La falta de tiempo parece una excusa arraigada en el mundo de blogger. Sin embargo, cuando entras en él te das de bruces con la realidad. Por mucho que nos guste nuestro rinconcito, a veces somos demasiado conscientes de que esto es solo un pasatiempo y "la vida real" nos consume tanto que en ocasiones no podemos dedicarnos al blog tanto como nos gustaría. Y ese está siendo mi caso. Por mucho que quiera pasarme por aquí, la universidad me zarandea y me obliga a prestarle toda mi atención, así como otros múltiples proyectos y la responsabilidad de la independencia. El monstruo de la adultez ha llamado a mi puerta y ocuparme de todo esto me resta un preciado tiempo. Así que cuando tengo un respiro, lo normal es que lo último que me apetezca sea sentarme al ordenador a escribir. Además, el problema ya no es solo ese, sino que no estoy leyendo.
Antes usaba mucho el transporte público porque tenía tantos compromisos fuera que apenas pasaba por casa. Hasta que me di cuenta de que no podía más y debía cortar con todo eso, por lo que ahora solo lo uso para ir a la universidad o cuando salgo a divertirme (poco, para qué engañarme). Así que aunque me trago mis dos horitas diarias de tren para llegar a la universidad, tampoco entonces puedo leer porque siempre hay alguien que me acompaña. Y claro, me parece bastante feo ponerme en sus morros a leerme un libro, a pesar de que alguna que otra vez lo he hecho porque no soportaba tener el libro en la mochila y no cogerlo. El problema está en que cuando estoy en casa tengo tantas cosas que hacer y de las que estar pendiente que no encuentro un instante de sosiego en el que pueda sentarme tranquilamente a leer. A veces he llegado a leer mientras desayunaba (esos días gloriosos en los que no he tenido universidad, véase los fines de semana) para aprovechar el tiempo. Menudo nivel. Entonces por mucho que quiera escribir en el blog, tampoco tengo tema ya que no leo y hace meses que no veo anime (el último fue Devilman).
Eso de que no leo no es exactamente así tampoco. Llevo meses atascada con Prince's gambit, la segunda parte de Captive Prince, porque me lo estoy leyendo en inglés y, voy a ser honesta, me da mucha pereza. Dado que mi tiempo para dedicarme a la lectura es casi inexistente, lo último que me apetece es leer en inglés porque avanzo más lento y me frustra. Antes cuando tenía más lo intentaba con más entusiasmo, pero ahora lo rechazo. Si sigo empeñada en leerme un par de páginas de vez en cuando es por mi terquería en leer en inglés y porque me lo han prestado. Sobre todo por esto último. Así que como estaba desanimada porque no avanzaba pero también pululaban en mí esas ansias lectoras, hace unas semanas comencé Hijo dorado, la segunda parte de Amanecer rojo. Con esta novela volvemos al mismo dilema, estoy muy enganchada pero no encuentro un instante en que mandar todo a la porra y dejarme llevar por la lectura. He aquí mi drama, especialmente cuando, cada vez que me meto a Goodreads, este me recuerda que voy 5 libros por debajo de mi reto. Así que espero poder ponerme las pilas y regresar pronto con nuevo contenido.
Hola
ResponderEliminarEntiendo perfectamente lo que te pasa, luego de 3 meses por fin estoy regresando y es que la adultez es más dificil de lo que parece.
Suerte!
Ataque Friki