Título original: Crown of Midnight
Autora: Sarah J. Maas
Idioma original: inglés
Saga: Trono de cristal
Editorial: Hidra
Año de publicación: 2021
Páginas: 512
Sinopsis: Celaena Sardothien se ha convertido en la campeona del rey, aunque dista mucho de ser leal a la Corona. El rey es perverso, y Celaena, atrapada en la red de intrigas y misterios del castillo de cristal, no puede confiar en nadie, ni siquiera en el príncipe Dorian, en el capitán de la guardia, Chaol, o en su amiga, la princesa Nehemia. Cuando algo absolutamente inesperado suceda, Celaena se verá obligada a decidir de una vez por todas a quién ofrecerle su lealtad… y por quién luchar.
Cuando a Celaena le propusieron salir de las minas de sal y conmutar su castigo siendo la Campeona del rey, no se lo pensó demasiado. Después de todo, tampoco tenía muchas alternativas. Tras una dura prueba y enfrentamiento contra guerreros igual de fuertes que ella, consiguió salir vencedora y se convirtió oficialmente en la asesina del rey. Sin embargo, que sea su verdugo no significa, ni mucho menos, que coincida con su forma de pensar y de ver las cosas. Su primer gran desafío será encontrar y asesinar a un grupo de rebeldes que están supuestamente confabulado para acabar con la vida del rey de Adarlan. Que trabaje para él no es indicativo de entregarle su fidelidad, por eso terminará cumpliendo las misiones pero a su manera, equilibrando en la medida de lo posible las órdenes reales con sus propias convicciones. Además de lidiar con las peticiones del rey, seguirá inmersa en sus pesquisas acerca de la magia que parece emanar del castillo. Después de que uno de los participantes del torneo usara magia olvidada para crear un monstruo llamado ridderack con la intención de acabar con Celaena, esta se ha dado cuenta de que no está tan extinta como parece y que la tumba de la antigua reina legendaria oculta en los sótanos del castillo guarda secretos peligrosos que la asesina tiene que desentrañar si quiere entender qué es lo que está sucediendo.
Celaena por fin ha salido de las minas de sal donde llevaba tiempo encerrada y cumpliendo condena por culpa de una traición. Aunque el precio de la libertad haya sido convertirse en la asesina del rey de Adarlan, su mayor enemigo, al menos le queda el consuelo de que su contrato es temporal. Mientras actúe de verdugo, tendrá que eliminar a quien este dictamine. No obstante, Celaena no está de acuerdo con matar gente inocente cuyo único delito es no estar de acuerdo con un dictador, por lo que, gracias a diversas tretas, convencerá al rey de que ha cumplido su mandato mientras ayuda a sus víctimas a escapar del reino y ocultarse con una nueva identidad. Sabe que lo que está haciendo es peligroso y que si se descubre, la próxima en morir será ella, pero no quiere vivir con el remordimiento de haberse manchado de la sangre de inocentes por culpa de un monarca caprichoso que teme cualquier ápice de rebeldía. Sin embargo, la nueva víctima de la que tiene que encargarse le supone un quebradero de cabeza. Se trata de Archer, un antiguo conocido que trabaja como prostituto en las altas esferas y que gracias a su posición y a lo cotizado que está por los poderosos, obtiene todo tipo de información de sus clientes, información delicada y peligrosa. Obviamente Celaena no está dispuesto a matarlo, pero sí que tiene un gran interés en saber el motivo por el cuál el rey quiere su cabeza, por lo que alargará su misión lo máximo posible para averiguar qué se trae entre manos su viejo compañero. Será así como descubra que Archer conoce a gente que está dispuesta a iniciar una revolución para expulsar al dictador del trono, una revolución en la que la asesina se verá envuelta sin pretenderlo.
Si recordáis mi reseña del primer libro, aborrecí Trono de cristal. La trama era confusa y estaba mal explicada, la construcción del mundo era un desastre porque la autora nos daba pinceladas sueltas aquí y allá con las que era muy difícil entender cómo funcionaban elementos tan vitales como la magia, los personajes eran planos y desabridos y la protagonista me resultó una niñata insufrible que me amargó la experiencia de lectura. Aún así, como el consenso general es que la primera novela es la peor y luego va mejorando, decidí darle otra oportunidad. Y menos mal que lo hice porque en Corona de medianoche he podido entender por qué hay tanto fan de los inicios de Sarah J. Maas.
