Título: Wires and Nerve (#1)
Título original: Wires and Nerve
Autora: Marissa Meyer, Douglas Holgate y Stephen Gilpin
Saga: Crónicas Lunares / Wires and Nerve
Editorial: V&R Editoras
Año de publicación: 2017
Páginas: 240
Páginas: 240
Sinopsis: En su primera novela gráfica, la autora best seller Marissa Meyer extiende el mundo de Las crónicas lunares con una nueva historia llena de acción acerca de Iko, la androide con un corazón (mecanizado) de oro.
Cuando grupos rebeldes de soldados híbridos-lobos amenazan la tenue alianza de paz entre Tierra y Luna, Iko decide por sí misma cazar a los líderes de los soldados. Pronto está trabajando con un guapo guardia real quien la fuerza a cuestionar todo lo que conoce sobre el amor, lealtad y su propia humanidad.
Con apariciones de Cinder y el resto del equipo de la Rampion, este es un debo tener para los fans de la serie best seller.
CONTIENE SPOILERS DE CRÓNICAS LUNARES
Después de derrotar a Levana, Cinder (o Selene) ha sido coronada como la legítima reina de la Luna. Aunque la guerra ha terminado, el nuevo reinado de Cinder comienza envuelto en el caos. Debe solucionar todos los problemas que creó su predecesora, como restablecer relaciones cordiales y comerciales con la Tierra, ayudar a los habitantes de las ciudades exteriores y sacarlos de la pobreza, repartir el antídoto de la letumosis o supervisar la comercialización de un chip especial que evita que la gente pueda ser manipulada por el don lunar. Pero su problemática más acuciante es erradicar los incidentes violentos provocados por lo que queda del ejército de Levana, hombres manipulados genéticamente para ser convertidos en medio lobos que están causando destrozos en la tierra y se niegan a regresar a la Luna. Como gobernante, Cinder tiene muchos frentes abiertos al mismo tiempo, por lo que su mejor amiga Iko se ofrece como voluntaria para viajar a la Tierra y detener a los soldados de Levana para devolverlos a la Luna, una operación muy delicada debido a la desconfianza que los terrestres siguen teniendo en los lunares. Además, Iko es perfecta para la misión porque al ser un androide, si sufre cualquier percance puede ser reparada. Cinder no las tiene todas consigo porque los soldados son muy salvajes y peligrosos, pero finalmente acepta, sabiendo que Iko es su mejor baza. Así pues, en estas nuevas novelas gráficas dentro del universo de Crónicas Lunares acompañaremos a Iko y sus arriesgadas aventuras para atrapar a lobos mortíferos y así ayudar a su mejor amiga a restablecer la paz que tanto ansía.
Me hizo mucha ilusión descubrir que existen dos novelas gráficas pertenecientes a Crónicas Lunares porque esta saga se ha convertido en una de mis favoritas de fantasía y ciencia ficción y todo lo que tenga que darme la autora en referencia a estos personajes de los que tanto he disfrutado es siempre bienvenido. Además, que estén protagonizadas por Iko para mí es un añadido porque es uno de mis personajes predilectos y se merece ser la protagonista de su propia historia. Wires and Nerve se sitúa después de Winter, por lo que es necesario haber terminado la saga principal para no hacernos ningún spoiler. Con respecto a los relatos de Hasta las estrellas, estas novelas se sitúan justo antes del relato que funciona a modo de epílogo de Winter, (es decir, antes de Algo viejo, algo nuevo), pero no es necesario haberlo leído previamente. Lo más importante si tenéis intención de leerlos Wires and Nerve es, como digo, terminar los cuatro libros principales.
