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miércoles, 17 de abril de 2024

"Érase una vez un corazón roto", Stephanie Garber

Título: Érase una vez un corazón roto (#1)

Título original: Once Upon a Broken Heart

Autora: Stephanie Garber

Saga: Érase una vez un corazón roto

Idioma original: inglés

Editorial: Puck

Año de publicación: 2022

Páginas: 416

Sinopsis: Evangeline Fox se crio en la tienda de curiosidades de su amado padre, donde creció con leyendas sobre inmortales, como el trágico Príncipe de Corazones. Sabe que sus poderes son míticos, que vale la pena morir por su beso y que los tratos con él rara vez terminan bien. Pero cuando Evangeline se entera de que el amor de su vida está a punto de casarse con otra, se desespera lo suficiente como para ofrecerle al Príncipe de Corazones lo que quiera a cambio de su ayuda para detener la boda. El príncipe solo pide tres besos. Pero después del primer beso prometido de Evangeline, se entera de que el Príncipe de Corazones quiere mucho más de ella de lo que ha prometido. Y tiene planes para Evangeline que terminarán en la mayor felicidad para siempre, o en la tragedia más exquisita…



Evangeline Fox cree en el amor a primera vista, en los romances típicos de los cuentos de hadas y en los felices para siempre. Al fin y al cabo, así se forjó la mágica relación de sus padres. Está segura de haber encontrado todo eso en Luc, el chico amable, caballeroso y de gran corazón del que está enamorada y quien la ama con la misma intensidad. Así que cuando se entera de que su amado se ha comprometido con su hermanastra Marisol, su mundo se derrumba de la noche a la mañana. No entiende cómo ha podido cambiar de parecer y cómo es posible que haya fingido durante tanto tiempo un amor tan ardiente y puro como el suyo. Incluso llega a sospechar que ha podido ser hechizado, pues es la única explicación razonable que encuentra a semejante traición. Dolida y desconsolada, planea evitar la boda a toda costa. Para ello buscará a Jacks, el Príncipe de Corazones, un Destino cuya especialidad son los corazones rotos y que está dispuesto a hacer un pacto con ella: detendrá la boda a cambio de que Evangeline le deba tres besos que tendrá que darles a quien él quiera, cuando quiera y como quiera. Desesperada, Evangeline acepta aun sabiendo que hacer tratos con los Destinos es peligroso, pues son criaturas muy poderosas y traicioneras, pero está dispuesta a pagar el precio. Lo que no sospecha es que el precio es infinitamente más alto de lo que parece y que vincularse a Jacks hará que su trágica vida penda de un hilo.


Evangeline Fox aspira a conseguir un romance de cuento como el que encontraron sus ya fallecidos padres. Cree en la magia de las historias y en el amor eterno, pero su "fueron felices y comieron perdices" se agria cuando Luc, quien ella creía que era su media naranja, la traiciona comprometiéndose con su hermanastra Marisol. Incapaz de soportar la posibilidad de haber sido engañada y convencida de que se trata de algún tipo de hechizo, buscará al Príncipe de Corazones, un Destino especializado en los corazones rotos que no dudará en aceptar la propuesta de Evangeline de detener la boda a cambio de que esta se vea obligada a dar tres besos bajo sus condiciones. No obstante, como ella bien sabe los Destinos son criaturas engañosas, y la forma de Jacks para evitar el enlace consiste en convertir a todos los asistentes, incluidos los novios, en estatuas de piedra. Evangeline, horrorizada porque no quería que nadie sufriera ningún daño, se sacrifica tomando una poción que la convertirá a ella en piedra a cambio de que el hechizo sobre la ceremonia se revierta. Tras un tiempo, que se le hizo eterno, siendo una estatua, Veneno, otro Destino y amigo de Jacks, la rescatará de su ataúd de roca.

