Hacía mucho tiempo que no me sentaba tranquilamente a escribir una entrada para el blog que no fuera una simple reseña. El motivo es que el año pasado leí mucho pero actualicé poco, por lo que se me han ido acumulando un montón de reseñas que, además, se han ido juntando con todo lo que estoy leyendo este año. Y aunque en el 2022 estoy tratando de ponerme las pilas y ser más constante, la pereza me puede y termino activando el blog menos de lo que me gustaría. Pero hoy me apetece hablaros de otra cosa y para eso estamos aquí.
Si sois lectores habituales de trilogías y/o sagas, sabréis que es muy complicado que todos los libros que las componen sean igual de buenos o estén a la altura de las expectativas que el autor ha creado. Esto puede darse por varios motivos como por ejemplo que objetivamente haya novelas mejores y peores dentro de la saga (algo que suele verse sobre todo en sagas más largas, que son las que más altibajos tienen bajo mi punto de vista), que haya novelas con las que conectamos mejor, que en algunos libros la trama sea más trepidante que en otros, si cambia el punto de vista nos gustaran menos las novelas que estén narradas desde la perspectiva del personaje que no nos termine de caer bien... En fin, hay mil y una razones por las que dentro de una misma saga puede haber libros que nos parezcan un cinco estrellas y otros a los que solo les demos dos. Así que hoy me apetece hablaros de cuáles han sido esas trilogías (principalmente) que para mí empezaron muy bien, pero fueron decayendo estrepitosamente conforme nos acercábamos al final. Van sin ningún orden en concreto.
1. La ciudad blanca de Eva García Sáenz de Urturi
Yo creo que en el caso de esta trilogía (que desde este año ha dejado de serlo) todos los lectores coincidimos más o menos en nuestra opinión. Estamos ante unos
libros de thriller escritos por una autora española que (por fin) transcurren en España. En concreto, están ambientados en Ávila.
Nuestro protagonista es el inspector Unai, alias Kraken, que es
experto en crear perfiles criminales y meterse en la mente del criminal para entender cómo piensa y cuál será su siguiente paso. Investigará los casos junto con su compañera y amiga Elisabeth. El primer libro,
El silencio de la ciudad blanca, comienza con la inminente salida de la cárcel de Tasio, un reputado arqueólogo condenado a veinte años por una serie de asesinatos. El problema reside en que él sigue proclamando que es inocente y puede que tenga razón, ya que han comenzado a sucederse una serie de asesinatos rituales siguiendo su modus operandi que, por motivos evidentes, no puede haber cometido él. Lo que más me gustó de estas novelas es que son
trepidantes, cargadas de misterio y de acción, que
transcurran en España y, además, el
componente ritual y mitológico que la autora añade a sus crímenes. Urturi me parece una maestra en cuanto a la ambientación, las descripciones, la atmósfera y en saber mantener al lector enganchado y en tensión. Logra que
cada giro de trama sea sorprendente, que no te lo veas venir y, sobre todo, escribir un final apoteósico con el que te das cuenta de que todos tus intentos de descubrir al asesino estaban errados. Es capaz de hilar muy fino las pistas y los acontecimientos para darnos pinceladas de lo que se esconde detrás, pero sin revelar demasiado.
El primer libro me pareció maravilloso, me lo bebí en nada y en cuanto lo terminé me puse con el segundo, Los ritos del agua. Me gustó muchísimo, sí, pero no fue un cinco estrellas para mí. Mi principal problema fue que la autora repitió la misma fórmula que con el anterior casi al dedillo. Los crímenes se asemejaban, así como la forma de resolverlos, las interacciones de los protagonistas, su manera de investigarlos... Pero sin duda, lo que más me chirrió fue que, una vez más, el homicidio en sí guardara relación con Unai y su familia, como terminaba ocurriendo en el primero. La autora utiliza la vida personal del protagonista como detonante para los asesinatos y que ocurra una vez, vale, pero que ocurra dos veces le quita el realismo del que intenta impregnar a sus novelas. Pero, al margen de eso, la novela me pareció casi igual de increíble que el inicio de la trilogía y, una vez más, fue cerrar Los ritos del agua y empezar con el tercero y, en teoría, último, Los señores del tiempo. Aquí ya la cosa se fue un poco de madre. Aquí la autora mezcla la novela de suspense con la novela histórica y, para mi gusto, no le salió demasiado bien.
