Autoras: Noemí Cambronero y Mireia Gutiérrez
Saga: Destino y fortuna
Editorial: Autopublicado
Año de publicación: 2021
Páginas: 468
Sinopsis: Existe una leyenda que se cuenta en todas las tabernas del océano Fortuna: hace cientos de años, tres capitanes piratas, conocidos como los Dueños de las Olas, reunieron todos sus tesoros y los escondieron en una isla protegida por una magia poderosa, que la borró de todos los mapas y la ocultó para siempre en los confines del océano. Los bardos siguen componiendo canciones sobre cómo más de mil tesoros están enterrados en la legendaria isla, siglos después de la muerte de esos tres capitanes.
Ira Moonborn, capitana del Cráneo del Dragón, ha decidido averiguar si las leyendas son ciertas y ha embarcado a su tripulación en un peligroso viaje bajo la promesa de que se convertirán en los piratas más ricos que haya conocido el mundo. Hace poco han dado con una pista que parece ser la definitiva. ¿Es posible que por fin la hayan encontrado?
Desde que Ira, capitana del barco Cráneo del Dragón, escuchó por primera vez la leyenda de los Mil Tesoros (un jugoso botín reunido a lo largo de los años por tres de los más grandes piratas), supo que su destino era encontrarlo. Ahora tiene una pista muy prometedora que le ha proporcionado una elfa un tanto sospechosa, pero la corazonada de que por fin está cerca del tesoro hará que embarque a toda su tripulación en la más grande y peligrosa aventura que han vivido hasta el momento. Rumbo a la isla, se toparan con una espesa niebla que los hará naufragar y solo sobrevivirán la propia Ira, los hermanos sshilah Áthalos y Vendredi, la robusta elfa y guardaespaldas de la capitana Thai’Brass, el mediano cocinero Flinn y el goblin de la tormenta Knaar. A Ira y a su ahora exigua tripulación no les quedará más remedio que explorar la misteriosa isla, dado que el resto de sus compañeros están muertos y el barco parece haber desaparecido sin dejar rastro. Al avanzar por el espeso bosque, se encontrarán con un templo, aparentemente la única construcción de aquel extraño lugar, y al adentrarse en sus profundidades confirmarán que han llegado a su destino y que es más que probable que si descubren sus misterios puedan alzarse victoriosos con el tan ansiado oro. Sin embargo Barbanegra, Theodore y Anne, más conocidos como los Dueños de las Olas, no permitirán que cualquiera toque su preciado tesoro y han dejado el templo lleno de trampas, acertijos y peligros. ¿Será capaz la tripulación del Cráneo del Dragón de sortear los obstáculos para llenarse los bolsillos?
Cuando las autoras contactaron conmigo para que leyera su novela, no me lo pensé demasiado. ¿Un libro de fantasía con piratas basado en una partida de rol? ¡Sí por favor! Y la verdad es que fue un gran acierto darle una oportunidad a esta historia y estoy segura de que el Océano Fortuna y sus habitantes todavía guardan muchas sorpresas interesantes que descubrir.
Ira Moonborn es la temida capitana del Cráneo del Dragón, una diju (humano con sangre de demonio) que, como todo pirata, disfruta de la aventura, las peleas y, sobre todo, la riqueza. Su tripulación no duda en seguirla allá donde va y la próxima misión les tiene a todos muy excitados, pues se trata de, nada más y nada menos, embarcarse en busca de un tesoro milenario; de una leyenda que corre como la pólvora entre las tabernas de mala muerte y que parece ser que hasta ahora nadie ha conseguido verificar. Los Dueños de las Olas (tres de los más grandes piratas de todos los tiempos) escondieron sus mil tesoros en una isla protegida con magia y oculta en la inmensidad del océano, una isla cuya ubicación Ira está dispuesta a hallar. No solo se guardan allí cofres rebosantes, sino algo más, algo que la capitana desea desesperadamente y un secreto que no está dispuesta a compartir con nadie más. En su travesía, el Cráneo naufragará y desaparecerá en misteriosas circunstancias, dejando en su camino numerosos cadáveres y escasos supervivientes. Pero ahora que están tan cerca de su objetivo, y obligados en parte por las circunstancias, los seis piratas no dudará en enfrentarse a los peligros de la isla mágica y salir de allí con los bolsillos llenos.
