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viernes, 16 de febrero de 2024

"Sangre", Irene Morales

Título: Sangre (#1)

Autora: Irene Morales

Saga: Larga vida al rey

Editorial: Umbriel

Año de publicación: 2023

Páginas: 256

Sinopsis: Verenize • de Veda nunca quiso ser rey.

Le gustaba la vida que le había tocado, le gustaba aprender nuevos círculos de invocación, nuevas formas de provocar a su caballero protector, de evitar sus deberes o robar mandarinas de las cocinas. El peso de la corona recaía en su hermana Sera, quien se la merecía más que nadie y a quien Nize quería más que a nadie. El día en que Sera fue asesinada, Nize perdió dos vidas: la de su hermana y la suya propia. Ahora es él quien ha de heredar la corona, pero al príncipe poco le importa el trono; solo vivirá por y para encontrar al asesino de Sera, así tenga que romper todos los tabúes de su religión, pactar con mil demonios, derramar sangre, iniciar guerras. Aunque tenga que convertirse en el rey que nunca quiso ser y su caballero lo mire justo como lo está mirando en este preciso momento. Ah, Sasha. Tan noble y tan estrechito de miras. No, Verenize • de Veda nunca quiso ser rey, pero si ese es el precio a pagar, que así sea.

Verenize de Veda, como segundo hijo del rey, no está destinado a ser el heredero. Ese trabajo se lo deja a su hermana Sera, mientras él practica con la magia para convertirse en el mejor invocador del reino. O al menos ese era el plan inicial. Cuando Sera es asesinada el día en que se celebra el Color, una festividad muy señalada que anuncia la aceptación del primogénito como futuro rey, la vida de Nize dará un giro inesperado. Tendrá que sobreponerse al dolor de la pérdida de su hermana para, junto con la inexorable presencia de su caballero y mejor amigo, Sasha, investigar quién querría asesinarla, al tiempo que debe cambiar la educación recibida hasta ahora para poder subir al trono en el futuro. Nize nunca quiso ser rey, pero utilizará el poder que esto supone y sus propias habilidades con la invocación de demonios para descubrir al asesino de Sera y hacerle pagar con sangre por su crimen, aunque esto suponga llevar su cordura y su propio cuerpo al límite.


Nize no ha nacido para ser rey, por lo que todas esas responsabilidades recaen sobre su hermana mayor Sera. Eso le permite centrarse en lo que verdaderamente le gusta, la invocación de demonios mediante portales dibujados con pintura dorada. En este mundo, la magia está vinculada a estos seres, que pueden ayudar a los humanos a cambio de premios consistentes en sangre, flores, fruta... y cualquier ser vivo (principalmente plantas). Esta predilección se debe a que el mundo de estas criaturas es una tierra yerma y el ser llamados por los humanos les permite recordar cómo era la vida antes de tamaña destrucción. Cada demonio tiene unos poderes u otros y son llamados en función de los deseos y necesidades del invocador. Sasha, el mejor amigo de Nize y su caballero particular (cuya misión es encargarse de proteger al príncipe y cubrir todas sus necesidades) es, por otro lado, un brujo. Los brujos también poseen magia pero, a diferencia de la de los invocadores, esta consiste en ser capaces de comprender y usar los cuatro elementos (tierra, agua, viento y fuego). Sin embargo, estas habilidades no están demasiado bien vistas, ya que se considera que los brujos surgen por cometer pecados según la estricta religión de Veda. Nize y Sasha son como uña y carne y este último se mantendrá inquebrantable al lado del príncipe mientras este desespera por averiguar la verdad sobre el asesinato de Sera. Sobre todo porque era muy querida tanto en el castillo como por el pueblo, por lo que no aciertan a entender quién querría causarle algún mal, más allá de cuestiones políticas.

