"La resistencia II: Revelación", Laura Gallego

Título: La resistencia II: Revelación (#2)

Autora: Laura Gallego

Saga: Memorias de Idhún (versión de bolsillo)

Editorial: SM

Año de publicación: 2009

Páginas: 256

Sinopsis: Desde la distancia, las chicas del colegio de Victoria asisten con envidia a la conversación que su compañera mantiene con un guapo desconocido. Jamás sabrán que estos dos viejos amigos llevan años sin verse o que se conocieron luchando por acabar con la tiranía en un remoto planeta. Tampoco sabrán que el letal Kirtash todavía les busca para darles caza, pues la misión de Victoria y de su amigo Jack, y por tanto de la Resistencia, dista mucho de haber concluido.

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CONTIENE SPOILERS DE LA RESISTENCIA I: LA BÚSQUEDA

Han pasado dos años desde que terminó el primer libro y desde que Alsan, convertido en medio hombre lobo por culpa de un hechizo fallido de Elrion, el mago de Kirtash, huyó de Idhún. En todo ese tiempo, Jack no ha dejado de buscar a su maestro y mentor por todo el mundo, incluso aunque eso implicara dejar a Victoria sola durante todo ese tiempo en Limbhad y hubiera causado bastantes problemas a Jack que, sin dinero y sin muchas pistas, se lanzó a una búsqueda bastante infructuosa. Este segundo libro comienza con el reencuentro, casi fortuito, de Jack y Alsan en un pequeño pueblo de Italia donde Jack estaba trabajando de camarero para intentar ahorrar un poco de dinero que le permitiera seguir con su misión. En todo este tiempo, Alsan ha cambiado: ha asumido su parte lobuna y ha aprendido a controlarla, por lo que ha decidido que ya no es el mismo Alsan de siempre y que, a partir de ese momento, se llama Alexander.

Cuando ambos se reúnen por fin, enseguida van a buscar a Victoria. Jack teme las repercusiones de sus actos y que Victoria esté enfadada con él, y con razón, por haberla dejado sola durante dos años sin haberse puesto en contacto con ella. Sin embargo, el tiempo que han pasado separados y echándose de menos pesa más que las discusiones que tuvieran antes de que Jack se marchara, por lo que por fin se produce el feliz reencuentro entre lo que queda de Resistencia. Ahora que están juntos, su plan de derrotar a Kirtash debe retomarse. Los tres son mucho más fuertes que dos años atrás, debido a que han usado este tiempo para entrenar y mejorar en sus respectivos puntos fuertes: Victoria ha aprendido a controlar el Báculo de Ayshel, Jack ha mejorado en su manejo de Domivat, la espada legendaria forjada por fuego de dragones, y Alexander controla a su lobo interior.

Lo que no saben es que durante esos años, ellos no han sido los únicos que han cambiado. Kirtash también ha forjado sus propios planes y ya no es tan solo un asesino despiadado encargado de aniquilar a los hechiceros rebeldes, sino que ha encontrado su lugar en el planeta Tierra y ha desarrollado una nueva faceta que dista mucho de la de asesino sin escrúpulos. ¿Podrá lo que queda de Resistencia enfrentarse a él? ¿O los nuevos y extraños sentimientos que surgen entre Jack, Victoria y Kirtash les empujarán a caminos distintos de los que habían imaginado?

La diferencia más apreciable que he encontrado en este segundo libro (o segunda parte del primer libro de la trilogía original, como queráis verlo) es la madurez de los personajes. Se nota que estos dos años han dado para mucho y en este tiempo, tanto Victoria como Jack han sufrido una evolución considerable. Jack ha sido capaz de enterrar parte del odio irracional que siente por Kirtash o, al menos, controlarlo. Ya no se deja guiar tanto por ese sentimiento y piensa antes de actuar, anteponiendo incluso los deseos de los demás a los suyos propios. Esto último se aprecia sobre todo cuando la relación entre Kirtash y Victoria se afiance y Jack sea capaz de ver las cosas desde la perspectiva de la chica. De esta forma, Jack tomará decisiones que, aunque están en contra de lo que él cree, son buenas tanto para la Resistencia en general como para Victoria en particular, por lo que antepondrá el bien común al suyo propio. Ya no es tan egoísta ni tan inconsciente, algo que se agradece bastante. A pesar de tener solo quince años, se nota que el tiempo que ha pasado buscando a Alsan y las penurias a las que ha tenido que enfrentarse por ello le han afectado y le han empujado a madurar a pasos agigantados. Aunque no soportaba al Jack del primer libro, en esta novela me he reconciliado con él y he recordado por qué me gustaba tanto este personaje cuando era adolescente.