Después de esta experiencia traumática, Evangeline quiere pasar página. Al final, la boda de Marisol no se llevó a cabo porque cuando intentaron casarse por segunda vez, Luc fue atacado por un lobo y tras ese incidente, el joven se marchó de la ciudad. Ahora Marisol es conocida como la Novia Maldita y Evangeline guarda el terrible secreto de su boicot, por lo que decide enterrar el hacha de guerra y reconciliarse con su hermanastra sin volver a mencionar el suceso. Cuando la emperatriz de Valenda ofrezca a Evangeline viajar al Glorioso Norte, esta encontrará en esta misión la oportunidad que buscaba para empezar desde cero y encontrar su final feliz en otra parte. El príncipe Apollo está buscando a su futura esposa, para lo cuál va a celebrar una serie de bailes y encuentros con candidatas venidas de todas partes. La emperatriz cree que Evangeline es perfecta como representante de Valenda y esta, deseosa de encontrar un nuevo amor, no dudará en aceptar la propuesta. Se llevará con ella a Marisol para dejar atrás el pasado y estrechar lazos con su hermanastra, así como alejarla de los rumores surgidos tras su boda fallida y de su cruel madre. Pero la felicidad que siente Evangeline por poder escapar al Glorioso Norte y borrar los últimos meses se tornará amarga cuando durante el primer baile de presentación de las candidatas, se tope con Jacks. El Destino parece ser amigo cercano del príncipe Apollo y no se ha olvidado de que Evangeline tiene un trato que cumplir, por lo que no dudará en cobrárselo en cuanto tiene la oportunidad.

Si os habéis leído Caraval, la trilogía previa a esta que transcurre en el mismo universo, podría decirse que Evangeline es una mezcla entre las hermanas Dragna que la protagonizan. Es dulce, inocente, apasionada de los cuentos de hadas, que confía en la bondad de los demás y en la magia del amor. También es decidida, valiente y pone por encima el bienestar de aquellos a quien quiere, incluso aunque eso signifique que ella tiene que salir herida en el proceso. Quizá lo más egoísta que ha hecho en su vida ha sido depositar su dolor en un Destino para sanar su corazón y ahora está sufriendo las consecuencias de sus actos. Pese a que culpa a Jacks por retorcer su deseo y jugar con sus sentimientos, ella es muy consciente de lo que ha hecho a causa de su desolación y va a esforzarse por revertirlo y por asumir y enmendar los resultados de su pacto. Los besos de Jacks a través de los labios de Evangeline son peligrosos por la magia que encierran (manipulan las emociones de las personas besadas para que sufran un encandilamiento enfermizo por quien les besa) y aunque no puede evitar cumplir su parte del trato, intentará por todos los medios que la persona afectada sufra lo menos posible por sus errores. Evangeline es un personaje que me ha gustado muchísimo porque está constantemente batallando por la moralidad y la ética de sus actos, al tiempo que sabe que no puede huir de ello. Quiere hacer lo posible por ayudar a revertir los efectos de su deseo e, incluso, se esforzará para tener a Jacks lo más controlado posible y evitar que otras personas a su alrededor se dejen llevar por las promesas del Destino.

Jacks es, sin duda, el personaje más interesante de esta trilogía. Ya lo conocimos en Legendary, el segundo libro de Caraval, y fue uno de mis favoritos y de los que más misterio encerraba junto con Legend. Por ese motivo, estoy encantada de que en estos libros sea coprotagonista, no solo porque podemos conocerle mejor, sino porque, además, su presencia y su afán por jugar al despiste, engañar y manipular la realidad, le ha dado muchísimo juego a la novela. Jacks es conocido como el Príncipe de Corazones, un Destino que estuvo durante muchos años atrapado en la Baraja del Porvenir junto con el resto de Destinos. Su magia está relacionada con el desamor y dice la leyenda que sus besos son mortales, excepto para su amor verdadero, la única que hará que su corazón vuelva a latir. Cuando Evangeline acude a él, no dudará en aceptar su proposición de detener la boda; su pago será besar a tres personas bajo sus condiciones. Para recordarle su trato, grabará en su muñeca tres cicatrices de corazones rotos. Sin embargo, conforme Jacks vaya eligiendo a sus víctimas, nos iremos dando cuenta de que no son aleatorias y de que parece que está buscando algo y que Evangeline es un herramienta para lograr su objetivo. Jacks es hermético, retorcido, frío y distante, por lo que es muy complicado entenderle y saber qué es lo que quiere. Esto te permite ir forjando, junto a la protagonista, diversas teorías para explicar cuál es el verdadero deseo del Destino y cómo encaja Evangeline en todo esto. No solo eso, sino que es un personaje muy engañoso, por lo que juega con la percepción del lector y con nuestras emociones constantemente. Eso lo convierte en alguien muy gris y de moralidad cuestionable, que te hará plantearte si lo amas o lo odias. Nunca sabes cuáles son sus intenciones y esa es parte de la magia de este personaje y de este libro.

