Desarrollador: Electronic Arts (Maxis)
Año de publicación: 2008
Género: Simulador/Estrategia
Plataformas: PC (Hay otras versiones en DS y Wii)
Precio a la fecha de reseña: 15€
¿Disponible en español?: Sí
Spore es un juego que nos permite crear un ser vivo a nuestro antojo y evolucionarlo a través de nuestra propia historia hasta conquistar el espacio, comenzando como una simple célula, pasando por aldeas tribales y hasta crear nuestro propio imperio interplanetario. Seremos nosotros mismos los que decidamos como cambia su aspecto a lo largo de los siglos, su tipo de dieta e incluso las relaciones sociales con otras especies, pero mas adelante podremos crear nuestros edificios, vehículos, ciudades e incluso moldear planetas a nuestro gusto, de ahí su frase ‘’How Will You Create the Universe’’ (Cómo vas a crear el universo). ¿Alguna vez has querido ser DIOS? ¡ESTE ES TU JUEGO!
DISEÑO Y GRÁFICOS
En este apartado, partimos de la idea de que en gran medida, el diseño lo crea el jugador. Es una gran herramienta que le da personalidad al juego, ya que nos deja una gran puerta abierta a la imaginación con multitud de opciones, os aseguro que no veréis dos diseños iguales, pero antes de eso, empecemos por el menú principal:
Este es el menú que se nos muestra, la vista de la galaxia por donde podremos movernos y viajar libremente (pero eso ya es tema de jugabilidad). En esta galaxia hay círculos grandes amarillos, son planetas donde podremos crear una nueva criatura y empezar una partida, y en azul se muestran los que ya están ocupados. Es un menú muy dinámico, podemos mover la galaxia y ver la información de las partidas colocando el cursor encima. (Dato curioso, si le das muchas vueltas muy rápido a la galaxia salen fotografías de personas, supongo que los creadores).
Si nos fijamos arriba a la izquierda, vemos la pestaña de ‘’Crear’’. Este nos abrirá un menú secundario para acceder a los distintos creadores. También podemos hacerlo al seleccionar una partida nueva, pero esta pestaña sirve para guardar diseños en tu biblioteca y usarlos cuando quieras.
Y aquí llegamos al creador, donde el sistema es básicamente un lateral de la pantalla con todas las piezas que puedes usar y combinar, clasificados en pestañas, pudiendo dar rienda suelta a tu imaginación para formar tu bicho o cacharro navegante/rodante/volador (si sale una aberración de la naturaleza es normal, suele pasar), el cual se sitúa en la otra mitad de la pantalla. A la derecha se ven las cualidades que se van adquiriendo según añadimos las partes (cada una tiene sus cualidades) pudiendo cambiar su tamaño, posición, orientación, color… e incluso puedes modificar la longitud, anchura y forma de la columna vertebral.
Pero debemos ponerle una pega: Aunque nos deja gran libertad de opciones, la barra que se muestra arriba a la derecha (la de los puntitos) es una barra de complejidad, es decir, tienes un límite de piezas que puedes colocar al futuro engendr- a la preciosa criatura. Pero como no podía ser de otra forma, existen mods que te permiten eliminar esta opción (se agradece, os lo aseguro) y crear cosas como la que os muestro a continuación.
MÚSICA Y SONIDO
La mayoría de la música que encontramos en el juego es totalmente ambiental, sonidos suaves y agradables que no molestan en absoluto, exceptuando las partes de batalla, aunque tampoco en este caso es demasiado frenética
Esta es del menú principal
Los sonidos son de lo más normal, pero hay algunos detalles, como que tu comunidad aprenda a hablar cuando llega a la época tribal (aunque no se entiende ni papa) o que cada tipo de boca en el creador tenga una voz distinta.
JUGABILIDAD
El objetivo global es evolucionar y ganar inteligencia Una de las cosas curiosas respecto a Spore, es que tiene varios modos de juego. Es decir, nuestra historia se divide en cinco etapas o ‘’estadios’’, como lo llaman aquí, y cada una de ellas tiene un modo diferente de jugarlo. Esta es una idea buenísima, si no fuera porque algunas de ellas, a pesar de ser tremendamente divertidas, son también jorobadamente cortas.
-Estadio de célula: Es el primer paso para crear nuestro ser, caemos al mar de nuestro planeta desde un meteorito siendo una pequeña célula, que según su alimentación deberemos alimentarnos de carne acabando con otras células (¡asesinos! D: ) o bien de… partículas… fitoplancton… no se lo que son, cosas verdes para los herbívoros, o de los dos si eres omnívoro (nunca me cojo carnívoro porque te ponen ojitos cuando vas a por ellos y me da penica). Esta etapa utiliza un modo de juego en 2D visto desde arriba, y manejaremos al bichejo con el ratón sobre el plano, esquivando otros depredadores.
-Estadio de criatura: Cuando la célula es lo bastante grande, es hora de ponerle piernas y salir a tierra firme (o no, pero es un poco cruel hacer que se vaya arrastrando huyendo de los depredadores). Nada mas salir, tú y otros cuantos de los tuyos habréis establecido una zona como vuestra. El sistema de juego ahora es un mundo abierto donde controlas a uno de tus bichitos y lo haces evolucionar, ya sea eliminando otras especies o socializando con ellas. De una forma o de otra, iras consiguiendo partes nuevas con las que evolucionar. Para ello hay un botón de ‘’llamada’’ con el que encuentras a una pareja y… bueno… la evolución hace lo suyo. Al terminar de editarlo, naces con un nuevo individuo unos cuantos millones de años mas tarde.
