¡Hola de nuevo!
Ya ha pasado un mes (más o menos) desde la última entrada de Teoría Literaria... ¡Así que ya va tocando otra! Por lo general trato de hacer algo con una temática relacionada con el mes o algo que esté pasando últimamente, pero para seros sincera en esta ocasión no se me ocurre nada... así que os voy a hablar del Viaje del Héroe, también conocido como Monomito. Es un modelo que aparece por todos lados, así que estoy segura de que en cuanto lo leáis os daréis cuenta de que lo habéis visto en bastantes historias. Bien, ¡empecemos!
¿Qué es el Viaje del Héroe?
El Viaje del Héroe es un término que creó Joseph Campbell en 1949 y que sirve para describir el patrón que suele presentar una historia protagonizada por un héroe que se embarca en una aventura, tiene que enfrentarse a una crisis y tras regresar a casa descubre que ha cambiado de una forma fundamental debido a sus experiencias. En su libro El Héroe de las Mil Caras (1949) Campbell resume este ciclo de la siguiente manera:
El héroe se lanza a la aventura desde su mundo cotidiano a regiones de maravillas sobrenaturales; el héroe tropieza con fuerzas fabulosas y acaba obteniendo una victoria decisiva; el héroe regresa de esta misteriosa aventura con el poder de otorgar favores a sus semejantes. (...) Ya sea el héroe ridículo o sublime, griego o bárbaro, gentil o judío, su aventura varía poco en cuanto al plan esencial.
Curiosamente, su teoría se ha enfrentado a un gran número de criticismo por parte de otros escolares, aparentemente debido a una falta de seriedad académica y un supuesto bias a la hora de escoger ejemplos. De todas formas, una cosa que no se puede negar es que el esquema base del monomito se puede encontrar en un gran número de historias.
¿Cuáles son sus partes?
Aunque el Viaje del Héroe tiene diecisiete partes, se puede resumir en tres etapas bien diferenciadas: la Salida, la Iniciación y el Regreso.
En la Salida, el héroe se encuentra viviendo su vida cotidiana, hasta que en un momento determinado recibe la oportunidad de ir a correr una aventura. En un inicio se encuentra indeciso, pero una figura similar a un mentor o sabio le convence.
En la Iniciación, el héroe descubre un mundo nuevo y misterioso, del cual tiene que aprender para lograr superar una serie de problemas y misiones, acompañado por un grupo de amigos que le apoyan. Con el paso del tiempo, el héroe llega a lo que se conoce como "la cueva interior", un lugar donde tiene que enfrentarse al enemigo principal y experimentando "la apoteosis", tras lo cual gana un don.
En el Regreso, el héroe abandona ese mundo misterioso y vuelve a lo cotidiano, con el añadido de el don que ha ganado, que puede usar para ayudar o no a su pueblo. Gracias a sus viajes ha cambiado, normalmente adquiriendo sabiduría.
(Por cierto, por si aún no os habíais dado cuenta eso es literalmente el argumento del Hobbit, Star Wars, Jane Eyre... pero vamos, que el Hobbit lo clava).
Ahora pasemos a las 17
Salida
- La llamada a la aventura: El héroe se encuentra viviendo una situación cotidiana dentro de su normalidad, aunque al poco adquiere una información que le produce el efecto de una llamada a lo desconocido.
«(...) un bosque, un reino oculto, bajo las olas o en las alturas celestes, una isla secreta, la elevada cima de una montaña, o un estado de sueño profundo, pero es siempre un lugar repleto de seres extrañamente fluidos y polimorfos, tormentos inimaginables, hazañas sobrehumanas, imposible deleite. El héroe puede salir por su propia voluntad para llevar a cabo la aventura, (...) o puede ser empujado o enviado al extranjero por un agente benigno o maligno(...) La aventura puede comenzar debido a un simple error... o aún más, uno puede hallarse simplemente paseando cuando, de forma casual, un fenómeno singular que pasa por el lugar llama la atención de su ojo errante, atrayéndolo a apartarse de los caminos frecuentados por el hombre». (Campbell, 1970)
- El rechazo de la llamada: El héroe en ocasiones se niega a seguir el reclamo de la llamada, por lo general inspirado por una sensación de deber hacia su pueblo, miedo a lo desconocido o inseguridad.
