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viernes, 14 de noviembre de 2014

Cuéntame tu historia IV - La sombra de la lluvia

¡Bienvenidos de nuevo, soñadores!

Os recordamos que todos los que tengáis un blog podéis participar en la iniciativa, ya que en cualquier momento se pueden apuntar participantes nuevos. ¡Animaos!

En esta ocasión sí que vamos a daros una historia como ejemplo. Me apetecía escribir algo triste, así que aquí os lo pongo, pero os aviso de que puede resultar bastante desagradable, aunque ésa no era mi idea inicial. Cada historia es distinta, así que no os desaniméis si ésta no os gusta, además, vosotros podéis hacer seguramente una más alegre.

Por cierto, dato importante, en esta ocasión no os voy a poner el nombre del personaje porque podéis escoger si queréis que tenga un nombre o no (en mi caso, he optado porque no tuviera) y el género que prefiráis (en mi caso, una chica).

Ficha del personaje:

Físico: estatura pequeña, ropa vieja, desgastada y rota (sudaderas grises, vaqueros negros, camisetas monocolor)
Personalidad: sumisa, callada, silenciosa, deprimida
Edad: 15 años




La sombra de la lluvia

En la ciudad llovía a cántaros. Gota a gota, las nubes se iban se iban diluyendo, velando los edificios de colores apagados, recorriendo las fachadas, creando un halo alrededor de las luces de los semáforos, difuminando la claridad con que las farolas y carteles procuraban encender aquella oscura y fría noche de otoño, creando caminos por entre las baldosas de las aceras.

Su pequeña sombra paseaba por delante de ella, escondiéndose entre la oscuridad en los tramos que las luces no llegaban a cubrir. Por detrás, un reguero de gotas de sangre dejaban constancia de su existencia, tan ínfima y diminuta que sólo una prueba física podía indicar fehacientemente que existía, que ella de verdad existía, aunque nadie la viese al pasar, ni cuando se sentaba en la esquina al final del aula, ni cuando estaba sentada en un banco, sola, en el patio de su instituto.

Sus notas eran excelentes, y por ello se ganaba la admiración de los profesores así como la envidia del resto de alumnos. Muchos habían querido hacerse amigos de ella, únicamente para exprimirla y aprovecharse de sus habilidades en el estudio, de modo que ellos pudieran aprobar y ella, engañada, creyese que tener que dejar sus cosas, compartir su dinero y regalar su comida eran cosas que formaban parte de "ser amigos". Nunca decía que no a nada, había aprendido hacía mucho tiempo que era mejor asentir y soportar cualquier cosa que le echasen encima, sin rechistar, o las consecuencias podrían ser terribles...

Y ahora... ahora había hecho algo realmente horrible, y tenía que escapar de las consecuencias, tenía que escapar como fuese para evitar tanto dolor. Es por ello que sus pasos la van alejando más y más cada vez de las calles, de los edificios, guiándola hacia el parque más hermoso de la ciudad. Lleno de seres vivos, animales y plantas, que durante los días vibraban de color, alegrando las ajetreadas vidas de los paseantes que buscaban un rato de esparcimiento, los jóvenes que buscaban lugares para hacer confidencias, los artistas que se saciaban con la inspiración reinante en ese jardín de la vida. Y, por las noches, los fuertes robles, los eternos pinos, y el frío césped, acogían y daban cobijo a los vagabundos y desesperados, a los suicidas y los criminales, a todos por igual, a todos los que acabarían siendo despreciados por la sociedad, argumentando que el mal estaba en ellos, que estaban podridos por dentro.

En esos instantes, ella también era una manzana podrida, un desperdicio de la sociedad, y no hacía falta que nadie se lo dijese, ella lo sabía porque lo vivía día a día. Había nacido en un hogar entre la miseria, un piso destartalado en uno de los peores barrios de la ciudad. Cuando ella llegó al mundo, su único hermano, doce años mayor que ella, lo primero que hizo fue dejarla en una caja delante de una cafetería de un barrio lejano. Años después, cuando él se lo confesara, le explicaría que lo había hecho para alejarla de allí, alejarla de tanta desgracia, y que su único deseo era que alguien la rescatase, como sucedía en las películas que solían ver en el cine cuando conseguían colarse.

