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viernes, 28 de febrero de 2020

"La voz de Amunet", Victoria Álvarez

Título: La voz de Amunet

Autora: Victoria Álvarez

Editorial: Nocturna

Año de publicación: 2019

Páginas: 712

Sinopsis: Egipto 1346 a.C: Desde que tiene uso de razón, la pequeña Amunet ha sido capaz de comunicarse con los animales, pero su vida da un vuelco cuando los sacerdotes de Amón, el clero más poderoso del Antiguo Egipto, descubre su prodigioso don. Convencidos de que es la pieza que necesitan de su rompecabezas político, se la llevan al templo de Ipet Sut, donde comenzará su formación como heka o hechicera al servicio de su dios.

Egipto, 1799: Cuando el ejercito de Napoleón Bonaparte se hace con el control de El Cairo, la banda de ladrones a la que pertenece Shaheen recibe el encargo de asaltar una antigua sepultura del Valle de los Nobles. Lo que Shaheen es que en esa tumba se encontrará con algo mucho más inquietante: el espíritu de la propia Amunet, atrapado durante más de tres mil años... y sediento de venganza.

Desde ese momento, sus existencias se entrelazan en el juego de poder al que Bonaparte pretende arrastrar al mundo entero, sustituyendo el azul del Nilo y el oro del desierto por el rojo derramado en las calles del París revolucionario.
Si hay algo que me maraville al mismo nivel que la mitología griega esa es, sin duda, la egipcia. Ya desde pequeña fue una civilización que me fascinaba y me tragaba sin pestañear todos los documentales sobre Egipto que salían en la televisión. A parte de eso, tenía muchas ganas de leer algo de esta autora porque todo eran alabanzas hacia ella, así que pensé que la mejor opción para conocerla era La voz de Amunet.

En este libro nos encontramos con dos líneas temporales que convergen y se complementan. En el presente, se narra la invasión de Egipto por Napoleón Bonaparte y es contada desde dos perspectivas diferentes. Por un lado, tenemos a Gabriel, un muchacho recién llegado de París junto con su tío René. Ambos son investigadores enviados por el museo del Louvre y durante la expedición de Bonaparte se encargan de adentrarse en la fascinante historia egipcia y su estudio. Por otro lado tenemos a Shaheen, un muchacho desaliñado perteneciente a una banda de ladrones. En uno de los encargos que recibe de su jefe se topará con estos farengi, como son conocidos en el Cairo los franceses, y, a partir de ahí, sus vidas se unirán y se verán obligados a trabajar juntos, algo que al principio desagrada bastante a Shaheen por sentir que está confabulando con el enemigo. Pero, además de todo ese lío, Shaheen no está solo. Cuando está realizando su misión como saqueador de tumbas, se topa con un espíritu atrapado allí, Amunet, que ha vagado por Egipto durante unos 3000 años. Shaheen es capaz de comunicarse con los espíritus, por lo que Amunet, a cambio de revelarle enterramientos con ajuares muy ricos, le pide ayuda. Necesita encontrar y destruir cuatro ladrillos de arcilla pertenecientes a su tumba y que fueron robados tiempo atrás. De esta forma, conseguirá ascender a los Campos de Ialú y por fin descansar en paz.

Amunet fue una importante heka (maga) en vida. Su poder consistía en ser capaz de comunicarse con los animales y que estos siguieran sus órdenes. Es por ello que la reclutan para el gran templo de Ipet Sut, dedicado al clero del dios Amón. Allí conocerá a Khay, un escriba talentoso pero que es despreciado por su condición de tullido. Los dos se convertirán en buenos amigos y vivirán en relativa paz hasta que todo se trunca. El faraón Akenathón ha instaurado una nueva capital para Egipto y ha destituido a los antiguos dioses para sustituirlos por un solo dios, el dios del sol, Atón. Esto hace que tanto la población como el clero de Amón estén descontentos y crezcan las tensiones entre ambos bandos. Casi sin quererlo, Amunet y Khay se verán envueltos en esta guerra de poderes faraónicos y eclesiásticos y eso cambiará por completo su vida.

