Esta saga la descubrí gracias a su reciente adaptación cinematográfica. Al ver el trailer en la televisión, me llamó mucho la atención y, cuando supe que estaba basada en una novela, poco tardé en hacerme con ella.
Título: El silencio de la ciudad blanca (#1)
Autora: Eva García Sáenz
Saga: La ciudad blanca
Editorial: Planeta
Año de publicación: 2016
Páginas: 433
Sinopsis: Veinte años después, cuando Tasio, el brillante arqueólogo condenado por los asesinatos está a punto de salir de prisión en su primer permiso, los crímenes se reanudan de nuevo: una pareja de veinte años aparece muerta y desnuda por la picadura de abejas en la garganta en la emblemática Catedral Vieja de Vitoria. Poco después, otra pareja de veinticinco años es asesinada en la Casa del Cordón, un edificio medieval.
El joven inspector Unai López de Ayala —alias Kraken—, experto en perfiles criminales, está obsesionado con prevenir los crímenes antes de que ocurran, una tragedia personal aún fresca no le permite encarar el caso como uno más. Sus métodos poco ortodoxos enervan a su jefa, Alba, la subcomisaria con la que mantiene una relación laboral difícil de día, y una intensa atracción y fascinación de madrugada, cada vez que ambos coinciden haciendo running por las solitarias calles de Vitoria.
Una novela negra absorbente que se mueve entre la mitología y las leyendas de Álava, la arqueología, los secretos de familia y la psicología criminal. Un noir elegante y complejo que demuestra cómo los errores del pasado pueden influir en el presente.
A pesar de que son más de 400 páginas, lo cierto es que me la terminé en un suspiro. Es una novela que engancha tantísimo que no puedes dejar de leer porque el final de cada capítulo te deja con más. Esta obra comienza veinte años después de una serie de asesinatos rituales que consternó toda Álava. Su asesino, Tasio, está a punto de salir de la cárcel. Será entonces cuando los crímenes se reanuden, continuando en el punto exacto en el que se detuvieron con su entrada en prisión. Sin embargo, es imposible que sea Tasio quien los esté ejecutando puesto que está entre rejas.
El inspector Ayala y su compañera Estíbaliz se verán envueltos de lleno en este caso y descubrirán que la clave de lo que está pasando se halla en los asesinatos de hace veinte años. Además, Tasio alegará que él no fue el asesino original y que ha estado retenido por un crimen que jamás cometió, por lo que, se ofrece para ayudar al inspector a solventar los asesinatos actuales que, una vez más, pondrán en jaque a todo Vitoria. Ayala y Esti tendrá que remover en el pasado, buscar conexiones entre hace veinte años y la actualidad, encontrar a antiguos testigos y lidiar con la prensa tanto nacional como internacional que no cesan de hacerse eco de los nuevos y terribles acontecimientos. Las sospechas están divididas. ¿Será Tasio que, desde la cárcel, ha conseguido convencer a alguien para que cometa los crímenes por él? ¿Será su gemelo Ignacio el que está moviendo los hilos para inculpar a Tasio y no dejar que salga? ¿O tendrá Tasio razón y desde siempre hubo una tercera persona implicada?
Aunque a mi me encanta la novela policíaca, lo cierto es que no leo mucho. Simplemente porque no me gustan los asesinatos al uso, me gusta que haya mucho misterio detrás o ciertos toques terroríficos como ocurre en El silencio de la ciudad blanca. Lo peculiar de las muertes de esta novela es que están hechas con ciertos fines rituales e incluyendo elementos que no son habituales. Es decir, no son asesinatos sin más, sino que detrás se oculta toda una parafernalia pagana que le da más o menos sentido. Además, al ser asesinatos en serie el asesino sigue ciertos patrones, como que las edades de los fallecidos vayan de cinco en cinco (primero bebés, luego niños de cinco años, diez, quince, veinte...). Esto hace que el halo que rodea al caso sea aún más interesante porque como lector no solo quieres descubrir quién es el verdadero asesino, sino qué se esconde detrás de toda esa simbología. Hay un montón de detalles respecto a esto (como que solo mueren personas con apellidos compuestos de origen alavés) que dotan a los crímenes de un montón de preguntas y singularidades maravillosas. Añadido a esto, el hecho de que cada asesinato doble ocurra en un punto histórico de Vitoria lo hace todavía más emocionante porque, de esta forma, la autora se basa en ello para contarnos la historia de esos lugares. Solo con leer el libro se nota de manera muy evidente que hay un trabajo de documentación brutal por parte de Eva García y un conocimiento muy amplio de su ciudad, Vitoria. Esto permite que la narración sea realista y que consigas fundirte por completo con el paisaje, sintiendo en cada poro lo que sientes los personajes.
