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jueves, 19 de abril de 2018

"Hijo dorado", Pierce Brown

Título: Hijo dorado (Amanecer rojo #2)

Título original: Golden son

Autor: Pierce Brown

Saga: Amanecer rojo

Editorial: RBA

Año de publicación: 2015

Páginas: 640

Sinopsis: Tras una implacable competición en el Instituto de Marte, Darrow se ha ganado un puesto de honor entre la élite gobernante. Ahora luce la cicatriz curvada de los dorados, los más crueles y brillantes de los humanos. Pero Darrow no es como ellos…

SU FUTURO SE HA CONSTRUIDO SOBRE MENTIRAS,
SU PASADO ESTÁ MARCADO POR LA TRAGEDIA.
Y NO PERDONA. NO OLVIDA.

Para hacer realidad su objetivo de destruir el sistema desde dentro, Darrow debe convertirse en el mejor de los dorados. El más fuerte. El más inteligente. El más implacable. Solo así devolverá la luz a su pueblo. Aunque su sombra se torne más oscura a cada paso.

VALOR ESTRATEGIA PODER
CUANDO ALCANZAS EL CIELO DORADO
EMPIEZA LA CAÍDA.


CONTIENE SPOILERS DE AMANECER ROJO

Estoy escribiendo esto desde el hype más absoluto porque hace tan solo unos segundos que he cerrado el libro. Y solo puedo decir guau. Cuando empecé Hijo dorado no lo hice con buen pie pues, a pesar de que la reseña del primer libro la subí al blog a principios de año, en realidad hacía mucho tiempo que me había leído Amanecer rojo. Tenía muchas cosas difusas en mi mente y recordaba solo las cuestiones generales. Lo que más se me había olvidado era la miriada de personajes que pululaban alrededor de Darrow, por lo que el inicio de esta segunda parte se me hizo duro. A eso hay que sumarle que había transcurrido un periodo narrativo de dos años entre ambas historias, por lo que yo andaba un poco perdida. Otra cosa que me complicó un poco la lectura fue el hecho de que mi elemento favorito del libro anterior, la mitología clásica, no está aquí tan presente. A pesar de que la historia transcurre en una sociedad muy avanzada tecnológicamente, el grueso de Amanecer rojo son las pruebas de la Academia, el sobrevivir sin ningún tipo de ayuda moderna y basándose en la mitología grecolatina. Con lo cual, al introducirme de bruces en una lucha de naves que surcan el cielo me sentí descolocada. A pesar de esto y de que me costara tanto reconectarme con la historia y volver a reubicarme, enseguida recuperé el hilo y pude seguir bien la historia. Algo que agradezco al autor es que, de manera sutil, siempre mete pinceladas de lo que ocurrió durante el primer libro, los acontecimientos, personajes etc... De esta forma es más fácil introducirse en la lectura porque el esfuerzo que tienes que hacer para acordarte de todo es menor.

Nos encontramos con que han pasado ya dos años desde que Darrow consiguió sobrevivir a la Academia. Ahora está bajo el estandarte y la protección de Augusto, comportándose como un verdadero dorado y cumpliendo a la perfección su papel. Sin embargo, las rivalidades entre la casa de Augusto y los Belona están en su máximo apogeo y cuando Darrow pierde contra ellos en un ejercicio de simulación, Augusto decidirá destituirle. Esto frustra por completo sus planes ya que dejaría de estar en una posición elevada dentro de la Sociedad y esto es vital para continuar destruyéndolos desde dentro, tal y como quiere Ares. Tras una serie de alianzas y de recuperar su estatus y el favor de su casa, el Segador comienza a idear y maquinar lo que tanto tiempo llevaba esperando: crear una guerra civil. Aprovechará la creciente desconfianza ante la emperatriz Octavia, la codicia y orgullo de su amo y las rencillas entre los Belona y la casa Augusto para tejer una suerte de desconfianza y malestar entre los dorados que les lleve a cuestionarse unos a otros y a disputarse el poder. Esto, a su vez, derivará en una lucha por la dominación que dará ventaja al caos que quieren crear los Hijos de Ares. Darrow por fin está rozando con la punta de los dedos los sueños de su esposa Eo. Ahora es su turno.


-Hago lo que necesito hacer. Ni más ni menos. Y necesito un caudillo. Yo seré Odiseo. Tú serás Aquiles.
-Aquiles muere al final.
-Pues aprende de sus errores.

