Título: El secreto de la luna de cristal
Autora: Aída Aguado
Editorial: Meiga ediciones
Año de publicación: 2017
Páginas: 170
Sinopsis: Ciara tiene que empezar de nuevo después de que lo que más quiere en el mundo haya desaparecido en una sola noche.
Miedo, duda, impotencia y muchos sentimientos más son su inseparable equipaje en su nueva vida.
London, un chico que conocerá tras un altercado en el instituto, le hará sentir emociones desconocidas y ver que la vida puede esconder más cosas de las que pueda llegar a entender y ver.
¿Tendrá el valor suficiente para adentrarse en ese mundo? ¿Está el destino escrito y nada puede alterarlo?
¡Gracias a la editorial por el ejemplar!
Ciara ha perdido a sus padres en un accidente de coche cuando estos volvían de una cena romántica. Debido a esta desgracia, se ve obligada a cambiar completamente de vida y a trasladarse al pintoresco pueblecito Alma Lake con su hermano Kian, con el que no tiene una relación especialmente buena. Es nueva en el instituto y en aquel lugar, lo que fomenta su inseguridad y su miedo a no encajar. Este libro inicia con una colección de tópicos. El primer día de clase, Ciara es la nueva, la rarita, por lo que todo el mundo la observa y ella intenta pasar desapercibida lo máximo posible, sintiendo las miradas de los demás sobre ella. Aun así, consigue hacer dos amigos (considerando que Kerry será ya amiguísima para siempre en ese pueblo, o eso cree Ciara) y, en su carrera para no llegar tarde a matemáticas, chocará con London. London es un chico guapo, con unos ojazos impresionantes, amable y una sonrisa perenne. A partir de ahí, este se fijará en ella y tendrá una serie de encuentros "casuales" constantes, lo cuál provocará que su corazón se dispare. Todo esto aderezado con el típico ambiente de instituto americano. A eso se suma que London tiene un gemelo, Matt, que es igual de atractivo pero un polo opuesto: misterioso, siniestro, oscuro. En sí, el hecho de que haya clichés no me disgusta porque en esta obra son meros elementos que acompañan a la verdadera trama, aunque sí es cierto que cansan un poco en la literatura juvenil en general.
Ciara me parece una chica inconsistente, voluble, a la que no he logrado entender. Por ejemplo, hay una escena en la entra a casa después de pasar la mañana fuera y su hermano Kian se limita a asegurarse de que está bien y a comentarle que la comida está lista. Pues ella se enfada porque considera que es muy indiferente y frío y que debería haberle preguntado al menos dónde ha estado y con quién. Primero, cualquier adolescente odia que les hagan un interrogatorio acerca del tiempo que pasan fuera, pero aunque este no fuera el caso, en otras ocasiones a Ciara le molesta que Kian se preocupe por ella de ese modo, por lo que es bastante contradictoria en ese sentido. Además, también llega a echarle en cara a lo largo del libro que él no es su padre y no tiene por qué portarse con ella como tal, con lo cual la rabieta que se pilla en esa escena concreta carece de sentido. Otra situación similar ocurre una semana después de su mudanza, justo el lunes después del instante que acabo de comentar. Ciara va al instituto enfadada por la actitud de su hermano hacia ella y cuando está llegando, piensa que le gustaría perderse en el bosque en vez de entrar a clase. De la nada aparece London que le ha leído el pensamiento (¡!) y le propone irse juntos al bosque y saltarse las clases. Apenas llevan una semana de instituto y la autora en ningún momento ha especificado que ambos personajes se hayan conocido más allá de su primer encuentro. Solo sabemos que a Ciara se le acelera el pulso a su lado (típico) pero poco más, que no han tenido más contacto a parte de ese en el intervalo de tiempo que ha transcurrido. Y, sin embargo, ella acepta sin dudar ni plantearse que pueda ser peligroso irte a un bosque con un tío al que presumiblemente acabas de conocer y del que no sabes nada. Como lector es un comportamiento desconcertante porque para nosotros es la segunda vez en toda la novela que se ven, por lo que la forma en que actúa Ciara es precipitada e incoherente.
Y, por supuesto, ambos se enamoran en un instalove de manual. Esto está justificado puesto que, teniendo en cuenta que el libro son menos de 200 páginas, la autora no puede permitirse el lujo de explayarse y desarrollarlo más. No obstante, Ciara lleva menos de dos semanas en Alma Lake y se siente con London como si le conociera de toda la vida (lo dice ella misma). Apenas unos días después de comenzar su relación ya se están jurando amor eterno. Aunque yo deteste este tipo de romances, en algunos libros se hacen creíbles y la manera en que se cuecen consigue que me lo crea y me toquen el corazón. Este no ha sido el caso, pues me ha parecido forzado y precipitado, una excusa para meter amor entre los dos protagonistas y para que Ciara forme parte de la historia de London. El romance está cargado de empalagosidad y a mí me gustan las parejas tiernas si están bien justificadas, no se si se dedican a soltarse ñoñerías sin ton ni son, como es el caso. Es un amor que no me ha convencido, que no tiene ni pies de cabeza y que está fatal elaborado.