Ilustraciones incluidas en el libro en blanco y negro. Amunet.
Estas dos historias se van alternando con asombrosa facilidad. Así pues, conocemos el pasado de Amunet y su relación con Khay, así como su situación en el presente y lo que está sucediendo el Francia. Me gusta mucho la maestría con la que la autora ha entrelazado los tiempos porque en ningún momento te pierdes o resulta confuso. Además, muchas cosas del pasado explican lo que ocurre en el presente y viceversa. La trama está perfectamente entretejida y, a pesar de su complejidad, es fácil seguir el hilo conductor. Dicha complejidad no solo gira en torno a la trama, sino que también en las descripciones. Es digno de alabanza el enorme trabajo de documentación que ha hecho Victoria Álvarez, pues, aunque es cierto que existe mucha información acerca de los dos periodos históricos, sus retratos han sido hechos al milímetro. No solo destaca la precisión con que describe los paisajes, sino también las ropas, las creencias, la sociedad y sus comportamientos, los hechos históricos... Todo ello está muy cuidado y me ha hecho disfrutar realmente de cada página de la novela. Podría sentir que realmente me encontraba en Egipto, en la época de los faraones y los dioses. Y lo mismo puedo decir de París.

La trama, por supuesto, también es importante, pues de nada habría servido tamaño trabajo de documentación si el argumento no hubiera estado a la altura. He de confesar que me ha resultado más interesante la parte de Khay y Amunet en el Antiguo Egipto que la de Shaheen y Gabriel. No sé si se debe a que quería leer el libro sobretodo por la ambientación en Egipto o qué, pero es cierto que muchas escenas del siglo XVIII llegaron a aburrirme y solo quería continuar para poder encontrarme de nuevo con Khay y Amunet. A mi modo de ver, las intrigas palaciegas de estos eran mucho más entretenidas y te dejaban más con el corazón en vilo que los capítulos franceses.

En cuanto a los personajes, Amunet es una mujer fuerte, poderosa, con una personalidad arrolladora, que sabe lo que quiere y como lo quiere. A pesar de saberse superior, no abusa de sus capacidades a menos que sea necesario, pero esto, a su vez, le permite no amedrentarse y no tener miedo a actuar como le conviene. Es sincera, directa, terca e irónica. La Amunet del presente no dista mucho de cuando estaba viva, pero es cierto que se ha vuelto un poco más cruel y, sobre todo, mucho más sabia. En algunos aspectos a experimentado una gran evolución debido a todo lo que ha tenido que sufrir y a las experiencias vitales que la han llevado hasta ese punto. Khay, al contrario, es muy dulce e inocente. Aunque ha sufrido bullying desde pequeño debido a su malformación, es un chico muy bueno que se limita a resignarse y encajar con el mayor aplomo del que es capaz esos insultos y comentarios ofensivos. Sin embargo, el hecho de que tenga esta malformación le afecta a nivel psicológico más que físico, hasta el punto de creer que no merece a Amunet por ello. Los dos encajan a la perfección y el amor que se tienen es intenso y precioso. Es una pareja que me gusta muchísimo y su desarrollo personal y como pareja me parece magníficamente construido. Los he adorado de principio a fin.

Por su parte, Shaheen, en cierto modo, recuerda a Amunet. Es un personaje también terco, que sabe lo que busca y que demuestra una fuerza y una dureza exterior que le permiten protegerse de sus inseguridades. Su relación con Amunet comienza siendo por pura conveniencia, pero se va estrechando conforme comparten su tiempo y el mismo cuerpo. Shaheen también experimenta una gran evolución, si acaso es el personaje que más cambia, junto con Amunet, desde que inicia la novela hasta que termina. En cuanto a Gabriel, a mi parecer sus cambios no son tan evidentes y su evolución como personaje no es tan profunda. Aun así, ambos están bien construidos.

Como he comentado al principio, para mí lo que más destaca de La voz de Amunet es la ambientación. La labor de documentación por parte de la autora me parece digna de alabanza. Ha sido capaz de construir un Antiguo Egipto que aparece delante de nuestros ojos según vamos leyendo. Me sentía como si estuviera dentro de un documental. Sus descripciones de París también son impresionantes, pero, como también he dicho, me quedo sin duda con la parte de Egipto. No solo su ambientación me ha fascinado, sino que su trama, a mi modo de ver, es la más compleja e interesante.

¿Debería leerlo?

Es un libro extenso pero que entretiene de principio a fin. Victoria Álvarez consigue atrapar al lector entre sus páginas y mantenerlo intrigado para poder resolver los misterios que rodean la muerte de Amunet. Aunque las escenas francesas me han resultado lentas y un poco aburridas en algunas partes, Amunet y Khay lo compensan todo, así como ese impresionante final.

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