El protagonista de esta trilogía es Verenize o Nize (en esta religión, conocer el nombre completo de las personas te da poder, por eso es muy importante usar un acortamiento). Ha crecido siendo despreciado por su padre, quien lo compara constantemente con su hermana Sera a quien considera perfecta, al contrario que su hijo. Que su padre sienta tanto apego por Sera y que esta vaya a ser la heredera al trono, le ha permitido pasar sus días con total libertad, sin demasiadas responsabilidades más allá de comportarse en público, aprender a luchar y, sobre todo, perfeccionar su magia como invocador, su verdadera pasión. Es uno de los mejores invocadores del reino y se enorgullece de ello. Su tiempo libre lo emplea disfrutando de la presencia de Sasha, su mejor amigo desde que puede recordar y su guardia personal. Además, después de haberse Vinculado (un pacto demoniaco mediante el cuál la magia de dos personas se vuelve una sola) están más unidos que nunca. Su amistad se pondrá a prueba cuando asesinen a Sera y todo lo que Nize ha conocido y vivido se derrumbe como un castillo de naipes. Nize es un personaje al que no he soportado en todo el libro. Se supone que tienes que "odiarle" más o menos a partir de la mitad de la novela, pues es cuando claramente su sed de venganza comienza a manifestarse con mucha más fuerza y se vuelve un crío irracional, paranoico y violento. Sin embargo, a mí me resultó odioso desde su presentación. Nize es orgulloso, egocéntrico, abusa constantemente de su posición de privilegio para hacer lo que quiere sin recibir ningún tipo de escarmiento y no tiene reparos en mentir (incluso a gente que se supone que le importa) y en tergiversar la verdad con tal de salirse con la suya. Es un niñato egoísta que se jacta de la valiosa amistad de Sasha, pero que en realidad le trata como si fuera un perro obediente y no como un amigo. Sin duda, lo que más me molestó de este personaje es el nivel de victimismo que presenta. Cuando asesinan a su hermana Sera, consigue darle la vuelta al asunto y convertirse él en la víctima. No permite que los demás muestren dolor por su muerte y los odia por ello, pues considera que ÉL es el único que tiene derecho a lamentar su pérdida. Cuando los amigos de su hermana o gente cercana a ella lloran delante de Nize o hablan de lo afectados que están por su fallecimiento, el príncipe se enfada argumentando que nadie la conocía como él y que siendo su hermana, es quien más debe sufrir por su asesinato.

No solo eso, sino que algo de lo que peca la autora a lo largo de toda la novela (especialmente con Nize) es que describe, pero no muestra. Nize se jacta de lo mucho que amaba a su hermana y de lo unidos que estaban, pero apenas vemos flashbacks en los que, efectivamente, se demuestre esta relación tan intensa que los unía. Habla constantemente de lo mucho que quiere a Sera, de que eran inseparables, pero más bien parece que esa es la percepción que tiene el propio Nize y que es la idea que se ha creado en su cabeza a raíz de su muerte; de hecho, el resto de personajes (Sasha, Rako (que es el doble de Nize), el rey, incluso el servicio...) parecen mucho más cercanos a Sera que el propio Nize. Las escenas en las que Sasha habla de cómo Sera entrenaba con él y Rako son mucho más tiernas y sentimentales que las que nos describe Nize. Es por eso que la impresión que me dio a lo largo de toda la novela es que Nize utiliza el asesinato de su hermana para darse protagonismo, sensación que se refuerza cuando su línea de pensamiento da un triple salto mortal para alegar que en realidad nunca quisieron matarla a ella, sino a él. Este afán de protagonismo y egocentrismo es algo intrínseco del personaje que no me hizo empatizar con él en absoluto y que solo me hizo odiarlo cada vez más mientras se iba perdiendo en su espiral de locura. Entiendo que el punto de la autora es crear a un personaje atormentado que pierde el norte por completo por culpa de su obsesión de venganza y cómo esto le hace cometer atrocidades. Creo que esto está muy bien llevado y se refleja perfectamente, pero cuando haces a un personaje insoportable desde la primera página, lo único que puedes apreciar es que se va volviendo más imbécil cuanto más lees.

