Título: Las marcas de la muerte (#1)
Título original: Carve the Mark
Autora: Veronica Roth
Idioma original: inglés
Saga: Las marcas de la muerte
Saga: Las marcas de la muerte
Editorial: RBA Molino
Año de publicación: 2017
Páginas: 496
Sinopsis: El don de la joven CYRA consiste en provocar dolor. El mismo dolor atroz que ella siente en todo momento. El don de AKOS le hace inmune a los dones de los demás, pero ¿bastará para salvar a su familia y a sí mismo de un destino tan injusto como cruel? En un universo en guerra, los dones de CYRA y AKOS hacen que sean vulnerables, peones en manos de quienes quieren aprovecharse de su poder. Su única esperanza reside en unir sus fuerzas para luchar contra la injusticia y… Convertir el dolor en poder. La desconfianza en lealtad. El amor en ansia de libertad.
¿Habéis visto qué preciosidad de portada? Es una maravilla. Me apetecía leer algo de distopía y tenía esta bilogía pendiente. Además, el hecho de que fuera de la autora de Divergente para mí ganaba puntos, puesto que en su momento me había gustado mucho. Y una vez más, Veronica Roth no ha defraudado.
Comienza la historia desde el punto de vista de Akos, un muchacho que vive en el planeta de Thuve, en la ciudad de Hessa. El libro da inicio con el festival de las flores del hielo, un evento muy importante para los habitantes y para la propia familia de Akos, puesto que su madre Sifa es el oráculo, una figura muy venerada entre los planetas que conforman la Asamblea. Sin embargo, esos pacíficos día de celebraciones estacionales se verán truncados cuando unos soldados shotet, la otra raza que comparte Thuve y que no es bien vista ni por los thuvesianos ni, en general, por el resto de planetas, irrumpe en la casa de Akos, matando a su padre Aoshet y secuestrando tanto a Akos como a su hermano Eijeh. A partir de ahí, Akos hará lo posible por sobrevivir en tierra shotet y por rescatar a su hermano de las garras de esa civilización sanguinaria que ha ganado su puesto en la galaxia y su reputación a base de derramar la sangre de los demás.
Por otro lado, Cyra Noavek es la hija de Lazmet Noavek, el cruel soberano que regenta a los shotet en Thuve (o Urek, como lo denominan ellos). Sobre ella pesa una maldición: su don. Para ella este don no es un privilegio, puesto que consiste en unas sombras negras que le cubren toda la piel que solo sirve para infligir dolor a los demás, por lo que nadie puede tocarla. Asimismo, ella también tiene que soportar ese dolor en su propia carne. Por ello, es el arma más poderosa de la familia Noavek y tanto su padre como posteriormente el hermano de Cyra, Ryzek, la utilizaran para sus propósitos y para infundir miedo y respeto.
Unido a todo ello, los oráculos han dictado que el destino de Akos y Cyra es cruzarse, por lo que el primero terminará siendo el sirviente del segundo mientras su secuestro perdure. Akos solo quiere escapar de allí y regresar a casa con su hermano. Cyra solo quiere que el dolor termine. Cuando descubre que el don de Akos es lo único que puede aliviarla, entre ellos se forjará una bonita relación y se convertirán en un apoyo indispensable el uno del otro.
Veronica Roth ha creado un universo que en nada nos recuerda a su saga Divergente, algo muy positivo porque significa una clara evolución. A lo largo de las páginas se nota claramente la mejoría no solo en su escritura, sino en la novela en sí. El mundo que crea es muy complejo (en el buen sentido): los planetas, su flora y su fauna, sus peculiaridades, las razas y su rica cultura, los elementos políticos, económicos, los dones, los destinos, los oráculos... Todo está perfectamente trazado y orquestado, todo tiene sentido y no deja ningún cabo suelto ni nada al azar. Aunque al principio cuesta un poco recordar todos los nombres y las características no solo de los personajes sino también de los lugares, su forma de escribir y, sobre todo, de describir tanto paisajes como situaciones y a los propios personajes hace que sea muy sencillo seguir el hilo de la historia sin perderte y que puedas avanzar sin dificultades.
