¡Reseña de anime! ¡Sí!
Esta temporada de invierno nos está trayendo animes a los que estoy increíblemente enganchada. Tenemos seinens de misterio como Boku dake ga inai machi, shonens de súper poderes como Divine Gate, shojos como Nijiro Days o spokons como Prince of Stride o la segunda temporada de Haikyuu!!, aún en emisión.
Sin embargo, yo no vengo a hablaros de ellos, sino de otro que me impide despegarme de la pantalla, pues es tan surrealista y divertido que merece ser mencionado. Puede que algunos lo conozcáis, puede que a otros ni os suene. Pero si pertenecéis a ese segundo grupo, os invito a leer esta reseña hasta el final y darle una oportunidad.
Título: Sekkou Boys
Género: idols, cosas de la vida, comedia
Estudio: Liden Films
Año: enero de 2016
Trama: Narra la historia de cuatro estatuas que se convierten en idols. Sekko Boys es grupo de cuatro bustos de piedra: el santo militar y líder del grupo, Saint Giorgio; la celebridad histórica, Medici; el apuesto y talentoso, Hermes, y el dios de la guerra, Marte. La historia cuenta sus esfuerzos para poder triunfar en el mundo del espectáculo junto Miki Ishimoto, su productora recién graduada de la universidad.
Seiyuus:
-Saint Giorgio: Sugita, Tomokazu
-Medici: Tachibana, Shinnosuke
-Hermes: Fukuyama, Jun
-Marte: Ono, Daisuke
No os preocupéis por la sinopsis. Habéis leído bien.
Al buscar trabajo, no esperas que te contraten de buenas a primeras y sin experiencia previa en una productora encargada de promocionar nuevos grupos de música. Y mucho menos que el grupo que tienen entre manos, sean bustos de personajes relevantes de la historia y dioses. Por eso, no es para menos que Miki alucine cuando le presentan a sus representados. Pero un trabajo es un trabajo.
Así empezará una absurda historia en la cual deberá tratarlos como unos artistas más, ignorando que está tratando con estatuas de yeso. Estatuas que, contra todo pronóstico, se comportan como si fueran humanos. Se sonrojan, comen, tienen expresiones faciales (por increíble que parezca), cambios de humor, estados de ánimo y cualquier cosa que creemos propia de las personas.
Si ven a una chica mona, les atacan los colores. |
Se llaman los Sekkou Boys o Ishi-bo (traducido como Roca-bo) y su objetivo es abrirse hueco en el mundo del espectáculo, teniendo como referentes a otros grandes idols que vuelven locos a los fans. Cuentan ya con cierta fama (la cuál no especifican cómo han obtenido, pero deduzco que gracias a pequeños conciertos) y se dedican a hacer entrevistas en programas de renombre y relacionarse con personajes de este mundillo como Mira, una idol a la que admiran.
La trama por sí misma no dice nada, es un anime prototípico de idols. Lo desconcertante es la naturaleza de dichos idols. Después del shock inicial, descubres una serie desternillante, con escenas inauditas que te sacarán alguna que otra carcajada.
Es una serie corta, de 12 episodios y cuyos capítulos duran apenas 7 minutos, por lo que es el anime ideal para pasar un buen rato, ameno y que no necesita un gran proceso mental por tu parte. Me encanta la animación, cómo consiguen mediante planos, iluminación y unos cuantos toques más, dotar a las estatuas de expresiones faciales y sentimientos. Además, normalmente junto a la voz, ayuda mucho los gestos del propio personaje, algo con lo que no contamos en este caso porque son de yeso. Sin embargo, los seiyuus (magníficos todos) han logrado darles una fuerte personalidad y que creamos que son reales.
Cada capítulo es más descabellado que el anterior y cuando crees que ya lo has visto todo, te aseguro que van a saber sorprenderte. Por lo que he cotilleado en su cuenta oficial de twitter, están teniendo mucha promoción en Japón y ha salido todo tipo de merchandising. Incluso han creado réplicas de los bustos y les hacen entrevistas, igual que en el anime. Alucinante.
En definitiva, es una clara sátira de este género en el que siempre vemos chicos guapos por los que perder el aliento, con unos personajes para nada convencionales. Unas estatuas cargadas de personalidad, con un impresionante elenco de seiyuus, breve, entretenida y fuera de lo común.
La trama por sí misma no dice nada, es un anime prototípico de idols. Lo desconcertante es la naturaleza de dichos idols. Después del shock inicial, descubres una serie desternillante, con escenas inauditas que te sacarán alguna que otra carcajada.
Es una serie corta, de 12 episodios y cuyos capítulos duran apenas 7 minutos, por lo que es el anime ideal para pasar un buen rato, ameno y que no necesita un gran proceso mental por tu parte. Me encanta la animación, cómo consiguen mediante planos, iluminación y unos cuantos toques más, dotar a las estatuas de expresiones faciales y sentimientos. Además, normalmente junto a la voz, ayuda mucho los gestos del propio personaje, algo con lo que no contamos en este caso porque son de yeso. Sin embargo, los seiyuus (magníficos todos) han logrado darles una fuerte personalidad y que creamos que son reales.
Cada capítulo es más descabellado que el anterior y cuando crees que ya lo has visto todo, te aseguro que van a saber sorprenderte. Por lo que he cotilleado en su cuenta oficial de twitter, están teniendo mucha promoción en Japón y ha salido todo tipo de merchandising. Incluso han creado réplicas de los bustos y les hacen entrevistas, igual que en el anime. Alucinante.
En definitiva, es una clara sátira de este género en el que siempre vemos chicos guapos por los que perder el aliento, con unos personajes para nada convencionales. Unas estatuas cargadas de personalidad, con un impresionante elenco de seiyuus, breve, entretenida y fuera de lo común.
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