Su padre, por fortuna, pasaba poco tiempo en casa. Como una vez al mes o así solía pasarse para coger todo el dinero que pudiese guardar en sus bolsillos, una o dos cajas de vino barato y recordar que tenía dos hijos y una esposa. Por su parte, su madre les recordaba que lo que tenían que hacer con sus vidas era estudiar, estudiar y estudiar para conseguir un buen trabajo y ganar dinero, y no drogarse como hacía el cerdo de su padre. Lástima que se olvidase de la parte de no beber cada día una botella de alcohol, coñac del bueno cuando conseguía birlarlo de su tienda preferida, y pegar a sus hijos cuando se sentía como un despojo y no conseguía un nuevo trabajo.

Muchas veces se preguntaba por qué su hermano no había hecho nada por sacarles de allí, por llamar a los servicios sociales, por pedir ayuda en el colegio del barrio al que asistían. Entonces recordaba, primero, el temor a que le arrebatasen a la única persona que la quería por existir, por ser ella misma, y después recordaba cómo él había conseguido salir del agujero y había intentado escapar, sin éxito. Cada vez que había huido, su padre le encontraba y le sacaba cuanto dinero podía, para después pasarse por casa, dejarla unos billetes para que se comprase libros para estudiar lo que fuera que enseñasen ahora en el colegio y dar el chivatazo a su madre de que su hermano tenía un bonito pisito junto a su novia cerca del centro del pueblo cercano, y que trabajaba en una cafetería para ganar dinero para ir a la universidad.


O recordaba aquella vez que su hermano había ahorrado suficiente para comprarles unos billetes de avión a su novia, a él y a ella para largarse de aquella maldita ciudad hacia otro país, pero el dinero había desaparecido misteriosamente justo después de que hubieran decidido adónde se marcharían... Ella estaba segura de que habían sido sus padres, pues vio la sombra de su madre alejarse del local adonde solía llamar su hermano para comunicarse con ella.

Y ahora, ahora que necesitaba de verdad huir, no tenía adónde ir. No podía echarle a su hermano una carga tan pesada, simplemente, no podía aparecer allí, con la vieja sudadera de su hermano cubierta de sangre y desgarrada en donde su madre la había acuchillado. Simplemente no podía aparecer delante de la puerta del piso de su hermano y explicarle que había matado a su madre porque se acordaba de cuando le dijo que nadie debería atreverse a tocarla, que ella menos que nadie merecía sufrir esos abusos por parte de toda la gente que la rodeaba. Que ella tenía que plantar cara y hacerse notar, hacerse valer, aunque eso provocase heridas en los demás... Seguramente su hermano no se refería a ese tipo de heridas, pero era lo único que podía hacer en aquel momento.

Ya no podía aguantar más. Y la noche de tormenta la había ayudado a descontrolarse, a expresar todas sus emociones por primera y última vez. Ahora el agua la purificaba y le indicaba que el camino seguía hacia abajo, hacia el infierno, que es donde merecía estar, con los demás asesinos.

Se tumbó sobre un banco oculto, a la sombra de su árbol predilecto, aquél en el cual escondía sus tesoros de la infancia, cosas que había encontrado en la calle, cosas que le habían regalado alguna vez, dentro de una caja de metal desvencijada, debajo de una de las grandes raíces que sobresalían de la tierra. Allí, estaba segura, encontraría la paz que necesitaba, al resguardo del frío y de la lluvia, sintiendo cómo la sangre que salía por las diversas heridas calentaba su cuerpo, mientras cada vez sentía el mundo alejarse más y más, el árbol se iba difuminando, y se escuchaban sirenas a lo lejos, en la ciudad.

La mañana nació completamente nublada, pero los pájaros seguían cantando, las nubes amenazaban con derramar sus lágrimas sobre los peatones descuidados que habían decidido no sacar el paraguas de casa, la calle se llenaba de pitidos, insultos, cláxones gritando que sus dueños tenían prisa por ir a trabajar. Y los vagabundos y demás volvían a sus guaridas, porque aquél no era su lugar, esperando algún día tener tanta suerte como esa muchacha que dormía sonriendo en un banco tan alejado del mundanal ruido, con una tez tan pálida como la nieve, y tan fría como ella.

