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domingo, 4 de septiembre de 2022

"El rey cuervo", Maggie Stiefvater

Título:
El rey cuervo (#4)

Título original: The Raven King

Autora: Maggie Stiefvater

Saga: The Raven Boys

Idioma original: inglés

Editorial: SM

Año de publicación: 2017

Páginas: 472

Sinopsis: Gansey lleva años buscando un rey perdido. Y, una a una, va atrayendo a otras personas hacia su empeño: Ronan, que desvalija sueños; Adam, cuya vida ya no le pertenece; Noah, cuya vida ya no es vida; Blue, que lo ama... y sabe que está destinada a matarlo. Nada muerto es fiable. El juego final ya ha comenzado. Nada vivo es seguro. Los sueños y las pesadillas empiezan a converger. El amor y la pérdida son inseparables. Y la búsqueda rehúsa confinarse a un sendero fijo...


CONTIENE SPOILERS DE EL TERCER DURMIENTE

Desde que murió y resucitó en la línea ley, a cambio del asesinato de Noah, Gansey ha vivido obsesionado con encontrar al legendario rey Glendower, el cuál duerme en alguna parte de Henrietta. Durante su búsqueda ha sufrido muchos contratiempos, pero al mismo tiempo ha formado un grupo sólido de amigos que le han apoyado en su aventura: Ronan, el Greywaren o, lo que es lo mismo, un soñador capaz de robar objetos de sus propios sueños; Noah, o lo que queda de él; Adam, que se ha convertido en un mago a las órdenes de Cabeswater, el bosque mágico que nace de la línea ley; y Blue, una amplificadora de los poderes de los demás que vive rodeada de videntes. Se acerca el momento decisivo, el momento en el que deben encontrar por fin a Glendower y están preparados para ver qué les tiene preparado su sarcófago. Además, ahora mismo su búsqueda se ha convertido en una prioridad pues algo oscuro parece estar destruyendo a Cabeswater, el bosque mágico nacido de la línea ley, y todo lo que toca, lo que está afectando a Adam por ser su mago, a Ronan por alimentarse del bosque y a Noah por seguir presente gracias a su magia. Mientras que el deseo inicial que pensaban pedirle a Glendower era evitar la muerte de Gansey, cuyo espíritu vieron Blue y su madre recorriendo la línea de los muertos un año atrás, las cosas han cambiado y necesitan su ayuda para restaurar Cabeswater y acabar con lo que sea que lo está deshaciendo.

Estoy teniendo una mala racha en cuanto a continuaciones/finales de saga porque últimamente me estoy encontrando con que los que voy leyendo no están a la altura de las expectativas o simplemente no son tan buenos como los anteriores. Y para mi desgracia, el último libro que se incluye en esta categoría es la conclusión de The Raven Boys, cosa que me fastidia especialmente. He disfrutado muchísimo de esta lectura porque la prosa de Stiefvater, sus increíbles personajes y la mágica historia que nos presenta son magníficos y es imposible no enamorarte de sus páginas. Sin embargo, ha habido varios elementos que no me han terminado de convencer y que han hecho que, para mí, este desenlace no haya sido tan satisfactorio como cabría esperar. Lo más evidente es la cantidad de subtramas y personajes nuevos que añade que, bajo mi punto de vista, no aportan un verdadero valor al argumento y da la sensación de que están ahí para hacer bulto y darle mayor cuerpo al libro; pero, si los analizas fríamente, te das cuenta de que si lo quitas, la novela se mantiene tal cual. Un ejemplo de esto son dos personajes que aparecieron por primera vez en la tercera parte, Artemus y Gwenllian. Artemus resulta ser el padre de Blue y el mago que acompañaba siempre al rey Glendower cuando este vivía. Se hallaba en la cueva donde reposaba Gwenllian, quien es una de las durmientes a las que se refiere la profecía que se menciona también en la tercera parte y, a su vez, la hija de Glendower. Tanto Artemus como Gwenllian fueron personajes que desde el principio despertaron mi fascinación y de los que esperaba mucho más desarrollo en el cuarto libro, especialmente por parte de la princesa. Sin embargo, la autora termina convirtiéndoles en meros accesorios que se dedican a pulular por los escenarios sin aportar nada más allá de algunos diálogos surrealistas y algún que otro momento hilarante. No hacen nada relevante durante la narración y, como digo, si no hubieran aparecido tampoco se habría notado. Es verdad que en el caso de Artemus tiene un momento clave de cara al final, pero en realidad la conversación que tiene con Blue que termina convirtiéndose en la pista para despertar a Glendower podría habérsela dado cualquier otro personaje y habría tenido el mismo efecto. Mi sensación fue que eran personajes con mucho potencial para convertirse en secundarios muy potentes pero que la autora decidió no aprovecharlos o no explotarlos todo lo que merecían. Al darme cuenta de esto mientras leía, fui consciente de que no es la primera vez que lo hace a lo largo de la saga, pues algo similar sucede con Malory e, incluso, con Noah.

