"La canción secreta del mundo", José Antonio Cotrina

Título: La canción secreta del mundo

Autor: José Antonio Cotrina

Editorial: Hidra

Año de publicación: 2013

Páginas: 672

Sinopsis: Hace cuatro años, la policía la encontró en una casa incendiada repleta de cadáveres y cuerpos mutilados. Ella era la única superviviente de la matanza. Y lo único que recordaba era su nombre.

Cuatro años después ha rehecho su vida. Es feliz con su familia de adopción y su novio perfecto. Todo va bien, todo funciona cómo debe. ¿Y qué importa que no sueñe nunca? ¿Qué importa que su ojo izquierdo sea negro por completo, sin rastro de iris ni de pupila? Ariadna es feliz.

Hasta que el pasado vuelve para reclamarla.

A partir de ese momento, Ariadna emprenderá un verdadero descenso a los infiernos, un viaje delirante que la conducirá al otro lado de la realidad, al mundo secreto que se oculta tras las sombras y los espejos. Un lugar donde habitan los monstruos y la crueldad está a la orden del día, un lugar en el que no le quedará más remedio que enfrentarse con su verdadera identidad.

Nunca había leído nada de este autor, pero las reseñas que había ojeado sobre sus libros siempre eran muy positivas y tenía ganas de adentrarme en sus aventuras. Y menos mal que lo hice porque este libro me dejó con la boca abierta en el buen sentido. Las casi 700 páginas se me han hecho cortas del frenesí con el que he devorado La canción secreta del mundo. Ariadna es una chica que no recuerda nada de su pasado excepto los último cuatro años. Apareció un día en un orfanato con amnesia y origen desconocido. Tras varios intentos de suicidio conoció a Steve, un niño al que cogió cariño nada más verle y con el que sintió una poderosa conexión. Poco tiempo después, una simpática y agradable pareja los adoptó a ambos y Ariadna creció con una familia que la quería y a la que ella adoraba, curándose de las heridas físicas y psicológicas que la orfandad le dejó. Junto a ellos y su novio Marc vive los días sin preocuparse demasiado por lo que ocurrió antes del orfanato y se limita a disfrutar de esta nueva oportunidad. Hasta que el pasado regresa de imprevisto de la mano de Evan, un muchacho que asegura ser su novio. A partir de ese momento, los años borrados arrasaran con la normalidad en la que se había acomodado y tendrá que replantearse quién es y si esos cuatro años de pura felicidad no han sido una mentira.

Ariadna no pertenece a la Tierra Pálida, como denominan al plano donde habitan los humanos, sino a la Umbría, un mundo oscuro, retorcido, malvado y mágico. Allí recuperará poco a poco sus recuerdos, la Ariadna que era en aquel enconces y redescubrirá la vida que dejó atrás. Ari tendrá que reinventarse, reencontrarse y lidiar con los fantasmas del pasado.

No puedo contar mucho más de la trama porque está entretejida de tal forma que en cada secuencia encontramos algo nuevo que vuelve la historia más compleja y apasionante si cabe. Es un libro diseñado para que el lector se sorprenda y sobrecoja a cada paso, por lo que voy a intentar hacer la reseña sin desvelar demasiado.

Lo más importante que debéis saber es que no es un libro juvenil común. El universo que ha generado Cotrina y su pluma son de una maestría soberbia. Es una novela para saborear despacio, para paladear cada línea, cada personaje, cada detalle. Hacía mucho tiempo que no me deleitaba de una forma tan inquietante y apasionante como con La canción secreta del mundo. El autor no ha dejado nada fruto del azar, todo está bien atado e hilvanado, por lo que cada hilo conductor que va tejiendo tiene una respuesta lógica al final, algo realmente satisfactorio. Es una obra autoconclusiva que no deja ningún cabo suelto. Incluso cuando crees que todo está explicado y aclarado, Cotrina consigue sorprenderte y añadir algún dato inesperado más (esto va sobretodo dedicado a ese espectacular final).