«El rechazo de la llamada convierte la aventura en su opuesto. Emboscado en el aburrimiento, el trabajo rutinario o la "cultura", el sujeto renuncia al valor de la acción significativa y positiva y acaba convertido en víctima a rescatar. Su mundo floreciente se vuelve un baldío reseco y su vida parece sin sentido, a pesar de que, como el rey Minos, puede llegar a construir, a través de su esfuerzo titánico, una gran fama o todo un imperio. Pero cualquier morada que construya será una casa de muerte, un laberinto de muros ciclópeos para esconderse de su Minotauro. La única opción que le resta es crearse más y más problemas a sí mismo, esperando la aproximación gradual de su disolución». (Campbell, 1970)
- La ayuda sobrenatural: Una vez el héroe ya se ha comprometido a iniciar la aventura (de forma consciente o inconsciente) aparece un ser sabio o mentor (en ocasiones procedente de su propio entorno). A menudo dicho mentor le entrega al héroe algún artefacto o talismán que le ayudará más adelante.
«El primer encuentro en su singladura heroica es una figura de protección (a menudo una vieja bruja o un hombre de edad) que ofrece al aventurero algún amuleto contra las fuerzas negativas que está a punto de enfrentar. Lo que representa esta figura es el benigno, protector poder del destino. (...) Solo hay que conocer y confiar, y aparecerán los guardianes eternos. El héroe encuentra todas las fuerzas del inconsciente de su parte, respondiendo a su llamada y continuando con valentía de su lado a medida que los acontecimientos se desarrollan. La propia Madre Naturaleza apoya la gran tarea. Y en la medida en que la conducta del héroe coincide con aquello que su sociedad requiere, él parece cabalgar a lomos del poderoso ritmo de la historia». (Campbell, 1970)
- El cruce del primer umbral: Momento en el que el héroe deja atrás su "mundo" cotidiano y se adentra en otro nuevo y misterioso, donde trascurrirán sus aventuras.
«El héroe avanza en su aventura hasta que llega al "guardián del umbral" en la entrada a la zona de poder magnificado. Éste custodia los vínculos al mundo en cuatro direcciones —también arriba y abajo— representando los límites de la actual esfera del héroe, u horizonte vital. Más allá de dichos límites se encuentra la oscuridad, lo desconocido, el peligro, (...) La aventura consiste siempre y en todas partes en dar ese paso más allá del velo de lo conocido, hacia lo desconocido; los poderes que se vislumbran en la frontera son peligrosos, tratar con ellos, arriesgado, y, sin embargo, para cualquiera con capacidad y valor suficientes el peligro se desvanece». (Campbell, 1970)
- El vientre de la ballena: Separación final del "yo" del héroe, que también deja completamente su mundo conocido. Su paso por esta etapa demuestra que el héroe está dispuesto a experimentar una metamorfosis.
«La idea de que cruzar el umbral mágico es un tránsito hacia una esfera de renacimiento aparece simbolizada en todas las culturas por el vientre de la ballena. El héroe, en vez de conquistar o conciliarse con la fuerza del umbral, es tragado por lo desconocido y parece haber muerto. Este motivo popular hace hincapié en la idea de que el paso del umbral es una forma de auto-aniquilación. En lugar de avanzar hacia afuera, más allá de los confines del mundo visible, el héroe va hacia adentro, a fin de renacer de algún modo. (...) los accesos y las entradas a los templos están flanqueados y defendidos por gárgolas colosales: dragones, leones, demonios asesinos con las espadas desenvainadas, enanos resentidos, toros alados. El fiel en el momento de entrada en el templo sufre una metamorfosis. Una vez en su interior, puede decirse que ha muerto en el tiempo (...) de este modo, la entrada al templo y la inmersión del héroe a través de las mandíbulas de la ballena son aventuras idénticas, denotando, en lenguaje simbólico, el acto central de la vida y la vida renovada» (Campbell, 1970)
La Iniciación
- Las distintas pruebas: Hazañas a las que el héroe se enfrenta tras empezar su iniciación. Suele ser derrotado en alguna ocasión. Por lo general aparecen en grupos de tres.
«Tras haber atravesado el umbral, el héroe se mueve en un paisaje de ensueño, de formas ambiguas curiosamente fluidas, en el que debe sobrevivir a una sucesión de dificultades. Esta es una fase crucial del mito y la aventura. (...) El héroe está secretamente apoyado por consejos, amuletos y otros agentes velados que proporcionan una ayuda sobrenatural que se le presentó antes de su entrada en esta región. O puede ser que aquí descubra por primera vez que hay un poder benévolo en todas partes dispuesto a apoyarlo en su sobrehumana andadura. La partida original al escenario de las pruebas representa sólo el comienzo del camino de las conquistas de iniciación; son momentos de iluminación. Ahora no queda otro remedio que matar dragones y superar obstáculos sorprendentes, una, y otra, y otra vez. En este entreacto habrá multitud de victorias preliminares, éxtasis irrepetibles y atisbos momentáneos de la tierra prometida». (Campbell, 1970)
- El encuentro con la diosa: El héroe se encuentra con una figura que le inspira un amor todopoderoso y completo. Suele ser el héroe quien encuentra a esta figura.
