Título: La ciudadela y la montaña (El rey trasgo #1)
Autor: Alberto Morán Roa
Idioma original: español
Saga: El rey trasgo
Editorial: Kelonia
Año de publicación: 2012
Páginas: 312
Sinopsis: Han pasado ocho años desde que el imperio de Kara desapareció, convertido en polvo añil por un poder que escapa a toda comprensión. La Ciudadela, silenciosa guardiana de la paz gobernada por tres naciones, vigila los reinos del hombre navegando los cielos. En un pueblo del frío norte, dos amigos descubrirán un libro vinculado a un enigma del ayer y a un hombre entre la vida y la muerte. Nacido de la pluma de un poeta, les descubrirá los secretos que moran en las montañas a través de una historia en la que conservar la vida vale más que conservar la humanidad. El mundo apura sus últimos latidos... Y en la cima de los Picos Negros, contemplando el paso del tiempo entre delirantes pensamientos, el Rey Trasgo aguarda el momento de construir sus sueños a partir de sus cenizas.
Buenos días, queridos lectores. Hoy os traigo una reseña un poco diferente. Estoy acostumbrada a leer novelas de tintes más juveniles, románticos, fantásticos. Sin embargo, el adjetivo que define La ciudadela y la montaña es sin duda "épico". Creo que lo más épico que he leído en mi vida antes de esto ha sido Eragon. La portada y el título tan original me engancharon en cuanto los vi y aunque no es un género que me llame la atención (me atrae a la par que me aburre, sí, un poco raro), solo por esos componentes decidí leerlo.
El libro se divide en tres, aunque casi podría reunirse en dos, por un lado tenemos la historia referente a la Ciudadela, una ciudad flotante equipada con un gran poder (y ejército) y cuyo uso se limita solo en pos de la paz y de evitar la guerra o conflictos mayores. Gracias a este artefacto mágico, los reinos de Esidia, Ara y Thorar logran acabar con Kara, tras años de asedios. Por otro lado, conocemos a Tobías, un joven solitario con un trágico pasado que se pasa las horas en la librería de su viejo amigo y de endiablado carácter Helmont. Allí también está Mírias, un nigromante en estado catatónico del cual Helmont decide encargarse, a pesar de las reticencias de Tobías.
Estos mundos aparantemente dispares y lejanos terminan relacionándose.
La Ciudadela (con claras evocaciones a El castillo ambulante del maestro Miyazaki) está gobernada por los líderes de cada reino. Kaelan Eranias es un teniente esidanio que, tras ascencer como líder de Esidia, se verá envuelto en conspiraciones y deseos de poder por parte del resto de reinos, que anhelan poseer la Ciudadela para uso propio. No solo se tendrá que enfrentar a enemigos externos y sus formidables ejércidos de wyvernas (unas criaturas voladoras destructoras), sino a las batallas que se libran en la propia fortaleza debido a intereses egoístas. Tendrá que lidiar con todo ello, lo cual replanteará sus ideales un tanto caballerescos y basados en el honor. Las escenas que suceden en esta tierra flotante están cargadas de epicidad, batallas detalladamente descritas y acción.
Mientras tanto, en el pueblo Tobías descubre en la librería de Helmont un diario abandonado donde un hombre relata hechos asombrosos, crueles, increíbles, desagradables y muy muy misteriosos. Aquí entra en juego el tercer escenario de este libro, la Montaña. En ella habita el Rey Trasgo, un ser de rica complejidad, envuelto en la leyenda y del que nadie sabe nada con certeza. Se oculta en los Picos Negros junto con un pueblo de ritos extraños y un tanto siniestros. El Rey Trasgo apenas tiene protagonismo en esta primera novela, pero es el eje fundamental que la articula y "gracias" al cual, los mundos dispares quedan entrelazados.
Los personajes están muy bien definidos, son complejos, con una personalidad fuerte, con motivaciones. Cada uno de ellos tiene una historia detrás, un enfrentamiento personal que solventar. Son carismáticos. Alberto escribe tan bien que da la sensación de leer dos relatos separados a la par que sientes por debajo los hilos que los unen, dejándote una buena sensación de cohesión y coherencia. En definitiva, es una novela trabajada, cuidada y guiada por la acción, el misterio y la tensión.
No puedo decir que haya sido de mis lecturas favoritas ya que, de por sí, el género épico no es que me atraiga especialmente. Pero, a pesar de esto, me ha gustado y no puedo decir que me haya decepcionado o aburrido.
¿Debería leerla?
Si te gusta este género, te lo recomiendo. Le da una vuelta de tuerca. Te resultará tan intrigante que te costará despegarte de sus páginas. Quiero hacer hincapié en las escenas donde aparece el Rey Trasgo ya que, desde mi punto de vista, me han parecido las más apasionantes.
Estos mundos aparantemente dispares y lejanos terminan relacionándose.
La Ciudadela (con claras evocaciones a El castillo ambulante del maestro Miyazaki) está gobernada por los líderes de cada reino. Kaelan Eranias es un teniente esidanio que, tras ascencer como líder de Esidia, se verá envuelto en conspiraciones y deseos de poder por parte del resto de reinos, que anhelan poseer la Ciudadela para uso propio. No solo se tendrá que enfrentar a enemigos externos y sus formidables ejércidos de wyvernas (unas criaturas voladoras destructoras), sino a las batallas que se libran en la propia fortaleza debido a intereses egoístas. Tendrá que lidiar con todo ello, lo cual replanteará sus ideales un tanto caballerescos y basados en el honor. Las escenas que suceden en esta tierra flotante están cargadas de epicidad, batallas detalladamente descritas y acción.
Mientras tanto, en el pueblo Tobías descubre en la librería de Helmont un diario abandonado donde un hombre relata hechos asombrosos, crueles, increíbles, desagradables y muy muy misteriosos. Aquí entra en juego el tercer escenario de este libro, la Montaña. En ella habita el Rey Trasgo, un ser de rica complejidad, envuelto en la leyenda y del que nadie sabe nada con certeza. Se oculta en los Picos Negros junto con un pueblo de ritos extraños y un tanto siniestros. El Rey Trasgo apenas tiene protagonismo en esta primera novela, pero es el eje fundamental que la articula y "gracias" al cual, los mundos dispares quedan entrelazados.
Kaelan |
Los personajes están muy bien definidos, son complejos, con una personalidad fuerte, con motivaciones. Cada uno de ellos tiene una historia detrás, un enfrentamiento personal que solventar. Son carismáticos. Alberto escribe tan bien que da la sensación de leer dos relatos separados a la par que sientes por debajo los hilos que los unen, dejándote una buena sensación de cohesión y coherencia. En definitiva, es una novela trabajada, cuidada y guiada por la acción, el misterio y la tensión.
No puedo decir que haya sido de mis lecturas favoritas ya que, de por sí, el género épico no es que me atraiga especialmente. Pero, a pesar de esto, me ha gustado y no puedo decir que me haya decepcionado o aburrido.
¿Debería leerla?
Si te gusta este género, te lo recomiendo. Le da una vuelta de tuerca. Te resultará tan intrigante que te costará despegarte de sus páginas. Quiero hacer hincapié en las escenas donde aparece el Rey Trasgo ya que, desde mi punto de vista, me han parecido las más apasionantes.
A pesar de que se ve interesante creo que estos libros no son lo mio aunque quien sabe tal vez leyéndolo me guste
ResponderEliminar¡Hola Nanami! Gracias por comentar. Tampoco son lo mio y al final me llevé una sorpresa. Espero que tú también lo intentes, ¡un saludo!
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