En cuanto a Victoria, notamos en ella una evolución similar a la de Jack. También ha madurado y, sin duda, lo que más destaco de este personaje es que, por su cuenta, se haya apuntado a artes marciales para poder defenderse sin tener que depender de sus poderes o de los demás y, también, para poder ser útil más allá del Báculo de Ayshel. Ha comprendido que no puede depender de elementos exteriores y que lo mejor es entrenar para valerse por sí misma, una decisión que me ha gustado mucho y que la aleja del típico estereotipo de chica en apuros que tiene que ser salvada por el protagonista. A pesar de que este estereotipo comienza a erradicarse de la literatura juvenil de hoy en día, hay que tener en cuenta que esta obra es del 2004, por lo que no deja de sorprender el modelo de mujer fuerte e independiente que representa Victoria. Otra cosa que me ha gustado mucho es la dinámica que tiene con Kirtash. Victoria es la única que es capaz de ver el lado humano del asesino, de comprender que, a pesar de ser despiadado, tiene sus motivos y hay una razón superior a él de por qué hace lo que hace, por mucho que sea injustificable. Además, su influencia en Kirtash hará que el joven shek se plantee ciertas cosas y que quiera trazar su propio camino, uno menos sangriento. En general, el personaje de Victoria es el que me ha parecido más real y cercano de los tres. Especialmente cuando reflexiona acerca de sus sentimientos. He de reconocer que, cuando me leí por primera vez Memorias de Idhún, odiaba a Victoria con toda mi alma a causa de sus decisiones respecto a Jack y Kirtash porque tenía la constante sensación de que era una chica egoísta que les hacía daño por ser incapaz de decidirse. Este era uno de los motivos por los cuales tenía ganas de releer esta saga, ya que con mi perspectiva actual quería comprobar si, efectivamente, la forma en la que lleva Laura Gallego este triángulo es errónea o si mi odio hacia Victoria estaba injustificado y me he dado cuenta de que más bien se trata de lo segundo.

Considero que el triángulo amoroso es magnífico y está muy bien planteado. Como lector, puedes entender perfectamente qué ve Victoria en cada chico, ya que ambos son únicos y especiales a su manera. Tanto Jack como Kirtash tienen su encanto y elementos que los hacen muy atractivos, no solo físicamente, sino también en cuanto a su personalidad, forma de ser, cualidades y motivaciones. También en este aspecto creo que la autora fue muy moderna, pues introduce en la literatura juvenil el concepto de poliamor. Además, los vínculos que desarrollan los tres protagonistas son muy sanos. Tanto Jack como Kirtash admiten estar celosos del otro, pero saben que ambos hacen feliz a Victoria a su manera, por lo que no pueden más que guardar sus diferencias cuando están juntos y aceptarse mutuamente. Además, ambos también admiten que Victoria es libre, que no les pertenece, ni ella ni sus sentimientos, un tipo de pensamiento para nada tóxico y una enseñanza muy necesaria. Hay que tener en cuenta que Memorias de Idhún está pensada para un público de entre doce y quince años aproximadamente, por lo que, añadiendo a este hecho la época en la que esta saga fue publicada, hay que reconocerle a Laura Gallego que fue muy adelantada a su momento y que escribió una saga de fantasía que tiene elementos muy importantes, como el rechazo a la masculinidad tóxica, el poliamor o una protagonista fuerte y capacitada. Incluso hoy en día, me asombra que Laura Gallego escribiera todo esto hace tanto tiempo y para niños de tan corta edad.

Respecto a la trama, este libro ya no es tan introductorio y es prácticamente todo acción. Ocurren ciertas cosas que te dejan con la boca abierta (si no has leído los libros, claro hehehe) y mi favorita está relacionada con un tal Christian Tara... los fans sabréis a qué me refiero ;) Tanto la evolución de los personajes como los descubrimientos que se hacen en esta segunda novela y los derroteros que toma el argumento hacen que sea un libro que te lo lees casi del tirón de lo mucho que engancha. Es un poquito más gordo que el anterior, pero no llega a las trescientas páginas, además de que es muy ligero. Conocemos más sobre Limbhad y sobre por qué Jack y Victoria están relacionados de manera tan directa con la Resistencia. También conocemos un poco más sobre Kirtash, su forma de vida y su misión.

¿Debería leerlo?

Si os gustó el primer libro, este os va a gustar mucho más. Profundiza más en todos los aspectos que nos fueron dados a pinceladas en La resistencia I: Búsqueda y la trama se torna mucho más interesante.