Viajamos al pasado de Vitoria para descubrir cómo vivía la gente y, sobre todo, la nobleza, en el medievo. Este es el argumento principal de Los señores del tiempo, una novela escrita por Diego Veilaz, un autor al que nadie conoce y que usa ese pseudónimo para publicar. Unai y su familia son fans de esa novela, por lo que acuden a una firma de libros en la que, además, se va a descubrir supuestamente la verdadera identidad de Veilaz. Sin embargo, la firma se verá interrumpida cuando se descubra un cadáver cuyo asesinato ha sido idéntico al que ocurre en la novela. Conforme avanzamos en la trama, la investigación de Unai y su equipo se alternará con capítulos extraídos de la novela histórica. Hablando en plata, estos capítulos fueron un verdadero suplicio. Eran aburridísimos, lentos y detenían el ritmo vertiginoso de la trama principal constantemente, hasta tal punto que decidí saltármelos. Añadido a ello, de nuevo la autora recurre a entrelazar estos crímenes con la vida personal de Unai. Y yo lo siento mucho pero que pase dos veces puede ser casualidad, pero que el protagonista se vea envuelto en tres investigaciones distintas de asesinato que estén relacionadas con su vida... pues mira, no. Y yo entiendo que al fin y al cabo es ficción y Urturi puede hacer con sus libros lo que le dé la gana, pero si tratas de hacer una obra realista, esta clase de detalles se la borran de un plumazo. Por otro lado, los protagonistas toman decisiones estúpidas en varios momentos que no comprendí (y sigo sin entender a día de hoy), sobre todo teniendo en cuenta su respectivo bagaje y todo por lo que han tenido que pasar a lo largo de los libros. Y el final... el final fue cuanto menos surrealista. Mientras que en las otras novelas el descubrimiento del verdadero asesino te dejaba con la boca abierta, pero tenía todo el sentido del mundo, en Los señores del tiempo parece totalmente designado al azar. Para rematar el libro, después de leerlo descubrí que la autora quiso relacionarlo con otra saga anterior suya, de ahí que hubiera muchos elementos que no terminara de entender ni de encajarme, lo cual, personalmente, detesto. No me importa que los autores quieran que todas sus novelas estén relacionadas entre ellas, pero debería poder leerse en cualquier orden y de manera independiente y aun así, entenderlas por sí solas sin necesidad de tener obligatoriamente un contexto.
Y por fin llegamos al descalabro total y absoluto de esta saga, al último libro que la autora anunció este año de sorpresa, que nadie esperaba porque todos dábamos por concluida la trilogía, y que es mejor que no leáis porque es un despropósito con todas las letras. Me refiero a El libro negro de las horas. Yo no sé por qué Urturi decidió continuar con una trilogía finalizada, si fue decisión suya o de Planeta para seguir con el tirón de los libros, pero me ha parecido la peor decisión que pudo tomar porque, honestamente, esta cuarta novela no hay por donde cogerla. Para empezar, los protagonistas están irreconocibles, podría haber sido protagonizado por Unai o por mi tía Paqui porque habría dado igual. Si algo caracteriza a esta autora es lo bien desarrollados que están sus personajes a nivel psicológico, cualidad que aquí ha brillado por su ausencia porque no existe ninguna evolución. El nuevo crimen que nos plantea está cogido por pinzas, la trama del pasado y su relación con la trama del presente fue puro azar y un sinsentido y, lo peor de todo, es que el libro en sí fue un coñazo. Nuevamente tira por unos derroteros de novela histórica, esta vez centrada en el tema de la bibliofilia. El problema es que se le da mucha mas importancia al mundo de los libros antiguos y todo el negocio que hay detrás que al propio crimen en sí, lo que hace que haya capítulos enteros (sin exagerar) donde se nos habla del tipo de tintas que se usaban en los códices del medievo o qué planta es mejor para la fabricación del papel. Un tema muy interesante si a) te gusta el tema per se; b) es lo que vas buscando cuando abres el libro. Y por mucho que la bibliofilia me parezca fascinante, yo iba buscando un thriller, no un manual de la historia del libro que fue lo que me encontré. Es, con diferencia, el peor de los cuatro libros y si disfrutasteis de los anteriores, no os recomiendo en absoluto que deis una oportunidad a este porque probablemente os defraude.
