"Ciudad de cristal", Cassandra Clare

Título: Ciudad de cristal (Cazadores de sombras #3)

Título original: City of Glass

Autora: Cassandra Clare

Idioma original: inglés

Saga: Cazadores de sombras (The mortal instruments)

Editorial: Destino

Año de publicación: 2010

Páginas: 544

Sinopsis: Arriesgando su vida, Clary no duda en entrar en la Ciudad de Cristal sin permiso. Además, ha conocido a un misterioso y encantador cazador de sombras llamado Sebastian y está decidida a descubrir los secretos de su pasado familiar.

Pero otras urgencias la apremian: lidiar con la insolencia de Jace, reencontrarse con Simon, y sobre todo, conseguir que licántropos, vampiros y cazadores de sombras dejen a un lado sus diferencias y aúnen fuerzas para vencer a Valentine. ¿Lo conseguirá?

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CONTIENE SPOILERS DE CIUDAD DE CENIZAS

No os puedo negar que estoy disfrutando de esta relectura como una niña chica. Leer estos libros me retrotrae a mi adolescencia y estoy experimentando la misma fascinación y euforia que cuando los leí por primera vez. Especialmente en esta tercera parte que, puedo asegurar, es uno de mis favoritos de la trilogía principal y para mí supera con creces a sus predecesores.

La Clave por fin ha asumido que las amenazas de Valentine van en serio y que está dispuesto a usar los Instrumentos Mortales (la Copa y la Espada) para mandar una horda de demonios contra los cazadores de sombras y que, así, purguen la raza. Valentine considera que los nefilims están corrompidos por aceptar a los Subterráneos y que la Clave no es capaz de gobernar correctamente a los cazadores de sombras, por lo que solo él puede devolverles la gloria de antaño. Sin embargo, le falta un último elemento para llevar a cabo su plan: encontrar el Espejo, el tercer Instrumento Mortal. Una vez haya completado su búsqueda podrá depurar a los cazadores de sombras y estos recuperaran su majestuosidad. Es por esto que la Clave ha reunido a sus efectivos en Idris, el país de los nefilims, concretamente en su capital Alacante. Clary también ha sido convocada a la reunión, pues, tras los acontecimientos sufridos en el barco de Valentine y cómo este explotó con tanta facilidad, sienten curiosidad por la joven cazadores de sombras. El problema es que, fuera de su círculo, nadie sabe que Clary tiene la inexplicable habilidad de crear nuevas runas, runas que no aparecen en el Libro Gris. Es por esto que Jace teme por ella y quiere mantenerla al margen, inventándose que finalmente Clary ha decidido no asistir a Alacante y marchándose con los Lightwood sin ella.

Pero cuando Jace y los Lightwood están a punto de partir a través del Portal que ha creado el brujo Magnus Bane son atacados por un grupo de demonios. En el transcurso de la batalla, Simon (que había acudido a la reunión porque Jace quería pedirle que mintiera a Clary al respecto y la dejara al margen) sale herido, por lo que se ven obligados a llevarlo con él a Alacante. Tras la reticencia inicial del resto de nefilims al haber introducido en su capital a un vampiro sin previa autorización, la curiosidad acerca de su condición se impondrá. Y es que a raíz de la batalla anterior con Valentine, este le hizo algo al vampiro que le permite ser tolerante a la luz solar, toda una anomalía entre los Hijos de la Noche. 

Cuando Clary se entere de lo que ha ocurrido y de que la han dejado atrás, sin pensárselo dos veces decidirá utilizar su recién descubierto poder para crear un Portal. No solo porque la han abandonado sin su consentimiento, sino porque necesita buscar en Idris a Ragnor Fell, el único brujo capaz de despertar a su madre del letargo que se provocó a sí misma para que Valentine no pudiera hacerla daño y no pudiera encontrar a Clary, hija de los dos. Así pues, sin pararse a reflexionar en sus acciones, aterriza en Alacante junto a Luke. Lo que no sabe es que su presencia no será bien recibida y que, además, búsqueda de Ragnor Fell será la última de sus preocupaciones.