No solo el mundo en sí es complejo, sino que también lo son los personajes. En Cyra vemos trazas de Tris. Es una joven valiente con unos ideales muy claros y que va a luchar por lo que cree. A pesar de arrastrar muertes a su espalda (como bien indican las marcas de tinta de su brazo), al contrario que su padre o su hermano, no es algo que la enorgullezca. Aun perteneciendo a la familia real shotet, no está de acuerdo con los métodos que estos utilizan para gobernar y hará lo posible para logar lo que considera correcto.
Es un personaje muy humano porque aunque es fuerte y decidida, también tiene momentos de duda y de debilidad. Aunque tiene un don muy poderoso y letal, lo detesta porque sabe que solo lo puede usar para hacerle daño a los demás, algo que no soporta y que le ha granjeado el sobrenombre del "Azote de Ryzek", tanto entre los soldados como entre la población, puesto que es el arma favorita de su hermano.
Por su parte, Akos es todo lo contrario. Es un chico amable,
vergonzoso e inocente que se ve obligado a endurecerse a la fuerza. Debido a que los oráculos han dictado que él será la causa de la caída de Ryzek, es secuestrado para intentar burlar ese destino. Es entrenado sin piedad y trabaja duro para fortalecerse y hacerse más fuerte con la esperanza de poder huir de allí junto a Eijeh, el cual suscita también un gran interés en Ryzek. Debido a su don, Ryzek decide que Akos es muy útil sobre todo para aliviar los dolores de Cyra, por lo que pronto se le asignará a esta para poder ayudarla.
La relación que se desarrolla entre ellos está muy bien construida y en esto se nota también una clara evolución en la autora. La historia entre Tris y Cuatro me gustó muchísimo, pero la historia entre Cyra y Akos está aún mejor planteada.
Aunque son los protagonistas indiscutibles y la narración recae sobre ellos, el resto de personajes más secundarios también están perfectamente perfilados como Cisi (la hermana de Akos), Sifa (la madre de ambos), Ori, Isae... No son meros personajes de apoyo a los protagonistas, sino que tienen voz y voto y muchas veces sus actos son esenciales para determinadas escenas o momentos.
Es una novela que, desde mi punto de vista, no tiene fallos ni nada que yo haya echado en falta o que no haya visto claro. Para ser solo la primera parte (por tanto, la "introducción") no se hace nada pesada ni aburrida. Roth tampoco nos abruma con un montón de detalles innecesarios y repentinos, sino que los va repartiendo a lo largo de la obra cuando estos son necesarios para comprender lo que está ocurriendo. Son casi 500 páginas que se leer rápido debido a la fluidez de la escritura y a que no se hace lenta en ningún momento.
¿Debería leerlo?
Si os gustó Divergente, Las marcas de la muerte sigue la misma línea de distopía y acción. Además, como ya he comentado, se ve una evolución clarísima en la autora, por lo que su pluma es mucho mejor y la forma en que la historia está planteada y su desarrollo son simplemente geniales. Recomendadísimo.
Por otro lado, Cyra Noavek es la hija de Lazmet Noavek, el cruel soberano que regenta a los shotet en Thuve (o Urek, como lo denominan ellos). Sobre ella pesa una maldición: su don. Para ella este don no es un privilegio, puesto que consiste en unas sombras negras que le cubren toda la piel que solo sirve para infligir dolor a los demás, por lo que nadie puede tocarla. Asimismo, ella también tiene que soportar ese dolor en su propia carne. Por ello, es el arma más poderosa de la familia Noavek y tanto su padre como posteriormente el hermano de Cyra, Ryzek, la utilizaran para sus propósitos y para infundir miedo y respeto.
Unido a todo ello, los oráculos han dictado que el destino de Akos y Cyra es cruzarse, por lo que el primero terminará siendo el sirviente del segundo mientras su secuestro perdure. Akos solo quiere escapar de allí y regresar a casa con su hermano. Cyra solo quiere que el dolor termine. Cuando descubre que el don de Akos es lo único que puede aliviarla, entre ellos se forjará una bonita relación y se convertirán en un apoyo indispensable el uno del otro.
