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martes, 26 de octubre de 2021

"La chica del vestido azul", Laia Vilaseca

Título: La chica del vestido azul

Autora: Laia Vilaseca

Editorial: Suma de Letras

Año de publicación: 2021

Páginas: 304

Sinopsis: Martina acaba de llegar a Treviu, un pequeño pueblo de montaña donde ha veraneado toda la vida. Necesita huir de Barcelona y allí, rodeada de recuerdos de su niñez, se siente segura. Una vez instalada, se entera de que alguien ha profanado tres tumbas del cementerio viejo, una de ellas pertenece a una chica de identidad desconocida que falleció hace más de treinta años en el puente del Malpàs y que todo el mundo recuerda como «la chica del vestido azul». Todo indica que se suicidó, pero su muerte siempre ha sido un misterio.

Cuando Martina decide investigar qué le pasó a la chica, pone en marcha, sin saberlo, una serie de acontecimientos que la adentrarán en una peligrosa aventura, en la que se tendrá que enfrentar a alguien dispuesto a hacer todo lo posible para evitar que los secretos del pasado salgan a la luz.


Como buena fan que soy de la novela negra y de los thrillers, este libro me entró por los ojos en cuanto vi que lo anunciaban para este año, especialmente porque entra dentro del subgénero "rural noir", es decir, que quien investiga el crimen no es un profesional, sino una persona normal y corriente.

Martina reside en Barcelona, pero debido a unos asuntos graves acontecidos en su vida, decide desconectar del trabajo y de todo lo que le ata a la gran ciudad y trasladarse temporalmente a la casa de veraneo que tiene su familia en Treviu, un pequeño pueblecito catalán. El mismo día que llega la recibe un tumulto en el cementerio: alguien ha profanado tres tumbas por motivos que nadie entiende y una de ellas resulta ser la de una muchacha conocida en el pueblo como "la chica del vestido azul". Mientras se pone en marcha una investigación policial para aclarar lo sucedido, Martina se interesa por la misteriosa joven. Hace más de treinta años, una chica de procedencia e identidad desconocida apareció en el pueblo buscando algo o a alguien pero, apenas unos días después, la muchacha apareció muerta en el puente de Malpàs, del que supuestamente se había tirado. Nadie logró averiguar nunca su identidad, por lo que la enterraron en el pueblo bajo el "pseudónimo" con el que la trataban y ahí terminó su historia. Asateada por la curiosidad y por la posibilidad de que no fuera un suicidio, Martina finge escribir un artículo sobre el extraño suceso, lo que le dará pie a interrogar con más o menos tiento a sus vecinos para sonsacarles todo lo que recuerden sobre aquel fatídico verano y cualquier sospecha sobre la identidad de la joven.


Esta novela tenía todos los elementos para que me gustara, pues me gusta de vez en cuando leer crímenes resueltos por personajes no profesionales y sobre todo si están envueltos de un gran misterio como en este caso. Sin embargo, la autora nos ha dado una historia sosa, mal estructurada, inverosímil y absurda. En primer lugar, algo que me chocó desde el principio fue cómo se puede haber enterrado a una mujer sin que haya una investigación previa sobre si lo que ocurrió fue un suicidio, un accidente o un asesinato o que nadie se molestara en averiguar quién era la chica en cuestión. Entiendo que fue un suceso acaecido en un pueblo y cuando no existían los medios sofisticados de hoy en día, pero igualmente enterrar a alguien así sin más me escamó un poco. Aun así, esto no lo considero como algo muy relevante y entiendo que es lo que da pie al resto de la historia.

Como he comentado, tenemos como protagonista a Martina que decide investigar este hecho por su cuenta para tratar de esclarecer qué fue lo que ocurrió. Sus motivos son básicamente que no tiene otra cosa mejor que hacer mientras dure su estancia en el pueblo y que necesita distraerse de los fantasmas que deja en la ciudad. De esta forma, se dedica a ir y venir de casa en casa preguntando a los vecinos qué recuerdan de aquel día dando como excusa que es periodista y está escribiendo un artículo. La manera que tiene Martina de indagar es, cuanto menos, cuestionable. Lo único que hace es entrevistar a todos aquellos que creen que pudieron tener algo que ver, sacar sus propias conclusiones y sospechar de todo aquel que no le de un testimonio más o menos fiable. Entiendo que no cuenta con recursos suficientes para profundizar un poco más, pero me esperaba, no sé, que buscara en registros de personas desaparecidas, si hubo noticias en la prensa acerca de lo sucedido... Algo más a parte de limitarse a hablar con todos los vecinos e ir tirando de los hilos a partir de ahí. Asimismo, la autora no era nada sutil a la hora de darle pistas al lector u obligarnos a centrar nuestra atención en determinados personajes para que los tuviéramos como sospechosos o, como mínimo, pensáramos que querían impedir que la protagonista descubriera la verdad. Esto hizo que en algunos puntos fuera bastante predecible y careciera de factor sorpresa; para más inri, conforme se acerca el final esta falta de disimulo es aun peor por lo que puedes intuir fácilmente por dónde van los tiros.