Celaena me ha parecido un personaje mucho más maduro, acorde a su edad (dieciocho años) y a todos los traumas que conforman su vida. Asesinada su familia, exiliada de su pueblo y despojada de su identidad tras la caída de Terrasen, fue encontrada moribunda por Arobynn, Rey de los Asesinos, quien la convirtió en una de sus mejores armas. Aprendió a robar y a matar a una temprana edad, sometida a un duro entrenamiento que le acarreó cierta fama en los bajos fondos. Tras ser traicionada, fue condenada a una vida de esclavitud en las minas de sal, de la que pudo salir a cambio de la promesa de ser la mano ejecutora del rey de Adarlan, precisamente aquel que exterminó a su pueblo. En este segundo libro por fin la autora consigue describir como se merece el peso de ese pasado sobre los hombros de Celaena, el dolor de la pérdida que lleva enquistado en su corazón y cómo la tragedia de su familia y esos años como asesina han calado en sus huesos y han moldeado su personalidad y su forma de ver las cosas. Aquí ya no me parece una adolescente caprichosa, engreída y desubicada, sino una mujer a la que le han arrebatado todo y que lo único que tiene es su habilidad en combate, su capacidad para matar sin pestañear y la sed de venganza. Sin embargo, aunque pueda parecer fría y despiadada (que lo es), no olvida con facilidad todo lo que el rey le ha arrancado y utiliza hábilmente su posición de poder para ganarse su confianza. Cuando este le envíe listas para acabar con sus enemigos (enemigos cuyo único delito es no estar de acuerdo al cien por cien con el monarca), la ética de Celaena le impedirá acabar con sus vidas, por lo que, en contra de sus órdenes pero acorde a sus principios, ayudará a sus víctimas a escapar bajo la promesa de que deberían empezar una nueva vida lejos de Adarlan. A pesar de lo peligroso del engaño, su estrategia está funcionando. Hasta que esta toma un giro inesperado cuando el rey le pida que asesine a Archer, un viejo conocido de Celaena. Será entonces cuando entrevea parte de los planes del monarca al que sigue y destape una conspiración para derrocarle, descubrimiento que la pondrá en un compromiso. Una de mis quejas durante el primer libro era que la autora te contaba lo buena que es Celaena en su trabajo, pero nunca lo mostraba. Sí, es cierto que tenía que disimular sus verdaderas habilidades delante de los otros combatientes porque estos no podían conocer su identidad, pero aun así, no mostraba ni un ápice de la fuerza y la inteligencia que supuestamente la caracterizaban. No obstante, con esta segunda novela por fin atisbamos todo su potencial: la concentración gélida previa al asesinato, la investigación concienzuda de sus víctimas, sus múltiples recursos y planes por si falla el principal, su indiferencia ante la muerte. Y aún así, a pesar de vivir rodeada de sangre y crimen, tiene un lado vulnerable. Al final, solo es una chica que lo perdió todo demasiado joven y que nunca ha experimentado lo que es tener una vida normal. He podido congeniar mucho mejor con ella y ahora por fin la entiendo y me agrada como protagonista.
También me gusta la relación tan cercana que tiene con Chaol, el jefe de la guardia personal del rey. Ambos se entienden a la perfección: al fin y al cabo, están en el mismo barco. Celaena siente que junto al soldado puede ser ella misma y que comprende el peso de sus acciones sanguinarias porque, al fin y al cabo, es su deber. Aun así, ella nunca olvida que Chaol sí que es fiel al rey en todas sus dimensiones, por lo que hay ciertos secretos que debe seguir guardando para sí. Pero eso no le impide disfrutar de su compañía, pues cuando están juntos pueden permitirse ser momentáneamente solo dos jóvenes sin preocupaciones. Aunque soy consciente de que Chaol es un personaje muy odiado por el fandom (lo que hace que lea los libros temerosa del momento en que este le meta una puñalada por la espalda a la protagonista metafóricamente hablando), al menos en este segundo libro a mí me ha gustado mucho. Es atento, considerado y sabe escuchar. Eso sí, hay que tener en cuenta con quién están sus lealtades e intuyo que ese será el problema principal en el desarrollo de este personaje. Pero las escenas que comparte con Celaena son muy tiernas y bonitas, así que me limitaré a disfrutarlas todo lo que duren.