«La última aventura (...) se representa comúnmente como un matrimonio místico del héroe triunfante con la Diosa Reina del Mundo. Este es el momento culminante (...). El encuentro con la diosa (que se encarna en cada mujer) es la prueba final del talento del héroe para ganar el don del amor (...). Y cuando el aventurero, en este contexto, no es un joven, sino una dama, ella es la que, por sus cualidades, su belleza o sus aspiraciones, se ha vuelto apta para convertirse en la consorte de un inmortal. Entonces el esposo celestial desciende a ella y la conduce al lecho, ya de grado o por fuerza. Y si ella lo rechaza, es que la venda ha caído de sus ojos, y si ella lo ha buscado, su deseo encuentra la paz». (Campbell, 1970)
(Esta interpretación levanta un par de cejas hoy en día, como os podéis imaginar)
- La mujer como tentadora: El héroe se enfrenta a las tentaciones que le pueden llevar (a él o a ella) a abandonar su camino y olvidar su misión.
«Generalmente nos negamos a admitir dentro de nosotros mismos, o dentro de nuestros amigos, esa fiebre enérgica, (...) en que consiste la naturaleza misma de la célula orgánica. Por el contrario, tendemos a maquillar, encubrir y reinterpretar mientras imaginamos que toda mosca en la miel o pelo en la sopa son culpa de algún inoportuno que no somos nosotros. Pero cuando de repente nos sobreviene o nos vemos obligados a convencernos de que todo lo que pensamos y hacemos está necesariamente contaminado por el olor de la carne, entonces no es raro que se experimente un momento de repulsión: la vida, los actos de la vida, los órganos de la vida, la mujer en particular, como gran símbolo de la vida que es, se vuelven intolerables para la pura, purísima alma. Aquel que busca la vida más allá de la vida debe buscar más allá (de la mujer), superar las tentaciones de su llamada, y elevarse en el éter inmaculado del Más Allá». (Campbell, 1970)
(Más levantamiento de cejas, me he tirado de los pelos leyendo esta parte, especialmente la cita)
- La reconciliación con el padre: En muchas historias una figura paterna es la que posee un inmenso poder sobre el héroe y su vida. En esta etapa el héroe se enfrenta a esta figura y es iniciado en su poder.
«El problema de llegar el héroe a conocer al padre consiste en abrir los ojos de su alma más allá del terror, hasta el punto de madurar para entender cómo las dementes y repugnantes tragedias de este vasto y despiadado cosmos se ven perfectamente justificadas por la majestad del Ser. El héroe trasciende la vida desde este peculiar punto ciego y por un momento se eleva a una visión de la fuente. Contempla el rostro de su padre, comprende— y así ambos han sido expiados». (Campbell, 1970)
- La apoteosis: El punto en el que el héroe alcanza un nuevo nivel de entendimiento. Gracias a él, el héroe puede enfrentarse a la última parte de su aventura.
«Los que saben, no sólo que lo Eterno se encuentra en ellos, sino que lo que ellos son realmente, y todas las cosas, es lo Eterno, habitan en los bosques del deseo satisfecho, beben el brebaje de la inmortalidad y escuchan en todas partes la música inaudita de la concordia eterna». (Campbell, 1970)
- El don final: Dicho don es el logro del objetivo de la aventura, por lo general es algo transcendente como el elixir de la vida.
«Los dioses y diosas entonces han de entenderse como formas de realización y custodios del elixir del Ser Imperecedero, pero ellos mismos no suponen, en su estado primordial, el Objeto Definitivo, pues lo que el héroe busca a través de su relación con ellos no es, en último término, a ellos mismos, sino a su gracia, es decir, el poder de la sustancia que los alimenta. Esta sustancia-energía milagrosa, ella sola, es lo Imperecedero (...) Sus guardianes se atreven a liberarla solo para los realmente merecedores». (Campbell, 1970)
El Regreso (Esta es la parte más sencilla, por lo que no voy a incluir las citas, ya que apenas añaden contenido a las explicaciones)
- La negativa a regresar: Después de haber experimentado todos esos cambios y encontrar la felicidad, el héroe tiene reparos a la hora de regresar a su antiguo hogar.
- El vuelo mágico: En ocasiones, el ser que poseía y guardaba el don quiere recuperarlo, por lo que el héroe tiene que huir con él, llevando a cabo otro número de aventuras en su regreso a casa.
- El rescate del exterior: De la misma forma que el héroe necesitó al inicio de su aventura un mentor que le animase a empezarla, en algunos relatos vuelve a necesitar de la ayuda de dicho u otro mentor para volver a su vida cotidiana.