Unido a todo ello, el estilo de Vilaseca chirría bastante. Tiene una prosa sencilla y simplona, pero para darle un tono más elevado al texto de vez en cuando incluye palabras más cultas que desentonan por completo con el tono de la narración y que más que darle un toque sofisticado o más elaborado a la historia, lo único que consiguen es dar una sensación absoluta de que algo falla y de que su pluma no termina de encajar correctamente. Además, el libro está escrito en primera persona y narrado por Marina, por lo que no es factible que alguien como ella emplee esas palabras o se exprese usando determinadas metáforas ya que no forman parte del lenguaje natural, sino del lenguaje literario. Solamente hace parecer a Martina una persona un tanto pedante y, de todas formas, por su personalidad y forma de ser tampoco encaja que se exprese de esa forma. Eso provoca que, a lo largo de toda la obra, la autora no consiga camuflarse detrás de sus personajes porque todos hablan de la misma forma y no acorde a sus circunstancias (por ejemplo, Treviú es un pueblo pequeñito con mucha gente mayor y por lo tanto deberían emplear ciertas expresiones o vocabulario que asociamos con los pueblos, pero no es así, lo que destruye por completo la atmósfera rural).

Referente a los personajes y a su imposibilidad de distinguirlos, otro punto que me ha dificultado la lectura es que los nombres se parecen mucho entre ellos y, al presentártelos a todos de golpe y ser tan planos que no tienen características propias o distintivas, me costaba mucho diferenciar quién era quién (Olvido, Olivia, Elvira, Encarna, Martina, Marian...). Esto me parece un fallo enorme porque precisamente en los thrillers o novelas negras necesitas tener muy bien identificados a los personajes porque es muy relevante que el lector sepa quién ha dicho o hecho qué, por lo que usar nombres similares solo sirve para añadir una confusión y una dificultad de comprensión innecesaria. Centrándome en Martina, la protagonista, no la he soportado. Al margen de la carencia de personalidad y complejidad que afecta a todos los personajes de la novela, su actitud y su forma de ver la vida me ha resultado tediosa. Es una mujer alcohólica que cada vez que se encuentra o sucede algo que no le gusta, su solución es emborracharse y meterse tranquilizantes como si fueran caramelos. Y yo entiendo que esto es un problema serio, pero la autora no lo trata como tal, no crea a Martina de esta forma para hacer ningún tipo de reflexión ni de crítica al respecto, sino que lo trata como parte de su personalidad, como una forma de darle cierta profundidad psicológica que no tiene. La justificación de su comportamiento es que en Barcelona ha vivido un episodio traumático que le ha llevado a esa situación de inestabilidad y es algo que te remarcan a lo largo de toda la novela. Puedo entender que su manera de manejar ese trauma sea mediante el alcohol y las pastillas, pero solo en el caso de que la autora quiera transmitir algo con ello, no como un complemento más de su personalidad. En este sentido se da algo que a mí me cabrea profundamente y es cuando los autores te insisten en que un determinado personaje ha sufrido un episodio trágico en su vida y por eso es como es o hace lo que hace y cuando por fin te revelan qué ha sucedido, resulta que el episodio en cuestión de trágico no tiene nada y es una estupidez. Y digo que me cabrea porque no hay nada que me disguste más que cuando una novela me promete una revelación espectacular y que me va a dejar patidifusa y luego resulta ser bastante insulsa y absurda. Asimismo, este supuesto problema que sufre Martina da la sensación de ser un añadido para tratar de darle más complejidad al personaje que la autora te mete con calzador y en ningún momento da la sensación de que sea una problemática real, algo que le impida vivir con normalidad su día a día, por lo que bajo mi punto de vista no le salió muy bien la jugada.