Su nueva cercanía con Chaol ha implicado el alejamiento de Celaena de Dorian, el príncipe heredero, lo cuál me ha puesto muy triste porque por ahora son mi pareja favorita. A pesar de que es evidente que ambos se gustan, su relación es del todo imposible. El rey de Adarlan nunca verá con buenos ojos que su hijo ande con una asesina y tampoco consentirá que Celaena tenga la mínima opción de subir al trono, por lo que la joven se apresura a distanciarse del príncipe para que sus sentimientos por él dejen de crecer. Por muy doloroso que sea para los dos, saben que es lo correcto, por lo que a pesar de la tristeza inicial, conseguirán mantener una bonita amistad de apoyo mutuo. Además, conocer a Celaena y a la mejor amiga de esta, Nehemia, le hará abrir los ojos y darse cuenta de la crueldad que muestra su padre hacia todo aquel que se niega a ser controlado por él. Esto hará que comience a posicionarse en su contra en ciertas ocasiones y a pedir clemencia por los más desfavorecidos, unos encontronazos que, evidentemente, no le harán ni pizca de gracia al monarca. Dorian es un personaje que me gusta muchísimo porque no hay nada que me encante más que alguien de la realeza siendo consciente de su privilegio y de que tiene el poder de cambiar las cosas y permitir que la gente viva mejor y de una forma más justa. Confieso que temo por él y por su integridad dentro del castillo de cristal porque el rey es despiadado y dudo que tolere la creciente insubordinación de su hijo. No solo es su valentía lo que me gusta de él, sino también su dulzura, que respete a Celaena y los límites que esta le marca y que a pesar de lo mucho que le duele darse cuenta de que la chica que le gusta y su mejor amigo están convirtiéndose paulatinamente en mucho más, será el primero que los apoye y que esté a su lado cuando lo necesiten. En mi fuero interno necesito que Celaena y Dorian terminen juntos porque me parecen un pareja preciosa y porque, además, en el fondo ambos quieren conseguir el mismo objetivo: erradicar de un plumazo las políticas inhumanas del soberano y construir un mundo mejor.
Como he comentado más arriba, la mejor amiga de Celaena es Nehemia, la princesa de Eyllwe que acudió ya en el primer libro a la corte de Adarlan en calidad de embajadora de su pueblo. Su objetivo es aprender las costumbres del norte y defender a su gente y, en general, a los más desfavorecidos ante el rey. Es por esto que estará presente en las reuniones del Consejo para aportar su punto de vista, un poco polémico, ante temas tan delicados como las condiciones de los condenados a las minas de sal. Es por este espíritu combativo y empático que no será muy apreciada por el rey; además, en el castillo se rumorea que pertenece a un grupo rebelde radicado en el reino del que procede que está en contra de la política del monarca. Serán precisamente todas las incógnitas que hay a su alrededor las que hagan que, al principio, Celaena no confíe en ella: es más, la acusará de ser la responsable de los asesinatos del ridderack. Sin embargo, pronto se harán amigas porque, una vez más, descubrirán que tienen más en común de lo que parece y su objetivo es común. Nehemia se convertirá en su confidente y en un pilar central en la vida de Celaena, sobre todo porque es la única persona que lo sabe todo acerca de ella y que conoce uno de sus más grandes secretos. Aunque al principio fue un personaje con el que no conecté y que, de hecho, me sobraba en la historia, el acercamiento entre ambas mujeres ha hecho que conozcamos mejor a Nehemia y sus verdaderas intenciones en el castillo. Al final, lo único que pretende es mejorar la calidad de vida de su gente e intentarlo por la vía diplomática. Es una mujer amable, paciente, pero que también tiene mucho carácter y tiene muy claro el motivo por el cuál ha terminado en la corte. Su presencia allí será bastante incómoda para los poderosos, lo que le granjeará algún que otro enemigo.