2. Asesino de brujas de Shelby Mahurin
Esta trilogía estuvo en boca de toda la booksfera desde que el primer libro fue publicado. Y no es para menos. Su primera parte,
La bruja blanca, cuenta con un cliché muy amado por los lectores, entre los que me incluyo: el
enemies to lovers. Y además, uno muy picante, muy bien llevado y con unas tensiones que te hacían gritar prácticamente en cada capítulo. Esta trilogía parte de la premisa de
qué pasaría si un cazador de brujas terminara casado con una de ellas. Para añadirle más picante al asunto, Lou sabe que su marido forzoso es un
chasseur o cazador, pero Reid (y todos aquellos que le rodean, incluido el obispo que ha obligado al matrimonio) desconoce que ella es su enemigo mortal. No solo eso, sino que
ambos son polos opuestos: ella, descarada, lengua afilada y asertiva; él, hombre de dios que aboga por la sumisión de la mujer al hombre. No podían ser un matrimonio peor avenido y desde el principio se palpan las consecuencias de tan fatal unión. Pero como toda historia de
enemies to lovers, el roce hace el cariño y vamos viendo cómo poco a poco ese odio muto se va transformando en algo más, cosa que no agrada a ninguno de los dos. A toda esta mezcla explosiva añádele
brujas, magia, maldiciones ancestrales y oscuros secretos y tienes un cóctel que cualquier lector desearía beber. El primer libro fue brutal y hay pocas personas que lo hayan leído y no lo hayan amado.
La cosa empieza a decaer a partir del segundo,
Los hijos del rey. La dinámica tan divertida y adictiva existente entre Lou y Reid desaparece no solo porque ya no hay
enemies, sino porque al final del primer libro ocurrieron ciertas cosas traumáticas que
cambian radicalmente el pensamiento y la personalidad de nuestros personajes, lo que hace que nos adentremos en el segundo con unos personajes muy diferentes y casi diría que irreconocibles. A eso se suma que
es una novela con un inicio lento ya que toda la acción se concentra de cara al final porque lo que Mahurin quiere en las primeras trescientas páginas es desarrollar a sus personajes (de hecho, en mi opinión
esta trilogía es de personajes) y expandir el mundo mágico que apenas hemos atisbado en el libro anterior. Todo esto hace que pasemos de un libro lleno de tensión sexual, de tiras y aflojas y tan adictivo que no puedes soltarlo, a un ritmo pausado, que apenas avanza y con el que cuesta mantener el enganche.
Y vamos con el cierre de la trilogía que, si bien remonta con respecto al segundo, no está a la altura del primero. En Dioses y monstruos, Mahurin sigue con el foco centrado en desarrollar a sus personajes, en su crecimiento personal e individual así como los lazos que han surgido entre ellos. No recupera la energía y la frescura que nos encandiló al principio, pero sí explora temas interesantes como el miedo a la muerte, al fracaso, el significado de la amistad y del amor y al final conoces tan bien a sus protagonistas que terminas experimentando y sufriendo lo mismo que ellos gracias al cariño que les has cogido. El ritmo sigue siendo pausado, pero es verdad que hay mucha más acción que en el segundo y los descubrimientos mágicos que vamos desmigajando aquí hacen que den ganas de seguir explorando el universo de brujería que crea la autora. Es verdad que no vemos la fuerza que esperábamos encontrar en el resto de libros que componen la trilogía, pero, a pesar de todo, no me resultó tan decepcionante como el segundo y creo que Mahurin le da a esta historia el final que se merece.