Vamos con Sasha de Corte, brujo, mejor amigo de Nize y su caballero. Al contrario que su príncipe, es buena gente, bondadoso, amable, leal hasta la médula y, por algún motivo que no consigo comprender, adora a Nize. Hasta el punto en que es, como he comentado arriba, su perrito faldero. En cuanto Nize chasquea los dedos, va corriendo a su lado. Hace todo lo que este le dice sin rechistar, incluso cuando sabe que las órdenes son cuanto menos cuestionables. Defiende al príncipe por encima de todo (aun sabiendo que es culpable de lo que se le acusa) y su servidumbre alcanza cuotas incomprensibles cuando ve con sus propios ojos cómo Nize comete verdaderas atrocidades (como la tortura), pero no hace nada al respecto, más que si acaso sermonearle, pero siendo comprensivo porque "lo está pasando mal". Nize describe su relación como de amistad, más que de amo y señor; pero, sin embargo, protesta si Sasha le dice algo que no quiere escuchar, tiene en cuenta sus opiniones solo si coinciden con las suyas propias, se enfada con él si le lleva la contraria... Incluso en muchas ocasiones, cuando se enfada con Sasha por no ver las cosas desde su misma perspectiva, alega sin despeinarse que esa no es forma de que un vasallo trate a su príncipe. Es cierto que esta clase de comentarios los hace sobre todo de cara al final, cuando va perdiendo todo asomo de cordura, pero, ¿en qué quedamos? ¿Es tu mejor amigo o tu sirviente? ¿le tratas con la ligereza de ser tu amigo cuando te conviene, pero cuando no le pones distancia como tu criado? Además, Sasha no tiene personalidad ninguna y es un personaje increíblemente plano que solo se define atendiendo a su relación con Nize.

Siguiendo con los personajes, de Sera no sabemos prácticamente nada y eso que ella es el punto central de esta novela. Solo se nos dice que es perfecta, inteligente, guapa, amable, querida por el pueblo y por todo aquel que la conociera mínimamente. Nadie comprende quién querría verla muerta porque era amada por todo el mundo y, además, la futura reina perfecta. Dada su importancia en la trama, la autora podría haberse molestado en presentárnosla aunque fuera a través de flashbacks, pero dibuja su personalidad solo a través de los ojos de los demás, por lo que no podemos saber si está idealizada ni cómo es ella de verdad. El resto de personajes que aparecen en este libro (como el rey, su caballera, la Invocadora de la corte, los padres de Sasha...) existen por y para Nize. No tienen tramas ni personalidad propia, ya que su presencia, sus circunstancias, comentarios y sus interacciones están creadas solo y exclusivamente para forjar al personaje de Nize. De esta maraña de cuerpos indefinidos solo destaca Rako, un joven que es físicamente idéntico a Nize (de nuevo, personaje creado por y para Nize) y que solo aparece en escena cuando la autora considera que es necesario para la trama, cuando podría habérsenos presentado desde el principio puesto que, entre otras cosas, es muy amigo de Sasha y Sera y, por tanto, un personaje importante para ellos.

A parte de Nize y Sasha, un personaje que sí que está un poco más definido es Astrae, un demonio mayor que es invocado por el rey para que con su poder forje el Vínculo entre príncipe y caballero para que puedan compartir su magia y queden atados por un lazo inquebrantable. Astrae tiene forma humanoide y hermafrodita y aunque parece que su intervención en la novela va a ser puntual, conforme vamos avanzando, su figura se vuelve imprescindible en un determinado punto, pues parece desarrollar una obsesión (correspondida) por Nize y su relación será crucial tanto para el príncipe como, sobre todo, de cara al final.