Veronica Roth ha creado un universo que en nada nos recuerda a su saga Divergente, algo muy positivo porque significa una clara evolución. A lo largo de las páginas se nota claramente la mejoría no solo en su escritura, sino en la novela en sí. El mundo que crea es muy complejo (en el buen sentido): los planetas, su flora y su fauna, sus peculiaridades, las razas y su rica cultura, los elementos políticos, económicos, los dones, los destinos, los oráculos... Todo está perfectamente trazado y orquestado, todo tiene sentido y no deja ningún cabo suelto ni nada al azar. Aunque al principio cuesta un poco recordar todos los nombres y las características no solo de los personajes sino también de los lugares, su forma de escribir y, sobre todo, de describir tanto paisajes como situaciones y a los propios personajes hace que sea muy sencillo seguir el hilo de la historia sin perderte y que puedas avanzar sin dificultades.
No solo el mundo en sí es complejo, sino que también lo son los personajes. En Cyra vemos trazas de Tris. Es una joven valiente con unos ideales muy claros y que va a luchar por lo que cree. A pesar de arrastrar muertes a su espalda (como bien indican las marcas de tinta de su brazo), al contrario que su padre o su hermano, no es algo que la enorgullezca. Aun perteneciendo a la familia real shotet, no está de acuerdo con los métodos que estos utilizan para gobernar y hará lo posible para logar lo que considera correcto.
Es un personaje muy humano porque aunque es fuerte y decidida, también tiene momentos de duda y de debilidad. Aunque tiene un don muy poderoso y letal, lo detesta porque sabe que solo lo puede usar para hacerle daño a los demás, algo que no soporta y que le ha granjeado el sobrenombre del "Azote de Ryzek", tanto entre los soldados como entre la población, puesto que es el arma favorita de su hermano.
Por su parte, Akos es todo lo contrario. Es un chico amable,
vergonzoso e inocente que se ve obligado a endurecerse a la fuerza. Debido a que los oráculos han dictado que él será la causa de la caída de Ryzek, es secuestrado para intentar burlar ese destino. Es entrenado sin piedad y trabaja duro para fortalecerse y hacerse más fuerte con la esperanza de poder huir de allí junto a Eijeh, el cual suscita también un gran interés en Ryzek. Debido a su don, Ryzek decide que Akos es muy útil sobre todo para aliviar los dolores de Cyra, por lo que pronto se le asignará a esta para poder ayudarla.
La relación que se desarrolla entre ellos está muy bien construida y en esto se nota también una clara evolución en la autora. La historia entre Tris y Cuatro me gustó muchísimo, pero la historia entre Cyra y Akos está aún mejor planteada.
Aunque son los protagonistas indiscutibles y la narración recae sobre ellos, el resto de personajes más secundarios también están perfectamente perfilados como Cisi (la hermana de Akos), Sifa (la madre de ambos), Ori, Isae... No son meros personajes de apoyo a los protagonistas, sino que tienen voz y voto y muchas veces sus actos son esenciales para determinadas escenas o momentos.
Es una novela que, desde mi punto de vista, no tiene fallos ni nada que yo haya echado en falta o que no haya visto claro. Para ser solo la primera parte (por tanto, la "introducción") no se hace nada pesada ni aburrida. Roth tampoco nos abruma con un montón de detalles innecesarios y repentinos, sino que los va repartiendo a lo largo de la obra cuando estos son necesarios para comprender lo que está ocurriendo. Son casi 500 páginas que se leer rápido debido a la fluidez de la escritura y a que no se hace lenta en ningún momento.
¿Debería leerlo?
Si os gustó Divergente, Las marcas de la muerte sigue la misma línea de distopía y acción. Además, como ya he comentado, se ve una evolución clarísima en la autora, por lo que su pluma es mucho mejor y la forma en que la historia está planteada y su desarrollo son simplemente geniales. Recomendadísimo.
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