pronto e inusualmente sobria
Sheila: La Amistad