Hotarubi no mori e

Título: Hotarubi no mori e (En el bosque de las luciérnagas)

Género: sobrenatural, cosas de la vida, romance, drama

Estudio: Brain's Base

Película: 45 minutos

Año: septiembre de 2011

Trama: Hotaru es una niña traviesa que pasa los veranos en la casa de su tío, ubicada en la montaña. Un día se pierde en el bosque, en el cual se dice que habitan toda clase de espíritus. Un misterioso muchacho de cabello plateado y máscara aparece ante ella y la ayuda a volver a casa. Hotaru queda embelesada por él y regresa a buscarle todos los días. La única condición es que jamás deberá tocarle o desaparecerá.

No conocía esta película. La encontré por casualidad en un vídeo de recomendaciones de películas de anime y la animación me pareció tan bonita y la trama tan dramática, que allá que fui de cabeza. Por si no ha quedado claro hasta ahora, el drama es algo que me puede. Cuanto más me haga sufrir un libro/anime/lo que sea, más ganas tendré de empezarlo. Y como, en realidad, es bastante cortita, me la vi en una tarde.

Hotaru se cría en la ciudad, pero los veranos ella y su familia aprovechan para descansar en la pintoresca casita de su tío, situada cerca de la montaña. Es una niña inquieta, por lo que se dedica a deambular por el bosque para divertirse, sin importarle la advertencia de los espíritus que viven en él. Sin embargo, un día se pierde y, tras mucho andar, se rinde y se sienta en el suelo, llorando completamente desorientada. Debido a su llanto, surge de la nada un joven que dice ser uno de esos espíritus que se ofrece a llevarla de vuelta a casa. Solo tiene una condición, y es que jamás podrá tocarle puesto que si eso ocurre, desaparecerá para siempre. Hotaru se queda prendada de él, por su amabilidad y ese aura sobrenatural que acrecienta su naturaleza curiosa. Por ello, le promete a Gin, nombre del chico, que todos los días irá a visitarle hasta que finalice el verano.

Verano tras verano se encuentran en el bosque, paseando, pescando, jugando en el agua, descubriendo sus misterios... Y por mucho que Hotaru sepa que es imposible, se enamora de él. Entiende las implicaciones que ello supone, así como que ni ella ni ningún humano puede tocarle bajo ninguna circunstancia. No obstante, resistirse es difícil, especialmente de pequeña, que procuraba abrazarle o rozarle aunque fuera leve. Por eso Gin acostumbraba a llevar un palo de madera para golpearla cada vez que lo intentara. Según fue creciendo, fue siendo más consciente de que era más que un amigo y de que, ocurriera lo que ocurriese, jamás dejaría que Gin la tocara. Jamás. Podía soportarlo si eso significaba que iba a estar a su lado.

Hotaru ya no tiene seis años. Ahora es una adolescente que está estudiando en secundaria. Sigue creciendo, imparable, mientras Gin se mantiene con el mismo aspecto, con un desarrollo lento, casi congelado en el tiempo. Entonces se dan cuenta de que no puede durar para siempre. Hotaru tiene que avanzar, ser una mujer, estudiar, tener un trabajo, formar una familia... Y son cosas que Gin nunca podrá ofrecerle.

La relación entre ambos personajes se desarrolla con delicadeza y dulzura. Sus sentimientos se transmiten a través de pequeños gestos o miradas, sin llegar a verbalizarse en ningún momento, hasta que se acerca el desenlace. La animación y la banda sonora son preciosas, acompañando a la perfección el crecimiento físico (solo en el caso de Hotaru) y sentimental de los protagonistas.  Los colores cálidos impregnan las escenas, ayudando en la ambientación de su profunda amistad, logrando que nos perdamos en su vínculo y suframos intuyendo el futuro incierto y, con toda probabilidad, doloroso que les depara. El diseño de personajes es sencillo y bonito. Hotaru nos recuerda a la típica colegiala del shojo, sin nada destacable en su carácter o rasgos. Por otro lado, lo único que diferencia a Gin de los chicos normales, es la máscara que alude a su estatus dentro del mundo de los espíritus y que sirve de cruel recordatorio para el corazón de Hotaru,

Hotaru es fuerte, una persona que ha trabajado duro para esconder su amor tras una sonrisa y amabilidad constante. A pesar de su esfuerzo para evitar que Gin se percate de todo, le resulta inevitable que este la descubra pues, aunque ella no lo sepa, alberga su mismo afecto. Por otro lado, Gin vive recluido en una existencia fantasmal y vacía de la que no puede librarse ni aunque quiera. Hotaru es como la gota de alegría que aparece de la nada y que, mediante una gran testarudez, consigue abrirse paso ante esa personalidad aparentemente fría. Su amor es puro, tangible, posible, sin importar que la distancia que los separa sea irrompible.

El final es esperado pero impresionante. Deseas con el alma que sean felices a toda costa, que consigan estar juntos. Y bueno, eso lo juzgaréis vosotros. El sacrificio de Hotaru, afirmando que sin importar lo que suceda ella se mantendrá a su lado, me parece precioso. Prefiere pasar una vida sin tocarle antes que perderle para siempre. Son 45 minutos de pura magia, en los cuales sufres y disfrutas a partes iguales.

Respecto a la banda sonora, me gustaría destacar Natsu wo Miteita, la canción principal que representa a la perfección esa magia de la que hablo y la sobrenatural hermosura del bosque y sus secretos.

Natsu wo Miteita

Por último, no quiero despedir esta entrada sin mencionar un AMV con el que me topé por casualidad y que me puso el vello de punta. La canción escogida es increíble, concuerda genial con el espíritu de la película y el resultado es magnífico. Advertir de que el final del mismo contiene spoilers.

You can be king again (spoiler a partir del minuto 3:00)