-Estadio tribal: ¡Tus amorfidades han descubierto cómo manejar el fuego y las herramientas! Es hora de crear un poblado y tapar las vergüenzas (opcional). Si, aquí ya tienes disponible algo de ‘’ropa’’, aunque es toda mas fea que una nevera por detrás, y a partir de esta etapa ya no podremos cambiar su aspecto. Aquí el modo de jugar cambia, pasando a ser de estrategia: controlamos a todos nuestros bichos, 12 en total con el poblado ampliado al máximo. Tienes que controlar nacimientos, relaciones con otras tribus y crear tenderetes de instrumentos musicales (para llevarte bien con otra tribu) o de armas (para llevarte mal, obviamente).
-Estadio de civilización: Avanzamos hasta el mundo de la civilización, donde nacerán distintas naciones (todas de la misma especie, la nuestra) con las que te puedes aliar o luchar contra ellas por territorios. El territorio y el dinero se consigue conquistando los pozos de especia (lo que viene siendo los petróleos aquí) y puedes conquistar ciudades enemigas o neutrales de tres formas: Económica estableciendo una ruta comercial, religiosa atacándolos con vehículos religiosos o militar, a bombazo limpio. Tendrás que gestionar cada ciudad: sus defensas, fabricas y casas, y mantener contenta a la población. La forma de conquista tendrá consecuencias en la siguiente etapa del espacio, teniendo una habilidad especial u otra. Continuamos en un modo de juego de estrategia en el que tendremos que controlar y coordinar los vehículos, también toma gran importancia la diplomacia con las facciones. Sinceramente este estadio es seguramente mi favorito, muy divertido y estratégico, lástima que precisamente sea el más corto junto con la célula.
-Estadio del espacio: Esta es la última etapa, y por tanto, el resto del juego se desarrolla aquí. Cuando controlas todo el planeta, ya tienes la capacidad de crear una nave espacial con el creador, a tu gusto, todo lo soso u hortera que quieras. Con ella puedes viajar entre sistemas solares por toda la galaxia que ves en el menú principal, entrar a cada uno de los sistemas solares y entrar a cada uno de los planetas. La primera vez que jugué creí que simplemente podrías recorrer unos pocos sistemas solares, pero fui alejándome del planeta mas y mas y mas, hasta que me di cuenta de que se podía visitar cada uno de los 500,000 sistemas en mundo abierto, ese momento fue como muy dejar lleno de babas el escritorio (por dios, medio millón de sistemas, es como un maldito sueño del mundo abierto).
Tu imperio comienza en tu planeta principal, a partir de ahí puedes conquistar otros planetas en otros sistemas solares estableciendo colonias, pero no serás el único imperio. Según vayas explorando descubrirás otras razas amigables u hostiles con los que puedes aliarte o aniquilar para ocupar sus planetas.
La moneda de cambio aquí son las especias, cada planeta tiene un tipo de especia (roja, azul, amarilla…) las que consigues en tus colonias puedes venderlas a otras razas, pero hay que fijarse en los precios, ya que algunos pagaran mejor que otros, consiguiendo mayor beneficio. ¿Para que este dinero? Con él se pueden comprar artículos para los planetas o mejoras para tu nave, las cuales se desbloquean consiguiendo méritos, como mejores armas, más alcance o herramientas de terraformación.
La terraformación indica como de habitable es un planeta, su clasificación va desde 0 (planeta hostil) hasta 3 (apto para la vida). Esto se consigue regulando la temperatura y la atmósfera, pero cada vez que consigas un nivel, hay que fijarlo para que no vuelva a deteriorarse, poniendo en el planeta una planta de cada tipo (pequeña mediana y grande), dos especies herbívoras y una carnívora. También puedes cambiar su aspecto cambiando color de la atmósfera, poniendo montañas, lagos, etc. Como es característico de este juego, podemos crear planetas como queramos.
Un aspecto negativo (MUY negativo) es la frecuencia con la que tus planetas o los de tus aliados te piden ayuda por algún ataque o problema biológico. Da igual las torretas o supercañones o las armas definitivas que hayas puesto en ese planeta, vas a tener que ir aunque sean cuatro piratas que se matan con un suspiro, y es realmente incómodo cuando estas en la otra punta de la galaxia, no llegas a tiempo y te lo reprochan. ¿Qué es lo malo de esto? Que el juego establece que pase cada 10 o 15 min, siendo muy molesto y desquiciante. Por supuesto, se han hecho mods para aumentar el tiempo a unos 50 minutos o incluso eliminarlos. Si no os instaláis el mod, os aseguro que querréis tiraros de los pelos y matarlos lentamente.
Terminamos haciendo una mención a los Grox, la raza hostil a la que todo el mundo teme, los cuales controlan todo el interior de la galaxia, a los que puedes unirte o intentar destruir, cosa que pocas personas han conseguido en el mundo, que así a ojo deben ser unos 50.000 o 100.000 sistemas solares que conquistar.
¿DEBERÍA COMPRÁRMELO?
Conocía este juego desde hace ya mucho, pero nunca lo jugué hasta hace relativamente poco, y os aseguro que no me arrepentí en ningún momento, ver crecer a tus aberraciones es divertido, incluso en el fondo les coges cariño (hasta que me pedían ayuda cada 5 min, pero eso es otro tema). El juego es una verdadera obra de arte si te gusta la libertad de creación y el mundo abierto como a mi, no te dejará insatisfecho y lo recomiendo encarecidamente.
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