3. Asesinato para principiantes de Holly Jackson
Otra trilogía que finalicé hace poco y que es un ejemplo perfecto de este post son los libros de thriller juvenil de Holly Jackson. En
Asesinato para principiantes, Pippa es una estudiante de instituto que está preparando un trabajo para subir nota. Como tema, decide rescatar un antiguo asesinato que ocurrió en el pueblo donde ella vive, pues considera que
la resolución de la policía es errónea y que condenaron a un inocente mientras que el verdadero culpable sigue ahí fuera campando a sus anchas. Con su valentía, la prensa, sus vecinos y las redes sociales como únicos recursos,
inicia una investigación para averiguar quién mató realmente a Andie Bell, si es que está muerta porque nunca encontraron su cadáver, si el suicidio del supuesto homicida fue tal y qué secretos guardan aquellos que tuvieron contacto estrecho con las víctimas. Los thrillers donde el investigador es alguien ajeno a la policía me encantan porque me parece fascinante ver cómo sin tener los recursos policiales y el apoyo necesario para llevar a cabo sus pesquisas, consiguen resolver los casos a base de astucia y cabezonería y Pipa es un gran ejemplo de ello. El primer libro fue adictivo a más no poder, me lo leí en un día y no le puse ni una sola pega. La autora
caracteriza muy bien a los personajes, construye un misterio que deja al lector con una intriga constante y ganas de más, el argumento y cómo se desarrolla es realista y tiene un
ritmo trepidante que no te dejará soltar las páginas. Además, Jackson aprovecha el microcosmos del instituto para tratar
temas como el racismo, la homofobia, las relaciones tóxicas y el machismo. En definitiva, es una mezcla perfecta que a mucha gente ha maravillado.
Como buena trilogía de thriller, en
Desaparición para expertos nos encontramos
un caso completamente distinto pero que sigue guardando cierta relación con lo que le ocurrió a Andie, por lo que no es una trama completamente diferente en ese sentido. Después de lo sucedido con su primera investigación y los traumas que esta le causaron, Pippa decide que no va a volver a repetir sus proezas porque ya ha tenido suficiente. Sin embargo, su determinación cambiará cuando un compañero de clase, Connor, acuda a ella para resolver la reciente desaparición de su hermano mayor. Según la policía, este se ha marchado por voluntad propia, con el añadido de que es mayor de edad, pero su familia está convencida de que eso es falso y que jamás se iría sin avisar. Como
la policía se niega a investigar la desaparición y tratarla como tal, Connor está desesperado y Pippa se da cuenta de que ella es la única que puede ayudarle. Una vez más, repetimos la fórmula del primer libro y el modus operandi de la protagonista para indagar y descubrir la verdad.
La diferencia más notable es el proceso mental de Pippa, debido a todo lo que ha sufrido en su proceso por averiguar qué le pasó a Andie, pero el resto es un poco repetir lo que ya triunfó con anterioridad. Esto hace que se
pierda un poco el factor sorpresa y la novedad, ya que desde el principio sabía lo que me iba a encontrar. Esto en sí no es malo, el problema es que no conseguí empatizar con Jamie, el chico que desaparece, y
el misterio que hay a su alrededor no me pareció tan interesante. Sí, es mucho más complejo que lo ocurrido con Andie, pero siento que la forma de guiarnos de la autora es mucho más simple, más en línea recta, y además la
resolución final me dejó bastante fría.
Aun así, llegué a Venganza para víctimas con ilusión y esperanza de que Jackson le diera un buen cierre a la trilogía y fue, con diferencia, el más decepcionante de los tres. La degradación mental que ha sufrido Pippa a raíz de los dos incidentes mencionados es aquí claramente palpable y define mucho su forma de actuar y de pensar. No solo eso, sino que ha tenido que lidiar con descubrimientos horribles y ha podido sentir en sus carnes lo absurda e injusta que es la justicia en ocasiones, sobre todo cuando el juzgado es alguien de clase alta con contactos y puede librarse de casi cualquier delito con total impunidad. Todo esto ha hecho que la inocencia de aquella chica que creía en la verdad y la justicia desaparezca, convirtiéndola en una persona frustrada, enfadada con el mundo y cargada de ira (no es para menos). A esa bomba a punto de explotar se le añade que alguien parece estar acosándola. Pippa se ha hecho famosa no solo por ser capaz