Por otro lado, tenemos a Luc, Marisol, LaLa y Caos como personajes relevantes. De Luc apenas sabemos nada, solo lo que nos cuenta la propia Evangeline: un joven al que es inevitable odiar teniendo en cuenta que ha traicionado el amor de Evangeline para casarse con su hermanastra. A priori, parece un personaje que está ahí simplemente como detonante de todo lo que sucede después, por lo que te olvidas rápidamente de él. Sin embargo, hace una reaparición deslumbrante en un momento determinado del libro y, a raíz de ahí, tendrá mucha más presencia y razón de ser. Me alegra que la autora no lo creara con un propósito específico para luego borrarlo del mapa, sino que realmente forme parte del libro. En cuanto a Marisol, es la hermanastra de Evangeline y nunca han tenido una relación demasiado estrecha. A raíz del deseo frustrado de esta para detener la boda, Evangeline se siente muy culpable por lo sucedido y es consciente de que, en realidad, Marisol es una víctima más, en este caso de su propia madre, quien la desprecia y solo la usa para casarla con un buen partido. Debido a esto, Evangeline quiere borrón y cuenta nueva en su relación con su hermanastra, por lo que la invitará a ir con ella al Glorioso Norte, viaje que aprovechará para estrechar lazos y tratarse por fin como familia y no como completas desconocidas. Marisol es un personaje que, desde el inicio, no te da buena espina. Ya no es solo el hecho de que se vaya a casar con Luc y que no sepamos muy bien cómo y ni en qué momento ha surgido ese romance, sino que tiene actitudes un tanto sospechosas que nos mantendrán en vilo durante toda la obra, sin saber si son simplemente imaginaciones nuestras (y, por ende, de Evangeline) o si verdaderamente esconde algo.

De LaLa no os puedo contar demasiado porque es mejor que lo descubráis vosotros, pero sí puedo deciros que es un personaje al que le cogí muchísimo cariño y la sientes como si fuera tu mejor amiga, alguien en quien puedes confiar y con quien conectas enseguida. Caos también es un personaje con el que es mejor ir a ciegas; su figura está rodeada de sombras y atractivo y pese a saber desde el inicio que sus intenciones no son buenas, juega a esa doble vertiente igual que hace Jacks, despistando constantemente para que no sepamos a qué atenernos. Por supuesto, al ser un spin off de Caraval, también tendremos apariciones estelares y referencias a la trilogía principal, conexiones que personalmente disfruté mucho y me hicieron mucha ilusión (aunque estás se dan al principio del libro y no tienen relevancia ninguna).

Referente a esto último, en el caso de que os estéis preguntando si es necesario haberse leído la trilogía de Caraval para poder entender Érase una vez... la respuesta es que no. Evidentemente, hay vínculos y guiños entre los libros, pero la trama, el mundo y los personajes se sostienen por sí mismos. Todo lo que necesitas saber sobre lo que ocurrió en libros previos (que realmente es muy poco) la autora lo explica para que no te falte información. Por lo tanto, son trilogías que se pueden leer de forma independiente la una de la otra. Eso sí, como podréis imaginar, Érase una vez... contiene spoilers importantes de la trilogía principal, por lo que si bien no es necesario leerse los libros de Caraval para adentrarse en el spin off, sí que es importante que tengáis en cuenta que, si decidís empezar por aquí, no podréis leeros la trilogía principal después. O bueno, en realidad sí que podéis hacerlo, pero sabiendo ya de entrada cómo van a terminar ciertos personajes o ciertas subtramas. Por lo tanto, mi recomendación es que os leáis el spin off solo si estáis seguros de que no queréis leer Caraval, dado que leerlo a la inversa os estropeará la experiencia.

