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viernes, 26 de agosto de 2016

"Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo", Benjamin Alire Sáenz

Título: Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo

Título original: Aristotle and Dante Discover the Secrets of the Universe

Autor: Benjamin Alire Sáenz

Idioma original: inglés

Editorial: Planeta

Año de publicación: 2015 (Latinoamérica, no está publicado en España)

Páginas: 328

Sinopsis: Aristóteles es introvertido y tímido. Dante es transparente y expresivo. Por motivos que parecen escapar a toda razón, estos dos chicos de diecisiete años se encuentran y construyen una amistad entrañable que les permitirá redefinir el mundo del otro y aprender a creer en ellos mismos para descubrir los secretos del universo. El escritor multipremiado, Benjamin Alire Sáenz, explora la lealtad y la confianza entre dos jóvenes que están aprendiendo a ser adultos en un escenario fronterizo tan mexicano como estadounidense. Juntos deberán crecer al mismo tiempo en que se adaptan a una sociedad que también está búsqueda, identidad.



Había leído tantas cosas buenas de este libro y la portada me parecía tan bonita (y acertada, una vez lo lees), que cuando vi el hype que tenía Aida por sus redes sociales, me decanté a darle una oportunidad. Las expectativas, así pues, eran altas y esperaba encontrarme una historia que me enganchara. No ha sido así. Ha sido bastante decepcionante y aburrido. Destacar como algo positivo que su inglés es muy fácil y me ha servido como una buena práctica del idioma.

Nos encontramos con nuestro protagonista, Aristóteles, abreviado Ari, un adolescente de quince años que sufre los típicos problemas de esta dura etapa. Apenas tiene amigos, no se siente identificado o cercano a sus compañeros de clase y vecinos, pero no le importa. Está más o menos satisfecho con su vida, a pesar de que esta nos la presenta con cierto pesimismo propio de la edad. Un día decide ir a la piscina a refrescarse, ya que la historia está situada en verano. No sabe nadar pero allí conoce a Dante, un simpático muchacho que decide ayudarle desinteresadamente. A partir de ahí, comenzará una amistad entre ellos que se irá afianzando durante las vacaciones, por lo que Dante se convertirá en su único amigo de verdad.


Esta novela ha tenido cosas buenas y malas. Sin duda, lo mejor han sido los personajes. Ari es sarcástico, solitario, divertido, con frases ingeniosas y que lucha contra sus propios fantasmas y miedos. Intenta entablar una relación con su padre, un ex soldado de la guerra que vivió tantas atrocidades que se ha encerrado en su propio mundo y no quiere salir de él. Ari le ve como alguien distante e inaccesible, por lo que procura cambiar eso y ser capaz de acercarse. Por otro lado, su hermano Bernardo está en la cárcel por un crimen desconocido ya que sus padres no quieren hablar de él, es su tabú. Esto le irrita puesto que considera que tiene todo el derecho a saber acerca de su hermano, y es una discusión constante a lo largo del libro (en especial con su madre). Por último mencionar a sus hermanas que son mayores que él y ya tienen sus propias vidas. Ari se encuentra perdido, abrumado por su introversión y la sensación de no pertenecer a ningún lugar, acrecentada por el hecho de no tener referentes masculinos en los que fijarse para crecer y convertirse en adulto.


Una noche de verano me quedé dormido esperando que el mundo fuese diferente al despertar. Por la mañana, al abrir mis ojos, el mundo era el mismo.


Dante podría definirse como un soñador e idealista con madera de pintor. Es un poco extravagante y tiene ideas alocadas y a veces impropias de su edad (como su manía de quitarse los zapatos y preferir ir descalzo incluso fuera de casa). Es un chico que no sabes por dónde va a salir, qué locura se le va a ocurrir o cómo va a responder a determinadas situaciones. En ocasiones se me hizo imprevisible y eso me gustó. Son polos opuestos. Dante es todo alegría, diversión y optimismo mientras que Ari abandera la parte más ¿depre? Por supuesto, Dante también alberga sus dudas, problemas e inquietudes, pero no deja que eso lo defina o lo hunda, sino que procura salir adelante y buscar soluciones. Por eso se complementan y son un apoyo mutuo. No podría decir quién ha sido mi favorito de los dos, pero si tuviera que decantarme por uno de ellos, sería por Ari, puesto que su actitud me ha parecido más realista y no ha llegado a rozar ese desánimo que te llega a desesperar y sacar de tus casillas.

No puedo hablar de los protagonistas sin destacar a sus padres, figuras que en la literatura juvenil brillan por su ausencia y que solo aparecen para regañar a sus díscolos hijos cuando es necesario o castigarles de manera ""injusta"", contra cuyo castigo deben rebelarse. No, aquí han sido padres de verdad. Se han preocupado por sus vástagos, les han apoyado, aconsejado y querido incondicionalmente. Ya que está narrado desde la primera persona de Ari, sabemos más de sus padres que de los de Dante, los cuales conocemos a través de sus encuentros con estos y de lo que comenta el propio Dante. Este detalle me ha sorprendido gratamente, pues las referencias paternas son importantes en la madurez de todo joven y aquí cumplen un papel esencial.


Lo miré con recelo. Si un chico se estaba ofreciendo a enseñarme a nadar, entonces seguro que no tenía vida social. ¿Dos chicos sin vida? ¿Cómo de divertido podría ser eso? Tenía una regla, era mejor estar aburrido con uno mismo que aburrirse con alguien más. Me regía por esa regla. Tal vez por eso no tenía amigos.


Sin embargo, no todo podía ser bueno. El inicio del libro nos narra cómo se conocen Ari y Dante y cómo van forjando su relación. Nos habla de su día a día, de los problemas que van superando. Y no sucede nada. Quedan, se divierten, van a la escuela, debaten sobre temas "trascendentales", se comportan como cualquier adolescente. Ese ha sido mi gran pero. Es una novela lenta, muy lenta, lo que hizo que me costara conectar con la historia y cogerle el ritmo. Tardé mucho en leerla por este motivo, a pesar de que es bastante corta. No obstante, un grandísimo punto a favor es que está escrita en un inglés fácil, claro y sencillo de entender. La pluma del autor es magnífica y si queréis practicar la lectura en ese idioma (como es mi caso), lo recomiendo 100%. Hubo palabras que se escapaban de mi comprensión, pero pude entender el libro a la perfección y no perderme buscando lo que no sabía traducir.


No me importaba lo que significaban. No me importaba porque lo que importaba era que la voz de Dante se sentía real. Y yo me sentí real. Hasta Dante, estar con otra gente había sido lo más difícil en el mundo para mí. Pero Dante hacía que hablar, vivir y sentir parecieran cosas perfectamente naturales. No, en mi mundo no lo eran.


La novela está plagada de frases hermosas y filosofías de vida muy positivas, lo cual, a mi modo de ver, compensa la lentitud de la trama a lo largo de sus páginas. Solo hacia el final sentí un poco de emoción, cuando se revelan ciertos acontecimientos que se van gestando desde el inicio y que pueden pillar a más de uno por sorpresa.


¿Debería leerlo?

Entiendo por qué a la gente le ha gustado tanto, y es que se trata de una historia conmovedora donde crecemos junto a los protagonistas. La lentitud y las digresiones innecesarias han hecho que sea incapaz de disfrutar de la historia como debería. Quizá el problema fue la cantidad de opiniones positivas y hype que lo precedía, que me hicieron albergar unas expectativas que, a la hora de la verdad, se desmoronaron. Está dedicado a aquellos que nos enamoramos de los personajes. No busquéis trama, porque no la hay, pero sí un Ari y un Dante inolvidables.




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