"El beso de la realeza", Lindsey Duga

Título: El beso de la realeza

Título original: Kiss of the Royal

Autora: Lindsey Duga

Idioma original: inglés

Editorial: Plataforma Neo

Año de publicación: 2020

Páginas: 504

Sinopsis: La princesa Ivy tiene un único objetivo: poner fin a la guerra contra las Fuerzas de la Oscuridad. La magia de Ivy es más poderosa que la de cualquier otro Real, pero necesita un compañero que pueda ayudarla a aprovecharla durante la batalla. La destreza sin parangón del príncipe Zach con la espada debería convertirlos en un equipo imparable, si se pusieran de acuerdo en… bueno, en cualquier cosa. Pero la magia de Ivy solo puede ser totalmente liberada con la ayuda de Zach, y él no está cooperando precisamente. Zach cree que la magia de Ivy es peligrosa. Ivy cree que jamás ganarán la guerra sin ella. Dos guerreros, un objetivo y el destino del mundo en juego. Pero cuanto más discuten, más se enamoran el uno del otro. Y solo uno de ellos puede estar en lo cierto…

✨ Cómpralo con descuento aquí ✨

Los Reales, miembros de la familia real, son los únicos que tienen la capacidad para combatir contra las Fuerzas de la Oscuridad (gnomos, duendes, hadas...), seres mágicos capaces de lanzar maldiciones y poner en jaque a la humanidad. Los hombres Reales son quienes luchan en combate cuerpo a cuerpo contra estos seres, mientras que las mujeres Reales les ayudan mediante su Beso, un beso especial capaz de dotarles de magia de combate, magia curativa y magia contra maldiciones entre otros. De esta forma, todos los Reales combaten de dos en dos, ayudándose mutuamente y protegiendo su reino. Ivy es una de las Reales más poderosas debido a su descendencia directa de la primera familia de Reales. Por eso su Beso es el más poderoso del reino lo que, a su vez, la convierte en la luchadora más codiciada y valiosa. Sin embargo, en la última batalla que se libró ella no pudo asistir porque estaba convaleciente, por lo que su ausencia hizo que su compañero cayera preso de una maldición, una tan poderosa que ni siquiera ella y su potente magia pudo deshacer. Las Fuerzas de la Oscuridad son cada vez más fuertes y hostigantes y, además, una amenaza aún más grande se cierne sobre el reino. Por eso, Ivy necesita un nuevo compañero y su mejor opción es Zach, un príncipe cuyas habilidades son famosas por todo el reino y que tiene fama de luchar sin compañera y sin magia. Pese a que Ivy y Zach son muy diferentes y desde el principio tienen encontronazos, él es la única esperanza de la princesa si quiere destrozar el nuevo mal que les asola. Juntos, emprenderán un viaje en busca de la Reina Malvada, madre de las Fuerzas de la Oscuridad, durante el cual Ivy aprenderá que quizá el mundo no es como ella creía.

En El beso de la realeza nos encontramos un mundo muy original donde los besos no sirven como muestra de afecto, sino como transmisión de magia. El amor y la pasión son sentimientos desterrados que solo suponen una distracción para los Reales, cuyo único objetivo es perpetuar sus poderes mediante matrimonios ventajosos y pelear contra las Fuerzas de la Oscuridad que parecen no tener fin. Las mujeres son quienes alimentan la magia y quienes, mediante esta, ayudan a príncipes y reyes a combatir. Al margen de lo machista que pueda parecer este sistema donde ellas se quedan en la retaguardia (aunque también pelean, pero en fin), he de decir que me ha parecido muy curioso y que nunca he leído algo semejante. Dentro de esta jerarquía los Reales más poderosos son los que tienen descendencia más pura, como Ivy, que es descendiente directa de la reina Myriana, una de las Reales que lo empezó todo. Ivy es decidida, resuelta, valiente y a veces bastante imprudente, pues no ve más allá de terminar con las Fuerzas de la Oscuridad y en ocasiones se salta los protocolos o actúa por su cuenta. Tiene muchísimo carácter y al mismo tiempo es terca e intransigente, sobre todo con ella misma. Esto, a su vez, derivará en diversos encontronazos con Zach.

Zach es un príncipe bastardo de un reino aliado que acude junto con más soldados a ayudar a las fuerzas de Ivy y su gente. Debido a su fama como luchador habilidoso e implacable, se decide que será la próxima pareja de Ivy. Además, su emparejamiento es más acuciante porque, según los augurios, parece que la Reina Malvada está gestando algo mucho más peligroso que sus criaturas mágicas. Zach es un tipo torpe, sin modales, con gran sentido del humor y a quien parece que no le afecta nada. Con sus más y sus menos, Ivy termina aceptándole como nuevo compañero, hasta que el príncipe declara que él se basta solito para pelear sin magia y que no pretende recibir un Beso de Ivy. Para Ivy, y para su orgullo, esto es inconcebible y a lo largo de la novela tendrán peleas constantes debido a su negativa, pues según la Real es imposible que venzan en la misión que se les ha encomendando si Zach no acepta su Beso, mientras que el príncipe no está dispuesto a ceder porque ha demostrado con creces que no lo necesita.

