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martes, 2 de diciembre de 2014

Lo real tras la magia: Tutankamón.

Título: La maldición de Tutankamón. La historia de un rey egipcio

Título original: Tutankhamen's Curse: The developing history of an Egyptian king

Autor: Joyce Tyldesley

Idioma original: inglés

Editorial: Planeta (colección Ariel)

Año de publicación: 2012

Páginas: 384



Sinopsis: En noviembre de 1922, más de un siglo después de la localización de la primera tumba en el Valle de los Reyes y tras años de estudio, planificación y escrutinio del lugar, Howard Carter protagonizó el que a día de hoy sigue siendo el hallazgo arqueológico más importante de todos los tiempos, el de la tumba de Tutankamón. La relevancia de su descubrimiento estriba en el hecho de que, de las más de sesenta tumbas encontradas, ésta era la única que permanecía intacta. Repleta de tesoros, ropas, vasijas, momias y símbolos religiosos, permitía reconstruir la vida en el Egipto antiguo y daba luz a las investigaciones que los egiptólogos llevaban décadas realizando. Un hito que sería el germen de la fascinación que aún hoy despiertan en occidente las momias y sus supuestas maldiciones. Con extraordinaria habilidad narrativa no exenta de ironía, Tyldesley aprovecha el descubrimiento y la vida de Tutankamón para examinar cómo nos aproximamos a nuestro pasado antiguo, sumergiéndonos en la vida del joven monarca y su reinado y en la historia del descubrimiento de su tumba.

 Qué, ¿echábais de menos nuestras entradas cargadas de arena del Sáhara? ¡Pues regreso a ellas! Una más para la iniciativa "La senda de los dioses" en la que participamos :)


Hace unos dos años, se cumplían 90 del hallazgo que pondría a Egipto en el mapa. Hace casi una década, Howard Carter descubrió la tumba del faraón Tutankamón, apenas un niño no demasiado importante en las dinastías egipcias, pero con tal cantidad de tesoros y maravillas albergadas en su lugar de enterramiento, que no tardaría en saltar a las noticias y en atraer a miles de turistas, de repente convertidos en aficionados y expertos en historia antigua.

Con una fina ironía desde el título (¿fue Tutankamón el que maldijo a los profanadores de tumbas o fueron estos arqueólogos los que ejercieron su terrible influjo sobre él, perturbando su descanso y ejecutando todo tipo de acciones descuidadas?), Joyce Tyldesley nos narra con exquisita documentación y sabiduría las vicisitudes detalladas de tan impresionante hallazgo. Los conocedores de la excavación del Valle de los Reyes a través de informaciones periodísticas o de oídas, no sabemos a ciencia cierta qué ocurrió. No obstante, esta experta egiptóloga nos cuenta las peripecias de Howard Carter y lord Carnarvon nos recrea no solo el descubrimiento de la tumba real, sino la vida que llevó Tutankamón atendiendo a los datos históricos fehacientes y probados como reales. Pero vayamos por partes.

George Herbert, conde de Carnarvon y aficionado y fascinado por la cultura egipcia, se convierte en 1907 en mecenas de Howard Carter para la excavación en Tebas. En 1922 se desató la locura. Se encontró a Tutankamón. Este yacimiento no destacaba por la relevancia de la momia puesto que este faraón en particular no hizo nada de especial interés durante su reinado. Lo único a resaltar sea, quizá, el hecho de que devolvió el antiguo culto a los egipcios. Durante el reinado de Akenatón,  este desplazó la capital a Amarna, de ahí que se conozca como periodo Amarna, y consagró su culto a Atón, el disco solar, dejando así de lado el culto a Amón, otro dios del sol, que había comenzado cuando Tebas se instauró como ciudad con más influencia en Egipto. Así pues, tras su muerte, al acceder Tutankamón al poder decidió regresar a las viejas costumbres y Amón pasó a ser el dios principal. El nombre original del faraón era Tutankatón (entre otros) y se lo modificó para honrar a su deidad.