Malory, como ya comenté en mi anterior reseña, es un estudioso de Glendower que tuvo a Gansey, uno de los protagonistas, como pupilo y que reaparece en el tercer libro supuestamente para ayudar a este en su búsqueda. No obstante, nuevamente sus aportaciones son mínimas y no hace otra cosa que perseguir a Gansey allá donde va y, si acaso, tener una conversación acerca de sus respectivas investigaciones sobre la línea ley y la historia del rey. Al final del libro desaparece una vez más y no volvemos a saber nada más de él al margen de menciones esporádicas. El caso de Noah creo que es el más sangrante porque se supone que es una parte fundamental del quintento de protagonistas y es cierto que durante el primer libro su presencia es crucial, pero conforme avanza la historia, es evidente que va perdiendo protagonismo dado que no tiene demasiado que aportar ni a la búsqueda de Glendower ni a todo el conflicto que se desarrolla posteriormente, más allá de demostrar la corrupción de Cabeswater. También aparecen otros personajes que están ahí por estar como la niña huérfana o los trillizos Laumonier, de quienes no sabemos nada porque Stiefvater solo nos da migajas.

De igual manera, aparecen nuevas subtramas, como el negocio que hay sobre objetos mágicos, que surgen porque sí y que se supone que están para añadir más tensión y más problemas a los que ya tienen encima nuestros protagonistas, pero que al final se quedan en nada. Se mencionan de ocasionalmente en algún que otro capítulo y se resuelven de una forma precipitada y sin sentido; desaparecen con la misma aleatoriedad que aparecen en primer lugar. Ocurre igualmente con una relación amorosa que siento que la autora se saca de la manga. Nace entre dos personajes que son amigos y que en ningún momento se menciona que pueda haber algo más entre ellos; quizá es que no he sabido ver las señales, pero de todas las escenas que tienen juntos, en ninguna de ellas me dio pie a pensar que sus sentimientos pudieran ser más profundos, por lo que la escena del beso me dejó bastante fría y no me emocionó tanto como me hubiera pasado en cualquier otra situación y con cualquier otra pareja.
Por rescatar los aspectos positivos, que han sido bastantes pero no tantos como esperaba, en esta ocasión no tenemos capítulos introductorios que nos sitúan en la historia y en qué punto estamos, sino que la autora va directamente al grano, lo que hace que el lector quede atrapado desde las primeras páginas. El ritmo es ágil y se nos introduce a Henry como nuevo personaje que, al contrario de lo que ocurre en los casos que he mencionado, sí que tiene un buen desarrollo, una buena evolución y la autora consigue hacer que te guste, hasta el punto en que de forma natural lo incluye dentro del grupo protagonista y enseguida hace que encaje con el resto de cuervos sin que resulte disonante. El misterio de Cabeswater y lo que ocurre con él es intrigante, así como la angustia de saber qué va a suceder con el bosque y con los protagonistas una vez Glendower aparezca en escena. La pluma y la atmósfera onírica que crea Stiefvater sigue siendo igual de buena y le añade ese toque de magia a la historia, tan necesario para apreciarla en su totalidad.

Ahora bien, el desenlace fue del todo inesperado y no para bien. He de confesar que cuando encuentran a Glendower, cosa que sabíamos que iba a pasar desde el minuto uno, fue bastante decepcionante. Me esperaba una escena mucho más épica y memorable teniendo en cuenta todo lo que hemos tenido que sufrir y el camino tan largo que ha habido que recorrer para llegar al punto y final. Sin embargo, ese momento tan ansiado fue muy descafeinado, me dejó muy fría y fue como un "¿ya está? ¿Esto es todo? ¿Tanto recorrido para esto?". Este desencanto se compensa un poco con las escenas finales de nuestros chicos cuervos donde vemos un poco qué futuro les espera ahora que su objetivo principal se ha cumplido y se han graduado, pero sigue sin ser suficiente para paliar la conclusión.

El rey cuervo es un cierre de tetralogía que no ha estado a la altura ni de mis expectativas ni de los libros anteriores. Es un libro que me ha gustado y me ha tenido fascinada de principio a fin, pero el relleno de personajes y tramas y el encuentro con Glendower han hecho que pierda el potencial que tenía para ser un final perfecto.

6 comentarios:

  1. Me llama mucho está escritora y la tengo muchas ganas. Un beso enorme y feliz semana.

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  2. Hola :) desde hace años que he visto esta saga y me encantan las portadas, pero no sé por qué no me termina de llamar :O, sobre todo a medida que pasa más el tiempo. Quizá algún día, qué bueno que le hayas rescatado aspectos positivos :) Saludos.

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  3. Hola.
    Paso por encima de la reseña porque es el único libro que me falta por leer para terminar la saga y no quiero saber nada de nada.
    Nos leemos.

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  4. ¡Hola! Vaya, es una pena que te haya pasado esto la verdad, a mi me suele pasar mucho con las sagas, por eso leo muy pero que muy pocas.
    Besos :)

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  5. ¡Hola Kurenai!

    Aiiiins, igual llego un poco tarde porque he andado liada pero me encanta la nueva cabecera, super chula :D
    En cuanto a este final de saga, que pena que haya sido un poco decepcionante, o que no haya estado a la altura de lo que esperabas de la saga. He de decir que yo estos libros los abandoné después del segundo... no se, me maravillaba la premisa pero no lograba conectar.
    Veo que la autora ha metido demasiadas subtramas y personajes nuevos, lo cual no entiendo mucho siendo una última parte... ufff, rara vez eso sale bien. Y el tema del protagonismo de Noah madre mía, si ya lo notaba yo desde el segundo libro pues a ver en este jajaja
    En fin, una pena que no estés teniendo la mejor racha en cuanto a finales de sagas, espero que mejore la cosa ;D

    ¡besotes!

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  6. ¡Hola!

    En su momento me llamaba la atención este libro, pero creo que ahora lo dejo pasar.

    Un abrazo

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