Las autoras nos presentan a un elenco de personajes de lo más variopinto. Ira es la capitana del Cráneo del Dragón, barco que antaño perteneció a su madre. Su especialidad es la nigromancia. Tiene un carácter fuerte, decidido, autoritario y, a veces, un poco intransigente. Su aspecto duro, su piel oscura sobre la cual luce una osamenta que ella misma se dibuja y sus cuernos debido a la sangre de demonio que corre por sus venas, contribuyen a su imponente e intimidante figura. Pero bajo esa máscara de dureza se esconden sus dudas, sus miedos, sus vulnerabilidades y la preocupación que siente por los miembros de su tripulación, aunque no lo demuestre. Está dispuesta a hacer cualquier cosa por conseguir el tesoro de los Dueños de las Olas, aunque no es solamente la riqueza lo que persigue. Su segundo de a bordo es Áthalos, un sshila (seres humanoides con escamas) descarado, seductor, que piensa más con los pantalones que con la cabeza, pero que vive volcado en su capitana y en su hermana. A simple vista puede parecer un cabeza de chorlito que solo piensa en calentar la cama, pero es alguien fiel que no duda en proteger a aquellos que le importan. Su hermana Vendredi es la médico del barco gracias a su magia. No obstante, sus capacidades curativas no le sirven para controlar su propia enfermedad, que la va mermando día a día pero que no hace mella en su terquedad y su deseo de vivir aventuras peligrosas hasta que no pueda continuar. Ha sido mi personaje favorito por su fortaleza, su personalidad discreta pero divertida y por su valentía. Flinn es el cocinero del barco, un mediano que guarda habilidades secretas más allá de la cocina y que, aunque al principio puede parecer un poco inútil teniendo en cuenta las capacidades de sus compañeros, demuestra tener unos cuantos ases bajo la manga la mar de prácticos (a parte de lo conveniente de llevar entre tus filas a alguien que sabe qué es o no comestible cuando estás perdido en una isla desierta). Thai’Brass es una elfa enorme y musculosa que se enroló en el Cráneo para salvar a su gente y que ha terminado convirtiéndose en una especie de guardaespaldas de Ira. Es parca en palabras, pero cuando habla, se hace escuchar. No dudará en ponerse en peligro con tal de proteger a su capitana. Y por último, pero no menos importante, tenemos a Knaar, un goblin chiquitajo que parece poquita cosa, pero que resulta ser un vigía excelente gracias a sus poderes como duende de la tormenta. Es muy hábil controlando el viento y no solo le sirve para manejar el barco, sino que es una poderosa y letal herramienta en combate.
El punto fuerte de esta novela es, sin duda, los personajes. Se nota el esfuerzo que han puesto sus autoras creándolos, atendiendo a detalles tan nimios pero importantes como sus gustos, sus atuendos, ademanes, expresión corporal o incluso sus particularidades a la hora de hablar. Esto se explica, en parte, por el hecho de que tanto la historia como los personajes proceden de una partida de rol y, aunque no soy experta ni mucho menos en el tema, me consta que crear personajes bien definidos y que se sustenten por sí mismos es una parte fundamental, algo que es fácilmente apreciable cuando los conoces en el libro. Así mismo, sus relaciones interpersonales están muy logradas, hasta el punto en que intuyes cómo se van a desarrollar los diálogos entre ellos, qué respuestas se van a dar o incluso cómo van a reaccionar ante ciertas situaciones. Esto hace que la experiencia de lectura sea magnífica porque te sientes formando parte de la tripulación y los percibes incluso como si fueran tus amigos y tú fueras uno más de la aventura. Para ahondar mejor en sus vidas, las autoras alternan unos cuantos capítulos ambientados en el presente (esto es, en la búsqueda del tesoro) con capítulos individuales donde se explora el pasado de cada uno de ellos para comprender mejor quiénes son y por qué han llegado hasta ese punto. Esto les da un extra de profundidad muy interesante que hace que el lector sepa mejor la carga que cada uno lleva sobre sus hombros y por qué toman según qué decisiones. Por lo tanto, podría decirse que lo más importante de La isla de los mil tesoros no es la aventura en sí, sino el cómo dicha aventura marca a cada uno de los personajes y la evolución que experimentan gracias a ella, no solo como entes individuales, sino como compañeros de navegación. Este viaje les sirve para descubrirse mejor a sí mismos y para fortalecer y desarrollar sus vínculos con los demás y es muy interesante ver cómo las autoras plasman eso a través de las diferentes pruebas que tienen que pasar en el templo. Lo que empieza como una búsqueda del tesoro, termina siendo una búsqueda de sí mismos. Otro punto a su favor que me ha gustado mucho es que todos son igualmente protagonistas. No hay ningún personaje que destaque por encima del otro y las autoras son capaces de mantener un buen equilibrio en cuanto al desarrollo de cada uno (aunque es inevitable que congenies con unos más que con otros). Además, han sabido dosificar la información de cada uno de ellos para que vayamos conociendo su pasado poco a poco y sin tener la percepción de que se nos dan demasiados datos de golpe.