La construcción del mundo de Larga vida al rey me ha resultado fascinante y frustrante a partes iguales. El hecho de que los demonios no aparezcan aquí como enemigos a erradicar por parte de los humanos ni tampoco como aliados, si no como herramientas, me ha parecido muy original, así como la forma de invocarlos y las motivaciones de estas criaturas. Ahora bien, la forma en que la autora explica cómo funcionan estas invocaciones, cómo se realizan y el por qué los demonios están dispuestos a acudir a la llamada de los humanos, es increíblemente confusa. Irene Morales no sabe introducir correctamente el sistema de magia, da pinceladas sueltas aquí y allá cuando son necesarias, pero que no son suficientes para que tú como lector comprendas qué está ocurriendo o cuáles son las normas que rigen la magia en este universo. Es más, me atrevería a decir que no es hasta que cierras el libro cuando eres capaz de reunir los pedacitos de worldbuilding que ha ido dejando la autora y hacerte una imagen más o menos clara del tipo de magia que existe y de cómo se usa. Y aun así, al terminar la novela seguía teniendo muchas dudas al respecto. Me sentía como si estuviera leyendo el libro a medias, como si la autora lo tuviera todo perfectamente esquematizado en su cabeza pero, en vez de darnos toda la información, volcara solo una parte, lo cuál hacía que sus descripciones fueran confusas e incompletas. Y no solo me refiero a la magia (parte fundamental de la trama), sino a todo lo que envuelve la novela: sus festividades (que se dan bastante a menudo, pero sigo sin saber qué se celebra en cada una de ellas y por qué son importantes), su religión y sus dioses (también tienen un gran peso y aun así sus creencias más que aportar, me desorientaban todavía más), los diferentes escalones dentro de la corte (deja claro que existen distintos escalafones dentro del palacio, pero no cuáles son ni qué diferencias hay entre ellos)... Para más inri, la autora además se inventa palabras que usa de forma recurrente pero que no te explica qué significan y tienes que deducir, con un poco de suerte, por contexto (sigo sin saber por qué a la caballera de Sera se le llama ner Aren y el resto de caballeros no reciben el título de ner). Al cansancio que suponía leer deduciendo toda la información que la autora omitía, se añade que los capítulos son muy largos (algunos incluso de cuarenta páginas...); aunque tenían divisiones internas, se me hacían eternos.

Entiendo que es una primera parte de una trilogía y que, de hecho, se nota que es claramente un prólogo y que la "verdadera trama" comienza en el segundo libro; pero eso no es excusa para la evidente falta de desarrollo que es palpable desde la primera página. De hecho, precisamente por ser una introducción la autora debería haber profundizado mucho más en explicarle al lector el mundo que ha creado, así como esforzarse en que sus personajes (al margen de Nize) no fueran tan unidimensionales. Si el lector tiene que leer constantemente entre líneas para dilucidar qué está ocurriendo y por qué, entonces es que algo falla en cómo está planteada la novela y en las decisiones que se han tomado sobre cómo transmitir la información.

En cuanto al estilo de la autora, me parece precioso. Me gusta el contrapunto de que en las escenas más sencillas su prosa sea igual de simple, pero se torne recargada cuando hay más acción y cuando las emociones de los personajes están a flor de piel. Asimismo, la caída a la locura de Nize también queda palpable en su forma de escribir y podemos saber lo que siente y la vorágine que hay en su cabeza y en su corazón gracias a las descripciones tan visuales (y desagradables) que nos regala Irene Morales. Es verdad que hay párrafos en los que me resultaba excesivamente cargante, pero han sido momentos puntuales. El final es impactante, tal y como se pretende dado que, como he comentado, Sangre es claramente un prólogo de la verdadera historia que comenzará a partir del segundo libro, por lo que es importante que los últimos capítulos te dejen lo suficientemente impactado como para que todo este viaje haya merecido la pena y desees saber cómo continúa la historia de Nize y Sasha; y es un efecto que la autora logra a la perfección.


Sangre es un libro que tiene potencial, pero que no ha sido plasmado como debería. El mundo creado por Irene Morales es complejo, interesante y atrapante; el problema es que no ha sabido llevarlo correctamente al papel. Su buen nivel como escritora se percibe en cada página y tengo fe en que todos estos errores se verán subsanados en su segunda parte, Flores.

2 comentarios:

  1. Hola! Confieso que tu reseña me ha venido genial porque la editorial me va a enviar la segunda parte que sale ahora y se me ha olvidado casi todo del primer libro JAJAJ veo que Nize te ha caído fatal, y efectivamente me quiere sonar que era un personaje de moral bastante gris, y el worlbuilding del mundo también me intrigaba mucho. He ido a releer mi reseña y le di bastante más nota al libro así que espero que esta segunda parte me guste también aunque no recuerdo el final oops, espero que Irene Morales haga un poco de recordatorio, no sé qué me ha pasado con este libro que lo he borrado de mi mente, a veces me pasa JAJAJA si no hace ni un año que lo leí

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  2. Hola!! vaya pintaba muy bien al inicio pero veo que hay varias cosas que molestan en este libro. Eso de los personajes, que Nize trata fatal a Sasha y este último sigue igual ahí me chirria un poco. Ya veré si al final me animo con el.

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