Respecto al ritmo, este fue tedioso y monótono. Cuando yo leo thriller quiero acción o por lo menos estar enganchada y deseosa de resolver el misterio, pero este no fue el caso. Sí, quería saber quién era la famosa chica del vestido azul y qué le pasó, pero el proceso de averiguarlo me aburrió bastante. El final, como he comentado más arriba, me dejó un poco fría porque las intenciones de la autora eran tan evidentes que antes de llegar al desenlace podías intuir qué había ocurrido. Es cierto que hubo ciertos giros que me sorprendieron y no me esperaba, pero pensándolo fríamente creo que se debió más a que se los sacó de la manga que al hecho de que fuera una relevación sorprendente per se. En esto también influye el que Martina hiciera descubrimientos un poco de pura casualidad y que su investigación estuviera repleta de coincidencias, por lo que las sorpresas muchas veces no eran tal porque no estaban construidas sobre una base sólida, sino más bien sobre "uy, mira lo que he encontrado por casualidad".

Es una novela que se lee muy rápido y que te terminas en un suspiro, pero tiene tantos fallos y la construcción de la trama, la atmósfera y de los personajes es tan floja que, a pesar de la ligereza de su lectura, no consigue atrapar al lector lo suficiente como para despertarle demasiado interés por la historia de la chica del vestido azul.


La chica del vestido azul es una novela que partía de una premisa muy interesante y de un misterio que a priori llama la atención, pero a la que le falta mucho trabajo por detrás: trabajo en el manejo de la tensión, en la construcción de la historia y, sobre todo, en la construcción de personajes. Si a eso le añadimos una escritura que no encaja para nada ni con la forma de narrar de la protagonista ni con lo que se nos está contando, así como la previsibilidad reinante a lo largo de sus trescientas páginas, la combinación da lugar a un libro flojo y descartable en todos sus aspectos.

5 comentarios:

  1. ¡Hola!

    Qué pena que no lo hayas disfrutado tanto, en mi caso lo disfruté bastante cuando lo leí.

    Un abrazo

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  2. ¡Hola! Madre mía, pues por lo que parece no hay ni una sola cosa que se salve de la novela. Me había llamado la atención de la sinopsis lo que mencionas de ese rural noir, pero viendo que la protagonista es insufrible, que la historia en sí es inverosímil y que el ritmo es lento y monótono, creo que lo mejor que puedo hacer en esta ocasión es dejarlo pasar.

    ¡Nos leemos!

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  3. ¡Hola, Kurenai Ayanami!,
    He visto mucho esta novela por distintos blogs y me llama la atención porque tiene un aire de misterio que me gusta. Siento que no haya sido para ti, que se te haya hecho tediosa y que el lenguaje también te haya chirriado. Ya veo que la trama, en cuanto a pistas, tampoco ha sido muy sutil.
    En fin, si me animo a leerla más adelante ya te contaré qué me parece ;) Eso sí, mejor ir con pies de plomo por si acaso.
    Un besito de tinta y hasta pronto :D

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  4. ¡Hola Kurenai!

    MADRE MÍA, VEO QUE HA SIDO UN COMPLETO DESASTRE. Si es que no hay por donde salvar esta novela.
    Ya empezamos mal: ¿que entierren a una mujer así sin más sin un mínimo de investigación, sin ni siquiera saber quién es? Se pasa porque es la premisa y da pie al resto de la historia, venga vale...
    Pero ya todo lo demás si que no. Veo que la historia es suuuper planta, es monótona, aburrida, y encima los giros que sorprenden es porque la autora se saca algo de la manga en el último momento entonces claro, es imposible que el lector lo adivinara. Odio este tipo de cosas en los thrillers.

    Y bueno, el personaje de Martina es un caos total. Para empezar, su forma de investigar me parece super forzada y superficial. Veo que la autora es super cantosa a la hora de hacernos sospechar de los personajes, y encima ni siquiera les da la profundidad suficiente como para poder diferenciarlos... apaga y vámonos. Y en cuanto a Martina, veo que es un personaje que no hay por donde cogerlo, que parece hasta pedante y que se le ha intentado dar profundidad, pero no se ha conseguido. En fin, vaya chasco.

    Visto lo visto es que no lo toco ni con un palo, tengo cosas mejores que leer, la verdad jajaja
    ¡muchos besos!

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