En cuanto a la trama, es la típica historia de aventuras donde un grupo de piratas se enfrentan a diversos desafíos para lograr el botín que tanto ansían. Me ha recordado a una mezcla entre Piratas del Caribe (por todo el tema de la magia, de los personajes peculiares y la extraña desaparición del barco) e Indiana Jones (por la parte de aventurarse en un templo lleno de trampas y secretos). Es una novela con un inicio un poco lento, pero una vez arrancamos con la primera prueba que tienen que superar nuestros protagonistas, la acción toma forma y constantemente están sucediendo cosas, a cada cuál más trepidante que la anterior. Asimismo, los obstáculos a los que se enfrentan son muy diferentes entre sí, por lo que no se hace repetitivo y consiguen mantener la atención del lector, que está pendiente de saber qué les deparará a continuación. Es cierto que la trama en sí no brilla tanto como sí lo hacen los personajes, dado que al fin y al cabo es, como he comentado, el clásico libro de aventuras, pero esto no es nada negativo, al contrario, ya que está construida de tal forma que hace que los personajes destaquen aún más lo que, al fin y al cabo, es el punto fuerte. Es entretenida, con momentos de tensión, de peligro, escenas divertidas e incluso algunos capítulos plagados de misterio. Si acaso, lo que más he echado en falta es saber más acerca del mundo que han creado las autoras, pero tampoco es algo negativo per se, puesto que hay que tener en cuenta que es una primera parte y vendrán más libros detrás, por lo que hay tiempo de sobra para expandir el worldbuilding.
Otra cosa que me ha sorprendido es lo bien escrito que está. Cuando me enfrento a una autora novel (en este caso, Noemí tiene otras dos novelas publicadas, pero es la primera obra de Mireia), siempre voy sabiendo que es probable que no esté tan pulido como la novela de alguien que ha publicado en más ocasiones. Y más teniendo en cuenta que es un libro autopublicado y, como tal, no ha pasado por un trabajo de edición editorial (aunque recordemos que ser autopublicado no significa tener peor calidad, igual que publicar en una editorial debería ser sinónimo de calidad y está más que demostrado que no es así). Pero mis miedos desaparecieron de un plumazo ya desde el primer capítulo. Aun estando escrito a cuatro manos, no se nota en absoluto que detrás hay dos personas. Tanto el estilo de escritura como la preciosa edición, plagada de detalles e ilustraciones, han sido un gustazo de leer. Es una obra que lleva mucho trabajo detrás y se aprecia en cada página. Como colofón, al final han incluido un glosario de personajes (descritos por Ira) que ayuda al lector a ubicar quién es quién en el caso de que necesite recordarlo, sobre todo durante los primeros capítulos.
Pese a ser una primera parte, el final es bastante cerrado porque, si bien nos deja con ciertas incógnitas que se explotarán más adelante, lo que como lector quieres saber lo terminas descubriendo. Es el punto justo entre satisfacer nuestra curiosidad y dejar la puerta abierta para nuevas aventuras y misterios.
La isla de los mil tesoros supone un inicio muy prometedor. Con unos personajes complejos y cautivadores, una historia atrapante y llena de acción y de misterios, y una experiencia de lectura enriquecida gracias a algunos elementos de la partida de rol en el que se basa, no dejará indiferentes a los amantes de la fantasía, las aventuras y los piratas.
Hola! Pues al leer la sinopsis no me llamaba mucho la atención pero después de leer tu reseña me han entrado ganas de darle una oportunidad. Me encanta cuando hay un elenco de personajes tan trabajado y parece que la acción no se queda corta tampoco :)
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