Tal y como he comentado, Iko toma las riendas en esta nueva entrega y su cometido es ser un enlace entre Cinder y los soldados modificados genéticamente que se niegan a regresar a la Luna. Consideran que, después de haber sido manipulados y separados de su familia, han sido abandonados por la familia real y no reconocen la autoridad de Cinder, creyendo que a ella tampoco le importa lo más mínimo su destino. El cometido de Iko es atraparlos para devolverlos a la Luna y que allí se sometan a un programa de integración que, si bien no hace que sus cambios físicos y psicológicos sean reversibles, por lo menos intentan que puedan volver a formar parte de la sociedad. Gracias a la labor de Iko, las reyertas violentas han disminuido considerablemente, pero tras meses enfrentándose a ellos, ahora tiene que superar un escollo del que solo ha visto la punta del iceberg. Un alfa desertor llamado Lysander Steele está convencido de que Cinder cuenta con la tecnología capaz de revertir del proceso y volver a transformarlos en seres humanos, pero que, al igual que su predecesora, esta se niega a ello porque pretende mantenerlos como soldados bajo su mando. No confía en la nueva monarca, sobre todo por ser pariente de la propia Levana, y ha comenzado su propia revolución para captar a otros soldados como él que están en contra de Cinder y piensan que está en sus manos el ayudarles. La única forma que tienen de amenazar a Cinder y acercarse a ella es atacar a sus aliados y amigos: Kai (que se esfuerza en retomar acuerdos comerciales con la Luna y en convencer a su pueblo de que los lunares ya no son peligrosos), Winter (que ahora es embajadora lunar en la tierra, junto con el inseparable Jacin), Cress y Thorne (que viajan en la Rampion a todos los rincones del planeta para repartir el antídoto de la letumosis) y Scarlett y Lobo (que llevan una vida tranquila cuidando de la granja de la abuela de Scarlett). Iko tendrá que impedir como sea que los planes de Lysander y su grupo lleguen a buen puerto y, sobre todo, asegurarse de no defraudar a Cinder y de no darle más problemas de los que ya de por sí tiene.
A nivel trama, me ha gustado saber qué pasa después de todos los problemas que tienen que sufrir Cinder y sus compañeros para arrebatarle el trono a Levana. Es muy habitual en las novelas de fantasía y/o ciencia ficción que su historia se corte una vez el protagonista ha logrado llevar a cabo con éxito su objetivo principal y el autor no suele ir más allá y contarnos el "¿y ahora qué?". Por eso, aprecio este tipo de "extras" que nos relatan qué pasó después, cómo Cinder vive con el hecho de que ha derrotado a la dictadora y ahora ella es la nueva reina de la Luna, a qué problemas se enfrenta por ostentar tanto poder y cómo resuelve la destrucción, desconfianza y horror que provocó su predecesora. Además, teniendo en cuenta el cariño que el lector termina cogiéndole a todos los personajes de Crónicas Lunares, es muy satisfactorio ver cómo evolucionan sus vidas y qué caminos escogen una vez su cometido ha sido completado. Sin embargo, las ilustraciones que dan vida a esta historia no me han gustado. También es verdad que juega en contra el diseño de personajes que se ha creado para las nuevas ediciones que se han hecho de esta saga, diseño que a mí personalmente me enamoró porque siento que capta a la perfección la esencia de sus protagonistas y que han sido dibujados tal cual me los imaginaba. Es bastante evidente que las ilustraciones de estas novelas gráficas no tienen nada que ver y aunque era algo que yo ya sabía cuando me adentré en ellas, no pude evitar sentirme un poco decepcionada.
Mi mayor problema con la parte visual fue, precisamente, el diseño de personajes. Siento que el ilustrador ha diseñado un molde que es idéntico para todos los personajes y solo se distinguen unos de otros por el corte de pelo y por sus ropas. Físicamente son iguales y en escenas donde aparecen varios de ellos, a veces me resultaba complicado saber quién era quién, sobre todo en cuanto a los chicos se refieren. Y esto me parece un error porque los personajes que ha creado Meyer tienen elementos tanto físicos como de expresión que los hacen muy diferentes entre ellos y muy reconocibles. Gestos muy característicos como Cinder mordiéndose la mejilla por dentro cuando está nerviosa o Cress intentando enrollarse mechones de pelo en las muñecas cuando está ansiosa (y dándose cuenta de que no puede porque tiene el pelo corto) desaparecen por completo en la novela gráfica. Los personajes de esta saga son muy expresivos y solo con su comportamiento corporal podemos comprender sus emociones o qué se les pasa por la cabeza, y ahora que se nos ofrece un medio mucho más propicio para expresarlo como es la ilustración, se desaprovecha en pos de unas ilustraciones planas, similares entre ellas que borran las diferentes personalidades y formas de expresión. Me da un poco de rabia que se haya desaprovechado la parte más importante de una novela gráfica, un aspecto que podría haber elevado muchísimo la historia pero que, al final, no ha aportado absolutamente nada y si Wires and Nerve hubiera sido una novela escrita convencional, el resultado habría sido el mismo. Incluso, quizá, mejor, porque la autora sí que habría dotado de mucha mayor personalidad y expresividad a sus personajes.
Me gusta mucho lo que nos cuentas del libro. Lo buscaré. Un beso y feliz día.
ResponderEliminarHola!! no sabía que tenía relación con las crónicas lunares, cuando termine de leer esa saga veré de que trata este
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