La historia de London y su familia es el punto fuerte de la novela pero se le comienza a dar forma al final. Y digo esto porque se supone que antes de que se mencione explícitamente hay indicios repartidos por el libro que, a mi personalmente, no me han parecido tal. Por ejemplo, Ciara comenta que hay ciertos cambios en la personalidad de su hermano que le hacen aun más frío e indiferente con ella. Ya sabemos que Kian no es un hermano ejemplar, pero yo pensaba, ingenua de mí, que estos cambios se debían a la enorme responsabilidad que carga ahora sobre sus hombros. Sus padres acaban de morir (evento que no les afecta demasiado al parecer, ya que ninguno tiene las actitudes de alguien que acaba de perder a su familia) y Kian es el tutor legal de Ciara, sumando a esto la reciente mudanza. Es un golpe muy radical en sus vidas por lo que yo entendía que esa manera de ser retraída y la falta de paciencia respecto a Ciara se debía a la forma en que lidiaba con el duelo, puesto que ante sucesos traumáticos es normal que una persona cambie. Pues no, resulta que es debido a hechos paranormales. Yo de esto me enteré porque hay un diálogo en que Ciara lo menciona, porque en realidad no hay nada que nos haga pensar que lo sobrenatural está afectando a Kian (excepto que sin venir a cuento se hace super amigo de Matt, el gemelo malvado. Pero que su personalidad se haga más difícil de la noche a la mañana solo por ser amigo de este chico, pues en fin).
El elemento fantástico me ha sorprendido porque no me lo esperaba y ha sigo original. Mi problema ha sido, de nuevo, la falta de desarrollo. Quizá si este libro hubiera sido más largo, ciertas cosas que me han resultado metidas con calzador habrían tenido más sentido y la autora podría haberse dedicado a explicar mejor lo que va ocurriendo a medida que avanzábamos en la trama. Pero el cómo está contado el libro ha sido mi impedimento principal para disfrutarlo porque los hechos se iban narrando a trompicones, metiéndolos de golpe en las escenas porque era necesario que en ese capítulo se explicara x cosa para poder continuar.
Ciara me parece una chica inconsistente, voluble, a la que no he logrado entender. Por ejemplo, hay una escena en la entra a casa después de pasar la mañana fuera y su hermano Kian se limita a asegurarse de que está bien y a comentarle que la comida está lista. Pues ella se enfada porque considera que es muy indiferente y frío y que debería haberle preguntado al menos dónde ha estado y con quién. Primero, cualquier adolescente odia que les hagan un interrogatorio acerca del tiempo que pasan fuera, pero aunque este no fuera el caso, en otras ocasiones a Ciara le molesta que Kian se preocupe por ella de ese modo, por lo que es bastante contradictoria en ese sentido. Además, también llega a echarle en cara a lo largo del libro que él no es su padre y no tiene por qué portarse con ella como tal, con lo cual la rabieta que se pilla en esa escena concreta carece de sentido. Otra situación similar ocurre una semana después de su mudanza, justo el lunes después del instante que acabo de comentar. Ciara va al instituto enfadada por la actitud de su hermano hacia ella y cuando está llegando, piensa que le gustaría perderse en el bosque en vez de entrar a clase. De la nada aparece London que le ha leído el pensamiento (¡!) y le propone irse juntos al bosque y saltarse las clases. Apenas llevan una semana de instituto y la autora en ningún momento ha especificado que ambos personajes se hayan conocido más allá de su primer encuentro. Solo sabemos que a Ciara se le acelera el pulso a su lado (típico) pero poco más, que no han tenido más contacto a parte de ese en el intervalo de tiempo que ha transcurrido. Y, sin embargo, ella acepta sin dudar ni plantearse que pueda ser peligroso irte a un bosque con un tío al que presumiblemente acabas de conocer y del que no sabes nada. Como lector es un comportamiento desconcertante porque para nosotros es la segunda vez en toda la novela que se ven, por lo que la forma en que actúa Ciara es precipitada e incoherente.