de resolver casos a priori imposibles o fracasos policiales, sino también por el podcast de true crime que lanzó y la llevó a ser muy conocida en redes sociales. Esto ha hecho que tenga tanto fans como detractores, por lo que en esta ocasión Pippa será la protagonista de su propio caso y, como viene siendo habitual, tendrá que resolverlo ella sola con ayuda de sus amigos porque la policía le resta importancia. Aunque me gustó que la autora cambiara el foco de víctima a Pippa, desde el principio me resultó un giro bastante absurdo teniendo en cuenta que nuestra protagonista es famosa por resolver misterios imposibles. Siendo así, ¿por qué a alguien que la conoce se le ocurriría la brillante idea de acosarla sabiendo que tarde o temprano sería descubierto por ella? Esto ya me pareció un agujero de argumento difícilmente salvable, pero he de decir que Jackson lo fue resolviendo más o menos con coherencia. Aun así, mi mayor problema no fue el caso en sí (que bueno, era original pero, de nuevo, mucho más flojo que los anteriores), sino que las decisiones que toma Pippa, su forma de resolver las cosas y de comportarse me parecieron cuanto menos surrealista. Es cierto que estamos ante una adolescente con severos traumas, muy enfadada y que está harta de todo, por lo que entiendo que pueda llevar a cabo ciertas acciones radicales presa de la frustración (yo también lo haría). Pero la manera que tiene de resolver lo del acosador fue cuanto menos cuestionable, contraria a sus principios y a todo lo que lleva defendiendo desde el inicio de la trilogía y, además, poco o nada creíble para mi gusto. Siento que la autora quiso sorprender a los lectores poniendo el foco sobre Pippa y sobre qué haría ella si fuera la víctima y tuviera el control de la situación en sus manos, pero en mi opinión no fue la forma más acertada de ejecutarlo.
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Y estas han sido las tres trilogías que para mí empezaron muy bien, pero fueron perdiendo fuelle conforme avanzábamos en los libros. Hay más, por supuesto, pero solo he rescatado mis lecturas más recientes y aquellas que estaba convencida de que iba a amar. ¿Cuáles han sido esas trilogías o sagas cuyas tramas, personajes, situaciones, desarrollo... han ido empeorando en cada libro para vosotrxs? ¡Os leo!
¡Hola! Te entiendo, y por lo que comentas es básicamente por lo que no suelo leer trilogías o sagas. Aunque tenía muchas ganas de leer la ciudad blanca... Y ahora creo que caos dejaré de pasar de la historia o al menos me leeré el primer libro.
ResponderEliminarMe ha encantado tu entrada, besos :)
¡Hola Likur! Ya, es el primer problema de las sagas, pero si te gusta la fantasía al final es inevitable leer sagas porque prácticamente no hay libros autoconclusivos :') "La ciudad blanca" a pesar de sus fallos es bastante adictivo, así que si te gusta la novela negra igualmente te lo recomiendo! Un saludo :D
EliminarHola😁
ResponderEliminarPaso a saludarte porque mucho no conozco de este género y con tu entrada los veo mejor.
Gracias por compartirlo.Abrazobuho
¡Hola! Me alegra leer eso, gracias por comentar! Un saludo <3
EliminarTengo pendiente las del Asesino de Brujas, pero me da un poco de pereza, la verdad. Un besazo y feliz día.
ResponderEliminar¡Hola Rocío! Entiendo perfectamente esa sensación, por desgracia me pasa a menudo jaja. Gracias por comentar!
Eliminar¡Hola Kurenai!
ResponderEliminarAins, lamentablemente no es tan fácil mantener el nivel y la calidad a lo largo de una trilogía jajaja
De La ciudad blanca ya había oído lo mismo, que la cosa va degenerando, la autora repite la misma fórmula y aunque el primero estaba interesante y era misterioso, los demás... van en picado.
El de Asesino de brujas me sorprende, en general había oído buenas críticas, pero vaya pena. De todas formas no pensaba animarme, así que mejor jajajaja
¡besotes!
¡Hola Irene! Es a lo que te arriesgas cuando te metes en una saga. Yo lo entiendo, tiene que ser muy complicado como escritor mantener las expectativas, pero eso no quita que de un poco de pena cuando ocurre eso. Gracias por comentar <3
Eliminar¡Hola! ^^
ResponderEliminarEsta trilogía tenía una pinta impresionante, pero sintiéndolo mucho tuve que dejar a medias el segundo libro, porque no consiguió engancharme.
Besos!
Me refería a la saga de "La ciudad blanca", jaja. Los otros libros no los he leído xD
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