"La pirámide inmortal", Javier Sierra

Título: La pirámide inmortal. El secreto egipcio de Napoleón

Autor: Javier Sierra

Idioma original: español

Editorial: Planeta

Año de publicación: 2014

Páginas: 350

Sinopsis: El gran misterio de la humanidad, la inmortalidad, es la piedra angular sobre la que giran los argumentos de la nueva novela de Javier Sierra, La pirámide inmortal, una versión revisada, actualizada y ampliada de su novela El secreto egipcio de Napoleón. Después de El maestro del Prado, Javier Sierra vuelve con más emoción, más sentimiento, más enigmas. Agosto de 1799. Un hombre ha quedado atrapado en el interior de la Gran Pirámide y se debate entre la vida y la muerte. Es el joven general Napoleón Bonaparte. En ese lugar, aislado bajo toneladas de piedra, está a punto de serle revelado un secreto ancestral que alterará para siempre su destino. Alquimistas, hechiceros, bailarinas egipcias, viejos maestros descendidos de las montañas y grandes personajes históricos competirán con él en la búsqueda del tesoro más preciado: la fórmula de la vida eterna.

Nota: esta es la última reseña que voy a escribir sobre Egipto. Al fin.

Seguimos con la temática egipcia debido a nuestra participación en la iniciativa "La senda de los dioses". Como ya habréis observado, intentamos alternar temáticas para que no se nos cargue el blog de arena y pirámides. Dicho esto, este me pareció un buen momento para no solo ponerme al día en el mercado literario (ya que esta novela es muy reciente, de agosto), sino para dignarme a leer por primera vez en mi corta vida una novela de temática histórica.

Sí, hasta ahora nunca he leído ninguna novela histórica. Quizá por eso no he sabido apreciar del todo lo que nos ofrece La pirámide inmortal y me he aburrido como una ostra mientras la leía. Y es que en este libro no pasa absolutamente nada. Empieza casi con el final (digo casi porque nos presenta la situación instantes antes de que se lleve a cabo el desenlace definitivo), con Bonaparte entrando en la pirámide de Giza dispuesto a ponerse a prueba por la monumental construcción. A partir de ahí, el joven general nos relata los acontecimientos previos que le han llevado a ese punto actual. Entre ellos, nos narra las batallas en tierras egipcias y los planes realizados en Francia que le condujeron hasta allí.

La historia se cuenta desde el punto de vista de varios personajes, ya que todos son clave en el comportamiento de Napoleón y en las consecuencias que esto supone para su vida. Por un lado tenemos a Nadia Ben Rashid y a su tío Alí. Nadia es una pieza fundamental que ha nacido con un único propósito, servir al soldado francés. Esta chica no me gustó nada desde que hizo acto de presencia. Desde el inicio se la describe como un ser perfecto, rozando lo celestial (más tarde comprenderemos el por qué de esta concepción) e incluso recibe el epíteto de "La Perfecta". algo que me resultó irritante y que provocó que Nadia se me atravesara sin remedio. Este relativo odio se acentuó según avanzamos en la trama y descubrimos cuál es su cometido. Mi cara fue un verdadero poema cuando leí esa escena porque me resultaba del todo incoherente, absurda y sin sentido ninguno. Además, después de que Serra esté no se cuantos capítulos insistiendo en su importancia, cuando llega el momento de la verdad es como... ¿ya está? ¿En serio? Que sí, que no niego su relevancia con respecto a Napoleón, pero aún así es bastante... bueno, mejor que lo leáis vosotros. Por su parte, la única función de Alí es salvaguardar la seguridad de su sobrina y asegurarse de que su misión se cumple con éxito, por lo que es un personaje muy secundario.

También sabemos acerca del punto de vista de otros personajes como (solo mencionaré los más destacables desde mi punto de vista) Omar y Balasán. Omar es seguidor de Set (el dios del caos) y su filosofía gira en torno a la Maat, la fuerza del equilibrio egipcia. Todas sus acciones son consecuentes con esto, por lo que se esfuerza para arrastrar a Napoleón "al lado oscuro" y así contrarrestar el poder de la luz, poder representado en Balasán. Este anciano es uno de los sabios azules, los cuales invitarán y guiarán a Bonaparte para que, tras pasar una serie de pruebas, este abrace la inmortalidad.

A oscuras, incapaz de ver nada, sepultado bajo la impenetrable epidermis pétrea de la pirámide, no conseguía hacerse a la idea de si algo estaba mutando o no en su organismo. Se sentía extrañamente grande y liviano, como si sus extremidades se hubieran redimensionado al tiempo que sus constantes vitales se iban adormeciendo.

En cuanto a la trama, pues tampoco hay mucho que contar porque no hay nada de acción. Es, bueno, una novela histórica al fin y al cabo que se limita a eso, a contar hechos históricos que para mi se sintieron sin pena ni gloria. No es un libro que me entusiasmara y me lo terminé un poco por no dejarlo a medias, no porque realmente quisiera seguir con él. No me he leído nada de Serra (y visto lo visto, no me anima a seguir haciéndolo) pero algo que no me ha gustado nada es su forma de usar el lenguaje. Intenta emular o utilizar un registro culto que me ha chirriado muchísimo. Quiero decir, que sea formal es lógico y acorde con la situación histórica y con lo que la trama está representando,  pero no me ha convencido ni encajado del todo. No sé exactamente la razón por la cual no me he sentido cómoda con esta manera de escribir, pero es un sentimiento que he arrastrado durante toda la novela.

¿Debería leerlo?

La verdad, poco más puedo decir de este libro. No me lo volvería a leer porque no me ha atraído lo suficiente como para sentirme involucrada en la lectura. Además, ese toque fantástico y de ficción que le añade a la vida de Napoleón no me lo he creído. En definitiva, la mejor palabra que se me ocurre para definir mi primera experiencia con Javier Sierra y la novela histórica es "buf".