Y, por supuesto, ambos se enamoran en un instalove de manual. Esto está justificado puesto que, teniendo en cuenta que el libro son menos de 200 páginas, la autora no puede permitirse el lujo de explayarse y desarrollarlo más. No obstante, Ciara lleva menos de dos semanas en Alma Lake y se siente con London como si le conociera de toda la vida (lo dice ella misma). Apenas unos días después de comenzar su relación ya se están jurando amor eterno. Aunque yo deteste este tipo de romances, en algunos libros se hacen creíbles y la manera en que se cuecen consigue que me lo crea y me toquen el corazón. Este no ha sido el caso, pues me ha parecido forzado y precipitado, una excusa para meter amor entre los dos protagonistas y para que Ciara forme parte de la historia de London. El romance está cargado de empalagosidad y a mí me gustan las parejas tiernas si están bien justificadas, no se si se dedican a soltarse ñoñerías sin ton ni son, como es el caso. Es un amor que no me ha convencido, que no tiene ni pies de cabeza y que está fatal elaborado.
-Escúchame, no tenemos tiempo. -Su pecho daba convulsiones cada vez que pronunciaba una palabra. -Te amaré siempre, no me olvides y recuerda que la eternidad es nuestra. El destino nos unirá de nuevo de alguna manera te lo prometo. -Yo también te amo, eres y serás toda mi vida. -Eran las frases que sentíamos y nos repetíamos constantemente, porque eran de verdad. -Volveremos a estar juntos. -Le besé delante del mundo que nos miraba paralizado. -No me dejes sola, te lo ruego. -En cualquier espacio del universo nuestras estrellas siempre se juntan.
La historia de London y su familia es el punto fuerte de la novela pero se le comienza a dar forma al final. Y digo esto porque se supone que antes de que se mencione explícitamente hay indicios repartidos por el libro que, a mi personalmente, no me han parecido tal. Por ejemplo, Ciara comenta que hay ciertos cambios en la personalidad de su hermano que le hacen aun más frío e indiferente con ella. Ya sabemos que Kian no es un hermano ejemplar, pero yo pensaba, ingenua de mí, que estos cambios se debían a la enorme responsabilidad que carga ahora sobre sus hombros. Sus padres acaban de morir (evento que no les afecta demasiado al parecer, ya que ninguno tiene las actitudes de alguien que acaba de perder a su familia) y Kian es el tutor legal de Ciara, sumando a esto la reciente mudanza. Es un golpe muy radical en sus vidas por lo que yo entendía que esa manera de ser retraída y la falta de paciencia respecto a Ciara se debía a la forma en que lidiaba con el duelo, puesto que ante sucesos traumáticos es normal que una persona cambie. Pues no, resulta que es debido a hechos paranormales. Yo de esto me enteré porque hay un diálogo en que Ciara lo menciona, porque en realidad no hay nada que nos haga pensar que lo sobrenatural está afectando a Kian (excepto que sin venir a cuento se hace super amigo de Matt, el gemelo malvado. Pero que su personalidad se haga más difícil de la noche a la mañana solo por ser amigo de este chico, pues en fin).
El elemento fantástico me ha sorprendido porque no me lo esperaba y ha sigo original. Mi problema ha sido, de nuevo, la falta de desarrollo. Quizá si este libro hubiera sido más largo, ciertas cosas que me han resultado metidas con calzador habrían tenido más sentido y la autora podría haberse dedicado a explicar mejor lo que va ocurriendo a medida que avanzábamos en la trama. Pero el cómo está contado el libro ha sido mi impedimento principal para disfrutarlo porque los hechos se iban narrando a trompicones, metiéndolos de golpe en las escenas porque era necesario que en ese capítulo se explicara x cosa para poder continuar.
"Dos almas lucharan en la noche, la luz y la sombra se fundirán en la oscuridad para mantener su lugar en el tiempo".
La narración es amena y sencilla pero tiene errores gramaticales y de puntuación que se notan mucho mientras vas leyendo, al menos hasta que te acostumbras a ellos. Los errores de puntuación me han chirriado especialmente, ya que la autora coloca comas donde debería haber un punto o viceversa, creando a veces frases demasiado largas (que podrían haberse dividido perfectamente en otras más cortas lo cual facilitaría bastante la lectura) y a veces cortándolas por la mitad. Esto impide la fluidez y me daba rabia porque en ocasiones estaba más pendiente de estos fallos que de la novela en sí. También ha sido su pluma la que ha hecho que me tuviera que leer de nuevo algunos párrafos para entender qué estaba pasando. Tiene muchas incoherencias gramaticales y a veces le falla la cohesión. Independientemente de cómo sea la novela en sí, para mí una obra pierde muchos puntos si está mal escrita y este ha sido el caso.
Tengo que reconocer que el paisaje, en aquella parte del pueblo. Era precioso: grandes copas de árboles cubrían todo el camino bordeado por un inmenso lago donde el agua se veía cristalina.
¿Debería leerlo?
Si tuviera que fijarme solo en el elemento sobrenatural, sí que lo recomendaría, porque es original y no he visto nada parecido en otras novelas. Sin embargo, la pluma de la autora, la manera en que se desarrollan los hechos y lo precipitado que es todo han hecho que esta novela no me haya atrapado ni convencido.
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