Por último, quiero hacer una mención especial a Mort, la aldaba mágica de bronce que custodia la tumba de los antiguos reyes feéricos de Adarlan, Gavin Havilliard y Elena Galathynius. Su cripta se encuentra en un sótano del castillo al cuál Celaena accede a través de un pasadizo secreto oculto en su habitación. Encontró este cuarto durante el primer libro, atraída por el espíritu de la reina que habita allí y que quiere ayudar a la asesina a pararle los pies al rey antes de que sea demasiado tarde. A pesar de que la magia ha desaparecido en todo el mundo, Mort sigue vivita y coleando y trayendo a Celaena por la calle de la amargura con sus constantes acertijos y su manía de no responder sus preguntas con claridad. Le encanta darse ínfulas y vacilar a la joven, lo cuál lo convierte en un punto de humor muy interesante y uno de los ¿personajes? con las interacciones más divertidas de todo el libro.
En Corona de medianoche, tanto la trama como el mundo se expanden. Sigue siendo en cierto modo introductorio (después de todo, es una saga muy larga) porque tan solo vemos un atisbo de todo lo que oculta el rey y la propia Celaena, pero la autora nos da lo suficiente como para tenernos enganchados entre sus páginas y para que queramos saber más acerca de su historia. Además, me gusta la atmósfera de misterio, misticismo e incluso terror que crea. Es un tono muy adecuado para lo que nos está contando y hay escenas verdaderamente espeluznantes (como los paseos de Celaena por la biblioteca y lo que allí encuentra). Creo que ha sabido manejar muy bien los momentos de tensión con otros más distendidos, las salidas de la asesina cumpliendo su trabajo con otras escenas más íntimas con su entorno; también ha sabido dosificar a la perfección la información nueva y jugosa que se va entreviendo, la suficiente para que no te aburras, pero no tanto como para saber por dónde puede tirar la historia. Y lo mismo sucede con el worldbuilding. Si bien el sistema de magia, los motivos de su desaparición y, en general, las reglas del mundo fueron increíblemente confusas y mal explicadas en el primer libro, aquí la autora se detiene más en los detalles y en explicar, a través de los personajes y de las propias investigaciones de la protagonista, todo el contexto que necesitamos para entender en qué punto nos encontramos y por qué. Las marcas de Wyrd y todo lo que conlleva se cuenta con más detalle, aunque es cierto que aún quedan algunos datos en el tintero en los que espero que se profundice más adelante.
Otro aspecto que aborrecí al inicio de la saga fue la pluma de la autora y las constantes frases en cursiva para acentuar o resaltar ciertos diálogos. Y he de decir que, por suerte, eso mejora considerablemente. En esta segunda parte me he sentido mucho más cómoda con la pluma de la autora. Aunque no ha supuesto un cambio espectacular, sí que he notado que las descripciones son más completas y pertinentes, que los diálogos no son tan insulsos y repetitivos, que las explicaciones no generan confusión y que, aunque mantiene las cursivas, estas se han moderado y ahora cumplen su verdadero propósito. Todo esto, junto con lo intrigante de la trama, han conseguido que me beba el libro en un abrir y cerrar de ojos.
En cuanto al final, intuyo que se viene drama por cómo terminan las cosas. Hemos descubierto cosas increíbles e inesperadas (al menos para mí) en cuando a la identidad de Celaena se refiere, en los últimos capítulos acontecen varias tragedias que la afectan directamente y que, irremediablemente, tendrán consecuencias en el libro siguiente y, para más inri, es evidente que sus relaciones con ciertos personajes van a cambiar sí o sí debido a todo lo sucedido en las últimas páginas. El libro cierra de una forma sorprendente, que te deja con la boca abierta y con una necesidad casi física de pasar al siguiente. Lástima que, según el orden correcto de lectura, ahora me toque leerme la precuela de la saga para seguir explorando el pasado de Celaena y entender a la mujer en la que se ha convertido. De todas formas, y teniendo en cuenta que me he reconciliado con ella, es algo que espero con ganas.
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