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¡Fin del relato!

Espero que algo os haya gustado y que sigáis leyendo nuestro blog. ¡Animaos a participar!

PRÓXIMO PERSONAJE: viernes 28 de noviembre


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Trocitos de nuestra historia



10 comentarios:

  1. Maaaaadreee mia. ¿Piel de gallina? Eso es poco. Tengo todas las celulas de mi cuerpo temblando por tu historia. Brutal. Sencillamente brutal (en el buen sentido). Impresionante. Un enfoque diferente y que engancha, para que engañarnos. En serio, sigue así. Haces que los demás nos emocionemos tanto con las siguientes historias que escribas como las que escribiremos nosotros :)

    <3

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    1. ¡Muchas gracias, Sheila!

      La verdad es que tenía ganas de hacer una historia más en mi estilo de escritura, en vez de probar con cosas nuevas. Cuando escribo de esta manera me suelen quedar historias confusas, por lo que me costó un poco que el contexto quedase lo suficientemente claro como para que definiese al personaje, pero acabé bastante satisfecha con el resultado.

      Me alegra que mis historias causen tanta emoción y me anima mucho a seguir escribiendo.

      ¡Muchas gracias por leer! Esperaré con impaciencia vuestras historias también :)

      Bss!

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  2. ¿Pero por qué nunca son felices? (Bueno, o sí, pero no vivos y felices, parece que o eres feliz o estás vivo)
    Coincido con Sheila, me ha encantado, me has dejado helada y me ha dado tanta lástima la pobre chica...
    No me esperaba algo tan crudo, la verdad, pero sin duda me ha parecido perfecto, has sabido darle a la historia justo lo que pedía.
    Yo no he sido tan cruel, la verdad (sí, he esperado a tener la historia para comentar), mi historia es más alegre, sobre todo comparándola con la tuya. Espero que le haga un poco de justicia, pero dudo que me haya quedado algo tan bonito como esto.
    http://beyondawritersmind.blogspot.com/2014/11/dificiles-decisiones-relato-corto-ficcion.html
    Ale, ya estoy al día, ya soy feliz.
    ¡Un besín!

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    1. ¡Siento contestar tan tarde!

      Se me había pasado por completo revisar las entradas de la iniciativa, pero inmediatamente leeré y publicaré por aquí tu historia. ¡Seguro que es fantástica, como todas las que escribes!

      Me alegra que te haya gustado esta historia alternativa y... sí, es más divertido hacer sufrir a los personajes, porque ya hemos visto muchos "y fueron felices y comieron perdices".

      Bss, hermana plutoniana! ;)

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  3. Una historia triste que te sumerge en un estado de melancolía. Transmite mucho. Me han gustado especialmente las descripciones de los últimos párrafos y el final es muy curioso, es triste pero también transmite cierta belleza. Además, la trama da que pensar... Me ha gustado.

    Dejo el enlace a mi relato: http://auxilili.blogspot.com.es/2014/12/el-joven-de-los-pajaros.html

    Saludos!! :)

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    1. ¡Gracias!

      Veo que no os ha dejado indiferente este relato, y me alegra. Con respecto al final, quería hacer que algo de la historia fuese bonito, porque creo el personaje se lo merece.

      Enseguida pongo tu relato junto al resto y lo leo :)

      Bss!

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  4. Hola, recién termino de leer tu historia, y narras tan lindo *^* El final es triste pero es interesante la historia, me pasaba a dejarles mi relato para este personaje °w°~ También tratando de una historia de hermanos pero con otros destino >///<~
    http://writerydreamer.blogspot.com/2015/02/cuentame-tu-historia-4.html
    Saludos <3

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    1. ¡Hola, Gisela!

      ¡Gracias!^^ Ya he puesto tu historia junto a las demás y la he leído. ¡Está genial! ;)

      Y muchas gracias por tu relato, es realmente bonito.^^

      Bss!

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  5. http://librossinpaginas.blogspot.com.es/2015/06/cuentame-tu-historia-iv.html

    Siento mucho en tardar con este!!!

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    1. ¡Hola!

      No te preocupes, se pueden publicar las historias que quieras cuando quieras. Ya está puesto tu relato junto al resto.

      ¡Gracias por participar!

      Bss!

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