Pese a que este libro es mi favorito (o de mis favoritos) de la saga principal, he de decir que empecé la lectura con mal pie. Y no es culpa del libro en sí, sino de, cómo no, Clary. Ya he comentado que es un personaje que me cae fatal y, aunque puedo llegar a entender por qué hace lo que hace (sobre todo teniendo en cuenta que es una adolescente de dieciséis años), no comparto para nada su punto de vista. Como ya he comentado, Jace es muy protector con ella y más teniendo en cuenta que ella no sabe bien cómo funciona el mundo de los nefilims y que no ha sido entrenada como los demás para enfrentarse a él. Es por esto que decide mentirla respecto a su partida a Idris pues no quiere que se vea envuelta en los propósitos de la Clave y en una inminente guerra contra Valentine. Aun sabiendo que su motivo para ir a la capital de los cazadores de sombras es hablar con el brujo Ragnor Fell y salvar a su madre, Jace juzga que eso ahora mismo no es tan crucial como detener a Valentine y sus planes y por eso decide dejarla atrás. Clary al enterarse de que se han ido sin ella, monta una pataleta enorme. En vez de detenerse a pensar en por qué se han ido sin ella o reflexionar tranquilamente cuál va a ser su siguiente paso, decide montar una pataleta propia de una niña pequeña y colarse ilegalmente en Idris creando un Portal, lo cuál no solo es peligroso para ella y podría ser castigado duramente por la Clave, sino que arrastra a Luke tras ella (sin cuya ayuda, por otro lado, ella estaría muerta) sin preocuparse de las consecuencias. Los Subterráneos como él no pueden aparecer en Alacante sin más y sin permiso de la Clave, pues serán severamente castigados, pero Clary está tan ciega por su enfado que no es capaz de pararse a pensarlo. Mi gran problema con Clary es, una vez más, que es un personaje egoísta, impulsivo, que no piensa jamás en el impacto negativo que tienen sus decisiones en la gente que la quiere y que le rodea. Nunca piensa antes de actuar porque sabe que siempre habrá alguien que le salve el culo si se halla en peligro y lo único que consigue es preocupar a los demás y ponerlos en peligro, como bien le reclaman Jace y Luke. Pese a todos los problemas que causa a lo largo de esta novela, parece que no aprende y sigue cometiendo los mismos errores una y otra vez.

Por otro lado tenemos al pobre Simon que, sin quererlo, se ve constantemente envuelto en problemas relacionados con los cazadores de sombras. Tras su aparición accidentada en Alacante, cuando se recupera de sus heridas es citado por el nuevo Inquisidor, Aldertree, para enviarle de nuevo a Nueva York mediante un Portal. Sin embargo, su promesa resulta ser mentira y será encarcelado en los sótanos de El Gard (sitio de reunión de los nefilims) hasta que confiese la implicación de los Ligthwoods con Valentine, pues el Inquisidor quiere castigarlos y para ello decide forjar una mentira. Por su parte, Jace y los Lightwoods están alojado en la casa de los Penhallow mientras sus padres se reúnen con la Clave para relatar los últimos acontecimientos respecto a Valentine. Gracias a esto conoceremos a Aline Penhallow, otra cazadora de sombras, y a su primo, Sebastian Verlac, un chico apuesto, con una sonrisa perenne y siempre calmado. Otro personaje nuevo que aparecerá en esta historia es Amatis Herondale, la hermana de Luke, un personaje que me ha gustado mucho y de quien tengo ganas de saber más en los siguientes libros.