Ariadna es la protagonista indiscutible, a pesar de que la narración está a dos voces y la comparte con Evan. Es una chica fuerte con unos principios muy definidos y que sabe lo que quiere. A pesar de que aquello en lo que creía se derrumba a su alrededor como un castillo de naipes con la presencia de Evan, mantiene su integridad y sus ideales sin importar qué le depare su pasado y cómo es la Ariadna que ha perdido. Sin embargo, no olvidamos que sigue siendo humana y que también alberga miedos, dudas e inquietudes que Cotrina ha sabido transmitir a la perfección. Ari es un personaje muy complejo, impecablemente construido y que consigue trascender el papel para convertirse en alguien extremadamente real. Es muy fácil congeniar con ella y meterte en su piel. Somos capaces de sentir sus miedos y de percibir sus inquietudes. Es una adolescente de apenas dieciocho años que sabe bien lo que quiere y que no pierde de vista sus objetivos en ningún instante, por arduo que sea el camino. El amor tan puro y hermoso que comparte con Marc es también muy tangible y real. Cuando aparece Evan, los sentimientos dormidos que albergaban por él despiertan. En este punto yo pensaba que se iba a convertir en un triángulo amoroso al uso y temía que se desarrollara como un elemento dramático más que otra cosa. No obstante, como ya os he comentado este no es un libro normal y el sentimiento romántico está tan bien llevado y es tan intenso que lo terminas sintiendo como propio. También pensaba que cuando Ariadna viajara en busca de su pasado, Marc iba a pasar a un segundo plano pero no ha sido así. Este chico sencillo y sin ninguna habilidad especial termina siendo un pilar fundamental para Ari y es el protagonista indiscutible del desenlace.

Por su parte, Evan es un hijo de la Umbría. Él es la viva representación de lo que fue Ariadna antes de perder la memoria. Es arrogante, ambicioso, engreído, audaz e inteligente. A pesar de esta descripción tan negativa, Evan es un personaje con el que puedes conectar y al que, al final, consigues comprender. Es hijo de las circunstancias y de las enseñanzas que ha recibido en el lugar del que procede. Mientras que a través de Ariadna conocemos la Umbría y este mundo lleno de magia y seres horripilantes como lo que es para ella, un lugar desconocido y nuevo, a través de los ojos de Evan conocemos la cruda realidad y cómo esa oscuridad se ha portado con ambos a lo largo de los años.

El universo que crea Cotrina es retorcido, plagado de mutaciones, de seres que no deberían existir. Es grotesco, maquiavélico y quizá por eso ejerza tanta fascinación. Nos engancha y atrapa, la Umbría y sus malformaciones nos impiden huir y nos mantiene atados mediante el embrujo de sus páramos de sombras moribundas. Si tuviera que definirlo en una sola palabra sería la que he mencionado varias veces: retorcido. No solo la trama es única e innovadora (no del todo, es obvio que tiene inspiraciones diversas), sino que el contexto en que se desarrolla no se ha visto antes en la literatura, al menos que yo sepa. Sumado a eso, la prosa y la narración es exquisita, el autor no se priva ni se detiene ante nada. Es explícito, no se detiene ante la violencia o la sangre y expone todo tal cuál es. La canción secreta del mundo vuelva las pesadillas más tétricas sobre un papel. Y el desenlace es precisamente eso, una pesadilla. Cuando el lector se cree que ya lo ha leído todo, que por fin ha terminado de una manera u otra, el autor asesta un golpe final que te deja en shock. Es simplemente brillante, magistral. Predigo que será una de mis mejores lecturas de este 2018. Tengo muchísimas ganas de leer más de Cotrina y de experimentar el terror y el asco más profundo, sumergida en sus historias.

¿Debería leerlo?

No tengo nada más que añadir a lo dicho  porque sería girar una y otra vez en torno a la palabra "maravilloso" e incluso "imprescindible". No he conseguido encontrar ni un solo fallo ni ningún "pero". Es una novela muy cuidada y se nota un trabajo espectacular de fondo por parte de Cotrina. Es un libro que necesitáis tener en vuestras estanterías.