Las cualidades y habilidades que había demostrado el Segador durante su formación quedan patentes y brillan con luz propia en Hijo dorado. Darrow es inteligente, un magnífico estratega, sabe analizar las situaciones y quién puede ser aliado o enemigo. Aunque se sienta perdido, solo o sin amigos, nunca abandona el camino y sabe perfectamente qué es lo que quiere conseguir y por qué está donde está. Aun así sigue siendo humano y, lo más importante, sigue siendo rojo. Exteriormente puede parecer un asesino implacable, un soldado nato tocado por los dones de los Marcados como Únicos; sin embargo, Darrow tiene corazón y. peor aun en su posición, ética. La problemática entre lo correcto y lo que tiene que hacer es una constante a lo largo de toda la novela y me ha encantado porque nos muestra a un personaje complejo y muy humano. Es despiadado y cruel cuando tiene que serlo. sí, pero es plenamente consciente de que mata hombres, no colores ni razas ni estratos sociales. Finge haberse convertido en un monstruo para ganarse el favor de los que deben ayudarle en su misión sin que ellos lo sepan. Pero en el fondo su humanidad y el amor que mantiene por su mujer siguen formando parte de él. Su desarrollo me parece maravilloso, ahora está más imbuido en la realidad de la Sociedad y me encanta la manera en que lidia con ello sin perder su verdadero yo.

También me gusta cómo se plantea sus sentimientos por Mustang debido al miedo que tiene por Eo, la razón que le ha llevado hasta donde está. Darrow aprende a sobrellevar su pérdida y, aunque la sigue amando, se da cuenta de que debe avanzar, de que tiene que aprender a vivir en un mundo sin Eo. La manera en que Brown ha tratado el amor me ha parecido preciosa y delicada. A pesar de que no es un elemento fundamental dentro del libro, sí que adquiere importancia a su debido momento pues es el amor, al fin y al cabo, el que lo inició todo para Darrow; y la forma en que Brown lo mima es maravillosa.


Pero no puedo pensar únicamente en la chica roja. Cuando veo la luna, pienso en el sol: Mustang arde en mis pensamientos. Si Eo olía a óxido y barro, la chica dorada es fuego y hojas otoñales. Parte de mí desearía que recordara solo a Eo. Que mi mente le perteneciera y así pudiese ser como uno de esos caballeros de leyenda. Un hombre tan enamorado de una mujer desaparecida que cierra su corazón a todas las demás. Pero no soy esa leyenda. En muchos sentidos, sigo siendo un crío, perdido y asustado, que busca calor y amor. Cuando noto el lodo, honro a Eo. Y cuando veo fuego, recuerdo el calor y el titilar de las llamas sobre la piel de Mustang mientras yacíamos en nuestra cámara de hielo y nieve.

Nos reencontramos con viejos personajes (Tacto, Roque, Sevro...) que tienen en común su evolución. Conocemos a personajes nuevos que le dan una vuelta de tuerca a la historia, ayudan a que esta se vuelva más completa y contribuyen al desarrollo de Darrow. Otra vez hay una gran cantidad de nombres que recordar y nuevos amigos y enemigos que pululan en torno a las hazañas y desventuras del Segador. Lo que más me ha impresionado es, precisamente, que yo pensaba que el autor no me podía impresionar más. Amanecer rojo me fascinó por su originalidad, por todo lo que podía aportar la trama, los entresijos marcianos y el protagonista. Después de eso creí por error que no me volvería a pillar por sorpresa. Pero Brown tiene muchos ases en la manga y este libro está plagado de intrigas, traiciones y descubrimientos espectaculares a cada salto de página. A pesar de que las escenas violentas no son tan retorcidas y macabras como durante la Academia, en esta guerra de casas rivales hay sangre, mucha sangre. De hecho, Hijo dorado me ha parecido aun más violento por la cantidad de muerte que deja a su paso, aunque es cierto que Amanecer rojo tenía ese punto más cruel. Es imposible parar de leer porque aunque lo quieras, el autor te prepara otro giro inesperado que te impide despegar los ojos y saber qué va a ocurrir. Casi el final de cada capítulo hay un cliffhanger y deseas saber más. ¿Quién es amigo de Darrow de verdad? ¿Quién está confabulando a sus espaldas? ¿Descubrirán su secreto?

Y el final... qué puedo decir del final. Era una cosa que yo en lo personal me esperaba pero a la vez no. Era algo que tenía que ocurrir tarde o temprano pero como lector tenías la esperanza de que no sucediera, o al menos no de esa forma. Sin duda, el autor sabe dejarte con la miel en los labios y con unas ganas inmensas de echar mano de Mañana azul. Por supuesto la pluma vuelve a ser estupenda, delicada en los más sentimentales y suaves e insidiosa y ponzoñosa como una serpiente cuando la Sociedad ataca con toda su moral corrupta. Es una verdadera delicia leerle.

¿Debería leerlo?

Brown no decepciona y ha creado una obra trepidante, apasionante y absolutamente fabulosa. La historia del Segador es cada vez más impresionante y compleja y no puedo esperar para saber qué deparará el desenlace de la trilogía.

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