Jace, cómo no, sigue teniendo su habitual comportamiento autodestructivo. Se culpa sobre todo de estar enamorado de Clary, aunque sean hermanos, sentimiento que no puede evitar y que le está torturando por dentro. Hace lo posible por verla como parte de la familia, pero ante su incapacidad, se ve consumido por dentro y no puede evitar hacerse daño a sí mismo y, en ocasiones, hacer daño a los demás. Para más inri, durante esta novela descubrirá algo sobre su existencia que no hará más que fomentar el odio que siente hacia sí mismo y que empeorará su ya de por sí delicada situación. De los hermanos Lightwoods destacar a Alec. Su afán por ser reconocido como cazador de sombras debido a sus múltiples inseguridades hará que sea un poquito repelente en su estancia en Alacante, erigiéndose como el mayor de todos (pues es el único que tiene los dieciocho años) mientras el resto de adultos están reunidos. En Ciudad de cristal ya comienza a apreciarse el espectacular cambio que sufre este personaje y cómo poco a poco va aceptando el hecho de ser gay y de estar enamorado no solo de un hombre, sino, encima, de un brujo, Magnus Bane, relación que es lo opuesto a lo que se espera de un nefilim y más si procede de buena familia. En este libro todavía no vemos en profundidad cómo es la relación entre ambos, pues el propio Alec se niega a admitir que existe, pero hay una escena entre ellos dos, casi al final del libro, que es de mis escenas favoritas de estos personajes.

Lo que más me ha gustado en esta novela es que transcurre en Idris, concretamente en Alacante, el país de los cazadores de sombras. Esto nos permite saber más acerca de sus orígenes y de cómo viven aquellos nefilims que no dirigen Institutos en el mundo humano. Además, en Ciudad de cristal se van revelando algunos misterios de los libros anteriores que, aunque yo ya sabía lo que iba a ocurrir porque es relectura, estaba igual de tensa y de emocionada que la primera vez cuando los he vuelto a redescubrir. Resulta especialmente interesante todo lo relacionado con Valentine (tanto sus motivaciones, como sus ideales) y, a su vez, sobre el pasado de este con Jace. Lo que se nos cuenta al respecto en este libro es brutal y te deja en shock, pues es algo que, desde luego, el lector no se espera. También me ha gustado que se nos aclara más acerca de la mitología de los cazadores de sombras, sus creencias en el Ángel Raziel, o los objetos que consideran sagrados. Asimismo, la batalla final me pareció brutal. No tanto la pelea en sí, porque al final abarca apenas un par de páginas (ya que solo dura diez minutos por ciertos eventos que ocurren mientras), sino la preparación y lo que sucede justo antes. Las alianzas que aparecen en esta novela me pusieron los pelos de punta, pese a ya conocerlas, y no es tanto por el acto en sí sino por la capacidad que tiene la autora, cuya pluma hace que la historia sea mucho más emocionante e intensa. Aunque la acción se concentra en el final, lo cierto es que a lo largo de la trama nos topamos con tantas revelaciones que quitan el aliento que te lees el libro prácticamente sin darte cuenta porque quieres saber más. Una de las múltiples habilidades de Clare es  saber repartir bien la información impactante a lo largo de los capítulos, lo que hace que la falta de acción como tal no sea un impedimento.

La pluma de Cassandra Clare sigue siendo deliciosa, especialmente gracias a las metáforas que emplea, y respecto al final, este es mucho menos impactante y está cerrado, al contrario de lo que sucedía en las precuelas. Esto se debe a que originalmente Cazadores de Sombras iba a ser una trilogía e iba a finalizar en Ciudad de cristal, por lo que tiene sentido que, cuando terminas de leer, sientas que has cerrado un ciclo.

Ciudad de cristal es un libro magnífico de principio a fin. Te atrapa desde la primera página y los sucesos que se van aconteciendo no solo te ayudan a entender muchas cosas, sino que te dejan con la boca abierta y con ganas de saber más. Tiene un final bastante cerrado que cierra muchas incógnitas que se han ido planteando a lo largo de los tres libros, pero eso no impide que quieras seguir explorando el mundo tan increíble de los nefilims.