- El cruce del umbral de retorno: Para lograr volver a su mundo cotidiano de forma exitosa, el héroe tiene que conservar el conocimiento y sabiduría que ha ido ganando por el camino.
- El maestro de los dos mundos: En el caso de que el héroe sea humano, en esta etapa logra obtener el balance perfecto entre lo físico y lo espiritual. De esa forma se siente a gusto tanto con lo exterior como con lo interior.
- La libertad para vivir: El héroe logra librarse de su miedo a la muerte y por lo tanto logra vivir de forma plena, centrándose en el momento y sin preocuparse por el futuro ni lamentar el pasado.
¡Y eso es todo!
¿Os ha gustado la entrada? Se os ocurre alguna obra en la que aparezca este viaje? ¡Si es así, dejadla en los comentarios! Espero que os haya inspirado a la hora de disfrutar de lo que leéis o para incluirla en vuestras propias historias.
Fuente usada:
Hola Daffo!! Es una entrada muy trabajada y original, me ha encantado. ¡Genial post, como siempre! Besos!!
ResponderEliminar¡Hola!
EliminarJo, muchas gracias! Me hace mucha ilusión saber que os gusta este tipo de entradas jajaja. Me animáis para seguir pensando en temas!
Besos <3
¡Holaaaa!
ResponderEliminarMe ha encantado esta entrada :D
Es verdad que El viaje del héroe puede recibir críticas y es algo que al final ya hemos visto muuuuchas veces, pero puede dar lugar a desarrollar historias muy diferentes y al final es una fórmula que funciona si se hace bien :D
¡muchos besos y gracias por compartir esta explicación tan completa!
¡Hola!
Eliminar¡Muchas gracias! Ya, yo con el viaje del héroe pienso lo mismo: puede que ya esté muy trillado, pero lo cierto es que funciona... así que en mi opinión si se toma de inspiración y se le da un par de vueltas pueden salir cosas muy chulas jajaja.
¡Y muchas gracias de nuevo! Besos~
Es un arquetipo muy interesante y en él se siguen basando muchas historias.
ResponderEliminarUn beso fuerte.
¡Hola!
EliminarSi, la verdad es que la primera vez que oí hablar de él lo que me impactó fue precisamente en todas las historias en las que aparece jajajaja. Una vez te pones a pensar salen de debajo de las piedras...
¡Muchas gracias por el comentario! ¡Un beso!
A concept I haven't thought nearly enough about. Very inspiring.
ResponderEliminarhttps://csats.blogspot.com/
Hi! And thank you!
EliminarI find it really interesting how the same pattern shows up in a lot of stories, and with the hero's journey it's pretty easy to see how popular this particular frame is. Definetely worth a thought!
Thank you for the comment!
¡Hola! En cuanto he visto el título de la entrada he pensado en el Hobbit o ESDLA. Creo que las obras de Tolkien en general son una buena representación de este concepto.
ResponderEliminar¡Nos leemos!
¡Hola!
Eliminar¡Te comprendo perfectamente, a mí me pasó lo mismo! Mientras estaba escribiendo la entrada (sobretodo en la parte de las tres prinicpales) no podía dejar de pensar "El Hobbit. Esto es El Hobbit". Y luego al poner ejemplos... me tuve que contener para que no fuesen todos o de ahí o del Señor de los Anillos jajaja.
¡Gracias por el comentario! Un beso~
Hoal de nuevo!
ResponderEliminarMe he reído mucho con lo del levantamiento de cejas!! Si bien las 17 no se cumplen siempre (y menos ahora xD) pues el resumen en tres principales, sí. Ahí lo has clavado. Me ha encantado esta entrada. Muchas gracias!!
¡Hola!
EliminarUffff no te haces a la idea de lo que sufrí con esas partes. O sea, ya de por sí el estilo de Campbell es muy floreado y ya estaba poniendo así los ojos en blanco, pero cuando llegó a esa parte... uf, qué mala combinación, de verdad jajajaja. Y tienes razón, todas las partes en sí no tienen por qué cumplirse, pero cuando te pones a pensar en todas las historias que siguen las 3 principales... salen de debajo de las piedras jajaja.
¡Gracias por el comentario! Y un beso <3
¡Hola, Daffo!
ResponderEliminarQué entrada más completa. El viaje del héroe es un patrón por el que siempre caigo, no sé qué tiene pero me encanta. Aunque es cierto que no todos pueden conseguir una buena historia con esto y se puede volver repetitivo, pero hay otras geniales. Y en lo primero que pienso es en El señor de los anillos, eso que no lo he leído.
Un beso☕💗