El amor ¿lo puede todo?

Hoy vengo a traeros un tema con el que, como ya viene siendo habitual, no estoy de acuerdo. Es decir: vengo a quejarme. Como ya sabréis por las publicaciones del blog, consumo principalmente literatura juvenil y esta, por defecto, está plagada de clichés que se repiten una y otra vez pues son fórmulas que funcionan y atraen al tipo de público al que están dirigidas. Ojo, esto no quiere decir que sea algo malo en sí mismo, pues depende del uso que se le dé y cómo sean tratados dentro de los libros. Asimismo, nos encontramos cada vez más con series que ejercen la misma función y están diseñadas para jóvenes-adultos cuyo contenido es similar al de dichas novelas. Y una de las recetas que se emplea a menudo es que el amor lo cura todo. "Amor" es una palabra repleta de magia y poder que es capaz de solucionar cualquier situación por muy complicada que esta sea. Es decir, no importa qué dificultades encuentres en tu vida pues, si tienes a alguien a tu lado que te da un amor condicional, esta se va a solucionar sola.

No estoy diciendo que esa clase de sentimiento no tenga un cierto efecto curativo y que no ejerza una gran influencia y sea un punto en ocasiones vital para salir adelante. Bien es sabido que el amor es un buen impulsor y ayuda a afrontar situaciones que pueden ser peliagudas. Es un punto de apoyo importante si tienes una pareja que te corresponde y te da un apoyo incondicional. Sin embargo, considero que en ciertos casos esto es insuficiente. Siempre se necesita otra clase de factores independientes del romántico para lograr superar la tristeza, la depresión y, en definitiva, cualquier clase de sentimiento negativo.

Para explicar a lo que me refiero, voy a tomar dos ejemplos que, a mi modo de ver, expresan bastante bien a lo que quiero llegar. Por un lado, voy a referirme a la novela Mi corazón en los días grises y, por otro, a la afamada serie de Netflix Por trece razones.

Empecemos con el libro. Al leerlo, me esperaba una historia triste, conmovedora, desgarradora, teniendo en cuenta la sinopsis. Aviso a navegantes de que necesito hacer spoilers de la historia para llegar a mi conclusión. Bien, la novela se centra en Aysel, una joven que lleva el estigma de un asesinato que cometió su padre y tiene miedo de que la oscuridad que habita en él también forme parte de su propio ser y amenace con devorarla. Debido a la unión y conexión tan profunda que siempre tuvo con su padre y a las miradas reprochadoras que sufre en el pueblo donde vive a causa del crimen, Aysel entra en una profunda depresión ante la cual decide suicidarse. Sin embargo, no se atreve a llevarlo a cabo, por lo que comienza a buscar a otras personas tan asustadas como ella a través de una web para cometer un doble suicidio y asegurarse de que ni ella ni la otra persona se arrepientan en el último momento. Por internet conoce a Roman, un chico de su misma edad cuyas condiciones para su compañero de suicidio encajan bien con los objetivos de Aysel. Ambos están sumidos en un pozo del que no son capaces de escapar por lo que han decidido quitarse la vida y apoyarse mutuamente en el proceso. Bien, desde el instante en que se conocen, el lector puede percibir claramente el posible giro de acontecimientos, el cual se torna bastante predecible según avanza la historia. Como era de esperar, pasan tanto tiempo juntos planeando lo que va a ocurrir, que terminan enamorándose. Lo que sienten se convierte en algo tan grande, que, casi sin darse cuenta, salen del pozo y se abre para ellos un rayo de esperanza. Y ya. De repente, el amor hace que el resto de cosas prácticamente carezcan de importancia, porque si hay amor, este puede superar cualquier circunstancia. Entiendo que la autora ha querido plantear que este tipo de emoción puede ser determinante a la hora de atenuar o incluso eliminar otros negativos; no obstante la impresión que me dio al leer la novela, fue que al quererse y corresponderse, el resto desaparecía. Que a pesar del tiempo que habían tratado por ellos mismos de escapar, solo lo habían conseguido al conocerse.

Ocurre algo similar en la serie Por trece razones. Aunque el argumento es de sobra conocido debido a su popularidad desde el momento de su estreno, voy a resumirlo un poco. Hannah es una adolescente que de repente aparece muerta en su casa: se ha suicidado. Desconcertados, su entorno y su familia parecen no entender qué ha sucedido, hasta que un compañero de clase, Clay, recibe 13 cintas de audio en su casa, todas grabadas por la propia Hannah. En ellas, la joven irá describiendo con todo detalle por qué llegó a tan trágico final, cuáles fueron las razones o, mejor dicho, las personas que la llevaron a quitarse la vida. En la serie, acompañamos principalmente a Clay mientras este va reproduciendo las cintas e intenta aclarar qué sucedió exactamente con Hannah Baker. Antes de nada, creo que es necesario comentar que esta serie está basada en una novela con el mismo título, con lo cual podría encuadrarse en la misma situación que el ejemplo anterior que puse (sobre todo porque ambos casos tratan del suicidio, aunque en esta ocasión la chica sí que llega a morir). Sin embargo, prefiero tratarlo desde el punto de vista de la serie por dos motivos obvios: porque fue esta la que saltó a la fama y se hizo con un éxito a nivel mundial y porque yo la he visto, pero no he leído la novela (por ahora).

Evidentemente, también necesito hacer spoilers de Por trece razones para exponer mi punto de vista. Aquí de nuevo podemos apreciar ese concepto de "si me hubieras querido las cosas habrían sido distintas". Es una idea que se deja caer durante todos los capítulos pero que, sin embargo, es en uno de los finales cuando se refleja con claridad este sentimiento. En él, Clay está teniendo una especie de visión, recordando una noche que pasó con Hannah y reviviéndola una vez más en su cabeza, en esta ocasión con diálogos y situaciones un tanto diferentes. Entonces, Clay se confiesa y ella le reprende respondiéndole que por qué no le dijo eso en vida, que quizá las cosas habrían sido diferentes:

¿El qué habría sido diferente exactamente? ¿Acaso que Clay hubiera confesado en vida que estaba enamorado de Hannah hubiera evitado que esta se suicidara? Sí, quizá ella se habría sentido más arropada, acompañada y protegida, esto no lo niego. ¿Pero de verdad una simple declaración de amor habría conseguido que Hannah se lo replanteara? ¿Un sencillo "te amo" puede lograr que una persona que quiere morir finalmente no lo haga? En mi opinión, en general siguen intentando vendernos una imagen platónica del amor, una fuerza sobrenatural que, cuando se expresa de la forma correcta, es capaz de mover montañas y eliminar cualquier problema, por grave que este sea. Y esto solo consigue que el público que consuma este tipo de enseñanzas, principalmente joven y altamente influenciable, albergue unas expectativas muy altas que en la mayoría de los casos no se van a cumplir.

¿Vosotros qué opináis? ¿Creéis que el amor lo puede todo o que hasta esta emoción tan poderosa tiene sus límites?