Regresando a Érase una vez... su argumento es más complejo de lo que parece. Detrás del deseo de Evangeline y de que todo inicia debido a su corazón roto, hay muchísimo más, un enredo complejo y muy cuidadosamente planeado que tiene que ver no solo con Jacks, sino también con algo que se oculta en el Glorioso Norte. El anhelo de nuestra protagonista de reiniciar su vida en otras tierras terminará no siendo tal, porque se verá envuelta en una tela de araña en la que no era consciente estar cayendo y de la que ahora no podrá escapar. Esto hace que una aparentemente simple novela de fantasía y venganza, se convierta en algo mucho más complicado, rodeado de múltiples misterios que invitan al lector a hacerse sus propias teorías acerca de lo que está ocurriendo, de si los personajes están ocultando algo y, de ser así, qué es ese algo. En este sentido, me ha parecido una novela muy "interactiva" dado que da pie a seguir las pesquisas de Evangeline y hacer hipótesis al respecto. Por lo tanto, te mantienes enganchado de principio a fin y es una obra que te bebes porque necesitas saber más y comprobar si tus suposiciones, junto con las de la protagonista, son correctas. Además, constantemente están sucediendo cosas y hay diversos giros de trama que te impiden despegarte de las páginas. Como he comentado antes, Jacks es muy carismático y misterioso, lo que ayuda a mantener la tensión y a no poder para de leer. La relación entre el Príncipe de Corazones y Evangeline también es magnífica, repleta de incertidumbres y tiras y aflojas. Evangeline no quiere confiar en Jacks y hace lo posible por permanecer alejada de él, pero parece que el destino no se lo quiere poner fácil y cuánta más distancia quiere poner de por medio, más enredados parecen sus caminos. Jacks, por su parte, es un alguien traicionero y poco fiable, por lo que jugará al despiste constantemente, además de con los sentimientos de la propia Evangeline. Estos forcejeos y vaivenes entre ambos harán que el libro sea mucho más jugoso. Además, aquí nos encontramos con un triángulo amoroso muy interesante que, si bien ya te imaginas cómo va a terminar y quién va a elegir a quién, a mí por lo menos me hizo sufrir porque todos los implicados me gustan mucho (cada uno a su manera) y yo no quería que ninguno saliera perdiendo (aunque al final es inevitable). Hacía mucho que no me sentía satisfecha con cómo se desarrollaba este cliché y que un triángulo amoroso me ponía realmente en un brete.

Se nota muchísimo lo que ha mejorado Stephanie Garber como autora de una trilogía a otra. No solo porque ha creado una trama más elaborada, sin cabos sueltos y con personajes que actúan con lógica y no solo para cumplir su misión y ya, sino también en cuanto a la expansión del worldbuilding. El mundo mágico que crea me pareció fascinante ya en la trilogía principal, pero se me quedaba corto. En especial el tema de los Destinos, ya que es una mitología muy atrayente y de la que yo quería saber más. Ahora, la autora ha desarrollado aun más su historia, puesto que su existencia y las consecuencias de la misma es un eje central en este spin off, por lo que en ese aspecto estoy muy satisfecha. Por otro lado, nos alejamos de Valenda para explorar el Glorioso Norte, unas tierras deslumbrantes y seductoras que no solo están llenas de magia, sino también de leyendas. Estas lo son todo y constituyen la base de su cultura. Nos adentraremos en la historia de los Valor, la familia más poderosa y querida por el pueblo que cayó en desgracia de una forma muy misteriosa; o en la maldición de las historias, que provoca que los textos escritos cambien constantemente sin poder saber nunca qué había en ellos originalmente, o que ciertas historias no puedan ser transmitidas de forma oral porque las palabras se tergiversan y termina habiendo mil versiones diferentes. El estilo de escritura de Garber también ha mejorado mucho. Sigue siendo igual de onírico y lleno de metáforas, pero mucho menos cargante y empalagoso que antes. Sabe medir mejor sus palabras y sus descripciones, lo que hace que la lectura sea deliciosa y un placer. En cuanto al final, la novela termina en un cliffhanger tan intenso y tan bien construido que fue cerrar este libro y empezar de inmediato el siguiente, algo que hacía muchísimo tiempo que no me ocurría con ninguna saga. Es verdad que es un poco confuso porque la autora intenta enredarlo todo tanto para despistar al lector y para añadirle más capas de complejidad a la trama, que a veces siento que confunde, en el mal sentido, más que otra cosa. Pero esa es parte de la gracia y lo que me empujó, por otro lado, a empezar la segunda parte sin dilación.

Érase una vez un corazón roto es un inicio de trilogía sencillamente espectacular. Mantiene la esencia de todo lo que me maravilló en Caraval, pero mejorado y extendido. No he encontrado ninguna pega a esta novela mientras la leía, quizá que se me quedó hasta demasiado corta, y me ha hecho recordar la sensación tan increíble que supone empezar una saga y desear terminártela toda del tirón sin interrupciones.

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