He de decir que en este punto Ivy se me hizo bastante insoportable. Como he comentado, es muy cabezota y orgullosa y eso hace que no admita las decisiones de Zach, por más que este tenga sus propios motivos para denegar el Beso. Aunque el príncipe es habilidoso y ha mostrado en más de una ocasión que no necesita la magia de Ivy, esta no deja de insistir y de casi obligarle a ello. Por un lado, entiendo por qué la princesa es tan persistente, pero, por otro, en muchas ocasiones su actitud era bastante detestable porque se niega a aceptar cualquier opinión que sea opuesta a la suya, ya que solo acepta una verdad y una realidad y es la que le han inculcado desde pequeña. No solamente es así cuando alguien, en este caso Zach, cuestiona sus valores, sino que también se comporta de este modo si alguien pone en entre dicho sus acciones, su fuerza o su magia, como si nadie tuviera razón excepto ella. Es cierto que hay momentos en los que vemos a Ivy reflexionar acerca de sus acciones y sus palabras y muchas veces se disculpa por haberse comportado como lo ha hecho, pero siempre está a la defensiva y lo primero que hace es enfadarse con quienes "vayan en su contra" sea de la forma que sea.

A eso hay que añadirle que Zach resulta ser Romántico, es decir, él sí cree en el amor y en la pasión, no como en el reino de Ivy, y eso hace que las convicciones de ambos choquen constantemente porque para Ivy esa creencia es completamente errónea. Entiendo que Ivy ha crecido con unos determinados valores y que sobre dichos valores se asiente no solo el reino, sino también su sistema de magia, por lo que es comprensible que muestre tanto rechazo a las "teorías" de Zach sobre el amor romántico. No obstante, mientras que el príncipe sí que hace un esfuerzo por empatizar con ella y tratar de entender por qué para los suyos el amor no existe, Ivy se cierra en banda y se niega a escuchar lo que Zach tenga que decir al respecto. Esto hizo que, en términos generales, Ivy fuera un personaje que no me cayó bien. Al mismo tiempo, también es un personaje muy inconsistente porque había algunos momentos donde incluso llegaba a plantearse que lo que contaba Zach no fuera tan descabellado y llegaba al extremo de preguntarse si sus propias convicciones no serían erróneas; pero al segundo siguiente descartaba sus propias dudas y volvía a ser tan intransigente y cerrada de mente como antes.

En general, el ritmo del libro me ha parecido muy lento, principalmente porque es una novela muy repetitiva. Por ejemplo, la protagonista siempre tiene las mismas reflexiones o piensa acerca de los mismos temas, por lo que el monólogo interior de Ivy, única narradora, es prácticamente idéntico en cada capítulo, exceptuando ya de cara al final cuando se descubre cierto fenómeno que le hace replantearse sus valores. Si el libro hubiera alternado entre el punto de vista de Zach y el de Ivy habría sido mucho más interesante y entretenido porque ambos tienen formas de ver el mundo completamente opuestas. Tampoco me ha gustado cómo está escrito el libro porque, como digo, es muy repetitivo y eso se nota sobre todo en la prosa de la autora. Apenas hay uso de sinónimos, lo que hace que la sensación de repetición sea aun más intensa, y si a eso le añadimos que la autora suele incidir en los mismos puntos y que la línea de pensamiento de los personajes apenas varía... Lo que salva a este libro, para mí, es la trama que, si bien no se diferencia demasiado de la típica trama de fantasía con el viaje de los héroes a derrotar a la enemiga número uno, la construcción de mundo y las leyendas de los Reales en las que se basa dicha trama hace que sea bastante interesante y que el lector quiera saber mucho más. Asimismo, el personaje de Zach es genial y ha merecido la pena leer este libro solo por él, no solo por su personalidad arrolladora, sino también por todo el misterio que rodea su figura. Las revelaciones que se dan a lo largo del libro también han sido interesantes y le han dado un poco más de chicha a la novela y el final ha sido bastante sorprendente.

El beso de la realeza parte de una construcción de mundo original y tiene una trama de fantasía que invita a leer y seguir descubriendo los misterios que rodean al sistema de magia de los Besos y a la Reina Malvada. No obstante, la pluma tan simple y repetitiva de la autora y la personalidad intransigente de Ivy ha hecho que no haya conseguido disfrutar del libro como hubiera querido.