Por la derecha, Carter y Carnarvon en la
entrada de la cámara.
No obstante, como he comentado en el párrafo inicial, esto poco le puede importar a egiptólogos y arqueólogos cuando una multiplicidad de tesoros brillantes y caros titilaban ante sus ojos al abrir la tumba. Aunque Joyce no es específica en este tema, sí que deja traslucir (a interpretación del lector), que se daba más peso a las joyas que al descubrimiento en sí, convirtiéndose pronto en un fenómeno de masas a nivel internacional. Tenemos que tener en cuenta para entender esto, que del resto de tumbas que se habían encontrado, ninguna de ellas se mantenía intacta. A los egipcios poco les importaba que yacieran allí los mismísimos faraones. A pesar de la seguridad que rodeaba la necrópolis y de la cantidad de guardia que vigilaban su descanso eterno, los ladrones pronto fueron atraídos por las riquezas que aguardaban tras esas paredes de piedra. En varias ocasiones, los encargados del Valle tuvieron que sellar túneles excavados por los saqueadores, aunque esto no les impidió seguir cometiendo semejantes tropelías. El santuario de Tutankamón es uno de los pocos (si no el único) que apenas ha sido saqueado y mantiene casi intacto su ajuar funerario.

Parecer ser que al único que le importaba de verdad el pobre faraón era a Carter, que se esforzó al máximo por preservar el enterramiento de turistas y visitas incómodas. Con el descubrimiento de este nuevo yacimiento en el Valle de los Reyes, este se llenó de curiosos y oportunistas que deseaban fervientemente acceder a la cámara mortuoria de Tutankamón y así participar de la euforia colectiva que había surgido en torno a su figura. Pronto la tarea de Carter se hizo imposible ya que el enterramiento no cesaba de ser asediado entre los turistas (sobre todo adinerados), los familiares de lord Carnarvon y los periodistas, cuyas luchas por el monopolio de la información fue bastante sonado. Así pues, el dichoso y frustrado egiptólogo tuvo que pedir ayuda al Servicio de Antigüedades de Egipto para que pusiera medidas contra esto. Poco pudo hacer ya que las visitas masivas les beneficiaban.



"Fue un momento muy emocionante para cualquier excavador. Acompañado solo por mis trabajadores nativos, me encontré, después de años de una labor comparativamente improductiva, en el umbral de lo que resultaría ser un descubrimiento magnífico. Cualquier cosa, literalmente cualquier cosa, podía haber al final de aquel pasadizo, y necesité todo mi autocontrol para no romper la puerteae investigarlo en aquel preciso momento". Howard Carter.



Asimismo, tampoco podemos tachar a Carter de víctima ya que en diversas acciones se dejó llevar por la emoción, llevando a cabo procesos un tanto cuestionables. Sea como fuere, en La maldición de Tutankamón la autora trata de desmitificar todos los acontecimientos que el público general y poco versado en el tema o que simplemente se ha dejado arrastrar por las noticias "oficiales" desconoce, debido a su nula investigación sobre este hecho histórico. El camino de los excavadores no fue fácil ni simple, se vieron enfrentados a muchas situaciones tensas, discusiones y constantes negociaciones para disponer de los permisos y privilegios necesarios y requeridos para continuar con la tarea.



"Después de años de fatiga (excavar, conservar y registrar) íbamos a ver, con los ojos de la realidad, lo que sólo teníamos hasta el momento en nuestra imaginación". Howard Carter.



La momia de Tutankamón se encontraba dentro de tres ataúdes, cada uno introducido en otro de mayor tamaño. El faraón estaba en el más pequeño y el más protegido. Sus vendajes y su cuerpo se hallaban rociados con resina y diversos mejunjes empleados para el embalsamamiento y los ritos funerarios tradicionales egipcios, por lo que, con el paso del tiempo, se había quedado pegado a las paredes del ataúd, complicando aún más si cabe las labores. Se decidió hacer la autopsia sin sacarle de ahí, puesto que era una tarea ardua y casi imposible. El forense encargado cometió bastantes destrozos en su búsqueda de la causa de la muerte. Derry (que así se llamaba) decidió desmembrar y mutilar al joven rey para poder examinarlo, uniendo posteriormente el cadáver y devolviéndole "su aspecto originl". Aún así, descubrió que el cuerpo estaba bastante magullado y que tenía heridas que con toda probabilidad se habían producido durante el proceso de embalsamamiento. Faltaban costillas y algunos huesos por toda esa zona, además de que otros estaban claramente aplastados.