Aunque los asesinatos de hace veinte años se cuentan desde el punto de vista actual a través de los repasos de estos que hace la policía, la trama se mezcla con una trama del pasado que va contando cierta historia que se va entrelazando con el presente. La manera de narrar de la autora es exquisita, no deja nada al azar y es muy fácil ir siguiendo el hilo de pensamientos del inspector y que tú mismo como lector puedas ir sacando tus propias conclusiones. Además, se abren tantas opciones durante la investigación que, aunque tengas un sospechoso, realmente hasta el final no sabrás quién es el verdadero culpable, manteniendo la tensión hasta las últimas páginas.
Todos los personajes son complejos y encierran hechos traumáticos que les han moldeado tal y como son. A parte de al inspector Ayala, conocemos de primera mano a Esti y a la subcomisaria Salvatierra y a otra miríada de personajes que enriquecen la novela y que están perfectamente construidos. Mis favoritos son Golden Girl, una octogenaria imparable que le da mil vueltas a cualquier hacker, y MatuSalem, un jovencito de lo más peculiar que no tiene nada que envidiar a las cualidades de Golden Girl. El estilo de Eva es magnífico, tiene una pluma sencilla pero directa, que va al grano y que no se anda con remilgos a la hora de describir ciertas escenas.
El final ha sido... buah. Impredecible. Las últimas páginas son un torbellino constante de acción pues sabes que te estás acercando a descubrir la verdad y, cuando crees que ya sabes quién es el culpable, que todo tiene sentido en tu cabeza y que los hechos están atados y bien atados, de nuevo la autora nos da una sorpresa, el golpe final, que te deja impactado y casi sin aliento. Además, no se queda ninguna duda sin resolver, todo tiene una explicación lógica y coherente que permite a la novela concluir de manera perfecta.
¿Debería leerlo?
Si te gustan las novelas policíacas, de acción y que te dejan en vilo hasta el final, sin duda este es tu libro. Además, aunque sea una trilogía el desenlace es bastante cerrado (excepto por los personajes principales, que continúan sus andanzas) por lo que no es necesario continuar con el resto de libros para poder entender esta primera parte.
Aunque los asesinatos de hace veinte años se cuentan desde el punto de vista actual a través de los repasos de estos que hace la policía, la trama se mezcla con una trama del pasado que va contando cierta historia que se va entrelazando con el presente. La manera de narrar de la autora es exquisita, no deja nada al azar y es muy fácil ir siguiendo el hilo de pensamientos del inspector y que tú mismo como lector puedas ir sacando tus propias conclusiones. Además, se abren tantas opciones durante la investigación que, aunque tengas un sospechoso, realmente hasta el final no sabrás quién es el verdadero culpable, manteniendo la tensión hasta las últimas páginas.
Todos los personajes son complejos y encierran hechos traumáticos que les han moldeado tal y como son. A parte de al inspector Ayala, conocemos de primera mano a Esti y a la subcomisaria Salvatierra y a otra miríada de personajes que enriquecen la novela y que están perfectamente construidos. Mis favoritos son Golden Girl, una octogenaria imparable que le da mil vueltas a cualquier hacker, y MatuSalem, un jovencito de lo más peculiar que no tiene nada que envidiar a las cualidades de Golden Girl. El estilo de Eva es magnífico, tiene una pluma sencilla pero directa, que va al grano y que no se anda con remilgos a la hora de describir ciertas escenas.
El final ha sido... buah. Impredecible. Las últimas páginas son un torbellino constante de acción pues sabes que te estás acercando a descubrir la verdad y, cuando crees que ya sabes quién es el culpable, que todo tiene sentido en tu cabeza y que los hechos están atados y bien atados, de nuevo la autora nos da una sorpresa, el golpe final, que te deja impactado y casi sin aliento. Además, no se queda ninguna duda sin resolver, todo tiene una explicación lógica y coherente que permite a la novela concluir de manera perfecta.
¿Debería leerlo?
Si te gustan las novelas policíacas, de acción y que te dejan en vilo hasta el final, sin duda este es tu libro. Además, aunque sea una trilogía el desenlace es bastante cerrado (excepto por los personajes principales, que continúan sus andanzas) por lo que no es necesario continuar con el resto de libros para poder entender esta primera parte.
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