Cuéntame tu historia VI: La melodía de su vida

¡Hola, soñadores!

De nuevo os traigo una historia curiosa para nuestra iniciativa. Y digo "curiosa" porque, ya que hemos subido últimamente el listón de las historias, en esta ocasión voy a continuar con una idea que me rondaba la cabeza las últimas semanas, y que la entrada de Cuéntame tu historia V, hecha por mi querida Kurenai, no hizo más que avivar.

En esta ocasión, tendréis que hacer girar vuestra historia en torno a la Música. Tal cual. Ya sea porque el protagonista es un músico, porque hay una canción que hila la narración... Podéis hacer lo que queráis, pero debe palparse la música en vuestro relato.

Como solemos hacer, aquí os dejo un pequeño relato (realmente es breve, para lo que yo suelo escribir) de manera que os hagáis una idea de lo que pedimos y disfrutéis un poco de nuestro blog :)

La melodía de su vida

Alexis lloraba desconsoladamente delante de las partituras. En su mente corrían fugazmente destellos de miles de conversaciones, y todas ellas acababan igual: había hundido a la persona que más quería en el mundo, la había hundido por su egoísmo, por querer tener su presencia constante a pesar de todo.

Lo único que Marianne le había pedido era que no la echase cada vez que se sentía amargado, pero, aun así, no podía evitar apartarla de su lado cada vez que la desilusión rompía un trozo de su corazón, aunque se debiese a una tontería. Él era capaz de dejar de lado cualquier cosa con tal de estar un minuto más junto a ella, disfrutando de su presencia, escuchando sus dulces palabras, entrelazando sus almas en una sola.

Este hecho era una verdad tan cierta como que había dejado a la mitad muchos de sus proyectos, acumulando más y más partituras con nuevas piezas, lleno de creatividad y, al mismo tiempo, tan falto de tiempo para concluir su música. Y es que, la existencia de Marianne era la música que llenaba sus oídos, el tic-tac del reloj, la única guía de sus pasos hasta que podía verla, la risa de Marianne, el ritmo de sus días.

Y ahora, ahora había conseguido alejarla de él, definitivamente. Ella no se sentía bien, su infelicidad se podía ver a la legua, y él, consciente de ello, decaído también tras una larga jornada de trabajo y viendo que se estaba abandonando por querer reservarle cada momento de su vida a Marianne, no pudo más e hizo lo único que le había pedido que no hiciera. No quiso comprenderla, se escudó en su postura implacable, en la rectitud de su lógica, en que era lo mejor para ella.

¡Mentira! ¡Todo, una maldita mentira! Tenía mucho miedo de perderla, y por eso tenía que perderla, porque se estaba rompiendo por dentro, estaba perdiendo su visión, su independencia, todos los secretos que ocultaba… Cada vez estaba más expuesto a la luz, a la luz de Marianne, de su vida, a la luz de sus ojos. Y al exponerse, al resquebrajar la armadura que tanto tiempo le había costado crear para defenderse del mundo y de sus desilusiones, estaba mostrándose como el blanco de una diana, estaba permitiendo que sus debilidades y sus monstruos interiores salieran al mundo y lo oscureciesen.

Sin embargo, él no podía tolerar que se oscureciese un mundo en el que Marianne viviese, no podía dejar que la sonrisa de Marianne (todo un desafío el conseguir que ella expresase sus sentimientos) desapareciese de un plumazo por su falta de compostura.

Marianne era la melodía de su vida, y cada vez su mundo se desvanecía más y más en el sonido que Marianne dejaba a su paso. Si continuaba así, acabaría por perderse a sí mismo, y él era el único en quien podía confiar. En él, y en Marianne, pero no podía permitir que ella cargase con sus demonios interiores, ella era demasiado joven y agradable como para dejar que aquello sucediese.

Y así, acabó por romper de nuevo en pedazos las hojas humedecidas, partiendo en mil fragmentos las piezas que iba a dedicar a Marianne, las canciones que daban voz a los latidos de su corazón, los mismos que bailaban en torno al ritmo de Marianne.

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¡Y hasta aquí el relato! Espero que haya sido como música para vuestros oídos y que os impulse a escribir relatos maravillosos.

¡Nos vemos!

PRÓXIMO PERSONAJE: 26 de diciembre (especial Navidad)

Trocitos de nuestra historia

M.A. Álvarez R.: Melodía de madrugada 
Alejandra: Kiss me under the light of a thousand stars
Gema: Replay
Sheila: http://epdln.blogspot.com.es/2015/01/cuentame-tu-historia-vi.html
Libros sin páginas: Notas en las sonrisas