Mediante un análisis de rayos X descubrieron un golpe en la cabeza. Esto desató todo tipo de hipótesis. La más conocida es el complot de asesinato. Alguien golpearía con fuerza a Tutankamón, empleando para ello un objeto contundente que lo mataría en el acto. Actualmente, no existe ninguna prueba que apoye esta hipótesis por lo que ha sido descartada como posible causa de la muerte. En las paredes del enterramiento y otros lugares, aparecen escenas de caza recurrentes, lo que nos indica que al joven faraón le gustaba realizar esta actividad (aunque también podrían ser escenas clichés utilizadas no solo para adornar, sino para alzar la figura del rey y darle mayor estatus). Esto unido a los huesos aplastados son evidencias que han llevado a plantear la posibilidad de que sufriera un accidente al ser atacado por un hipopótamo un día de caza. Por lo que esta última explicación es la más racional si atendemos a los hechos (no obstante, el asesinato sigue siendo una cuestión vigente, a pesar de que no hay pruebas que lo demuestren ni remotamente. Además, tampoco había motivos válidos y razonables para que nadie deseara la muerte del regente).

Asimismo, el libro desmiente toda la creencia y el misterio en torno a la famosa maldición de Tutankamón que, por supuesto, nunca fue tal. La imaginación desmesurada, la magia antigua de la que se creía poseedores a los egipcios y los sucesos fatales ocurridos a algunas personas relacionadas con el descubrimiento, pronto prendieron en la mente de los más susceptibles y el rumor de la venganza del faraón se extendió, relacionando cualquier tipo de mal con esto. Joyce se encarga de aportar las pruebas de que este fenómeno paranormal nunca existió, así como da las explicaciones de las "extrañas" muertes causadas supuestamente por el desenterramiento de la momia.

Una vez aclarados los secretos sórdidos en torno a este famoso descubrimiento, Joyce trata de dibujar una biografía de Tutankamón. Para ello, se basa en los hechos probados científicamente y demostrados mediante objetos o pinturas hallados en la tumba o en lugares vinculados de una forma u otra al faraón. Por supuesto, es una biografía un tanto vaga en cuanto a que no hay la suficiente información como para relatar el día a día del joven rey, y quien afirme lo contrario tiene pocos conocimientos respecto a esto.

Así pues, el libro tiene tres partes claramente diferenciadas (que también se marcan dentro de la propia estructura): el descubrimiento y análisis de la tumba y la momia, la maldición que surge a raíz de esto y, por último, una reconstrucción lo más fiel posible (siempre de acuerdo con hechos arqueológicos e históricos, no lo olvidemos) del Antiguo Egipto de Tutankamón.


¿Debería leerlo?

Si te gusta la historia de Egipto y te intriga especialmente este faraón, es un libro recomendable. No se hace pesado ni peca de exceso de documentación, al contrario, es muy ameno y de rápida lectura. Es una obra ligera, completa, que detalla todo lo que alguien interesado en el tema querría saber y que, además, se encarga de desmotar los mitos. Está bien estructurado y acompañado de fotos que ilustran de maravilla aquellas escenas a las que la autora se refiere. Así que si os interesa el tema especialmente, os animo a echarle un vistazo.

4 comentarios:

  1. Me ha encantado esta entrada! Muy muy completa. En cuanto he visto de qué trataba, he querido leerla enseguida. Me gusta mucho la historia (el Antiguo Egipto es uno de los periodos que más llama mi atención) y hace tiempo estuve leyendo mucho acerca del tema del que trata el libro. Definitivamente, la reseña me ha convencido para leerlo y la entrada me ha gustado porque da un buen repaso al hallazgo de Howard Carter (ya solo leyendo la reseña se aprende mucho sobre las claves del descubrimiento!)

    Estupenda entrada. Un saludo! :)

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    1. ¡Vaya, una fanática de Egipto! Cómo me alegro, a mi también me gusta mucho. Gracias por todos tus halagos hacia la entrada, espero de verdad que te decidas a leerlo porque es un libro magnífico y que merece la pena completamente. Si lo reseñas, no dudaré en leerme tu entrada :)

      Una vez más, muchas gracias por comentar, un saludo y a disfrutarlo ;)

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  2. Jo, me hace querer encerrarme a leer sobre egipto y planear cierta historia sobre cierta maga de Bast xD (es más, me la imagino profanando tumbas. Todo muy bonito). Pero tengo exámenes D:
    La verdad es que el libro tiene muy buena pinta, un libro necesario si quieres documentarte sobre el antiguo egipto. Intentaré ver si me hago con él pronto :D
    ¡Un besín!

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    1. ¿Verdad? A mi me dan ganas de meterme en pleno Valle de los Reyes con una pala y liarme a excavar, a ver si me llevo una momia como souvenir. ¿Cómo hago para darte siempre ideas disparatadas y suicidas para con tus personajes? Debería hacérmelo mirar. Pero sí, si tienes la oportunidad de hacerte con el libro es muy recomendable <3

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